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Te Alcanzara Mi Corazón por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Por favor, lean, disfruten y comenten. 

Nos vemos abajo. 

Más lamentablemente, en esta ocasión no pudo hablar.

No es ningún tonto, entiende perfectamente que así es la situación ahora, si Mu no logro ir, debe ser por algo importante, lo único es que lo mata el no saber que sucede.

Suponiendo que de verdad se fue para cumplir sus sueños…

¿No pudo esperar aunque sea para despedirse de él?

Esa cuestión es lo que agobia su corazón, haciéndolo pensar que hay mucho más detrás de su falta a la cita mensual.

El pobre Ángel de cabellos como el oro, suspira tan abatido, sintiendo una horrible opresión en su pecho, habían pasado algunos años desde que se conocieron y han sido amigos a distancia.

Como un muro que separa dos almas, algo que no se puede ver, los hace evitar sentirse.

Solo agradecen que la barrera les permitiera comunicarse.

Pues ahora ya no concibe la idea de no poder escuchar su hermosa voz, sin embargo lo debe hacer, no sabe ningún medio posible, el poder llegar hasta donde sean los territorios del ejército.

Pero… Si fue capaz de encontrar una forma factible para derribar la barrera, ¿Quién le podría evitar saber en qué punto sus reinos se pueden conectar de nuevo?

Solo necesita información, posiblemente un mapa antiguo, de la época cuando la guerra estaba latente.

Así era como antes podían planear estrategias para atacar a los demonios, con la diferencia que este Ángel jamás haría eso, al contrario desea solo encontrar a uno, aunque la barrera los siga separando, poder localizarlo, saber que está bien.

Es demasiado terco y orgulloso como para darse por vencido.

-Encontraré la manera de volver a escuchar tu hermosa voz- Sus suaves palabras salen como la verdad absoluta en su corazón que le da la fuerza para buscar una sola oportunidad.

La única diferencia es que en esta ocasión debe apresurarse, no cree que pueda soportar mucho sin escuchar su nombre pronunciado por esa voz, sin tener esa dulce risa tan presente.

-Mu, te necesito-

Continua caminado, pensando que lo más probable seria que sus padres al verlo, lo reprendieran por no estar en el castillo, sabiendo que primero se ven en el desayuno, ya se imaginaba lo que le podrían decir.

Por esa razón decide mejor caminar con cautela, no desea verse envuelto en regaños de forma rápida.

Desde hace un tiempo… Se ha estado preguntando si sería adecuado decirles lo que pasa en su joven corazón.

Aunque sus padres, le han dicho que muchos demonios pueden ser buenos y con un gran corazón, duda en saber si lo entenderán.

Y más al no estar seguro de lo que Mu pueda sentir, dudas que lo atormentan desde hace cinco años.

-A veces… Me preguntó… ¿Si esa noche que escape del castillo y llegue hasta ti… Fue un capricho de mi Diosa?- Pregunta como si fuera respondida de inmediato.

Un suspiro, provocando que esos zafiros se cierren, siente que existen tantas cosas que no tiene explicación alguna.

Pero como encontrarlas si ni siquiera sabe que busca en realidad ante todo esto.

Hasta el momento luchara, buscara los viejos mapas de su abuelo, intentará descifrar lo que sea, y se aventurara cada que pueda a los límites de su reino, para buscar la dulce voz de Mu.

Se lo habían prometido en unas de esas noches…

---Flash Back---

-Sabes… Tengo mucho miedo…-

-¿Por qué?-

-Mis maldiciones han mejorado, pero el combate cuerpo a cuerpo… Es difícil- Hablo un pelilila cabizbajo de su lado.

-Entrena contra esos idiotas cuando te molesten- El rubio hablando serio ante aquella posibilidad.

-No sería prudente de mi parte hacerlo- Una ligera risita del demonio escapó –No quiero que sepan mi deseo, de hecho a nadie se lo había contado antes, salvo por mi mamá-

-¿Soy el primero?- Sonrió al sentirse especial de alguna forma.

-Sí, después de todo eres mi amigo, el único que tengo- Un suspiro sale de esos suaves labios –Shaka… ¿Me prometes que aunque me vaya… Seguirás siendo mi amigo?- De su lado Mu levanto su cabeza hacia el cielo, sonriendo esperando la respuesta del otro.

Como deseaba el rubio decirle que no podía seguir siguiendo su amigo, cuando su corazón le demanda otra cosa.

Más no puede asustarlo en este momento que necesita seguridad de algo.

