El Rey Sísifo estaba en su trono para luego unos de sus hijos acercarse.
—Padre, Regulus ya hablo con los refugiados y han aceptado nuestra cooperación.
—Dile Aioros que prepare a los arqueros para que estén alertas.
Aioria asintió para retirarse y avisar a su hermano.
Sísifo era un doncel esos dos bethas eran hijos suyos y de nadie mas.
Hijos del destierro.
El era hijo de los soberanos de Leo y Sagittus, Kaiser y Gestalt.
A diferencia de su hermano mayor era un Doncel por lo que la sociedad vigilaba que su comportamiento fuese intachable.
Un día en un reunión entre reinos lo vio aquellos cabellos azules que resaltaban con su piel crema y sus bellos ojos que brillaban tal zafiro.
«Meterte en mí corazón fue facil, lo difícil fue quitarte de el»
Desde ese día nos hicimos amigos,
yo le escriba todo los días las más bellas de las poesías, pero ninguna como él...
Entonces un día sucedió, el apenas llegaba a los doce y sin importar nada lo bese: disfrute de sus labios, acaricie su pelo, estaba dispuesto a ser el primero por lo que mientras aun viendonos metí mí mano en su túnica para acariciar sus piernas.
—¿Qué hacen? Están locos. —Ilias me tomo del cuello y me tiró contra el piso para abofetearme —Tu, crees que desviaras a mí hermano y te saldrás con la tuya. —señalandolo de forma acusadora a mí amigo que solo seguía quieto sin moverse, estatico, sorprendido —Esta la dejare pasar, pero si los vuelvo a ver así pagarán las consecuencias.
Desde ese día las cosas se tensaron, todo la magia había desaparecido.
Hasta que un día lo vi, mí Aspros regresar de aquellos jardínes llorando
su rostro estaba hinchado ¿Quién se atrevió a golpearlo? Sus ojos no tenían ese brillo que el siempre poseia, su cabello despeinado había mechones en su ropa ¿Qué le había pasado?¿Por qué lloraba?
—¿Qué te ha pasado?¿Quién te hizo esto?
—Acabo de recibir un golpe de realidad, un golpe de la más cruel y triste realidad, Sísifo nadie debe saber lo que paso, nadie.
No podía creer aquellas palabras y aquel sufrimiento ver cómo el ser que más amaba sufría con aquel embarazo cómo con aquella túnica tapaba su vientre para luego apretarlo con aquellas fajas.
Fue entonces que el día llego y solo una persona pudo auxiliarnos aquella la bruja de la luna.
Ella asistió aquel parto prematuro, al ver ese bebé con aquella marca en su cuello supe la verdad que el intento ocultarme.
—No quiero verlo Sisifo, deshazte de él. No puedo encariñarme, mí padre si se entera desencadenara una guerra contra tu Reino y los tuyos queran que me case con tu hermano, si se enteran lo que pasó entre nosotros te mataran y no quiero perder tu amistad.
Tomé al bebé y me fui de ahi, no pude abandonarlo aquel niño no merecía tal destino, no lo merecía. Camine sin rumbo, pero el destino hizo que me topará con aquel que odiaba, mí hermano.
—¿De quién es ese niño?.
—Es tu hijo, el hijo de tu pecado. Escúchame Ilias deja en paz a Aspros y yo jamás hablaré del horrendo crimen que has hecho, pero molestalo y te juro que haré que te arrepientas hasta al último de tus días. —apuntando con su arco y flecha directo al corazón de su hermano.
—No lo harías, soy tu hermano.
—Aspros es el amor de mí vida y tu lo mancillaste.
—Aspros merece un hombre de verdad, no un doncelito de cuarta como tú.
Tu y él jamás estarán juntos lo suyo es prohibido, enfermo e inmoral.
A ti hermanito te falta alguien que te coja bien así como yo me cogi a tu musa, sabes no tengo problema en hacerte el favor.
—Alejate de Aspros o te arrepentirás hasta al último de tus días.
—No lo hare.
Sísifo sin dudar disparó la flecha, pero está apenas ingreso al pecho del mayor.
