4.
Bruce se asomó por la ventana con una expresión de incredulidad, frente a él una hermosa mujer de cabellos rojizos y mirada fuerte era secundada por un hombre con un parche. Ambos vestidos de negro y en sus manos ramos de flores de todo tipo.
—Buenas tardes, ángel, tú hermosura sólo se puede comparar con el cielo y eh sido bendecido al poder verte esta tarde—dijo el hombre con una sonrisa, acercándose a su ventana, poso las flores delicadamente en su mano antes de retroceder.
—Espero no te incomode nuestro cortejo, ya que sólo lo hacemos con la intención de llamar vuestra atención y decir que eres hermoso cual pétalo de rosa, me dejas cautivada con cada momento de su existencia—La pelirroja deja las flores en su otra mano, Bruce se sonrojo al ver tanta atención hacía su persona y queda encantado con las palabras de aquellas personas.
Ningún otro pretendiente jamás le había pedido su opinión o se había tomado el tiempo de hablar con él, siempre intentando converser a su padre.
—vuestras atenciones solo me hacen suspirar, ambos son tan considerados, esparen a mi padre para comunicar su deseo y yo lo esperare con ansias—dijo el menor con un sutil sonrojo antes de dejar las flores sobre la cama y volver al patio para ver a sus pretendientes.
—oh por favor amor mio, es claro que tú padre no desea casarte, sabe que ningún ser humano es digno de su amor y apreciación, sin embargo venga con nosotros y intentaremos demostrarte nuestro amor—dijo Clint, tomando con delicadeza las manos del joven, sus ojos fijos a los del doncel.
Este mirando su habitación y sabiendo que si hermano ya no estaría mas en allí decidió irse con ambos y así no estar sólo.
Con maleta en mano se deslizó por la ventana, viendo por ultima vez su hogar antes de huir con aquellas dos hermosas personas que lograron enamorarlo.
Mientras se daba ese escapé, Tony se encontraba mirando toda la capilla, un dolor en el pecho lo hizo tragar saliva antes de que la música comenzará, al parecer Steve sin querer perder tiempo apresuro la ceremonia.
Cuando su padre lo tomó del brazo arrastrándolo por la alfombra de terciopelo rojo un caballo relincho en las afueras de la iglesia. Las puertas fueron abiertas de par en par dejando ver la figura de un noble.
—detengan esta boda—gritó causando una gran controversia todos murmuraban a las espalda y el padre enojado fue a encarar al desconocido hombre de buen ver.
—quien eres y que haces interrumpiendo la boda de mi hijo?—preguntó con colera mientras todos callaban.
—soy el verdadero conde Stephen Strange y ese hombre de allí es un impostor!—dijo, su voz resonó en las paredes, Anthony quedo pasmado mirando al aristócrata con asombró, siendo tomado bruscamente por la muñeca.
—De que habla este hombre!, esta loco, por favor señor Stark saquelo de inmediato!—chilló Steve con la cara ensombrecidas, mientras Bucky se iba tras la iglesia para preparar un carruaje, si las cosas salían mal debía estar preparado para huir junto a su amigo.
El castaño vio con horror cuando el rubio saco de entre su ropa una daga de plata, este la presionó en su cuello, retrocediendo.
—Sueltame malnacido!—gritó Tony con horror, cuando la daga se deslizó ligeramente por su cuello sacándole algo de sangre.
—callate fierecilla, solo fuiste un dolor de cabeza para mi, pero no te preocupes que aún así me seras de utilidad, quiero todo el dinero de los Stark y puede que te deje vivir—Le dijo con malicia, mirando al padre con osadía.
Mientras que Strange se encaminaba lentamente por detrás, sin ser notado por el rubio; Siendo rápido tacleo a Steve sacándole el arma y rodando con Tony, para alejarlo de Steve.
—Se encuentra bien?—preguntó Strange con urgencia viendo el miedo en esos hermosos ojos castaños.
—Claro, si...si—balbuceó Anthony aún pasmado aferrándose a los brazos de Stephen, quién lo sostuvo con alivio al ver ningún daño en el doncel.
Steve por su parte aprovecho aquel descuido yéndose por detrás de la iglesia y escapando junto a James.
Howard se cayó de espalda sin creer todo lo que le había pasado y cómo casi fue estafado.
Mientras que Strange se encargaba de el mínimo corte que le había hecho el rubio.
—Estas mejor?—Le preguntó con calma, una vez hubiese tapado la herida y levantado al doncel, por fin Tony regreso en sí, al menos no estaba casado con ese idiota, se dijo a si mismo, sintiendo como aún su corazón latía desembocado.
—Algo, gracias por salvarme—dijo con una sonrisa mínima, cuando Howard lo tomó del brazo con furia.
—Todo esto fue tú culpa, casi fui estafado y sólo por deshacerme de ti—Gritó mientras toda la gente se iba para huir de la situación incómoda y del bochorno.
Stephen conmocionado y confundido separó al padre para así sostener a Tony.
—Diculpe que me entrometa, pero el único culpable fue el hombre que intento engañarlo, no le eche la culpa a su hijo—Le dijo para calmarle.
—Nos iremos de inmediato, espero estés satisfecho de ser un bueno para nada—Refunfuño Howard, dejando a solas a Stephen y Tony, quién por fin de derrumbo llorando desconsoladamente con toda la adrenalina del momento.
El conde sintiendo tristeza, pero fascinación por aquel doncel lo conforto y lo ayudo a secar sus lágrimas.
—Esto es tan lamentable, yo lo soy, nadie nunca me va a querer y lo peor, viviré siempre encadenado—dijo el castaño con tristeza, mirando al suelo y a sus prendas.
—Eso no es cierto Anthony, eres un hermoso doncel y se que encontraras a la persona indicada y lo que es mejor, encontraras la forma de ser libre, un ave tan hermosa como tú no puede vivir enjaulado—Le susurró acariciando con suavidad su cabello, quedando fascinado con el sonrojo en las mejillas contrarias.
¿Seria el destino culpable de tal encuentro?, quizás fue obra de dios haber sido puesto en el camino del doncel, si eso era cierto Stephen no tenía ningún problema al respecto.