-Siempre seguiré creyendo en ti… Y jamás lo dudes que estaré para ti- Como si solo estuvieran de espaldas, mirando ambos al mismo punto.

-Entonces… Cuando no esté en casa… Aun estaré allá buscando a las orillas de mi territorio, esperando a escucharte- Como si de una promesa se tratarse entre ambos niños.

-¿Enserio lo harás?- Shaka jamás se esperó eso, la propuesta salió del demonio y provoco que sus mejillas se sonrojaran.

-Sí, Shaka no quiero dejar de hablar contigo, intentaré encontrar la forma de poder escucharte… ¿Harás lo mismo?- Su voz sonando ilusionada.

-¿Buscarte?-

-Si, por favor ¿Me lo puedes prometer?- Un tono suplicante, como si temiera que el otro se olvide de su sola presencia.

-No tienes que pedírmelo… Mu, yo te encontrare en donde sea que estés, lo juro por mi honor de Ángel- Hablando lo más serio y sinceró posible.

Ambos cerraron esa promesa que no se la llevaría el tiempo, ni el viento, si dos corazones quieren estar juntos encontrarán la manera de hacerlo, siempre y cuando nadie salga herido más de la cuenta.

---Fin De Flash Back---

Por esa promesa que se hicieron, no se puede rendir.

Asumiendo claro que en efecto está entrenado para volverse un fuerte soldado, si no es así… Se enterara de cualquier manera, su corazón no dejara de latir con desesperación hasta que lo logre localizar.

Sin importar cuanto le cueste va a luchar.

Por pensar en esa dulce promesa de niños, el príncipe no se ha dado cuenta que ha llegado a la entrada del castillo, respirando profundamente, mirando por todos lados, intentando escabullirse de los soldados, que están tras su pista.

Conoce formas de entrar sin ser detectado, las mismas por las que sale.

Lo único es que todas atraviesan ciertos sectores en donde pudiera ser visto si no es precavido, en estos momentos es cuando agradece el entrenamiento físico, así no deja rastros de su mismas bendiciones.

Uno de los jardines por caminar, es donde su papá y varios Ángeles expertos en bendiciones hacen sus experimentos y recolectan algunas plantas especiales para cualquier situación.

Se alegra que no vea a nadie en la redonda, sin embargó eso se fue abajo al momento que escucho una voz tan conocida, salvo que la nota demasiado triste, llorando en efecto.

-Por favor… Protégelo…- La voz quebrada de ese Ángel, llorando creyendo que algo malo ha pasado con alguien que ama con toda su alma -¿Dónde estás Shaka?-

Aunque su ser busque con desespero a un demonio, no puede aceptar escuchar llorar al Ángel que le dio la vida, sabe que no fue prudente de su parte quedarse toda la noche, preocuparía a todos, pero en ese momento no pudo razonar, solo deseaba escuchar a Mu.

No le importa el castigo, ira con él, para disculparse y que sepa que está a salvo, aceptará la sentencia que sea necesaria.

Pero eso no significa que vaya a dejar de buscar los mapas antiguos del abuelo, solo para localizar la zona de entrenamiento de los soldados para encontrar a su Mu.

-Eres el único que me escuchara… Por favor… Solo quiero que…- Se sorprendió al sentir la presencia de quien más está buscando, girándose de inmediato para encontrarse con ese adolescente -¡¡¡SHAKA!!!-

-Papá… Disculpa por preocuparte- Suspiro resignado, sintiéndose mal ahora por otro motivo.

-Hijo…- Dejando todo de lado, se dirige apresurado para abrazar el más pequeño -¿Dónde estuviste?- De inmediato le pregunto su paradero, sin dejar de sostenerlo entre sus brazos y dejando escapar lagrima de preocupación.

-Lo siento… Me quede dormido en el bosque- Fue la única excusa que podía darle.

-Pero… ¿Cómo se te ocurre dormir en el bosque?- Su semblante de precaución se refleja inéditamente, más rápidamente niega con su cabeza, moviendo sus largos cabellos iguales a los de su hijo –Lo importante es que estas bien… Me tenías muy preocupado-

-Lamento haberlo hecho… Es solo… Que quería… Averiguar por qué el bosque sigue sin escucharme- El ceño fruncido del niño, denotando una determinación que no se parece a ninguno de sus progenitores reconocidos ante todos.

El mayor lo aparto un poco para verlo de frente.

