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Freak por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Hola ~

Disfruten el nuevo capítulo!!

El pasillo está solo, como siempre. Mi laptop en mis rodillas y mi mochila a un lado. Hace más calor hoy, pero el piso está fresco. No me muevo cuando siento que alguien se sienta a mi lado, porque sé que es Jun, me ha mandado un mensaje antes diciendo que venía.

— Hola— le digo, sin dejar de escribir.

— ¿Es nuevo capítulo o historia?

— Historia. Se me ocurrió el día que estuve con Dorian. 

— oh, vengo de con él, me pregunto por ti— el recuerdo de la salida a comer aun me da escalofríos.  De verdad espero que solo sea mi imaginación, llena de historias y novelas de contenido homoerótico que ya ha llegado a otro nivel.

— no somos tan cercanos, solo me atendió ese día— hago un movimiento con la mano, antes de seguir escribiendo. 

                             

¿Quién…?— bajo la espada. No es un soldado a quien tengo frente a mí, por el color blanco de sus ropas sé que es uno de los brujos de este lugar. O un aprendiz, porque su rostro es muy joven para ser alguien importante entre los que viven en estas tierras. Ah, por un momento creí que tendría que luchar— ¿Por qué me has ayudado? Tu… eh…—  ¿Es un hombre o una mujer? Su ropa no me deja ver mucho, y con ese cabello claro y largo es imposible saberlo. Ni siquiera entenderá lo que le digo— ¿Está bien para ti ayudar a tu enemigo?— le suelto, reclinándome de nuevo en el árbol donde me había quedado.

— No me has hecho nada para que tenga que llamarte de ese modo— su voz en medio del silencio me hace pegar un brinco.  Es un hombre— te has perdido. Y no estás en el camino correcto para volver con tus compañeros.

 

Ah… no estoy del todo conforme.

— ¿Pasa algo?

— esto no me gusta… Me estoy confundiendo yo solo.

— Oh… ¿Qué haces cuando pasa eso?—  ¿Qué hago? Es raro que me confunda con lo que escribo y no es una confusión como tal.

— el problema es mas porque yo si lo entiendo, pero no sé si los demás lo entenderán cuando lo lean. Si tengo que explicarlo aparte no estaría haciéndolo bien.

— Ah, ya entiendo ¿Y si lo dejas unos días? A lo mejor leerlo después de da otro punto de vista— lo pienso un momento, pero si dejo de escribir ahora me arriesgo a que después no vengan las ideas.  Me quedo viendo la pantalla.

— Q-quieres…. ¿Quieres leer?— hasta donde sé, Jun no escribe por eso no hay riesgo de que pueda usar mis ideas para algo suyo— ¿Jun?

— ¿¡En serio puedo!?— esta tan… emocionado. Parece que se pondrá a llorar de la emoción. Pensarlo me hace reír.   Jun se inclina a mí, pero esta vez no veo ninguna segunda intención, solo la emoción de leer, que curiosamente le hace parecer más joven. Es como ver a un niño a punto de abrir los regalos de su cumpleaños.

— Si— no lo pienso más cuando le pasó la computadora. Me rio mas cuando la toma como si fuera muy frágil y luego la apoya en sus rodillas sin decir nada más. Quiero pararme y dar vueltas en el pasillo. Quizá ocultarme en un aula hasta que me llame Jun. Estoy muy nervioso. Jun no dice nada mientras lee en mi laptop, pero sí que hace muchos gestos: Sonríe, frunce el ceño, a veces se queda serio y luego se muerde las uñas…  yo me limpio las manos en el pantalón porque las siento muy sudadas y es desagradable. Quiero gritarle que diga algo ya, pero tampoco quiero escucharle. Desde hace días he tenido dudas sobre el desarrollo de mis historias o si no es muy confuso, como Jun es la única persona que conozco y que conoce mis historias, porque Ingrid no sabe bien que hago y Yamir se niega a leerlo, creo que pedirle a  Jun que me ayudara es una buena idea.  O lo era hasta este momento, que él comenzó a leer. Ah, me está mirando— ¿Terminaste? ¿Ya está? ¿Qué tal?

