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Te Alcanzara Mi Corazón por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Por favor lean, disfruten y comenten.

 

Nos vemos abajo. 

El grito sin duda trae recuerdos al pequeño pelilila, creyendo de inmediato que su vida aquí sería igual que en aquel pequeño pueblo donde habitaba hasta hace unos días.

Todos odiándolo, dedicándole insultos, estaba creyendo que la vida no podía ser igual aquí… Que tal vez, podría hacer amigos o al menos no ser blanco de bromas crueles por su condición, que sus alas no estén desarrolladas, que el hecho que sus cuernos y colmillos sigan siendo algo pequeños para su edad.

Todo esto en solo segundos se arremolinó en su mente, sintiendo nervios ahora de enfrentar a esos ojos celestes que lo miran con cierta molestia.

-Oye, ¿Qué te pasa?- Ahora el recién afectado por la torpeza del pelila, parece preocupado por cómo está mirando al frente, casi como temblando, con los ojos muy abiertos –Tampoco te grite tan fuerte- Indignándose por el comportamiento del otro.

Fue así como reacciona de inmediato, dándose cuenta que parece un tonto por quedarse mirando a ese joven demonio de cabellos celestes, aun parece molesto con Mu, pero se nota que no es alguien malo.

-Per… Don…- Su voz baja, algo nervioso por causar una mala impresión a alguien.

Lanza un suspiro, cruzándose de brazos y girando sus ojos –Esta bien, debes venir de las afueras ¿No?-

-Si… Vengo de un pueblo… Algo lejano…- Continúo con cuidado, se siente algo intimidado por el demonio que se denota ser alguien de apariencia frágil, pero con una personalidad deslumbrante.

-¿Cuantos días te tomo?- Apenas si le dedico una mirada, cuando comenzó a arreglar su cabello, como si fuera la cosa más importante del mundo.

Esto le parece bastante curioso al pelilila, sonriendo –Dos días-

-Vaya, eso significa que llegaste hace poco- Suspira, mirando hacia el reloj que marca veinte minutos para las doce del mediodía -¿Ya te has inscrito?-

-¿Eh?- Sorprendido, ya que está muy ilusionado por el lugar, ni se había acordado de ese detalle –No, aun no… De hecho… ¿Por…- Sin terminar de hablar, el peli celeste se gira para caminar delante de él.

-Ay estos nuevos que no entienden las reglas- Dijo como si le diera igual el tema, para alejarse solo con burla.

Mu bajo la mirada, sujetando apenas sus objetos personales, suspirando, creyendo que el otro se aleja porque lo considera algún muy tonto como para hablarle.

Sí que este pequeño demonio, tiene algunos traumas por como lo trataron en el pasado, sabiendo que solo los únicos en quienes pueden confiar, son su madre y Shaka, pero ninguno de ellos está aquí con él, estando solo y siente que así seguirá.

-¡¡¡OYE!!!- De nuevo esa voz chillona lo llama algo molesto para variar.

Alza sus verdes esmeraldas, si entender por qué se aleja y luego lo llama con un tono de enojo.

-Debes inscribirte antes del mediodía, si no perderás oportunidad este año- Le explica el peli celeste que se encuentra a unos cortos metros de distancia –Ven rápido- Señalándole con la cabeza para que lo siga.

-¿Eh?- No podía creerlo, mostrándole algo de amistad, alguien que apenas está conociendo, aunque de una forma algo tosca, pero se alegra mucho –Si… Ya voy- Como pudo comenzó a seguir al peli celeste, para alcanzarlo.

De esta forma el pelilila fue adentrándose más a la zona para los aprendices, quedando más cerca de los demonios experimentados, mostrándose cautivado, por la posibilidad de algún día estar en su lugar.

Es todo lo que pide.

-¿Cómo te llamas?- El demonio peli celeste es quien comienza a hacer preguntas, algo intrigado.

-Me llamo…- Recordando de inmediato lo que su madre le aconsejó.

“No digas tu verdadero nombre”

¿Por qué le dijo eso?

No tenía mucho sentido, pero seguirá sus instrucciones, creyendo que esto tenía que ser así, por alguna razón… También lo creía conveniente, aunque no sabe por qué.

Es como si algo dentro de su ser o tal vez algo externo que no comprende, lo tratara de proteger, para que no lo dañen en un lugar ajeno, en donde cualquiera pudiera hacer algo malo contra un recién llegado que nadie conoce, y por ende no extrañarían.