—Te faltó fuerza —sacandoselo de un tirón para luego percatarse que la punta de la flecha poseia veneno.
—Ilias, comportarte con ese bebe y quizás tenga piedad de ti y termine con tu sufrimiento ese veneno que hoy corre por tus venas no tiene antídoto, agonizaras lentamente lloraras de dolor, rogaras por la muerte y solo cuando expies tu culpas está se te será otorgada.
—¿Qué has hecho Sisifo?
—Lo correcto.
Con el paso de los años, me di cuenta de cómo Aspros paso de ser aquel ser de luz que con su sola sonrisa deslumbra mi días a un ser de perfecta oscuridad, ya no nos reíamos como antes ni nos besábamos a escondidas, el vivia una farsa fingiendo la real y yo le seguía la corriente. Porque aunque en él había oscuridad, la oscuridad también era bella y perfecta como la noche.
Pude ver cómo la envidia se apoderó de él y no soporto ver a su hermano feliz a Defteros, quien como Aspros vivía su infierno personal el ser juzgado por todo el mundo por ser diferente.
Aspros se obsesionó con Kardia, quería que fuese para él, por lo que con alcohol se hizo pasar por su gemelo, Asmita un Alfa ciego que ante solo un beso cayó flechado ante el encanto del falso "Defteros".
Pronto el plan de Aspros dio fruto y Defteros fue comprometido con el Príncipe de Virgo y Aspros logro que Kardia se fijase en él, ¿Y lo nuestro?
¿Dónde quedó eso que sentíamos?
¿Nuestra amistad, nuestro amor?
Mí hermano jamás contó la verdad, nunca dijo que fui yo quien lo envenene, el ahora soberano de Leo, solo calló y guardo el terrible secreto.
Justo un día llego.
—Sisifo, espérame en el bosque.
Cuando llegue lo vi, estaba destrozado llorando.
—Mi hermano el es amante de Kardia, se revolcaban fruto de eso nació ese niño, lo odio ha Defteros pudo darle un hijo y yo solamente no puedo, no puedo.
Kardia y yo lo hemos hecho y quedé después de semanas de intentarlo, pero lo perdí, perdí al bebé al enterarme de los de ellos dos.
—Aspros, ¿Por qué te sorprendes?Tu eres igual a Defteros o me vas a decir que me invitaste aqui solo a charlar.
La última vez que me invitaste fue antes del compromiso de tu hermano y como terminó eso.
—Yo amo ha Kardia, no podría vivir sin él, pero el me traicionó y la traición solo puede ser pagada con traición, también te amo a ti Sisifo si lo nuestro no fuese inmoral te hubiese elegido a ti antes de sufrir con él.
Aprovecha quizás sea la última vez que podamos estar juntos.
Entonces lo bese para luego proceder a devestirlo, recorrer su cuerpo con mí mano y luego seguir el mismo camino con mis labios, fueron horas de aquel frenesi de sexo, lleno de lujuria y otras emociones difíciles de discernir debido a la adrenalina de del momento recostados aún en medio de aquel bosque disfrutamos de lo que fue el último beso.
Porque por cruel que suene esa fue la última vez que estuvimos juntos, la siguiente fue mucho tiempo después en aquella cama siendo consumido por aquel embarazo.
Recordando lo que Hecate me contó.
—Aspros sabes perfecto que si tomas esa poción tu embarazo continuara pero te irás envenenando de a poco y falleceras.
—No me importa perder la vida, pero no sé si soporte perder otro hijo.
Verlo asi simplemente me partió el alma.
—Sisifo ¿Por qué viniste?Hoy era tu compromiso con Manigoldo, sabes que esto puede tomarse como una ofensa.
—Aspros he pedido permiso al Rey Zaphiri y a tu esposo poder quedarme contigo hasta que llegue el momento y estés mejor.
—No mejoraré, Sísifo, no lo haré deja de atarte a mí y has tu vida.
—Tu eres mí vida Aspros y lo sabes perfectamente.
—Sisifo puede pedirte algo no pido que cuides a mí hijo, Kardia es un excelente padre y sabra salir adelante, quiero que protejas a Defteros fui mal hermano y estoy pagando por eso.
