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Ars Amatoria por SelPattz

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Notas del capitulo:

Especial Halloween 2022 inspirado en la canción "So close" de la película Enchanted

 

https://youtu.be/5UtnXJy5b5I

Los reyes Abbadon de la casa Haugen y Anthony de la casa Stark ríen y disfrutan de una velada que hace mucho se debían, pues con tantos enemigos rodeandolos a veces parecía imposible el permitirse ser simplemente una pareja enamorada. Los soberanos no son ciegos ni sordos, saben que sus súbditos no les quieren, que su reclamo al trono de sus respectivas naciones puede ser desafiado en cualquier momento porque para muchos grandes señores su matrimonio es una blasfemia y una unión que no fue suficiente para fortalecer a sus reinos, no pueden confiar ni en su propia sombra porque su pueblo no está dispuesto a simplemente olvidar las tradiciones.

 

You're in my arms

And all the world is calm

The music playing on for only two

So close together

And when I'm with you

So close to feeling alive

 

Mientras la noche avanza el amplio salón dorado es apenas iluminado por la luz de las velas que están cercanas a morir dándole más el aspecto de un mausoleo pero a la pareja que baila alegremente en el centro del mismo parece no importarle, y es que a estas alturas de su vida ya no pueden permitirse perder segundos valiosos en nimiedades. Abbadon mira a su esposo con el mismo brillo en la mirada que el día en que se conocieron, bebiéndose su imagen de manera egoísta para grabarla a fuego en su memoria, así tan hermoso con los ojos chispeantes y lleno de vida, atesora cada gesto que el castaño le obsequia, deseando no temer nunca más…

 

*********

Hildr de la casa Haugen, la primera de su nombre, legítima heredera del Gran Reino de HYDRA. En su tierna infancia fue aclamada por su pueblo, todos se deleitaron con su presencia y no hacían más que adular cada gesto y palabra que emitía, la gente solía reunirse en las puertas del Palacio de la Luna buscando tan solo poder verla jugar con su nana, pero todo acabó cuando llegó a sus trece vueltas al sol y con ella la llegada de su primera sangre, ya era considerada una mujer y sus padres no engendraban un hijo varón, los señores de las grandes casas comenzaban a tramar en secreto pues no le creía apta para gobernar la nación que su ancestral casa había protegido desde los tiempos en que los elfos aún caminaban entre ellos. Cuando los reyes murieron de manera sorpresiva muchos teorizan que había sido la misma princesa la que se deshizo de sus padres al saber que planeaban casarla para de esa manera tener un Rey digno, nada más lejano a la realidad pero los rumores vuelan rápido y mueren lento. Su pueblo dudaba de ella y su rechazo al matrimonio no ayudaba a su imagen, Hildr se mantenía en el trono tan solo por la fuerza de Lord Johann Schmidt, su consejero principal y mano derecha. El hombre conocido en tiempos de guerra como el Kraken la amaba como a una hija pues siendo mejor amigo de su padre la vio crecer, él no hacía más que velar por la seguridad de su reina ayudándole a gobernar con mano dura y corazón cordial, sin ir en contra de los deseos de ella, dispuesto a demostrarle al reino que su pequeña loba era más que capaz y no necesitaban de un rey y casi lo logró, hasta la llegada de Ser Steven Rogers…

 

La reina Hildr con un pequeño bulto sollozante entre sus brazos corría a la par de su dama y mejor amiga Elisa Synclair, detrás de ellas tres guardias reales revisan cada parte del largo pasillo hasta llegar a los últimos aposentos de aquella torre donde le hacen entrar, dos guardias se quedan fuera custodiando la puerta, el tercero quien es su escudo juramentado les acompaña al interior de la habitación y se quita el yelmo mostrando aquellos cabellos tan rubios como los campos de trigo en el sur.

 

-Aqui estarán a salvo, el Torreón de la Loba es inexpugnable- susurro el hombre ayudándoles a tomar asiento y sirviendoles agua fresca

 

-Por la diosa… la pobre gente de la corte…

 

-Lo lamento mi señora, pero no hubo tiempo de darles asilo

 

-Esos traidores mataron a Von Strucker- murmuró Elisa sin poder borrar la sangrienta imagen de su mente

 

-Esa flecha era para mí, vio que el ballestero me apuntaba y se puso en la trayectoria- susurró la reina

 

-El Lord Comandante hizo lo que cualquiera de sus guardias habría hecho, su majestad…

 

-¡No acepté a ninguno de los trece esperando verlos morir frente a mí, Steven!- confesó la mujer albina conteniendo el llanto mientras mecía al pequeño entre sus brazos 

 

Antes de que el ojiazul pudiera contestar se escuchó ruido fuera de la habitación, escucharon el metal rechinar seguido de un par de jadeos dolorosos para terminar con el escándalo de una armadura cayendo.

