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Ars Amatoria por SelPattz

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El rubio sale de la ducha y frota su cuerpo en un gesto cotidiano pero al rozar sus pezones debe detenerse mientras muerde su labio inferior respirando profundamente.

-Carajo-susurra mientras se dirige a la habitación.

-HYDRA Supremo, el Líder Superior llegó y se dirige a su posición- informa FRIDAY tal como el albino le había ordenado que hiciera

-Gracias, una vez que entre cierra el acceso e informa que no estaremos disponibles. Helmut se hará cargo de todo por el día.

-Como ordene, señor…

Abbadon seca sus cabellos con ímpetu mientras se cerciora que todo en la habitación está en perfecto orden, todo tiene estar tal cual lo imagino pues hace tres semanas que no ve a su castaño y justamente está regresando a tiempo para su cumpleaños, así que tiene una sorpresa que de verdad espera puedan disfrutar al máximo.
La puerta principal se hizo escuchar y el de ojos escarlata dejó la toalla en el cesto antes de dirigirse a encender las velas aromáticas y colocársela camisa blanca para tomar asiento.

-¿Mio sole*?- cuestionó el castaño mientras abría la puerta de la habitación que compartían- cariño ¿Dónde…?

Decir que la mandíbula del genio cayó hasta el suelo era poco pues de aire simplemente abandonó sus pulmones al toparse con lo que a su parecer era la imagen más erótica que podía existir. La recámara se encontraba a medias luces, la poca luz existente provenía de las velas que rodeaban la cama donde acompañado de pétalos de rosa y con un bowl de fresas y copas de champagne a lado esperaba su pareja con los cabellos húmedos y alborotados, vistiendo solamente boxers y una camisa sin abotonar que resaltaba no sólo sus gruesos muslos, sino también sus increíbles pectorales así como el pulpo y cráneo de tinta roja que estaban plasmados en los mismos.

-Bienvenido min kjaerlighet*- murmuró con aquel tono de voz bajo y rasposo que hacía que las piernas del mayor temblaran

-Mierda- susurró Tony al sentir su pene palpitar de inmediato con interés mientras sus piernas se quedaban congeladas en su lugar

-¿Te gusta lo que ves?- cuestiona el rubio divertido ante las reacciones de su pareja

-S-sí, definitivamente sí- logra contestar cuando por fin retoma control de su cuerpo y comienza a acercarse a la espaciosa cama mientras desabrocha su chaleco de tono negro profundo

-¿Qué tal tus reuniones, kanelgifler*?- susurra el de ojos escarlata admirando lo bien que se ve con las malditas mangas remangadas antes de ponerse sobre sus rodillas para llegar al castaño y ayudarle a quitarse la prenda superior mientras le da un casto beso.

-¿Podemos hablar de eso después, beloved?- pidió aún contra sus labios evidentemente afectado por la situación mientras sus manos viajan despacio por el duro abdomen del noruego

-¿De qué quieres hablar cariño?- el rubio continúa con su juego, solo tentando mientras se encarga de desabotonar la camisa rojo escarlata que viste el más bajo

-De lo malditamente bien que te ves en este momento y…- las manos de Tony llegaron a los pectorales que tanto amaba y se quedó sin palabras

-... ¿S-sucede algo?- el menor a duras penas contuvo el gemido que aquella acción ocasionó

-Son… mierda Ab ¿Son piercings?- cuestiona el millonario con voz gruesa y los ojos oscurecidos separándose sólo lo necesario para apartar los bordes de la camisa y poder admirar los pezones perforados

-¿Qué tal lucen?- una sonrisa felina adornó el rostro del líder de HYDRA al obtener la reacción que deseaba

-Carajo…- el castaño atacó sus labios, era un beso violento y obsceno que hacía que la barba del rubio le raspara pero eso sólo le encendía más, sus manos amasaron el pecho ajeno creando gemidos que morían ahogados en su boca

Una suave alarma sonó tan sólo una vez, Abbadon rompió el beso a pesar de que moría por más, sonrió de nuevo mientras tomaba con cariño el rostro de su pareja y le miraba a los ojos.

-Ya es medianoche… Feliz cumpleaños Anthony- susurró dándole un beso suave y lento mientras sus manos viajan a la cintura del mayor para desabrochar el cinturón de fina piel

El castaño sentía su corazón palpitar como loco, sentía que el pecho explotaría de la emoción pues sinceramente Abbadon cada vez le demostraba más y más cuánto lo ama, él no esperaba que le recibiera así, mucho menos que esto fuera parte de su celebración de cumpleaños. Sintió las ásperas manos desnudarle despacio y él sólo se deshizo en suspiros cuando sus labios por fin fueron liberados y un camino de besos fue repartido por su cuello y clavículas.

