Se sentía justo como aquella primera vez en la que se habían encontrado, sin querer se sonrojo y su corazón latía bastante rápido, el azabache seguía siendo tan guapo como lo recordaba, aunque parecía que había perdido algo de peso, tenía sentimientos encontrados, por una parte quería preguntarle cómo estaba, si estaba sano, herido o algo la preocupación lo mataba, pero también quería irse, darle una bofetada, pegarle en la entrepierna, la ira lo consumía y rápidamente se olvidó de la necesidad de saber si el Uchiha estaba bien
-Naruto – el azabache sonrió y se acercó con la intención de acariciarle la mejilla, tocar la piel del rubio e incluso besarlo era lo que más deseaba en ese preciso instante.
Naruto por su parte retrocedió y apartó la mirada, no iba a dejar que lo tocara, no después de lo que le hizo.
-Vaya… así que estás vivo – murmuró mirándolo de pies a cabeza – y yo que en todo este tiempo te di por muerto… - sonrió volviendo su mirada a las orbes negras – aunque sinceramente, hubiera preferido que realmente estuvieras muerto… así, quizá tendría una razón para no despreciarte…
- Entiendo que estés molesto, pero de verdad puedo explicarte lo que ocurrió, jamás fue mi intención herirte.
- Quizá no fue tu intención, sin embargo lo hiciste… y créeme, no estoy enojado, tal vez en el pasado lo estuve, pero ahora después de tantos años ¿Crees que estoy enojado? No, realmente no y me alegra mucho el no haberme casado contigo
- Naruto no piensas lo que dices, el enojo te ciega – murmuró mientras se rascaba la cabeza.
- No, al contrario Sasuke… en ocho años lo pensé claramente, no es enojo ni nada, simplemente lo he meditado… y si no tuviste el valor para casarte conmigo, entonces, definitivamente te agradezco por huir, así nos evitamos muchos problemas, incluso quizá ya estaríamos divorciados o algo, porque jamás existió amor.
-Dejame hablar… - frunció el ceño al no poder explicar lo difícil que habían sido esos ocho años sin él, la única persona a la que realmente amaba.
-Ino, por favor llama a seguridad y que saquen a este hombre de aquí, no quiero verlo… ah y luego pides mi comida - sonrió dándole la espalda al azabache y marchándose.
La chica solo asintió, definitivamente muchas cosas le estaban ocurriendo al rubio, ella había sido invitada a la boda y pudo presenciar cómo habían dejado plantado al rubio así que entendía perfectamente que no quisiera hablar con el azabache, solo suspiro y le impidió al uchiha seguir a Naruto.
-Mira… lo lamento, pero no puedes pasar, vete o en verdad llamaré a seguridad para que te saquen – murmuró bajo tratando de ser amable.
- bien - bufo molesto y salió del hospital, no entendía porque en primer lugar lo había citado y luego Naruto lo trataba tan mal.
Sakura función el ceño, estaba en su auto viendo al azabache salir del hospital, desde hacía varios días ella lo seguía, salía de su casa temprano para seguir a Sasuke hasta su trabajo, después lo seguía de vuelta a casa, y hasta ahora todo iba bien, hasta ese día que SU esposo había ido a ver al maldito rubio, negó un poco y condujo de regreso a su casa.
Al llegar le dió un poco de comida a Sarada, y después se fue a su habitación ¿Que tenía Naruto que ella no? No sabía, ella era más linda, suspiro por milésima vez y se acostó en la cama mirando el techo para luego cerrar los ojos de nuevo estaba frustrada y no había nadie, se mordió el labio y metió su mano debajo de su ropa interior.
-Sasuke… - murmuraba repetidas veces el nombre mientras imaginaba que era él quien la tocaba, si como desearía que al menos una vez fueran las manos del azabache las que recorrieran su cuerpo, que la hiciera suya y se olvidará de Naruto – ah… ¡Sasuke! ¡Tócame más mi amor! – se levantó y tomó un vibrador que tenía para poder seguir complaciendo se, al menos en su imaginación Sasuke era el único hombre que la hacia sentir mujer.
Sarada cerró con cuidado la puerta, había ido a ver a su madre sólo para asegurarse que estuviera dormida y tratar de escapar de nuevo, ya que por primera vez en días se le había olvidado encerrarla, pero ahora sabía que estaba despierta, y también quería olvidar lo que había visto, su madre definitivamente estaba loca.
Naruto durante todo el camino se aseguró de no ser seguido y cuando llegó a su casa entró prácticamente corriendo y cerrando la puerta, al ver a su hijo corrió a abrazarlo
-Naruto ¿Qué te pasa? - Hinata lo miro extrañada del comportamiento que tenía
-Mami…
- mi niño… oh no me pasa nada, de verdad nada… solo tenía muchas ganas de abrazar a mi hijo.
- entiendo… ah sí, mañana él saldrá temprano, así que quizá a la hora de tu descanso podemos ir a verte para que comamos juntos.
- ¡Si! Por favor mamá… – murmuró mientras lo miraba con cierta súplica.
- Está bien - sonrió besándole las mejillas - pero ahora ve a lavarte las manos, vamos a cenar.
El niño asintió y corrió al baño, Naruto suspiró y miró a su amiga.
-Hinata… Sasuke volvió… – murmuró mientras se tallaba si sien
-¿Que? Pensé que estaba muerto – mencionó sorprendida b
- También yo… pero no, hoy me encontré con él… fue al hospital y no sé para qué… pero lo mandé a sacar – frunció el ceño con tan solo recordarlo.
- Hiciste bien, ese idiota no sé cómo se pudo atrever a acercarae a ti después de lo que te hizo.
