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Jack Spicer se encontraba leyendo los pergaminos que había digitalizado, tratando de entender un par de cosas respecto al entrenamiento, una parte que le llamó la atención, y le dio un par de arcadas, se relacionaba al uso de la sangre para crear armas o para inutilizar al enemigo, de cierta manera lo encontraba ilógico, sin embargo, según el texto, se podía lograr gracias al hierro que esta misma poseía, mientras más metal presente en la sangre, mejor era su reacción.
Dejó de leer unos momentos mientras suspiraba, quizás Yue se mostrara como alguien pacífico y gentil, pero no había duda en que podría ser alguien cruel y despiadado cuando se trataba de luchar contra demonios, aquello le hizo temblar, si él fue capaz de luchar contra entidades más antiguas y oscuras que Hannibal, entonces ¿él podría hacerlo también?, según su análisis interno, el demonio Heylin era una planta, una habichuela, ¿podría poseer cierto Hierro en su interior?, eso sería beneficioso para sus estudios a largo plazo.
Estiró sus brazos hacia adelante, intentando desentumecerse, había pasado horas leyendo los pergaminos, siempre descubriendo algo nuevo y sentía que ese conocimiento no se acabaría nunca.
Sin embargo, al retraer sus miembros, pasa a llevar la caja y la deja caer, no alcanzó a tomarla y, por el susto de haberla estropeado, algunas de sus herramientas fueron lanzadas lejos, simplemente reprimió un gruñido y se dedicó a recoger la caja.
Con sumo cuidado la tomó y la dejó en su mesa de trabajo, revisándola por fuera, notando que las bisagras y la caja estaba en perfecto estado, sin embargo, en su interior, vio un pequeño pasador metálico, su curiosidad le hizo quitarlo, mostrando en su interior unos libros delgados, revisó bien la caja por fuera, notando que esta era más profunda de lo que aparentaba.
Tomo los libros y los dejó con cuidado en la mesa, eran antiguos, muy antiguos, pero aún se podía notar el cuidado y las precauciones que se tomaron al hacerlos.
Nuevamente tomó el fondo falso y, girándolo, se encontró con una carta, no venía firmada, pero se leía claramente su nombre en una caligrafía cursiva y dorada.
Abrió el sobre y encontró una carta que se dispuso a traducir con su escáner, el contenido le sorprendió.
Querido Jack:
Si encontraste esta carta, quiere decir que viste el pasador del fondo falso, debería felicitarte por ello.
En este fondo de encuentran mis más valiosas memorias, los libros que viste son más que bitácoras de viajes o libros de instrucciones, son mi historia.
Quizás no te sean útiles a la hora de entrenar, pero podrás conocerme más a profundidad, además de un par de chismes que te harán reír, pero no se los digas a nadie.
Realmente lamento no poder entrenarte por mí mismo, pero estoy seguro de que lograrás hacer grandes avances por ti mismo.
Recuerda, no importa lo que desees ser, si el mayor villano jamás visto o una fuerza imparable del bien, desde donde esté, tendrás todo mi apoyo.
Atentamente: Huan Yue.
Pd: es posible que algunos pasajes de mis diarios puedan ser perturbadores, léelos con precaución.
Dicha carta le hizo sonreír, ese monje ya sabía de antemano que el joven Jack aceptaría su propuesta, era un viejo zorro.
Nuevamente se dispuso a ver los diarios, notando cierta particularidad, las hojas estaban amarillas y algo carcomidas, sin embargo, la escritura estaba en perfecto estado, casi como si resaltaran de la hoja, quizás fue un momento, pero logró entenderlo, estaba escrito con plata.
”Bueno, este es el diario más viejo de la caja, quizás sea el inicio” se dijo mientras mandaba a escanear algunas hojas, las cuales fueron traduciéndose rápidamente ”veamos” comentó empezando con su lectura.
Día x mes x del año xxxxx
Bueno, no tengo idea de cómo comenzar esto.
Los monjes me convencieron de crear una especie de bitácora, donde expresar mis sentimientos y mis avances, sin embargo, lo encuentro demasiado engorroso, más que nada porque nadie lo leerá… o tal vez sí.
En fin, eso ha sido corto, quizás deba contar algo sobre mí.
Pues, me llamo Huan Yue, aunque Shui insiste en llamarme Xiao Yue, es algo molesto, pero creo que no es desagradable del todo.
Nací en una pobre provincia alejada de la capital, un lugar abandonado de las manos de los dioses, en dicho lugar fue donde mi madre me dio a luz.
