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-Estoy hecho picadillo, ¿es mi imaginación o las pistas de obstáculos se están volviendo más extremas?- se quejó Raimundo, ya que esta última pista había tenido varias sorpresas como trampas escondidas que cambiaban de orden de activación en cada reinicio de recorrido, flechas en llamas, una enorme piedra que los perseguía en un estrecho corredor hecho de maderas y palos de bambú.
Alguien definitivamente estaba viendo películas de Indiana Jones en el templo.
-Yo te veo muy completo Raimundo, y no había nada con picos para terminar picadudillo- dijo Omi sonriente, aquella pista fue placenteramente extenuante y puso a prueba todos sus sentidos.
-Es una forma de decir que está muy agotado Omi, y es picadillo y es emm un platillo de carne- Kimiko no estaba muy segura de decirle que era el picadillo, básicamente un plato de carne triturada de diversas partes del cuerpo del animal, el pequeño era vegetariano y mostraba gran cariño y respeto a los animales, de hecho aún no le decían a Omi que pasaba con las cabezas de ganado en la granja de Clay, este aun pensaba que solo se encargaban de criarlas.
-Con razón no reconocía esa palabra. Las personas y sus nombres extraños para sus platillos de carne-
-Hay una infinidad de nombres para cada corte y platillo pequeño vaquero-
-Creo que es mucha extravagancia para solo carne-
-¿Están hablando de comida? Porque si es así me muero de hambre, ¿Qué vamos a cenar chicos?- Dojo se levantó de su pequeña hamaca colgada entre dos macetas cerca del patio donde la pista de obstáculos se encontraba.
-Pero tú no hiciste nada-
-Dormir quema mucha energía, así que ¿Qué opinan de unos ricos dumplings o unos royos primavera para empezar?-
-La cena tendrá que esperar Dojo-
-¡Maestro Fung! ¿Terminaste tu tiempo de meditación temprano?- rápidamente el pequeño dragón al ver cerca al monje corrió a su encuentro para deslizarse velozmente hacia sus hombros, uno de sus lugares favoritos para estar.
-Los demás monjes y yo tuvimos una revelación importante en nuestro tiempo de meditación, jóvenes monjes, síganme al gran salón para hablar de ello-
-Maestro Fung, ¿Qué fue lo que encontraron?- Omi fue el primero en preguntar la duda que invadió a sus demás compañeros, normalmente cuando el maestro Fung y los demás monjes hablaban de visiones o revelaciones era el preludio a un gran enemigo o peligro.
¿Qué seria esta vez?; ¿Un Sheng gong wu peligroso y que no debía acabar en las manos de los Heyling?; ¿Una alineación cósmica que podría afectarlos para bien o para mal?; que los cielos no lo quisieran ¿Wuya recuperando sus poderes o Bean haciéndose con más poderes peligrosos?
Cuando llegaron al gran salón de meditación pudieron ver en el normalmente ordenado y austero lugar decenas de pergaminos apilados, a los demás monjes aun leyendo algunos y otros en posición de meditación profunda, incluso una parte de las paredes estaban colgados viejos pliegos de pergamino que ninguno de los jóvenes guerreros estaba identificando.
El maestro Fung cuando llego a la pared de los pergaminos se detuvo y dio media vuelta para encarar a sus jóvenes pupilos.
Por una fracción de segundo los jóvenes miraron con asombro como un atisbo de preocupación brillo en las siempre calmadas e impasibles facciones de su maestro. Esto debía ser muy grave.
-Jóvenes monjes, cada uno de ustedes debe recordar cómo fueron encontrando su camino para ser jóvenes Dragones Xiaoling, cada uno con un tutor diferente antes de llegar aquí para continuar con su entrenamiento-
Los chicos asintieron cada uno trayendo a la mente viejas memorias antes de su llegada al templo Xiaoling; Clay de pequeño, temprano en la madrugada buscando una vaca descarriada se encontró con un viejo señor, lejos de provocarle miedo o desconfianza, como le había enseñado su padre a reaccionar ante un extraño, le devolvió la sonrisa al hombre quien con algunos ademanes logro atraer a la vaca y ayudar al joven con su tarea, más tarde bajo la presencia del mayor de los Bailey pidió permiso de enseñarle las viejas artes marciales de oriente a su primogénito, Clay no recuerda muy bien la plática de su progenitor y su ex tutor, pero al final a regañadientes su padre acepto a que su hijo entrenara con el hombre que se volvió un viejo amigo de la familia.
Kimiko acompañando a su padre en una convención de robótica y juguetes, todo era muy divertido los primeros quince minutos, pero su padre estaba ocupado en negocios y siendo una niña rodeada de ese tipo de aparatos desde que nació no eran gran novedad para ella, no tardo en separarse de su padre vagar por los pasillos de la convención buscando algo con lo cual entretenerse, tal vez doblo en una esquina equivocada o paso por la puerta que no debía, porque cuando se dio cuenta se encontraba afuera del edificio, tal vez algo perdida, en su pequeño bolso se encontraba su celular, por lo que si era necesario podría marcarle a su padre, pero no lo vio necesario, tal vez encontraría algo más interesante afuera que adentro de la convención, y así lo hiso, un agradable hombre sentado en una banca que en lugar de alimentar a las palomas como la mayoría de ancianos harían, creaba chispitas en las palmas de sus manos entreteniendo a ya una gran cantidad de niños como ella, cuando sus ojos se encontraron una agradable sensación de familiaridad la envolvió, y antes de que terminara esa semana ya se encontraba entrenando en un pequeño dojo junto al hombre como si lo hubiera hecho toda su vida.
