Una cosa era tener el conocimiento teórico y otra, muy diferente, es llevar esos mismos conocimientos a la práctica, Jack sabia de eso, aún tenía cicatrices de antiguos experimentos fallidos y de prototipos con algún error imprevisto, pero, al menos en sus cálculos, podía visualizar el margen de error y estar prevenido en caso de alguna eventualidad.
Sin embargo, con la magia era diferente. Conocía la magia o Chi desde el momento en que abrió esa caja de rompecabezas y libero el fantasma de Wuya para meterse de lleno en los duelos Xiaolin, estaba familiarizado con los Wu’s tan bien en este punto que podía, con cierto margen de error, tratar de imitar algunas de sus propiedades con tecnología, ya había sufrido en carne propia las habilidades de usuarios de esta, y no se refería precisamente a Wuya, sino, más bien, a los dragones Xiaolin cuando utilizaban aquellos ataques potenciados con sus elementos.
Pero nunca antes había sido un practicante “activo”, por así decirlo, de la magia e ingenuamente pensó que usar sus nuevos poderes quizás sería similar a usar algún Wu, pues estaba muy optimista por su primer intento usando sus nuevas habilidades por accidente, el par de dragones ahora se encontraba cuidadosamente resguardado en una pequeña vitrina de plástico irrompible transparente, lo cual demostró ser la decisión más sabia para dicha situación.
En estos momentos Jack estaba súper consiente de cuanto metal le rodeaba en su hogar, siempre lo había estado, pero solo es ahora, en esta semana estudiando los diarios y pergaminos dejados por Yue, que se dio cuenta que hay mucho metal en su casa; utensilios, lámparas, adornos, electrodomésticos, el cableado interno e incluso la estructura de la casa tenían metal y, por supuesto, su amado laboratorio con sus invenciones, herramientas y computadoras no estaban libres de dicho elemento.
De nuevo, había sido muy optimista con su primer uso del manejo de este elemento, con este incidente y el comienzo de sus estudios se había dado cuenta que su estado de ánimo podía afectar el manejo de su nuevo dominio sobre el metal, cosa muy fascinante, hasta que se dio cuenta que tanto podía afectarlo en su día a día si no tenía el mínimo cuidado. Jack aparte de ser, recientemente, hiper consiente del metal que le rodeaba, así también, lo hizo de lo “emocional” que podía llegar a ser.
Nunca fue alguien que se guardaba su opinión y mucho menos sus emociones, ya que poco le importaba lo que pensaran los demás, en general, de él cuando se expresaba, sean rabietas, carcajadas, ira, tristeza, alegría y un sinfín más de emociones, Jack no las guardaba para nada, era muy expresivo. Pero ahora, siendo usuario de un elemento y a su vez que este poder reaccionaba de vez en cuando con sus emociones más intensas, había provocado un nuevo nivel de caos en su vida.
Gran parte de su mansión resulto afectada, algunas cosas salieron volando en más de una ocasión, los Jack-bots, al menos los que aún seguían en funcionamiento, estaban trabajando en su máxima capacidad arreglando los desastres de la casa, y estaba empezando a considerar seriamente el uso de un casco dentro de la misma de ahora en adelante, o, hasta que empezara a manejar mejor sus nuevas habilidades.
Sin embargo, no todo había salido tan mal pues Yue, a pesar de su reciente partida, le había dejado conocimiento que era abundante y sumamente detallado, su chino antiguo no era el mejor pero, programando rápidamente a uno de sus Jack-bots para que lo tradujeran, fue cosa de cuestión de minutos. Habían muchas lecciones, desde lo más básico como ejercicios de respiración a cosas más avanzadas como movimientos de combate utilizando el Chi interno para manipular su elemento en una pelea, incluso algunos rituales de purificación, como los que llego a mencionar en sus historias, estaban allí plasmados, y las notas personales, bueno, eso los leía o hacía que un Jack bot se los narrara en las noche de desvelo mientras trabajaba en sus proyectos personales y, así, sentía que Yue no se había ido por completo.
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Así como la vida de Jack cambio con el encuentro de Yue, los principales representantes del Xiaolin y Heylin tenían un misterio entre manos y buscaban una explicación entre duelos cada quien por su parte y a su manera. Los Xiaolin tenían cierta ventaja, ya que ellos sabían lo que estaban buscando o, más bien, a quien, un nuevo dragón Xiaolin; mientras que los Heylin, a pesar de no saber que era exactamente lo que estaban buscando, ya se encontraban preparando métodos para ubicar la fuente de aquella nueva presencia que había aparecido en el flujo de Chi.
Chase ya sospechaba que los monjes y, tanto Wuya como Hannibal, habían notado esa nueva presencia, era muy probable que la bruja intentara ir a rogarle para que fuese participe de sus planes de encontrar la fuente de esa energía en un intento más para ver si podía sacar ventaja o provecho de la situación como solía hacer la rastrera mujer.