Ellos me bautizaron como Huan Yue, según me dijeron hace poco, ya que logré re encontrarlos y ayudarles, me bautizaron así para traer felicidad y alegría a todos, realmente fue bello, sin embargo, no puedo decir que tuve una infancia feliz.
A la edad de 5 años fui arrebatado de mi familia, según entendí fue por una deuda.
Los primeros meses fueron horribles, me azotaban y me obligaban a pasar días de ayunos, solo bebiendo agua mientras estaba encerrado en una gran celda, aquello fue traumático.
También me obligaron a bailar, nunca me gustó el baile, pero estaba obligado a hacerlo, aún a día de hoy puedo recordar las palabras y risas de ancianos al ver mi joven cuerpo moverse, tenía miedo, demasiado miedo.
Fueron muchos inviernos antes de que me sacaran de ese lugar, un tal Maestro Pa Kua junto a Xiao Cheng, quien tiempo después sería mi maestro.
Seguía sintiendo miedo, pude escuchar los gritos y cosas romperse antes de que me encontraran y me llevaran con ellos, aun sentía miedo, pero algo en ese hombre me calmaba, ahora me doy cuenta de que era por nuestro vínculo.
Bueno, creo que esta primera entrada ya quedó algo larga, prometo escribir algo de vez en cuando… siempre que no se me olvide.
Pd: Mei Lin, si lees esto ¡deja mi diario!, ya me contaron que eres un poco chismosa.
Jack se encontraba impactado, en definitiva, el Huan Yue que él había conocido era fuerte, amable, gentil y muy tranquilo, sin embargo, según lo que leyó, era un joven lleno de inseguridades, de miedos y traumas, por unos momentos se sintió reflejado, sin embargo, un ruido en su mansión le hizo guardar todo con velocidad y tratar de relajarse, solo esperaba que no sucediera nada extraño, por su propio bien, esperaba que todo se mantuviera en su lugar.
-Este lugar parece más a una pocilga desde la última vez que vine, no es como si hubiera estado mejor antes- la inconfundible voz de Wuya llegó desde arriba de las escaleras que llevaban a su laboratorio, y con esta los ya conocidos insultos que soltaba la bruja Heylin con su afilada lengua de plata.
Aunque esta vez tenía cierta razón en sus insultos, la mansión Spicer no estaba en su mejor día, menos con sus “accidentes” aun pasando casi a diario en toda la casa.
-¡Wuya!, ¿a qué se debe tu visita?- Jack miro a la bruja Heylin bajar de las escaleras con obvio hastío del lugar, el laboratorio estaba en desorden con piezas metálicas de un lugar a otro y varios Jack-bots apilados esperando ser reparados o terminados de armar.
La bruja y el genio no se habían visto desde el último duelo al que asistió el pelirrojo y el cual había ganado, no es como si le importara mucho a Wuya o a Jack.
A pesar que Wuya alguna vez se dijo ser su maestra, su relación desde el principio fue de pura conveniencia; Jack la libero de la caja rompecabezas, ella le mostro la existencia de los Wu’s, no como agradecimiento, sino, porque necesitaba a alguien que los encontrara y, el día que le dejase de ser útil, simplemente lo traicionaría o dejaría de lado, encontrando otro ser más útil o poderoso para una alianza más beneficiosa para ella.
Y aun así tenía el descaro de ir a su hogar las veces que le placiera cuando pensaba que Jack le fuera útil en sus planes.
Y Jack era consciente de ello, y la mayoría de veces se dejaba convencer, porque él también veía el posible beneficio en hacer alianzas tentativas con la bruja Heylin, eso y también porque no conocía nada mejor.
-No es que fueras mi primera opción, de todos modos, ¿otro de tus fracasos termino destrozando la casa?- la bruja se burló y pateo una llave tirada en el suelo la cual encontró en su camino a la mesa de trabajo del joven genio.
-Es una remodelación en toda la mansión, ya sabes, derrumbar algunas cosas para construir algo nuevo- mintió con total naturalidad mientras tomaba un tornillo que comenzaba a rodar por si solo sobre la mesa.
-Dudo que puedas mejorar mucho este lugar-
Jack gruño, pero inhalo profundamente, si le empezaba a responder se enojaría más, si se enojaba más las cosas comenzarían a volar por todas partes y aquello no sería bueno para nadie, menos para él. Se podría decir que estaba feliz y orgulloso de sus nuevos poderes, pero sentía que aún no era momento para que terceros conocieran este hecho, mucho menos Wuya.