— genial.

— ¿lo entendiste?

— ¡Por supuesto! No puedo creer que leyera esto antes que nadie, o sea, es una exclusiva.  Nadie más… es como si fuera mi cumpleaños— justo eso pensé— Marcell, entendí lo que leí, no me confundí aunque tengo dudas ¿eso es parte de la historia? El misterio para resolver ¿no?

—así es.

— Genial, no puedo esperar para conocer más.  Aunque hubiera preferido un adelanto de lo que paso en la escena del disparo ¿le mataras realmente? ¡Oh por todos los cielos! ¡Esa sonrisa tuya es maldad pura!— me da un codazo en las costillas que en lugar de doler me hace cosquillas.

— exageras.

— No, sonríes como si estuvieras planeando algo muy malvado, conquistar al mundo o romper el corazón de cientos de lectores, es lo mismo— ¡Pero qué dramático!

— No soy tan popular— me devuelve la computadora. Estoy de buen humor, siento como si estuviera respirando bien por primera vez en mucho tiempo— pero de todos modos no te diré lo que pasara.

— vamos, no le diré a nadie.

— no.

— bueno, no perdía nada con intentarlo. Ah, de verdad que estoy muy feliz por encontrarte. Ya sabía yo que sería algo bueno.

— No podías saberlo— ah, tengo que escribir la parte final. Tecleo con rapidez, intentando no escribir tan mal por la prisa y no corregir tanto.

— en el hospital era fácil hacer amigos, solo hablabas con quien estuviera a un lado, a veces dejábamos nuestras cosas, como regalos, en la cama del otro cuando teníamos que ir a hacernos estudios o cosas así— él  dijo hospital…

— ¿estabas enfermo?— le veo, intentando encontrar algo que me haga saber que está enfermo, pero desde que lo conozco parece muy sano, al punto de investigar mis clases y meterse a mi casa. 

— pase mucho tiempo en el hospital cuando niño.  

—oh…— No sé que mas decir sin parecer indiscreto o poco interesado— ¿Eras enfermizo?

— Algo así, Anemia Hemo…— ¿Qué? ¿Cómo pronuncias eso? Jun se ríe— Anemia Hemolítica Autoinmune— repite, despacio, pero eso sigue sin decirme gran cosa y lo único que reconozco es la palabra anemia— básicamente por eso pase casi toda mi vida en el hospital, enfermo de una u otra cosa.

— vaya, con ese nombre suena a enfermedad mortal— Jun sonríe, como si fuera alguna clase de chiste. 

— No lo es si tengo cuidado con las enfermedades, mira, incluso tengo un brazalete de emergencia— levanta la mano y me muestra el brazalete: Una placa de metal plateada, atada con unas tiras de cuero negro. Ya la había notado antes, pero no pensé que fuera más que un accesorio— En el área de pediatría siempre había niños más enfermos que yo, y el hospital es un poco aburrido, así que siempre era fácil hacer amigos allí, hablar con todos como si los conociera desde hace mucho tiempo.

— oh…— nunca he estado hospitalizado mas allá de mi primer ataque de pánico.  No puedo imaginar cómo es estar en un hospital siendo niño y enfermo— supongo que tenías mucho tiempo libre en el hospital.

— Bastante.

— ¿De allí comenzaste a leer comics?

— ¡Sí! Mi hermano me los llevaba cuando le permitían entrar. Nos reuníamos la leerlos cuando las enfermeras se iban o cuando nos dejaban un rato para jugar, y hablábamos mucho de los superhéroes. Muchas veces fueron a visitarnos personas disfrazadas de superhéroes ¿Sabes? También estaba  en el hospital cuando comencé a leer fanfics. La zona de pediatría ya no es genial cuando creces ¿Sabes? Pero allí me encontré con una chica, éramos los únicos  adolecentes y me dejo leer fanfics en su ipad. No había forma de saber que ella solo leía historias homoeróticas… y esa es la oscura historia de cómo comencé a leer fics, comics y ver series de televisión.