Pero el príncipe Heylin prefería ser paciente, y estar atento a los movimientos de los Xiaolin.
Los monjes, previniendo los oídos externos de los enemigos, habían prohibido hablar en voz alta acerca del nuevo descubrimiento a todos los miembros del templo, quien sabe cómo el bando Heylin podría sacar ventaja de este conocimiento del que los Xiaolin apenas eran conscientes. El maestro Fung ya había hecho su movida, enviado cartas secretas y cripticas a otros templos, esperando respuesta para poder ir el mismo en busca de pergaminos que no se encontraban en su monasterio, esperando esclarecer las dudas y hallar respuestas.
¿Por qué nadie sabía de este dragón?, ¿Por qué no estaba bajo la tutela de los monjes Xiaolin? ¿Qué elemento representaba?, ¿Quién fue su portador?, tan concentrados estaban en este misterio que no habían notado otro, más pequeño, que se planteó en sus narices, ¿Dónde estaba Jack Spicer? y ¿Por qué no había aparecido en sus duelos recientes?
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De algunos de los escombros y desperdicios que se habían creado, por los recientes “accidentes” en su hogar, tomo todos los materiales de metal y los fundió con sus máquinas para crear varias esferas pequeñas de diversos metales y diferentes tamaños.
De acuerdo a los apuntes de Yue, lo mejor, era empezar de a poco con el manejo del metal, y entre mas estado puro poseyera el metal, mejor. Por esa razón había creado estas esferas, para practicar, además de ver como reaccionaban los diferentes tipos de metal con sus nuevas habilidades. Tenía esferas de aluminio, cobre, plata, plomo, estaño y hierro, incluso, algunas aleaciones de estos mismos que dejaron maravillado al menor. Ahora, con esto, también venía otro reto; la meditación, Yue sugería que era bueno meditar un poco antes de intentar cualquier entrenamiento, ya que ayudaba a despejar tu mente y ayudaba con el flujo de Chi interno. Fue en ese momento cuando Jack pensó: “¿Cómo rayos se comenzaba a meditar?”.
Lo pensó y lo analizó, sin embargo, no teniendo muchas ideas de cómo empezar, busco en la gloriosa fuente de información que contenía conocimiento humano de todo el mundo; internet y, tras esto, empezó a ver tutoriales de meditación y yoga.
Escogiendo una de las tantas habitaciones desocupadas en la mansión Spicer encendió una pantalla gigante de un televisor inteligente y busco el video de yoga que más le llamara la atención. Con solo sus Jack bots, y su robo Jack retorciéndose de la risa, como testigos, empezó sus clases de meditación y, siguiendo una clase de yoga en línea, se prometió a si mismo que se llevaría este secreto a la tumba y, si era necesario, le borraría la memoria a sus bots para que esta información no saliera de esa casa. Mas, para su sorpresa, la clase dio sus resultados ya que se sentía relajado y con la mente despejada por lo que fue a las esferas de metal, que estaban tranquilamente en un cuenco justo sobre una mesa, y trato de que su Chi interno las hiciera reaccionar según sus deseos; al principio las esferas empezaron a rodar al reaccionar con su energía, lo cual le complació y lo sintió como un gran logro personal, luego, infundiendo un poco más de intención, estas se separaron del cuenco y flotaron grácilmente frente a él como si de helio estuvieran rellenos.
Jack estaba sumamente orgulloso e incluso soltó una fuerte risa junto a un gesto de victoria, en los segundos siguiente las esferas se descontrolaron y, como bolas de billar siendo golpeadas, salieron disparadas en diversas direcciones, por poco y no logra esquivar a todas, sus pobres Jack-bots rápidamente corrieron a buscar refugio y Robo-Jack prefirió saltar por una ventana a que otro objeto metálico golpeara su preciada figura nuevamente, aún tenía abolladuras de la tostadora del otro día.
-Creo que debo moderar mis alegrías en mis victorias hasta que pueda controlar esto mejor- dijo el pelirrojo tras levantarse y, mirando los recientes hoyos hechos en las paredes de la habitación que había utilizado para este experimento, razonó que casi parecía que se había utilizado un cañón para que las esferas terminaran tan profundamente incrustadas en las paredes mientras otras las atravesaron “robo-Jacks, incluyan estos agujeros en la lista de cosas que hay que reparar, tal vez tenga que empezar a realizar mis ejercicios más seguido en el jardín a partir de ahora, hay menos cosas que pueda romper ahí- razonó mientras miraba la ventana rota, otra cosa más a la interminable lista de reparaciones.
-¡¿Tú crees?!, ¡Eso lo hubieras hecho desde el principio!- Escucho el grito de robo Jack desde la ventana rota, la caída desde el segundo piso de la mansión no le afectaría en nada, pero mirando de nuevo a las esferas en las paredes junto a los agujeros que otras crearon pensó que sí, fue una buena decisión que hubiera saltado por la ventana a recibir de lleno alguno de los golpes de aquellas esferas.
Continuara…
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