Luego de unos segundos de escrutinio, Jack apreció que esta se encontraba irritada y, por experiencia propia, sabía que entre más la dejara despotricar menos atención a él o su entorno pondría, solo escupiría o gritaría lo que pensaba sin importarle su opinión.
-Como sea, hace poco apareció algo nuevo y poderoso, una nueva energía, muy poderosa y antigua-
Una pila de partes de Jack-bots cayó al suelo interrumpiendo a Wuya. Jack empezó a hacer ejercicios de respiración profunda tratando de no ser muy obvio.
-¿Ah sí?-
-¿Dudas de mí Jack?, Te recuerdo que un tonto humano como tú jamás lo hubiera sentido, por lo que no me extraña que no estés enterado- habló con superioridad mientras sonreía de manera altanera -Deberías darme las gracias de que me moleste en platicarte de estos asuntos tan importantes- Wuya miro sus uñas en un gesto de vanidad, tratando de captar la atención de su herramienta reutilizable favorita, claramente guardándose la ansiedad que poseía sobre el tema.
El chico no tenía por qué saber de sus primeras reacciones al sentir dicha energía, que cuando fue a buscar a Bean, este no aparecía por ningún lado ni que Chase la ignoro al tratar de convencerlo de ir juntos a buscar la fuente de esa nueva presencia, esperando que este la defendiera si ocurría algo fatídico al encontrarla, claramente no funcionó, pero aún tenía a su marioneta.
Jack, a pesar de ser un gusano irritante, era muy útil cuando se lo proponía, podía crear un localizador capaz de encontrar energías mágicas y, si llegase el momento, podía servir como carne de cañón cuando las cosas se ponían difíciles, solo debía buscar el incentivo adecuado de aquel pelirrojo, el cual, sin lugar a dudas, era cierto Lord Heyilin.
-Así que, tengo un pequeño trabajito para ti, si lo logras, podrías...-
-Estoy muy ocupado en estos momentos Wuya, así que no puedo ser parte en ninguno de tus planes por el momento- rápidamente se excusó el pelirrojo, ahora tenía cosas más importantes que hacer, como evitar que su casa y su amado laboratorio volara en pedazos por sus nuevos poderes por ejemplo.
-¿Qué es más importante que esto?, ¿Decorar tu pocilga?, deberías tenerme más respeto maldito mocoso mimado, después de todo yo fui tu maestra y…-
-¡Jack-bots!- grito Jack llamando a sus creaciones interrumpiendo el que seguro seria uno de esos discursos llenos de insultos por parte de la Heylin -¡Retiren de la propiedad a Wuya!, Utilicen la fuerza si es necesario- ordenó a sus creaciones mientras apretaba su mano con el tornillo en el -Como dije, Wuya, estoy muy ocupado en estos momentos- la dura mirada de Jack penetro en los ojos de Wuya como dagas, esa no era la mirada de un gusano.
Los bots bajaron rápidamente al sótano y tomaron inmediatamente a Wuya de sus brazos mientras esta empezaba a soltar insultos a diestra y siniestra, remarcando lo patético que era Jack y su descaro, cuando los bots la sacaron a rastras fuera de su laboratorio y cerraron la puerta, fue cuando lo pudo soltar y varias cosas salieron volando de un lugar a otro, el tornillo en su puño se derritió en la mesa y luego se solidifico en una figura llena de púas, aquello lo impresionó un poco. Ya cuando su arrebato termino, soltó una risa sarcástica y desganada.
-Con que, ¿maestra eh?- abrió el cajón en donde había guardado rápidamente los diarios y las cajas de Yue antes de que Wuya apareciera.
Había conocido a Yue por una semana y le había enseñado más que Wuya en todo su tiempo de conocerla, incluso le dejo más conocimiento en estos pergaminos y diarios para que siguiera aprendiendo, también le había mostrado más respeto y comprensión que todos los Heylin que conocía, ni si quiera podía recordar algún tutor particular que fuese como aquel joven, aquello le hizo sonreír con cierta burla.
-No, nunca fuiste una verdadera maestra Wuya- soltó al aire mientras tomaba la figura recién creada “pero sabes, yo nunca fui tu alumno y aquello me facilita muchas cosas- monologó antes de mirar los libros y pergaminos guardados -será mejor seguir estudiando, tengo el presentimiento de que las cosas no quedarán así, ya verás Yue, seré el mejor dragón de metal que el mundo haya presenciado, lo juro- se prometió antes de volver a sus investigaciones, había mucho que abarcar y poco tiempo, pero, para Jack, aquello era un reto, un reto que estaba dispuesto a afrontar y descifrar.
Continuara...
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