Kardia lo ha citado para decirle de mí decisión, pero se ha negado a venir, Kardia ya sabe que ni bien asuma debe levantar su pedido de captura.
No dejes que lo asesinen, hazlo y que jamás se entere que fui yo quien te lo pidio, no quiero que mí hijo viva en un mundo donde yo no pude ser feliz y mí hermano es perseguido por mí culpa, por mí envidia.
—No es tu culpa Aspros, te equivocaste y ya.
—Cuidalo a él también, no le cuentes que lo se, se parece a ti en esa forma dulce que tiene de mirar, cuida ese hermoso doncel, ojalá hubiese sido tuyo y no de él, todo hubiese sido diferente.
—Aspros, acaso tu sabes sobre Regulus.
—Lo supe hace unos años en una reunión Real cuando lo vi jugar, pero jamás se lo digas, jamás le digas que mas de una vez planee agarrarlo llevármelo, desaparecer y empezar de cero contigo, solo los tres, donde nadie nos conozca.
Sísifo se que jamás hubieras podido deshacerte de él, lo entendí cuando tuve a Milo en mis brazos. Cuídalo que jamás sepa que yo lo sabía, quieres decirle que soy su padre diselo, pero no le digas que sabía que era él, dejamelo a mi.
—Aspros tarde o temprano moriras.
—Volvere de una o otra forma a reparar mis errores, tranquilo Sisifo, volveré te lo prometo, pero hazme caso cuídalos.
—Lo haré Aspros.
El parto llego, el niño nació muerto, Aspros aún dormido, pero fue ese escalofrío el que me puse alerta —¿Qué hiciste Aspros? — las velas se apagaron por completo y el bebé lloró.
La muerte acepto su trato, su vida por la de su hijo.
Aspros se autocondeno a ser un demonio, una sombra que no descansaría en paz un espíritu de desgracia que rondaría en la oscuridad por siempre ¿Por qué?.
Pero luego lo vi en aquella tumba por más oscuridad que hubiese en el jamás sería un demonio, esa sombra que siempre estaba ahí, debajo de aquella niebla oscura estaban aquellas hermosas alas negras, su espíritu se había vuelto un protector,
Un ángel protector de los desamparados y un demonio para aquellos que cometían atrocidades
Aspros se habia vuelto el Karma.
Después de su muerte fui desterrado por negarme a casarme con Manigoldo, fui claro nunca me casaria jamás lo haría, por lo que viví pueblo en pueblo vigilando a Defteros protegiendolo de los bandidos desde las sombras cumpliendo mí promesa.
Fue entonces que viví aquellas feas situaciones en la que por un plato de comida quede de Aioros y años después Aioria.
Después de 15 años de destierro regrese a Sagittus para presentarme ante mí padre Gestalt que agonizaba.
El me otorgo el perdón y lo cuide hasta que falleció y asi fue cómo el Reino más conservador se volvía en un fuerte para aquellos que eran perseguidos por incumplir tales dogmas, ganándose muchos enemigos, pero un aliado inesperado el Reino de Cáncer que a pesar de rechazar a su heredero al trono este lo apoyaba en tal elección.
(...)
Aspros daría cualquier cosa por poder besarte una vez más, solo una vez más.
(...)
—Pronto reviviras por completo y podremos vengaremos. Solo debo saber porque tu alma fue divida en dos, se que lo que está aquí no es más que tus pecados que esperen ser juzgados, pero donde está tu otra mitad tu corazón, tus sentimientos
Si solo tus pecados tienen tal fuerza tu alma completa, mí magia, haré que seas más poderoso de lo que fuiste.
Pero como tú otra parte se niega, rechaza mí llamado pues debería resucitarte con la mitad domas.
(...)
—Sisifo, Sisifo yo también desearía darte un último beso, pero necesito tu ayuda.
—Dime que necesitas —tratando de tocar aquel rostro inmaterial solo energía pura.
—Pronto desaparecere por completo, No sé cómo mí cuerpo revivido por Odysseus reaccione a su magia.