— mi… mi hermana veía series, Vampire diaries, supernatural… cosas así. Pasábamos las tardes viendo y hablando de la serie. Yo solo quería conocer más sobre la serie, los actores, cosas curiosas y encontré esos dibujos hechos por fans.

— Oh.

— si, al principio no lo entendía, pero luego estaban los fics… y aquí me tienes todavía.               Pero… ya que estamos… tenía dudas sobre ser amigos, porque cuando pensé que me acosabas pude tener muchas ideas para mi novela de terror, y aun tengo ideas para eso cuando hablamos, algunas veces siento que me estoy aprovechando de algún modo.

— ¡No me importa!  El motivo porque quieres ser mi amigo no importa, siempre que seamos amigos ¿No? yo quiero ser tu amigo porque me gusta lo que escribes, y eso no significa que seamos menos amigos que otros.

— tienes razón.

— ¿Cómo vas con los comics?

— Oh…— no sé dónde están exactamente, en algún lugar de mi habitación, pero me olvide de que estaban allí— tenia inspiración para escribir y no los he leído.

— no importa, solo quería saber. Siempre es bueno tener alguien más con quien hablar sobre las cosas que te gustan, o eso dice mi hermano— si no fuera por el parecido físico entre los dos dudaría que sean hermanos. Bien, no conozco a Erick fuera de las sesiones, quizá sean más parecidos también— entonces ¿mencionaste una hermana? ¿Cómo es? ¿Se llevan bien? ¿Viven lejos o porque te mudaste?

— eh, pues…— pasamos el rato que queda para entrar a clases hablando un poco sobre nuestras familias.

 

 Escribir se convirtió en el único medio en que yo podía comunicarme, podía expresar todo lo que quería por medio de palabras escritas en un aparato. Siempre tengo mejores conversaciones imaginarias en mi cabeza cuando estoy solo  que cuando estoy hablando con alguien.  Si la otra persona no habla, yo no podre iniciar una conversación. Últimamente creo que estoy hablando más con las personas, no solo con Yamir o Ingrid.  Oscar cambio su lugar en clases y ahora se sienta en la silla junto a la mía, las chicas lo hicieron poco después también, Evangeline siempre está revisando las notas, comparando si le falta algún detalle, cristina es la que me pone al día con lo que pasa aunque no me importa no me siento bien cuando la ignoro. Saber  lo que pasa a mí alrededor al menos me hace sentir un poco mas como parte de todo. Tania es un mas callada que yo,  pero siempre dice que si cuando van a salir a algún lugar y también parece ser la confidente de cristina y Evangeline.  Jun también viene casi todos los días, y casa vez es más fácil  quitarme la idea de que es un acosador, y que realmente fue su idea, algo excéntrica, de cómo iniciar una amistad. Al menos no llame a la policía. Él se rio mucho cuando le dije que estaba por llamar a la policía. Ha pasado mucho desde entonces…

Un ruido me distrae de mis pensamientos, cosas cayendo y gente apartándose mientras camina a las aulas.

 — ¿Estás bien?— Dorian está recogiendo un montón de papeles.

— Se rompió esto— una bolsa. Me agacho a recoger los papeles regados por todo el piso— Gracias ¿Podrías ayudarme  a llevarlo a la enfermería?

—  B-bueno…— no es por el tiempo, porque mi clase es hasta dentro de un rato, no quiero quedarme a solas con él. Pero de verdad parece que necesita ayuda.  Empiezo a caminar hasta la  enfermería. La puerta está cerrada cuando llegamos, y Dorian me pasa las cosas que lleva para abrir.

— gracias, puedes ponerlo en la mesa— la mesa esta libre, y dejo las cosas allí mientras él enciende el ventilador de techo. Qué pequeño es este lugar— ¿Cómo te ha ido? ¿Has tenido otra crisis? Lo que es más, nunca supe si acerté— ah, él no supo de la verdadera crisis, ni que fui al hospital.