- ni yo… solo espero que no vuelva.
Tras decir eso simplemente se fue a su habitación para poder ponerse algo más cómodo y cenar con su familia.
Al día siguiente, Ino suspiro molesta, Shikamaru no le había llamado, así que le mandó un mensaje solo para recordarle el favor.
"Busca al papá de la niña, por favor"
No tardó mucho en recibir una respuesta, misma que la sorprendió más que lo he había ocurrido el día anterior.
"Ya lo hice, le dije que fuera al hospital, es un tal Sasuke Uchiha"
Ahora entendía la razón por la que el azabache había ido el día anterior, aunque ahora no sabía muy bien cómo darle la noticia a su amigo, por lo que cuando este llegó y la saludo ella tiró su celular ante los nervios.
-¿Estás bien Ino? - alzó levemente la ceja ante el comportamiento de la chica
- Si, si… solo… Shikamaru me dijo que ya habló con el papá de la niña… – susurro desviando la mirada.
-¿De verdad? Que alegría - sonrió - ¿Cuando vendrá?
- verás… Él ya vino ayer…
- Ino ¿Por qué no me avisaste? Te dije que quería hablar con él – frunció el ceño levemente – no importa ¿Dejo un número de teléfono o algo? En verdad necesito hablar con él.
- Verás… Naruto, hablaste con él - murmuró bajando la mirada
- ¿Qué no entiendo? La única persona con la que hablé ayer, y no venía a consultar fue… Sasuke - frunció el ceño y se golpeó con fuerza la frente - así que ese mal nacido no solamente me dejó plantado, sino que también es un mal padre… Como sea, es mejor olvidarnos de ese tema, dejaré que las autoridades se hagan cargo…
-¿Seguro? – se sorprendió ante la decisión de su amigo.
- No… pero tampoco quiero relacionarme más con Sasuke - sonrió y se fue a su consultorio.
Miró su reloj, ya eran casi la una, así que saldría para poder esperar a su cuñada y a su hijo e ir a comer con ellos, sin embargo al salir a la puerta noto la presencia del azabache. Simplemente miro al cielo pretendiendo no haberlo visto.
-Eso no funciona conmigo - murmuró mientras le entregaba un ramo de flores - Naruto vamos a hablar… por favor un minuto, es todo lo que te pido.
- no quiero tus flores, está bien hablemos, tengo que decirte algo… - suspiro y camino en dirección a la cafetería del hospital.
- ¿Entonces? - al llegar se sentaron uno frente al otro - ¿De qué quieres hablar?
- No confundas las cosas… simplemente de tu hija, ella estuvo en el hospital, una semana y más tiempo en mi casa… sin embargo los servicios sociales la devolvieron con su madre.
- oh ya veo – murmuró sin tomarle más importancia al tema.
- ¿Solo eso? – lo miro con confusión, realmente Sasuke lo decepcionaba cada vez mas –Te lo digo porque ella me preocupa, tu esposa está loca…
- Si, iré a buscar a Sarada hoy, sin embargo tengo que hablar contigo, explicarte lo que pasó.
- ya es tarde, ocho años tarde - sonrió con amargura.
- No, Naruto… no entiendes… Sakura me obligó a casarme con ella - tomo las manos del rubio acariciándolas, sin embargo este las apartó rápidamente, el azabache solo suspiro y le contó con detalle todo lo que había pasado desde el día antes de su boda hasta ahora.
Naruto escucho atento, y cuando este acabo su relato simplemente comenzó a reír y apartó sus manos tomando ya servilleta para limpiar se
-No es una excusa… - lo miró con cierta indiferencia - no me amabas, esa es la única verdad.
-¿Cómo puedes decir eso? - golpeó la mesa molesto, lo frustraba que el rubio no entendiera todo lo que había pasado en esos años – ¿Realmente no entiendes?
- Ten cuidado, porque yo no voy a pagar si rompes algo, y por lo que dices estás en la miseria, y sabes que tengo razón… - tomó un poco de aire para continuar - habían muchas formas Sasuke… si ese día me hubieras llamado y explicado… se que te hubiera podido ayudar, hubiera hecho todo lo posible para que tú padre no fuera a prisión, todo para quedarme a tu lado - apartó la mirada por un momento, ya no quería recordar el pasado y era momento de cerrar una etapa dolorosa de su vida - pero actuaste como un cobarde… tomaste el camino más fácil ¿Crees que porque apareces de nuevo y traes flores te perdonaré? ¿Que olvidaré la vergüenza que me hiciste pasar y todo lo que sufrí en esa época? Te equivocas, mira, para ser sincero yo ya hice mi vida, me case, no esperabas que yo esperara por ti hasta que volvieras ¿Cierto? Bueno, realmente no siquiera sabía si volverías o no, te repito que creí que estabas muerto. Pero bueno así como tú ahora tienes una familia, yo tengo la mía… así que adiós - sonrió dispuesto a irse cuando vio a la de ojos perla entrar al lugar con su hijo.
-¡Mamá! - el grito hizo que todos voltean a ver, incluyendo al azabache.
- Bueno, adiós y no quiero verte de nuevo… Te odio - rápidamente se levantó y caminó hasta su hijo agradecido de que aún tuviera el gorro del uniforme puesto y su cabello no se viera - Hinata vámonos de aquí - tomó a su hijo en brazos y salió del lugar lo más rápido que pudo.
Sasuke suspiró y tiró el ramo de flores a la basura, ahora se daba cuenta del error que había cometido hace ocho años, Naruto tenía razón, actuó como un cobarde, quizá era momento de que él también te hiciera su vida.