 

-Imposible- susurró el hombre colocándose frente a su protegida, ocultándola con su cuerpo- No pudieron llegar tan rápido, hay otros once guardias, James…

 

La puerta se abrió y por ella entró Ser Margaret Carter, la primer mujer en ser reconocida cómo "caballero" del reino, fue por ella que Hildr creó el título de "Dama" y decretó que toda mujer con habilidades de la espada que demostrará su valía podría recibirlo, aquella mujer con su brillante armadura blanca que siempre contrastaba con la pesada capa negra ahora lucía salpicada de sangre fresca y en su mano derecha empuñaba una fina daga. Hildr lo supo en el momento que la vió, dio un par de pasos hacia atrás sabiendo lo que buscaba y obligándose a mantener la calma recordó la daga de acero élfico que se ocultaba en su cinturilla…

 

-¿Qué significa esto Margaret?- cuestionó Steven llevando una mano a la empuñadura de su mandoble

 

-Ellos tienen razón y lo sabes… ese bastardo no puede ser el futuro Rey - declaró señalando con la daga hacia el recién nacido que dormitaba en brazos de la reina

 

-¿Te atreves a amenazar a tu reina? En nombre de la diosa como…

 

-¡No te atrevas a ensuciar más el nombre de la diosa!- le interrumpió la castaña furiosa- Ya has hecho suficiente, juraste en su nombre y has roto tus votos sin remordimiento alguno

 

-Tu no…

 

-Callate, la corte puede hacer de oídos sordos pero eso no significa que puedan salirse con la suya. Todos sabemos lo que sucede entre ustedes, no ha sido la gracia de la diosa la que ha preñado a nuestra reina quien se supone debe seguir doncella, y no importa cuántos documentos firme, ese niño nunca dejará de ser un bastardo- siseo casi con asco

 

-... ¿Cuánto te ha costado a ti decidir romper tus propios votos?- intervino Hildr poniéndose de pie y saliendo ligeramente de detrás de su protector

 

-Demasiado…- confesó

 

-Es evidente tomando en cuenta cómo juzgas tan severamente a Ser Rogers, has pasado demasiado tiempo luchando contra ti misma…

 

-No se atreva, no tiene ni idea

 

-El amor es tan poderoso que a él lo ha hecho romper los votos que tú hiciste exactamente por el mismo motivo- declaró la reina sin inmutarse y Margaret no pudo hacer más que contener las lágrimas y mirar al rubio

 

-... Sabía que no me amabas, y esta era la única manera de estar junto a ti, pude haber pasado por alto cualquier cosa que hicieras Steven- murmuró la mujer dolida

 

-Imagino el dolor que sentiste al saber que el hombre que amabas se deshonró…- susurró la reina

 

-Lo lamento Margaret, debí notarlo. Pero los votos no exigen castidad, sólo el no tomar esposa…- murmuró el rubio sintiéndose culpable por no notar los sentimientos de su amiga

 

-Y no engendrar hijos, nuestro hijo es lo que le ha hecho decidirse a romper sus votos- le interrumpió Hildr admitiendo por primera vez lo que el reino entero murmuraba y Margaret con renovada furia decidió atacarlos.

 

El enfrentamiento duró menos de cinco minutos, pero a ojos de la soberana duró horas, al finalizar Elisa había huido por un pasaje secreto con el pequeño Abbadon en brazos, Margaret yacía muerta con la armadura rajada gracias a la ancestral daga de los Haugen y la espada de Steven clavada en el pecho mientras la reina Hildr manchaba sus ropas con la sangre de su amado gritando por ayuda y suplicándole en vano que no la abandonara. La rebelión murió la misma tarde en la que inició, pero se llevó con ella el corazón de la reina, quién tardó apenas un par de años en seguir a su único amor, dejando a su hijo al cuidado del Kraken.