— Acertaste— es todo lo que digo.

— y aun así no estás asistiendo al grupo que te dije.

— No quiero hablar de cosas mías delante de todo un grupo— apenas puedo hablar delante de una persona— y estoy mejorando eso.

— ¿A si?

— sí.

— ah, todo esto es un caos— las hojas, las está viendo y haciendo muecas— están desordenadas. Quería usar la engrapadora aquí— me dirige una mirada, una nada sutil mirada.

— ¿Están numeradas?— suspiro, dejando mi mochila en el piso.

— Sí, del uno al cinco— comienzo a buscar las que tienen el número uno, haciendo montones de los otros números también sobre la camilla— es una pequeño proyecto, necesito hacer estos cuestionarios a estudiantes— son preguntas sobre hábitos de estudio, de salud, de actividades físicas…— Tú me diste la idea de hacer esto. Gracias. 

— Oh… ¿de nada?— hace un gesto con la mano, moviendo las hojas que tiene— ¿alguien más atiende la enfermería?

— Si, el médico principal, pero le encantó la idea de tener un ayudante y tener libre para él. No debe estar lejos.

— ¿Y si hay una emergencia?— Dorian levanta la vista de las hojas.

— ¿Crees que no seré capaz de encargarme de una emergencia?— oh, sonó a eso ¿Por qué dije eso?— se lo necesario, y tengo el número del encargado además de que conozco los números de emergencias.

— ¿alguna vez has hecho… has estado en una emergencia?

— Sí. He estado en un hospital también, no solo aquí. Obviamente aun no puedo hacer una operación o no estaría en una enfermería de universidad— pongo las últimas hojas sobre los montones. A Dorian le basta estirar la mano para alcanzar una engrapadora de la mesa. Toma una hoja de cada montón, los ordena un poco y luego pone la grapa— ¿tienes algún interés en mi ahora, Marcell?

— ¿Qué?

— cuáles son tus interés, debes tener alguno ¿No?— estoy seguro de que no dijo eso, su sonrisa me dice que sabe que escuche perfectamente la primera vez.

— me gusta la literatura clásica. Y las novelas victorianas— el único sonido aparte de mi voz son el ventilador y el ruido de la engrapadora al hacer presión. Quiero irme pronto ¿Si apresuro todo me iré antes? Puedo irme cuando terminemos o si me voy ahora… no estaría mal si me voy ahora, no es mi trabajo y él no sabe si tengo clase o no.

—Solo he leído unas cuantas novelas clásicas. Prefiero la literatura moderna.

— Los comics— recuerdo, más para mí. Dorian asiente— tu nombre… es como el de…

— el retrato de Dorian Gray, si, lo he escuchado muchas veces antes. Eso ibas a decir— me sonríe otra vez— leí la novela porque tenía curiosidad. No me gusto, para temas de moral prefiero el extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

— también lo leí.

— me gustan los coqueteos— por favor, que siga hablando de los libros, que se refiera a los libros— en especial si es con chicos— Ya, no sigas, no sigas… ordeno otro montón de hojas, el ultimo— ¿No vas a preguntar por eso, Marcell?

— n-n-no es… no es…— no es algo que me importe, no es algo que quiera saber. Le paso las hojas, lo único que me detiene aquí.

— Me gustan los chicos— su mano me sujeta a mí en lugar de a las hojas— en especial si  son pelirrojos.   

— ¿Que…?— Casi me caigo con mi mochila al querer salir corriendo. Dorian sonríe— no deberías… bromear con eso— él se inclina hacia mí, pero estoy lejos ahora.

— no bromeo.

— umm… yo… no se qué… eh… la impresión que pude dar…— ¡No sé que estoy diciendo! La risa de Dorian me hace callarme.

— respira, o comenzaras a hiperventilar.

— no-no te acerques

— No te voy a morder… a menos que quieras— de mi boca solo sale un sonido que intenta ser un no.