-Atla… Me llamó Atla- Sonríe nervioso, desviando la mirada, una clara señal de que está mintiendo, pero al otro ni lo noto.

-Yo soy Afrodita- Hablando algo arrogante –Este también es mi primer año, aunque yo he vivido toda la vida aquí, por lo cual conozco mucho- Sonríe confiado, ya que claramente esto le da una gran ventaja por sobre los aspirantes ajenos –Me especializare en maldiciones y ¿Tu?-

Mucha información que procesar de golpe, alguien que viva en los territorios cercanos al recinto del patriarca, significa que sus padres deben ser soldados de elite, o que conozca en vivo al mismísimo pontífice.

Pero debía seguir la conversación antes de parecer un tonto por emocionarse por esos temas relacionados con quien admira.

-Bueno… Quiero aprender a realizar maldiciones mucho más organizadas, pero también el combate me llama mucho la atención- Sonríe tímidamente, con un leve sonrojo por su confesión.

-Ja, aquí aprenderás mucho de combate sin duda, pero…- Lo mira de reojo –Creo que por tu condición, te vendría mejor ser maldecidor- Intentando sonar lo menos cruel posible.

De estar en un principio sonriente, pasa a estar de nuevo cohibido y triste por ese pequeño defecto con el que nació.

-Oh… Bueno… Si estoy aquí… Es para aprender y mejorar…- Ya no sabía que decir, es dura la realidad de aquellos que no poseen todas las condiciones necesarias.

-No me malinterpretes, no hablo solo de que tus alas o no deben ser muy fuertes o estén incapacitadas, si no… Por lo que te conviene más- Puede parecer alguien que no le moleste insultar o subajar a los demás, y de hecho lo hace con aquellos que lo fastidian, pero en esta ocasión no fue su intención, sino un comentario que no supo medir.

-Pero… Muchos de los soldados de elites no las tienen- Niega con la cabeza y frunce el ceño –Incluso el patriarca… Las perdió en una batalla y… Eso no le impide ser el más fuerte y quien nos protege- Defendiendo su punto con todo y pruebas, su deseo de ser similar a quien admira lo impulsa, demostrando un rostro más serio.

-Ay pequeño Atla, tampoco te puedes comparar con el patriarca- Le declaro para suavizar el ambiente –Él fue un soldado primero, de elite desde luego, criado y entrenado por el anterior patriarca, junto a mi padre, sus alas eran fuertes, capaces de sobrellevar fuertes vientos y soportar heridas profundas, tu apenas eres un niño que entrara a este mundo, ni siquiera uno que vivió desde su nacimiento aquí- Cruza sus brazos, sobre el pecho –No quiero ser malo contigo, si no realista, te combine ser un maldecidor que un guerrero-

-Lo siento… Pero aprenderé ambas clases, y me volveré un soldado digno de proteger a su ilustrísima, ese es mi verdadero objetivo por el que estoy aquí, y no pienso rendirme porque alguien me diga lo contrario- Frunce el ceño, demostrando la determinación en esos ojos verdes, apretando sus puños y parándose de forma firme, un porte bastante similar, que el peli celeste ha visto antes, pero en este momento no le da importancia.

-Mmh… Eres terco, bien… Veremos si lo logras- Sonríe, pues la actitud del pequeño le da gracia –Mi papá dice que un melificador debe ser muy terco, y tienes esa cualidad-

Mirando a Afrodita algo intrigado por quien podrían ser sus padres.

-Allí está la mesa donde debes inscribirte- Señalo al frente, en efecto un espacio donde algunos demonios jóvenes se encuentran recibiendo a los nuevos, anotando sus nombres, les dan indicaciones de donde deben ir, incluso la barricada que compartirán con otros.

-Oh… Muchas gracias- Asiente, mirando que le queda poco tiempo para inscribirse –yo…-

-Ve de una vez Atla- Se gira sin más, dándole la espalda –Nos veremos después- Alejándose, para que el pelilila continúe con lo suyo.

Ese demonio, se nota que no es alguien malo, tal vez algo realista, pero Mu o ahora falsamente de nombre Atla, no se puede dar por vencido, está en este camino, al anotar su nombre tendrá que esforzarse para llegar a donde quiere.