Asmita nota cada gesto que su pequeño hace, no puede evitar sentir que sus lágrimas continúan acumulándose sin previo aviso, como si una punzada en su corazón hiciera que su respiración falle.

Un suspiro largo dejo escapar, sus ojos se cierran –Sabes que para algunos les toma más tiempo…- intenta convencerlo, sonriéndole, y acariciando sus suaves cabellos lacios como los propios.

-A mi padre lo escuchaban desde que era un niño- Imitando las mismas acciones de su papá -¿Por qué conmigo es diferente? Si soy su hijo-

No se atrevía a darle la cara, sus labios se apretaron con todo su dolor guardado, su puño igual.

Deseando tanto compartirle esa verdad, decirle que en efecto no puede comunicarse con el bosque, ya que eso solo lo hace la familia real, a la cual Shaka no pertenece.

Contarle quien es su verdadero padre, el Ángel más bondadoso que pudo conocer, aquel que le entrego su corazón eternamente, la vida que siempre desearon se les fue arrebatada por cumplir su misión.

Mostrarle un bello dibujo que había hecho Deuteros antes de que pasara la desgracia en donde están ambos, tomados de la mano, como si pudieran volver el tiempo con una simple imagen.

Así lo conocería, sabría la verdad, pero no puede hacerlo… Siente que tiene que seguir callando, aunque el único Ángel capaz de dañar a su hijo ya no está, teme cómo reaccionará el pequeño rubio.

Después de todo ve a Dohko como su padre, lo admira tanto y desea ser como él.

Y aunque el actual rey sabe perfectamente que ese niño no es hijo suyo, pues jamás en ningún mundo podría estar con alguien que no fuera su hermoso demonio.

Abre sus ojos color como el deslumbrante cielo de su territorio, no son como antes, su felicidad no está completa, pero trata de serlo.

-Shaka, solo dale tiempo… Puede que algún día, el bosque te haga caso- Palabras de aliento es lo único que le queda, aunque le toma de raro que vuelva a ese tema, cuando hace algún tiempo lo había dejado de lado, como si algo mas ocupara su mente.

Suspira, asintiendo gentilmente –Puede que tengas razón…- Mirando al otro con detalle -¿Cuál será mi castigo?- Prefiere que este ocupado pensando en cómo reprenderlo a que sigua derramando lágrimas, eso le causa peor dolor.

-Primero que nada, vas a ir a disculparte con Dohko y los demás soldados que se han preocupado por ti toda la noche- Resoplo bastante enojado ahora, cruzado de brazos delante de su pecho.

-¿Se dieron cuenta desde la noche?- Se sorprende por esto, posiblemente será más cuestionado, ya que si fue muy temprano… Ya habrían ido a buscarlo a ese lugar.

-En la madrugada pase por tu habitación, me fije si estabas bien y ¿Cuál fue mis sorpresa que no estabas?- Sus ojos fijos en Shaka, sin duda el castigo será algo fuerte.

-Lo siento…- Bajo su mirada, creyéndose perdido.

-Vamos entonces, así les avisaremos que ya estás bien y no estarán buscándote en todo el reino- Toma esa mano que nota que ahora es un poco más grande, después de todo su niño está creciendo.

-Si papá- Sin más obedeció, siendo llevado por el Ángel mayor, sabiendo que con el castaño el castigo será menor, pero en estos temas Amista manda y los otros dos solo asienten.

En estos momentos… No, en todos, Asmita recuerda tanto a Deuteros en Shaka, puede que su hijo heredara mucho de su apariencia en casi todo de hecho, pero las expresiones y determinación que posee, es algo que solo había visto en uno, y ese Ángel… Ya no está en este mundo, jamás volverá… Pero el recuerdo que tiene de él, lo protegerá con su vida, dispuesto hacer lo que sea para cuidarlo.

---Territorio de los demonios---

Habiendo pasado solo dos días de su cumpleaños, en los cuales el pequeño pelilila, debió viajar solo, para llegar hasta su destino.

Obviamente el caminó es mucho más corto si se tienen alas fuertes, capaz de soportar fuertes rachas de viento y largas distancias.

Lamentablemente Mu no posee las alas necesarias, así que debió solo caminar, pedir indicaciones y poder descansar en donde pudiera.

No comprende cómo es que de la nada su madre le indico irse, sigue sin entenderla, pero… Ahora está muy lejos para regresar.

Sabe que el día para enlistarse es hoy, apenas si tendrá tiempo de encontrar el área indicada.