*********

 

A life goes by

Romantic dreams must die

So I bid my goodbye

And never knew

So close, was waiting

Waiting here with you

And now, forever, I know

All that I wanted

To hold you so close

 

Anthony se dejaba guiar gustosamente por su esposo en aquella danza tan melodiosa, en ese momento no le importaba el frío que cala en su interior desde hace tiempo, la oscuridad que parece cernirse sobre ellos como un siniestro augurio, ni el salón tan tétricamente desconocido, por primera vez en su vida no tenía que preocuparse por nada. Podría simplemente dedicarse a sentir el calor de su amado ahí justo donde sus manos le estrechan contra su férreo cuerpo, aspirar la fuerte loción con la que se bañaba y llenarse del hermoso color escarlata de sus ojos…

 

*********

El rey Howard de la casa Stark había sido de los pocos en la familia real que tuvo la dicha de casarse por amor, el hombre adoraba el suelo por el que caminaba su esposa, no había ninguna sola cosa relacionada a la reina que no fuera de interés del monarca. Cuando su primogénito nació las parteras estaban atónitas pues nunca conocieron no sólo un rey, sino un hombre que se negara a dejar el lecho de su mujer mientras paría y lloró de felicidad cuando pudo ver al Príncipe Arno por primera vez, decretó siete días de festejo sin parar para que todos los reinos supieran que los Stark eran felices, que el Reino de Hierro era próspero y que nada malo les podría pasar pues en la Fortaleza del Sol contaban con la bendición de su dios.

 

"El inicio del fin" fue cuándo la reina se enteró que estaba en cinta de nueva cuenta, el médico en jefe no dudó en dar las malas noticias a sus majestades, pues la salud de la reina no era la mejor y llevarlo a término podría matarla. El rey Howard no dudó en pedir que prepararan el té que pondría fin a la vida del feto pero su esposa tan obstinada cómo era se negó, decidió darle su vida al pequeño que crecía en su interior y amenazó con abandonar el castillo y no volver nunca más si su esposo continuaba con sus intención de interrumpir el embarazo. Así fue como el día que el Príncipe Anthony nació su padre se negó a estar ahí, nunca lo cargó en brazos a pesar de prometer a su madre que siempre velaría por su bienestar y siete días de luto fueron decretados en la nación. Anthony creció a la sombra de su hermano quien era amado por el simple hecho de existir, le llamaban el Príncipe de pueblo, mujeres se desvivían por recibir tan sólo cinco segundos de su atención y hombres siempre intentaban medir su valía ante él para demostrar que eran dignos de su presencia, Arno recibía todo el cariño del reino sobretodo el de su padre quien se desvivía por él y le mostraba orgulloso en la corte y en sus reuniones del consejo donde le entrenaba para ser su sucesor. A Anthony eso nunca le interesó, él sólo quería que le dejarán en paz con sus inventos, veía como una bendición que su padre no tuviera el menor interés en él pues simplemente no encajaba con las "tradiciones ancestrales" de su nación, pero entonces la Fiebre púrpura llegó…

 

Anthony fue nombrado Rey una fría tarde, él miraba el atardecer rezando por primera vez en su vida, pidiendo a su madre que salvará a su padre y hermano, rogó que se lo llevará a él en su lugar pero al parecer fue en vano, el médico, la guardia real y el consejo entraron a su habitación estruendosamente e hincaron la rodilla antes de proclamar al unísono "¡El Rey ha muerto, larga vida al Rey Anthony!", vaya forma de enterarse que toda su familia había fallecido. El día de su coronación Anthony lloraba en silencio soportando el peso de la corona sintiendo que en cualquier momento le partiría el cuello, las manos con las que sostenía el orbe y cetro parecían quemarle tan intensamente como las miradas y susurros de aquellos que juraban en nombre del gran dios que él había matado al bienamado Príncipe Arno en cuanto supo que su padre no sobreviviría.

*********

 

So close to reaching

That famous happy end

Almost believing

This one's not pretend

And now you're beside me

And look how far we've come

So far we are, so close

 

Ambos tenían el peso de tantas mentiras e intrigas grabados en lo más profundo de su ser, intentaron con todas sus fuerzas ser el Rey que sus respectivas naciones merecían pero para su pueblo sus acciones nunca parecían ser suficientes, siempre había algo más que a su parecer hacían mal, siempre exigían más de ellos. Abbadon y Anthony juraban que no existía en el mundo entero un rey más infeliz que ellos mismos y entonces se conocieron.

 

La conexión fue inmediata, por fin encontraban a un alma que les entendía a la perfección el dolor que les aquejaba, no ayudó el hecho de que sus naciones decidieran establecer relaciones comerciales a través de la naciente Sokovia ya que esto hizo que coincidieran continuamente y se hicieran aún más cercanos, cuando el imperio de Madripoor intentó conquistar las tierras del continente no dudaron en aliarse para proteger a sus súbditos y todo habría estado bien… sino se hubiesen enamorado.

