2.
—Crees que funcionará?, si el hijo mayor se casa dejará que el menor sea cortejado—dijo Nat, podría beneficiarse de la idea de su amigo y por fin acercarse a la fina criatura que le robo el corazón.
—Seguro que no, pero si te prestamos algo de ropa y joyería aparte de la burda que llevas podría engañar al señor—Le dijo Bucky, también uniéndose sólo porque estaba aburrido y encerrado en su mansión todos los días y no tenía más que hacer con su fortuna.
Clint se cruzó de brazos, pensando en algo que pudiese aportar para no quedar fuera y desaprovechar a ver a su ángel.
—Natasha y yo podríamos ir como tus sirvientes y te ayudaríamos a aprender por lo menos a decir alguna palabrita en latín—Reflexiono, todos entonces se pusieron de acuerdo para así conseguir lo que más deseaban.
Al mismísimo día siguiente se plantaron en la mansión Stark, listos para el teatro, Steve había sido arreglado, bañado y cepillado como cualquier amo, vestía un abrigo de piel y pantalones abombachados, mientras que su cara estaba impávida.
Stark los llevó hacía el interior, mirando con curiosidad a sus desconocidos invitados, los cuales fueron bien recibos por su apariencia de riqueza.
—Quien es usted?—Preguntó Howard con taza en mano y otra servida para el joven apuesto que parecía de buena cuna.
—Soy Stephen Strange, Conde de villa Padua en las lejanías de este pueblos, sinceramente he venido por las historias sobre su hermoso hijo mayor, que si usted me lo permite y dios este de testigo vengo a cortejar—Le dice con un discurso preparado con anterioridad, demostrando su casta con su habla o eso esperaba.
Howard no dudo ni un segundo en el jovencillo, ya que recordaba haber escuchado el nombre con anterioridad y al ver sus rasgos solo se pudo imaginar a un Conde con aquella apariencia.
—Ojalá dios te escuche hijo, si vienes de tan lejos lo menos que puedo hacer es presentarte al causante de tal alboroto—Sonrió con su rostro cansado, para luego rigirse a uno de sus sirvientes,—Traigan a Tony y vistanlo con las mejores prendas, aunque los rasguñe y los arañe obliguenlo a venir—Le susurró a Jarvis, su mano derecha y buen amigo, tanto como empleado de confianza, este desapareció por el pasillo en busca del Doncel.
Al llegar Tony, Steve se sorprendió, si era muy hermoso, tenía una fuerza en su mirada y unos cabellos rizados alocados que le hicieron sonreír, no estaría mal domar al diablillo, le gustaría cada segundo de ello.
Se acercó rozando con ligera las mejillas del contrario, quien le respondió golpeando su mano como un felino listo para atacar y el lo tomó del brazo con fuerza.
—Un Doncel tan hermoso no debe mostrar sus espinas a su dueño, si me permite decirlo Anthony, no desentone con su apariencia—Le dijo parando con firmeza ante aquél ataque y viendo por el rabillo al padre complacido.
—Lo que más me importa no es mi apariencia, no se equivoque conmigo, si se acerca clavaré mis espinas donde le duela—Susurró maligno, se zafó de su agarre sin mostrar debilidad, más se asusto al sentir unas manos en su delicado cabello.
—Cuidado con tus pétalos, no los dejes caer, mira de quién es la fuerza de quién te manda y sólo muestra tu belleza—Le dijo con firmeza, sin trasbillar, ni mucho menos dejar su brazo torcer, no por Tony, no era importante más que cualquier utensilio de la casa, si no por su padre, quién se divertía viendo humillado a su rebelde hijo.
—Belleza te mostraré el día de mi funeral, quien este tipejo? Y quien cree que es?, padre dime que lo echarás a patadas por lo insolente que es!—chilló encolerizado, sus ojos chipeaban feroces y se apartó en cuanto pudo.
—Tony!, esa boca, hablas con ni nada más, ni nada menos que el conde, que muy amablemente pidió tu mano en matrimonio y tu lo tratas peor que un vagabundo—Reto el padre, tomándose la cabeza por las migrañas que lo hacía padecer su hijo, más Steve se mantuvo quieto y tranquilo; Supo que era un hombre de fuerza y no permitiría lloriqueos, ni berrinches, lo cual agradeció y su fortuna era algo a considerar igualmente.
—Señor Stark no se preocupe, tan bella criatura si tiene una boquita de picaflor es fácil de querer—Le dijo, dándole una sonrisa torcida, durante ese tiempo sus "sirvientes" estuvieron mirando para todos lados esperando al hermano menor pasar.
—Que educado es usted, permitame darle mi aprobación este mismo domingo desposará a mi hijo—Howard se sintió tranquilo al ver el futuro de su hijo más prometedor, —Entonces hablemos de compensación—Le dijo sin ser tonto, quería una buena pasta, aunque deshacerse de Tony era un premio, algo de dinero le vendría bien.
—Nadie me va a preguntar acaso?, que estoy pintado o algo?—Preguntó Tony colérico, apuntándose a sí mismo, claro ahora querían cambiarlo por una vaca y un ranchito, se ofendió, más no le extraño.
—Los Donceles no hablan si no es requerido—dijo en advertencia su padre, haciendo un ademán para que se fuera, ya harto de los berrinches de Tony y su voz chillona que retumbaba en su oído.
Tony dejo la habitación con lágrimas en los ojos, siendo consolado por Bruce que salio en la búsqueda de su hermano y al verlo supo que algo muy malo le había pasado para que se pusiese de esa manera.
—le daré la mitad cuando muera y la otra a mi esposo—Steve sonrió para sus adentros, eso había sido muy fácil, apenas opusieron resistencia y hasta Tony se le hizo mas difícil que conseguir la aprobación de Stark.
Aquella actuación valía oro y se prometió que si salía de esta se dedicaría a ello, como fuese siguio con su rostro inexpresivo.
—igualmente—Ambos cerraron el trato, mientras que Steve le explica a Howard que debía regresar a su pueblo para anunciarle a sus amigos y conocidos y volvería lo más pronto posible; Lo cual sería para el rubio el viernes.
Debía conseguir con un traje para la boda y unos anillos lo suficientemente buenos y caros como para que pareciese real.