Raimundo en la playa junto sus hermanos, siendo que no eran una familia con muchos recursos se contentaban con los placeres gratuitos que les podía brindar su ciudad para entretenerse, y la playa era uno de esos. Su madre rebanando fruta o algún sándwich casero en lugar de comprar alguna golosina, sus hermanos jugando algún partido de voleibol playero o nadando en las aguas del mar, y Raimundo estaba tratando de domar algunas olas en una vieja tabla de tercera mano, había pertenecido a uno de sus primos mayores quien se la había comprado a su vez a un viejo turista que no podía llevársela a su país natal, Raimundo tuvo que ahorrar todo un verano pero pudo comprársela a su primo, y amaba esa tabla como un tesoro. En ese tiempo aun no era un experto pero sus conocidos y amigos le veían mucho potencial en el surf, pero incluso el más profesional se puede caer de la tabla y más cuando tratas de montar una enorme ola a la cual no estas acostumbrado, la ola lo trago y revolcó, tomo mucha agua y por un momento pensó que no contaría la experiencia, para al momento siguiente ser salvado por una mujer mayor con una enorme sonrisa, la mujer lo ayudo a regresar a la orilla junto a su tabla, lo felicito por su valentía al tratar de montar esa ola pero también lo riño un poco por su imprudencia, curiosamente le recordaba a la familiaridad con la que su propia madre o tías lo regañaban. Ese fue su primer encuentro con su maestra, a la cual no le creyó en un principio cuando se refirió a ella misma como Monje Xiaoling, pues las “monjas” que él conocía eran todas mujeres estiradas y serias que siempre llevaban túnicas negras y un rosario colgando del cuello aun estando en pleno verano, y su maestra era toda sonrisas, relajada y su vestimenta distaba de ser “religiosa” en su opinión. Era la “monja” más cool que había conocido en su vida.
Omi también tiene recuerdos, algo más vagos en realidad, de su primer encuentro con su ex maestro, porque en lugar de conocer a su maestro a una edad más desarrollada, Omi prácticamente lo conoció desde que era un bebé, y no se refería al maestro Fung precisamente. Al ser un huérfano abandonado en el templo los monjes se encargaron de cuidarlo y criarlo, siendo Fung y su otro maestro las principales personas que se encargaron de él desde un inicio. Cuando Omi heredó el título de guerrero dragón de agua este monje siguió un poco más en el monasterio, por cariño al lugar y al joven monje, para luego retirarse a otro templo debido a su edad mayor.
-Cada Guerrero Dragón Xiaoling fue enseñado por su predecesor en su tiempo, es un ciclo interminable y tan antiguo como la misma China, sus orígenes incluso se han difuminado con el tiempo haciendo difícil deducir los primeros guerreros con este título. Ahora ustedes son los guerreros de esta generación-
-Sí, eso ya lo sabemos, nos lo dijeron ya antes- dijo Raimundo un poco impaciente, ese discurso ya lo había escuchado anteriormente de su maestra en una de sus tantas clases. ¿Qué tenía que ver con la situación actual?
-Lo que estoy tratando de explicar Raimundo, antes de que me interrumpieras, es que incluso los más viejos monjes en la orden no tienen todo el conocimiento de los guerreros dragones debido a que hay fragmentos de la historia perdidos por el tiempo mismo- el maestro Fung volteo a ver la pared a uno de los pergaminos colgados, era uno de los más viejos existentes en el templo. En este había una pintura de dragones en el cielo, había pedazos faltantes y los colores de la pintura estaban muy gastados, casi irreconocible diferenciar el color original -durante siglos siempre han sido cuatro: agua, tierra, fuego y viento. Supusimos que así debía de ser-
-¿Maestro Fung?-
El maestro Fung extendió una mano a la pintura señalando las figuras serpenteantes en este, eran más de cuatro.
-Sin embargo, esos no son los únicos elementos básicos que mantienen en equilibrio al universo. La tradición China reconoce más, y los Guerreros Dragones Xiaoling también-
-¡Alto ahí! ¿Estas queriendo decir que hay más de cuatro Guerreros Dragones Xiaoling? Ah ha, imposible, tengo cerca de 1500 años y jamás escuche de eso- se quejó Dojo brincando de los hombros del maestro Fung al suelo empezando a arrastrarse de un extremo a otro. Era el ser más viejo del templo, el debería conocer estas cosas, estuvo cuando Dashi construyo los Wu e incluso ayudo a esconderlos a lo largo y ancho del mundo, ¡¿Cómo es que nadie le había dicho de esto?!
-Es un conocimiento que data más allá de la creación de los Wu, incluso de los Monjes Xiaoling como los conocemos actualmente-
-Espere, ¿lo que dice Dojo es verdad?- pregunto impresionado Clay que al igual que sus compañeros no pudo evitar abrir la boca de asombro.
-¡¿Cómo rayos no sabían esto?!- exploto Raimundo, ganándose una mirada seria de maestro Fung.
-Como ya dije anteriormente, hay partes de la historia que se pierden con el tiempo mismo. Nosotros también estamos sorprendidos, durante siglos el proceso de elección y sucesión de los guerreros dragones siempre a permanecido en cuatro portadores, cuatro elegidos, y esta tarde en nuestra meditación los monjes y yo sentimos una energía similar a la suya despertando, apareciendo en el flujo del Chi del universo. Un quinto dragón-
-Pero… pero eso significa ¿Qué apareció uno nuevo?-
-No es así de fácil que nazca de la nada este tipo de energía Kimiko, sus poderes son tan antiguos como los suyos jóvenes guerreros. Los demás monjes y yo apenas hemos logrado encontrar algunas pistas en los más viejos pergaminos que tenemos en el templo para afirmar que ustedes cuatro no son los únicos Guerreros Dragones-
-Entonces… ¿hay más por ahí afuera?-
-Por el momento solo estamos seguros que hay uno, uno más como ustedes-
Continuara…
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