Los dias habían ido pasando y ellos habían traído consigo un montón de tareas que realizar para nuestro trio dorado. Los tres se pasaban las horas en la biblioteca, mas obligados por la mirada inquisidora de Hermione que por otra cosa. Al cabo del día acaban agotados, porque a las interminables horas de estudio que tenían con su amiga debían sumarle también las practicas físicas de sus clases. Desde hacia semanas que ambos habían tenido más contacto con una de las antiguas serpientes, con Blaise para concretar. Ambos se sorprendieron al ver que este en verdad era un tipo de lo mas agradable, aunque debemos decir que de esto parecía que se alegraba mas Ron que Harry, siendo sinceros. Harry podía ver una química especial entre estos dos, aunque esto no le importo demasiado si ello hacia a uno de sus mejores amigos, al que quería como un hermano fuera feliz.
Los tres chicos se encontraban saliendo de uno de los entrenamientos que habían tenido ese día dirigiéndose al edificio donde residían cuando fueron interceptados por un rubio malhumorado.
- ¿Qué ocurre? -dijo Blaise al ver a su amigo a punto de lanzar un crucio a lo primero que le pillara por delante.
-Me enviaron mal una serie de ingredientes que necesito para una poción… -dijo mientras intentaba calmarse un poco aun sin reparar en que su amigo se encontraba con los dos Gryffindor. – Y encima de todo Pansy dice que no puede acompañarme al callejón Diagon a cambiarlos porque le pidió ayuda a Granger con una tarea y estas piensan pasarse el resto del día metidas en la biblioteca…Por tanto, tendré que conformarme con que tu me acompañes...-dijo con una sonrisa marca Malfoy en el rostro.
-Uff siento que te vas a enfadar todavía mas cuando me escuches…-dijo el moreno sabiendo que posiblemente estaba firmando su sentencia de muerte. - He quedado con Ron para practicar unos hechizos de defensa que dimos hoy en clase. No puedo ayudarte en esto amigo -dijo mientras veía como los ojos de su amigo se iban haciendo más pequeños, si las miradas matasen posiblemente ya estaría a varios metros bajo tierra. Sabia que su amigo odiaba ir solo al callejón Diagon sobre todo después de la guerra, pero si no practicaba esos hechizos se jugaba el suspender aquella practica al día siguiente. En ese momento una idea cruzo su mente quizás era una muy mala idea, pero no perdía nada por probar su suerte. - Harry, no habías dicho antes que debías ir al callejón a por unas cosas para la escoba ¿no?
El moreno que hasta ese momento se había mantenido al margen de aquella conversación debido a que con el único que no había conseguido llevarse bien en aquellos dias de convivencia había sido con el rubio que tenían enfrente. Al escuchar aquella pregunta no pudo evitar soltar un suspiro y asentir con algo de resignación, quizás era hora de enterrar el hacha de guerra con el príncipe de Slytherin del cual se estaba ganando una mirada de odio y resignación al mismo tiempo.
-Si, tengo que ir a por un kit para el cuidado de la escoba y también a por algunas camisas más para los entrenamientos...-dijo encogiéndose de hombros viendo como sus dos compañeros soltaban una suave risa pues los tres eran conscientes de como este destrozaba el uniforme con frecuencia por ser algo bruto a la hora de realizar los ejercicios. – Si quieres puede acompañarte Malfoy.
-Está bien, en diez minutos en la puerta. No llegues tarde. - dijo el rubio mirándole con resignación y cruzándose de brazos para después girarse e ir hacia el edificio para terminar de anotar todo lo que tenia que comprar. Mientras que en su cabeza también aparecía el mismo pensamiento de que quizás también era hora de enterrar el hacha de guerra.