-Dime que es lo que quieres amor- murmuró él rubio contra su piel, dedicándose a adorar a su genio

-Sólo te quiero a ti- pidió tomando el rostro del mayor para mirarle de frente

-¿Pero qué quieres de mí?- cuestionó acariciando el firme trasero de Tony

-¿Puedo pedir lo que sea?- murmuró sin poder contener el tono excitado en su voz ante la perspectiva

-Lo que quieras...

-Quiero follarte el pecho- susurró con voz gruesa

-Tus deseos son órdenes

Abbadon se separó despacio y dejó resbalar la camisa por sus hombros, sus manos se deslizaron lentamente por su ropa interior hasta deshacerse de ella, se movió hacia atrás sin romper el contacto visual y se dejó caer en la cama acomodando un par de almohadas bajo su cabeza.

-Ven a mí, min verden*- pidió extendiéndole la mano

Tony terminó de quitarse la ropa y una vez desnudo en su totalidad de subió a horcajadas sobre el abdomen del menor, sus manos tomaron ambos pechos y los masajeó a la par maravillado con la suavidad del tejido, sus pulgares pasearon por los pezones haciendo que el otro jadeara suavemente.

-No puedo creer que realmente lo hicieras…- susurró sin desviar la mirada de la joyería en ningún momento

-Mencionaste que se verían bien, y tenías razón- murmuró él de ojos rojizos acariciando sus glúteos con firmeza

-Un día de estos vas a matarme- dijo el castaño tomando el lubricante que descansaba en la mesa de noche y lo dejaba caer abundante sobre los varoniles pechos y su punzante erección.

Las manos del genio tomaron los costados de los pectorales creando un estrecho espacio en el medio donde deslizó su virilidad jadeando ante la sensación que le embriagaba.

-Carajo Ab…

-No te contengas amor- pidió el menor más que extasiado por las reacciones de su amado Anthony, su rostro sonrojado y su expresión de placer le eran suficientes para encontrarse al límite

El castaño no dudó un instante en obedecer, sus caderas comenzaron a moverse con fuerza, los gemidos escaparon de sus labios sin control alguno y sus ojos se clavaron en el rostro de Abbadon quien le miraba con absoluta lascivia, como si deseara devorarle entero.

-Mierda, si pudieras verte en este momento amor- gruñó el rubio con voz gutural

-Mmm… sí…

-Tan perfectamente obsceno, una jodida oda al erotismo…

-¡Dios!… Sí, Ab…

-Te encanta que te hablé sucio ¿No? Mírate, tan ansioso… Sigue así Anthony, quiero ver cómo te vienes sobre mí- ordenó afianzando su trasero pegándole aún más contra su pecho y que el aludido gimiera aún más fuerte

-¡Oh sí! ¡Ab! Amor v-voy a…

-Hazlo, córrete para mí precioso.

Con un gemido gutural el moreno eyaculó con fuerza manchando el pecho como el rostro del albino, con las piernas temblorosas se separó un poco del cuerpo de su pareja y soltó los pectorales que rebotaron levemente al volver a su posición natural. Tony jadeó ante el desastre que había hecho, sus ojos miraban fascinados el pecho tatuado cubierto por el lubricante y su semen, y de inmediato sintió la sangre correr de nueva cuenta hasta su pene

-Mierda, te amo tanto mio amore*- susurró acariciando de nuevo los sensibles pezones

-Mmmm, no tanto como yo a ti- contestó acariciando los muslos que tanto le fascinaban

-Prometo que voy a compensarte por esto- prometió descendiendo lentamente para poder besarle probando su propio sabor en aquellos labios

-Es un regalo kanelgifler* no tienes que compensar nada- dijo divertido

-¿Entonces no quieres verme tatuado?- cuestionó sabiendo lo que eso ocasionaría

-... Anthony…- gruñó bajo llevando las manos a sus glúteos

-"Propiedad de HYDRA" con letras rojas en mi espalda baja, para que lo puedas admirar mientras me coges duro- murmuró contra sus labios

Abbadon giró sobre sí mismo atrapando al genio entre el colchón y su cuerpo mientras besaba y dejaba mordidas en la piel acanelada.

-¿Cómo pretendes que me comporte si metes esas ideas en mi cabeza?

-Dijiste que me consentirías, y en este momento quiero que me folles hasta la inconsciencia- pidió mientras le abrazaba por el cuello

-... ¿Quién soy yo para negarle algo al cumpleañero?- susurró antes de atacar aquellos labios de nueva cuenta y dispuesto a satisfacer a su castaño

El día apenas empezaba, aún tiene muchísimo tiempo de sobra para hincar la rodilla al suelo y ofrecerle el hermoso rubí que escondió en la cajonera mientras le promete a su genio entregarle el mundo entero.

FIN


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