Si volveré a cometer los mismos errores, no se cómo se comportará esa mitad, pero está debe ser sellada y Oddyseus no debe saber de su ubicación.
Ya he dejado una parte de mi, en Ecarlate.
Cuando se ha el momento ambas partes se unirán para vencer al enemigo que nos depara el futuro.
—Te amo y haré lo que sea por ti —y tomando aquellas velas y una pluma negra, convirtio y sello aquel ser en aquel bella ave azabache, en un bello cuervo.
—Gracias Sisifo. —para luego volar hacia el Reino de Virgo dónde pronto habría una disputa a muerte.
(...)
Mientras en Escorpión.
Ecarlate daba una reunión única, para luego Milo enfurecer y ir a pedir ayuda al único que podía ayudarlo, el Rey Padre Zaphiri de Scorpión.
—Abuelo, no puede dejar que haga lo que quiera.
—El es el Rey, el puede hacer lo que desea, tu padre lo puso por algo.
—Mi padre lo puso porque me odia sin razones, Ecarlate es incapaz de gobernar, tú no debiste darle el trono a mí padre.
—Ahora me cuestionas a mi y mis decisiones como Rey, le cedí el trono a tu padre porque Aspros me lo pido antes de morir, no puede decirte el porque, pero el necesitaba que Kardia hiciese algo por él, algo que yo no podía hacerlo.
—Ecarlate hundirá este reino es un Omega idiota, no sirve para gobernar.
—Mirame Milo de Scorpions, que sea la última vez que oigo que hables así de tu hermano, yo levante este Reino solo con un hijo recién nacido teniendo apenas 16 años, con el Alfa que amaba postrado en un cama por aquella terrible enfermedad que lo consumia vi morir al único amor de mí vida con mis ojos y a pesar de eso cometí errores con Kardia.
Lo presione para que sea un gran Rey y al final cuando Aspros murió descubrí que fui una porquería de padre y que Kardia era más digno de gobernar que yo y si tu padre cree que Ecarlate es digno de sucederlo yo lo apoyo.
—Todos me dieron la espalda, vil traidores, me casaron con ese estúpido y ahora me dan la espalda.
—Tu cometiste tu propios errores, acaso por no amarlo debías violarlo y casi matarlo, no podías solo intentarlo y salir de tu capricho.
Te aferraste a alguien que ni si quiera te correspondía Milo.
No lo amabas, pero tu gustaba gobernar su Reino y tus privilegios allí, aún estás a tiempo de arreglar tus pecados ayuda a tu hermano a ser un gran Rey y trata de salvar tu matrimonio aunque dudo que después de lo que hiciste allá algo que salvar. Retirate Milo debo descansar ya no soy un jovencito para discutir contigo. —acariciando el cabello del joven —Descansa Milo y piensa lo que te dije, apoya a Ecarlate no cometas mis errores.
—Tu también abuelo, descansa más y dejé de estar hasta tarde escribiendole a tu novio de cartas.
—Soy un hombre grande, solo me queda las cartas ya no puedo darme escapadas al bosques, mira si me pierdo, perderme no sería el problema el problema sería perderme antes de ya sabes hacer algo con lo que cuesta a esta edad. —provocando la sonrisa del menor y el sonrojo de este. —mañana hablamos en el desayuno.
Zaphiri una vez retirado Milo, se sentó escribír aquella cartas todo dirigidas a su difunto esposo Shijima del Reino de Virgo.
—«Cada día Milo se parece más a mí, ojalá pueda cambiar y no arruinarse la vida como yo, Ecarlate es igual a ti, ese carisma, ese descaro, esa capacidad tuya de hacer perder los estribos, eso que me enamoró de ti.
Ecarlate será un gran Rey si se lo propone.
Shijima te extraño tanto, tu me diste los momentos más hermosos de mí vida, ojalá algún día pueda expiar mís pecados y arreglar mis errores»
(...)
Kardia por fin llegó a Virgo y pidió hablar con el Rey Asmita.
—Digale que Kardia de Scorpións ha venido a verlo, su primo Kardia a venido a saldar cuentas del pasado.
....
Continuara...