Si debe trabajar el doble, el tiple, no se dejara intimidar, al contrario tomara esa fuerza para seguir.

Tiene sus dediciones en claro, sus metas y no permitirá que nadie le diga lo contrario, incluso si debe demostrarle su valía al propio patriarca lo hará.

Sin más que decir o pensar, fue directo inscribirse, en donde es recibido por Aioros, que está ayudando a su tío a recibir a los nuevos junto a sus “Primo” los hijos adoptivos de Regulus.

Aunque esa no es la relación correcta, pero no ondeara en detalles.

Es el primer día, de toda su vida, demostrara que puede lograrlo, ser un soldado, un demonio capaz de proteger a todos, aun aquellos que alguna vez fueron crueles y malos con él.

No quiere guardar rencores, solo demostrar que es capaz de lograr cada una de sus metas, una determinación que se ha visto en otro antes, en alguien que se encuentra en la punta máxima de es jerarquía.

Pero no solo de este mundo la heredo, si no… También que comparte ese gesto que hace en su rostro cuando trata de ser valiente.

---Recinto del patriarca (Por unos pasillos)---

Dos demonios se encuentran cerca de una ventana, observando atento a los jóvenes que este año llegan para tratar de formar parte de las filas del ejército.

Aunque están algo lejos para identificar a todos, no evitan sentirse curiosos por ellos.

Tal vez uno más que otro.

-Este año parece que no tenemos muchos aspirantes- Comento uno de cabellos celestes, largos y lacios, dedicando una sonrisa hacia esa zona.

-Si…- Apenas si responde, esos ojos rosas miran como esperando encontrar un pequeño rostro que no conoce, pero que anhelaría ver con todas sus fuerzas.

-Por una parte eso es bueno… Aquellos que estén deseando aprender maldiciones de forma adecuada, les podre poner la suficiente atención- Declaro con una sonrisa, tratando de animar al otro.

-Este año… Afrodita comenzara su entrenamiento formal ¿Cierto?- Esa voz tan apagada, su mirada igual, lanzando un suspiro melancólico.

-Sí, aunque lo hemos entrenado en todos los ámbitos posibles, desde que cumplió los tres años- Sabe que ese tema es difícil para el patriarca, pero ahora pareciera estar muy interesado en saberlo.

-Trece años…- Susurro apenas, suspirando, con la mirada perdida en el firmamento.

-Sé que ha sido difícil, pero…- No pudo continuar, pues de inmediato siente la presencia de alguien, cierra sus ojos entendiendo que el patriarca aun es espiado por colmillo rojo en todo momento.

-Es mejor… No hablarlo…- Ya ha llorado demasiado, y lo sigue haciendo, pero no quiere causar más lastima de la que sabe sus amigos ya le tienen.

Todos han gozado de formar una familia, independientemente si han encontrado una pareja o no, tienen hijos, unos biológicos y otros adoptados.

Mirar su felicidad desde lejos, es la condena que tiene que sobre llevar, pero…

¿Qué tan miserable desean que sea?

Su único delito fue amar a un Ángel y no puede negarlo, aun lo hace… Cada fibra de su corazón añora volver a verlo.

Si tan solo hubiera aceptado irse con él, aquella vez cuando se lo propuso, ahora estarían juntos, con su pequeño Mu.

Pero su cobardía, su miedo, se siente culpable por no haber sido valiente.

Ahora debe sufrir en silencio, el no poder estar con ninguno de quienes ama.

Aun cree que gracias a su sufrimiento al menos mantiene a salvo a Mu, y es lo único que lo tiene con cordura.

Sin embargo, es una vida que nadie debe soportar.

Albafica, también se considera culpable… El no poder haber protegido al hijo de su amigo, pero el patriarca le arrojo una maldición potente esa vez, que tardó mucho en recuperarse.

Arrebatándole gran parte de sus fuerzas, fue algo que lo desconcertó tanto.

Por eso, desde hace tres años… Junto con Regulus, Manigoldo, incluso Sísifo que después se enteró de la verdad completa, vigilan los nuevos aspirantes.

Obviamente la edad requerida para entrar al entrenamiento es a los trece años oficialmente, aun así existen excepciones de jóvenes dotados que pueden ingresar desde temprana edad.

Pensando que el hecho de que Shion fue un prodigio a su edad, podría ser heredado para su hijo, pero eso es algo que solo especulan.