— ¡Yo no quiero! no estoy… yo no soy... no me atraen los chicos— levanto las manos cuando se inclina un poco hacia mí. Aun está muy lejos, pero me siento mejor así. Se detiene cuando digo eso.

— ¿No?

— ¡No!

— ¿Ni un poco?— sacudo la cabeza— vaya… creo que asumí mal.

— ¿Cómo?— ¿Cómo llego a pensar eso?

— Jun habla mucho de ti ¿No lo sabes? Comento algo sobre tus escritos, y luego dijo el nombre de uno, solo lo busque en internet y apareció— oh, no…oh…— Oye, no te preocupes, no le diré a nadie.

— Leíste…— imaginarle leyendo mis escritos… mi estomago se siente frio, pero siento la cara caliente.

— por eso pensé que eras gay.

— No lo soy— Dorian se encoje de hombros.

—  Que mal. Bueno, si quieres intentar alguna vez, no dudes en llamarme— ¿Qué clase de propuesta es esa?— de verdad que te vez lindo cuando te pones nervioso— esto tiene que ser alguna clase de acoso ¿no? Dorian suspira y de reclina, algo dramáticamente a mi parecer, en la pared— una lástima, pero hay poco que pueda hacer.

— Ya-ya tengo que irme.

— oh, bien. Que tengas buen día, Marcell— camino hacia atrás, sin quitar los ojos de Dorian. No sé si sería capaz de hacer algo más, pero… no, no… he leído demasiadas historias. Con una mano intento encontrar la puerta,  cuando lo hago me doy la vuelta para irme. O eso es lo que quiero, porque alguien está entrando y casi choco en mi intento de huida. 

— Lo siento.

— ah, no, no hay… ¿Marcell? ¿Te sientes bien? ¿Qué haces en la enfermería?— ¿Jun? Yo podría preguntarle lo mismo. Esta ni siquiera es la enfermería de su edificio.

— está bien, él me estaba ayudando y ya se estaba yendo.

— Era eso, bueno, que suerte encontrarte, vengo a regresarte los tomos que me prestaste— pasa por mi lado para ir con Dorian, sacando de la mochila los comics. No veo de qué superhéroe son. Jun los deja en la camilla, junto a las hojas que acabamos de ordenar— es mucho mejor después de los primeros tres tomos,  tenias razón en eso.   

— te lo dije. Pocos le dan oportunidad porque parece muy aburrido, pero yo tengo buen ojo para elegir— ¿Acaba de guiñarme el ojo?  ¿Y que con esa forma de acercarse  a Jun?  ¿Por qué él no se da cuenta?

— me hizo recodar a Flash.

— Pensare en ti cuando vaya a la tienda de comic— lo dice,  inclinándose hacia Jun “para ver” los comics. No me pasa por alto el roce de su mano nada casual en el brazo de Jun…  santo cielo, ¿realmente está pasando? ¿Estoy enloqueciendo ya y veo esto en todos lados?— Marcell ¿no te has ido?

— tienes la cara roja, ¿seguro que estas bien?— Jun me mira, frunciendo el ceño. No se ha dado cuenta, él no se ha dado cuenta de lo que hace Dorian o acaso… Jun nunca me dijo si estaba interesado en los chicos ¿quizá lo permite? ¿Está de acuerdo con eso? ¿Ellos están… están…?

— ¡Ya me voy!— oh por… oh por… vamos, nunca me había importado ver parejas de chicos en la calle o a los lugares donde voy, si, les prestaba atención lo suficiente para notarlos y ya, no había más.  Todo es culpa de Dorian,  ¿Por qué tenía que decir eso? y ya ni siquiera pude saber cuál de mis escritos leyó. Ah, no quiero volver a verlo… también pienso en eso ¿Por qué no me pongo tan mal cuando hablo con él? me quede a solas un rato ¿es porque lo conocía? La gente confía en los médicos ¿no? ¿Será eso?  Ay, intentar entenderme es más complicado de lo que parece.