 

Oh how could I face the faceless days

If I should lose you now

 

La primera campanada se hizo escuchar anunciando la medianoche, la música disminuyó su volúmen, el viento frío les caló hasta los huesos y el Rey Abbadon atrapó a su esposo entre sus brazos mientras sentía que la fuerza del brazo derecho comenzaba a abandonarle.

 

-No me dejes min mane*- suplicó al oído del castaño conteniendo la imperiosa necesidad de llorar

 

-Lo siento min sol*, debo irme- susurró con voz rota mientras el color acanelado de su piel poco a poco comenzaba a disminuir tornándose casi traslúcido

 

-Por favor, no lo soportaría, no de nuevo…

 

-Este ya no es mi mundo- dijo el rey Anthony acariciando su mejilla haciendo que el de ojos rojos se estremeciera debido a la ausencia de calor en su pareja

 

-Tampoco el mío, no si ya no estás en él…

 

-Sabías que esto sólo es por una noche y tú aún tienes que recuperar nuestro reino- pidió el moreno

 

-¿Para qué quiero un reino que jamás podría llenar el vacío que dejaste aquí?- siseó golpeándose el pecho con fuerza

 

-Para demostrar a los traidores que nadie puede ir nunca contra el designio de los dioses, para vengar a Lord Schmidt porque él no juró a tus padres criarte cómo a su nieto para que tú te rindas ante esas malditas ratas

 

-No sé si pueda…

 

-¿Dónde ha quedado mi esposo?, Porque ciertamente yo no desafíe a la iglesia misma para casarme con un hombre que duda de sí mismo…

 

-¿Cuándo todo esto termine estarás ahí?

 

-Te voy a recibir con los brazos abiertos, mi amor

 

La pareja compartió un último beso que sabía a dolor, humo y sal, poco a poco la magia del hechizo comenzó a desvanecerse, la piel de Anthony resplandeció cuál luz de estrellas y poco a poco se desintegró en minúsculas partículas de luz que volaron con el viento, Abbadon sollozó sintiendo de nuevo el enorme vacío en su pecho y el peso de su ahora inservible brazo al caer, la belleza del salón a su alrededor se desvaneció mostrando tan solo una fría sala de piedra y el horror ferroso de la sangre coagulando.

 

We're so close to reaching

That famous happy end

Almost believing

This one's not pretend

Let's go on dreaming

For we know we are

So close, so close

And still so far

 

-Le dije que la magia de los dioses es poderosa en la noche de todos los santos, ¿Está satisfecho mi señor?- murmuró la sacerdotisa de cabellos plata acercándose al hombre

 

-No estaré satisfecho hasta que HYDRA y Hierro dejen de ser gobernados por usurpadores y por ello necesitaré de tus servicios nuevamente- musitó el rubio con rabia

 

-Yo soy su fiel sierva y vivo para complacerle, mi señor- declaró haciendo una profunda reverencia

 

-¿Por qué?

 

-Los usurpadores los han juzgado a usted y su amadísimo esposo cruelmente desde su mismo nacimiento por las decisiones que han tomado sus respetables madres, les han traicionado aún cuando han sido devotos siervos de sus reinos… Se han atrevido a matar a Anthony el bondadoso y fui testigo de cómo Abbadon el leal, con un brazo muerto y su último aliento ha tomado el cuerpo de su otra mitad y ha huido al exilio para evitar que su cuerpo fuese profanado, y por ello estoy segura que los dioses me han enviado a este mundo para servirle a usted- la mujer se hincó ante el rubio con una mirada de absoluta devoción

 

-Soy el último Haugen con vida y la sangre de los Cambiapieles corre en mis venas, necesitaré tu ayuda para alcanzar mis raíces…

 

-La semilla de los elfos también es parte de usted mi señor, será un honor guiarle para hacer uso de su sagrada herencia

 

-Bien, primero recuperaré mi reino, después a mi esposo…- murmuró el rey iniciando sus planes

 

-Mi señor, hasta la magia de la más sabia de las nigromantes tiene un límite…

 

-No importa que tenga que hacer, ni a cuántas mujeres o niños deba sacrificar para ello- siseó mirando de reojo el cuerpo desmadejado de la doncella que hizo posible que pudiera ver a su esposo esa noche- recuperaré a Anthony y si no lo logró entonces juro por los dioses que el mundo arderá conmigo.

 


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