Notando a varios jóvenes aspirantes como él, llevando entre sus manos el regalo que Yuzuriha le dio, el uniforme que portaría a partir del día que sea aceptado.

La bufanda que le dio, le ha ayudado para ocultarse, aunque no sabe de quién debe hacerlo.

Se fue con tantas dudas en su corazón, dejando a su madre y mejor amigo atrás, está temiendo ser olvidado…

-Shaka… Perdóname… Debí ir rápido a decirte lo que pasa, pero…- Un ligero suspiró sale de sus labios derrotado, ya no podía hacer nada.

Está muy feliz, solo debe confiar que de verdad recuerde su sueño, porque tampoco concibe la idea de perderlo como amigo, aunque nunca se han visto, siente que lo conoce por la descripción, que se ha hecho una imagen mental de ese Ángel, que le provoca sonreír y su corazón latir fuertemente.

Negando rápidamente con su cabeza, fija sus esmeraldas en el arco de piedra que divide la zona pública de la restringida, en esta ocasión está abierta para que todos los jóvenes aspirantes entren para registrarse y abandonar la vida antigua que han vivido hasta ahora.

Pues se dedicaran por los próximos dos años de lleno a entrenar y ser dignos soldados, puede ser que aquellos que tengan una vivienda cerca, tengan la posibilidad de ver a sus seres queridos aunque sea unos minutos, al hacer patrullajes que todos los novatos comienzan, pero aquellos que vienen de muy lejos será meramente imposible.

Sonríe sin siquiera pensarlo, sus ropas algo sucias por estar caminado por esos días, algo hambriento, pero está bien para él, apenas esta mañana comió lo último que su madre le tenía preparado, así que esta noche pueda que consiga algo de alimento.

Está feliz, es donde siempre ha querido estar, en el ejercito de los demonios, donde solo los mejores entrenan y aquellos que logran volverse expertos en todas las áreas a dominar son la elite, quienes tienen el deber de proteger al patriarca, ese es su sueño, cuidar al demonio que los cuida a todos.

Su corazón late de gran regocijó, piensa que es solo su emoción, por fin comenzar ese viaje que esperaba desde que tiene memoria.

Ni siquiera se imagina que su corazón le indica que está muy cerca de donde pertenece.

Inmerso en sus pensamientos, gira su cabeza, mirando justamente a lo lejos el recinto donde el patriarca de seguro se encuentra, sonrió mostrando sus dientes, incluso sus mejillas teniéndose de color carmesí, por su propia ilusión.

-Ahí es donde el patriarca debe estar- Pronuncia estas palabras –Algún día yo estaré custodiándolo que nada le pase y podre decirle que ha sido una gran inspiración para mí-

Habla sin importarle que lo puedan escuchar.

De nuevo sus ojos se fijan alrededor de donde está, mirando a los demás demonios cercanos.

Fascinado por cómo logra ver a los mayores entrenar, portando esos uniformes, incluso notando uno en especial que lleva una de esas armaduras simbólicas, que solo la misma elite logra portar.

Solo de imaginarse llegar a usar una, sonríe como tonto, cerrando sus ojos, sin fijarse por esta razón por donde va, para de inmediato chocar contra alguien.

-Ay…- Pronunciando ese sonido gutural de dolor, pero de rápidamente se apena por haber lastimado a alguien sin pensarlo –Lo… Lo siento… Yo…-

-¡¡¡OYE!!! ¡¡¡FÍJATE POR DONDE VAS!!!- Un voz algo chillona se hizo presenté, mostrando que está molesto por ese comportamiento del recién llegado.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar? 

Yo estoy super bien, aquí disfrutando del viernes, jajajajajajaja.

Pues solo diré probé comida nueva y estuvo riquisima, jajajajaja en fin. 

¿Quien sera la persona con la que Mu se encontró al final?

Asmita recuerda siempre a Deuteros.

Shaka... ¿Como racionara al saber quien es su verdadero padre?

Los antiguos mapas de las guerras... ¿Le darán algún indicio de lo que ocurrió antes?

Pobrecito el queriendo que el bosque le haga caso y jamas lo hará, no pertenece a la familia real por ahora. 

Bueno mis terrones les agradezco infinitamente que estén aquí conmigo, apoyándome, de verdad no se como agradecerles mis terrones de azúcar y recuerden... Que este fin de semana van a tener la actualización de dos fic's, así que esperenlo con ansias mis terroncitos de azúcar. 

Los mega quiero de verdad son los mejores del mundo.

Por favor cuidense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y pórtense bien. 

Ammu se va. 


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