 

Camino por la calle, una calle larga y vacía. Esta oscuro y huele a mojado, lluvia. Escucho un trueno lejano, tengo que apurarme ¿A dónde voy? Yo iba… a… ¿La enfermería? No me siento enfermo, pero allí es a donde voy. Es extraño, la enfermería no estaba por aquí ¿Estoy en la universidad?

La puerta aparece frente a mí, solo me basta con estirar la mano. Hay alguien dentro, escucho voces, la puerta se me hace demasiado pesada para empujarla con una mano, uso ambas y entro. Es muy grande, y hay muchas camillas. Hay una ventana grande, abierta y el aire que entra mueve las cortinas largas de forma macabra. No hay nadie… y esta tampoco es la enfermería que conozco ¿Qué está pasando? Es un…  oigo voces… al fondo. Camino un poco y les veo, a Jun, con… ¿Es Dorian? Los dos están hablando.

— ¡Jun!— llamo, pero no voltea ninguno ¿No me escuchan?— ¡¿Jun?!— ni siquiera parecen verme. Camino más, pero por más que lo hago, no me acerco. Mas rápido, tengo que ir más rápido… ellos siguen hablando mientras yo grito y corro ¿Estoy soñando? Estoy desesperado, me falta el aire… tengo que parar. Respiro por la boca, doblándome hacia mis rodillas. Ellos siguen hablando, ajenos a mi desesperación, sin verme, sin notarme, tan felices que me dan ganas de gritar. Todo alrededor comienza a ponerse un poco borroso, y ya solo puedo verlos a ellos, ver como Dorian acaricia el cabello de Jun, más largo de un lado.   Jun no se aparta cuando Dorian baja un poco la mano, hacia su cuello, ni cuando se inclina. Me quedo congelado cuando se besan. No estoy respirando, y por un momento siento que me alejo, que mi visión se pone borrosa, lejos de lo que veo. Grito y me lanzo hacia adelante otra vez corriendo. Esta vez si logro llegar, y los dos me miran— ¡No!

— Marcell…— me muevo rápido, no sé cómo, pero logro tomar a Jun de la mano, y jalarlo para irnos de allí. Vuelvo a correr hacia la entrada, pasando por las filas y filas y de camillas hasta la puerta. Esta vez se abre al primer empujón. Afuera hay gente, y ya no corro, pero camino rápido. Es extraño porque no se a donde voy, pero tampoco me detengo. Un paso más y de pronto me encuentro en una habitación que sepa rece mucho a la mía.

— ¿Qué paso?—  me giro para ver a Jun, pero él no parece confundido. Lo que pasa deja de importarme, de algún modo se que no importa. Nada importa. Empujo a Jun hacia alguna pared  y le beso, un beso desesperado, urgente y caliente. Sus manos se sujetan a mi cabello, siento un poco el dolor cuando jala. Nuestros cuerpos se pegan y se frotan como si se conocieran bien. Sus manos bajan por mi espalda hasta mi trasero, nuestras entrepiernas se frotan, mi lengua en su boca mientras mis manos intentan desabrochar el botón de su pantalón.

 

— ¡Aah!— ¿Pero qué….? Parpadeo, enfocando el techo de mi habitación. Alcanzo a sofocar el grito que iba a dar. Afuera está lloviendo, pero eso no importa ¿Qué demonios acaba de…? Ay, no… maldición… yo… acabo de tener un sueño erótico ¿Con Jun? … Hecho la cabeza hacia atrás, intentando respirar y calmar el ritmo acelerado de mi corazón. El reloj de mi teléfono marca las cuatro veinticinco de la mañana. La cobija se mueve cuando me recuesto— arg, maldición— Genial, simplemente esto no podía ponerse peor: No solo he tenido un sueño erótico con un chico, sino que fue con Jun,  ahora también tengo un problema algo doloroso entre las piernas.

Genial.      

Notas finales:

Pues como vieron, no, no eran imaginaciones de Marcell ;) Nos leemos la próxima semana!


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