No le dirán nada, es mejor mantenerlo en secreto, existen tantas amenazas a su plan, no pueden arriesgarse que colmillo rojo descubra lo que hacen, han sido cuidadosos estos años, si la posibilidad de ayudarlo a encontrar a su niño existe, la aprovecharán.

Por esa razón, Albafica se calla tanto, incluso si encuentran a un pequeño que cumpla todas las características, deben estar seguros antes de que Shion lo conozca si no… Podría ser peor.

---Zona de entrenamiento---

Regulus de pie en un punto clave para observar a todos los novatos recién llegados, sonriendo por pensar en quienes serán los primeros en hacerlos llorar.

No es alguien que se tiente el corazón en decirles si son aptos o no, es muy estricto y a veces hasta cruel, algo que logra hacer pensar lo contrario con su apariencia tan juvenil y alegre.

Espera a quienes lo ayudan para que le entreguen la cantidad de aspirantes, para de ese modo empiece a dar el discurso de cada año, intimidándolos por igual.

-Ja, mocosos ilusos- Pareciera que los detesta con solo mirarlos, pero es todo lo contrario solo aceptará entrenar a los más fuertes y aptos, tampoco desea ver morir a los que no tienen la capacidad necesaria.

Puede que la guerra con los Ángeles acabará, pero… Aún existe una interna, por ciertos factores de odio contra todos los que están alrededor del patriarca a este mismo.

Solo por el hecho de haber formado la barrera y muchos no haber obtenido su venganza contra aquellos seres que contrastan a ellos.

Por eso es estricto, incluso con los propios niños que ha criado y ahora son unos jóvenes, es inflexible, desea que sobrevivían a todo costo.

Lanza un suspiro, imaginándose como sería la vida, si la guerra hubiera continuado, pensando en posibilidades que ahora no caben.

Aun siente algo de rencor por el asesinato de su padre, pero es algo que ya no pude cambiar, además… El hecho de estar buscando a un pequeño niño hibrido, que solo acepta por ser hijo de quién admiraba de pequeño.

No sería capaz de matar a un inocente.

Al traer estos recuerdos, su vista se fija al frente, sin ver nada con atención, pero…

Algo le perturbo.

Dándose cuenta con el rabillo de su ojo, teniendo que salir de sus pensamientos de golpe, para fijarse con mayor atención.

-Una… Cabellera lila…- Dedica estas palabras al aire en sí.

Pues es una de las características que están buscando.

Ha habido otros demonios con cabellos de esa tonalidad, pero todos resultaron negativos, sin embargó… Este año es especial, concuerda con la edad aceptable.

Así que presta mayor atención en cada detalle, si es verdad cumplirá con la promesa que hizo en su juventud.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo estoy muy bien, comiendo unas papitas de queso y recordando que casi muero en otra ciudad, jajajajajajaja la neta que hace cinco años... Tenia amigas muy locas...

Y sufro por que nunca me pude tomar una foto con el único semáforo de esa ciudad, chale... 

Que buenos desmadres y yo siendo la única sobria, es que yo no tomo alcohol, ni fumo... Pero me gusta el desmadre jajajajaja

Una piscis conduciendo, una Tauro de copiloto ambas ebrias, una escorpión fumando y una aries rezándole a todos los santos disponibles de no morir... Aaaaa y un capricornio que fuimos a tirar a su casa, por que ya estaba muy ebrio. 

En fin dejo de hablar de mis recuerdos jajajajaja fue una noche con ganas jajajajaja

Entonces... En el fic... Afrodita conoce a Mu, o aquí ya esta simulando otro nombre. 

Regulus parece que se dio cuenta.

Albafica... Podría investigar mas y con la ayuda de su hijo podría ser que se acerque a Mu y con ello, si se dan cuenta que es el hijo perdido de Shion, tendrán que hacer que ellos se encuentren.

Shion podría ser que al verlo ¿Reconozca esos bellos ojos verdad heredados de su Ángel?

Todo eso y mas descubrirán en la próximo capitulo. 

Muchas gracias mis terrones por seguir leyéndome, me alegra mucho compartir mis locuritas y que las disfruten tantos, me hacen tan felices. 

Y espero que yo igual los haga felices y si con mis locuras les ayuda olvidar cualquier momento malo... Me doy por bien servida. 

En fin, cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan de mas. 

Los quiero mucho. 

Ammu se va. 


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