• Pareja: Narcissa Black x Lily Evans •
Narcissa se encontraba hincada en el suelo de su cocina frente a la barra mientras sacaba bolsas de plástico escondidas en un cajón del mueble, si en ese cajón habían 7 bolsas escondidas, seguro que encontraría más en la casa.
Hace un año había empezado a cambiar sus hábitos, después de ver un documental sobre el tema, empezó por prohibir los plásticos innecesarios en su casa, trataba de transformar a su familia para ser más sustentable con el medio ambiente.
No estaba segura de quien había sido la persona de las bolsas, pero fue por su varita y con un simple "accio bolsas de plástico" más de 20 habían llegado a sus manos, había bolsas de frituras, tiendas departamentales, del super y mil cosas mas.
Trató de descifrar de que integrante era cada bolsa, los acomodo en 4 montones, se esforzaba mucho por sacar los plásticos horribles de la vida de su familia y del medio ambiente como para que sus hijos y su esposa no respetaran eso.
Esperó pacientemente a que toda su familia llegara a casa, habían ido al cine, pero como una buena dama se preparó un té, colocó los cuatro montones de bolsas en la mesita de la sala, bajo un poco las luces y después de su primer sorbo escuchó el auto llegar a la casa.
Los primeros en entrar fueron sus dos hijos mayores, seguidos de su pequeña y su linda esposa, todos se habían quedado parados en el salón en shock al ver a Narcissa tranquilamente sentada en su sofá favorito, tomando té, con las bolsas de basura enfrente.
- ¿Cómo les fue? — nadie supo que contestar, sabían que el sermón que estaba por venir era grave.
- ¿Hace cuanto estas esperando ahí sentada? — Lily trató de romper el silencio, Narcissa se veía bastante molesta y no necesitaba hacerla enojar más.
- No mucho, por favor tomen asiento. — Nadie rechistó, pero aun así ninguno se sentó junto a ella.
- Me alegro de que hayas disfrutado mucho tus lentes de sol dragoncito, ¿te costaba mucho decirle al de la tienda que no te diera una bolsa? ¿te pesaban mucho un par de lentes? — El primer regaño fue para el mayor de sus hijos, Draco solo pudo hacer un movimiento negativo de cabeza.
- Harry mi amor, yo sé que te encantan los dulces, ¿te cuesta mucho caminar dos cuadras extras para comprarlos a granel? porque no se si sepas, pero en un futuro vamos a caminar entre basura si seguimos así y ahí si te va a costar más.— Harry solo se mordió el labio y asintió, no iba a sacar el Gryffindor respondón que llevaba por dentro.
- Lissa hermosa, ese vestido te queda muy bonito y es perfecto para el verano además, seguro la tela es super ligera.— La pelirroja solo asintió.— Misma pregunta, ¿te pesaba mucho cargarlo en tu bolsa de tela? .— Nuevamente solo un movimiento negativo por parte de la más pequeña de la casa.
- Lily mi amor, ¿qué onda con estas bolsas del super? en serio, compro bolsas de papel biodegradables para cualquier cosa que necesiten, ahí están colgadas las bolsas de tela sustentable, justo en la entrada, para que a nadie se le olvide tomar una antes de salir y aun así a todos se les olvidan, ¿qué quieren que les cosa una bolsa reusable con un hechizo?
Cuatro cabezas se movieron negativamente en sincronía, ninguno tenia idea si podían hablar por lo menos para disculparse, trataban siempre de seguir las reglas de cero plástico, pero era verdad que ninguno estaba tan comprometido y aveces se les olvidaba, no lo hacían apropósito, pero su pasión por el tema no le llegaba ni a los talones a la pasión que sentía Narcissa y por eso se les hacía fácil esconderlas cuando llegaban con alguna bolsa a la casa y tirarlas después fuera de ésta.
- Lo que más me enoja es que se escondan, porque bien podrían llegar y decir oye Cissy, fui al super y se me paso llevarme las bolsas de tela no va a volver a pasar, oye ma, qué crees, se me olvido llevarme una bolsa de papel y los dulces que me compre pues me los dieren en una de plástico, es serio, no es para nada difícil hablar con la verdad.
Narcissa enojada subió a su habitación, sabía que su familia no seguía sus reglas 100% estaría encantada de que así fuera, pero estaba muy molesta porque le ocultaban las cosas, podrían haberle dicho y ella no se hubiera enojado, es más les recordaría llevarlas cada que salieran.
Recostada en la cama con los ojos cerrados, escucho la puerta abrirse, sabía que era su esposa, pero no abrió los ojos, ni siquiera cuando sintió a Lily sentarse a su lado, las caricias de Lily sobre su largo y rubio cabello, mejoraban su humor, pero seguía enojada y tenia derecho a estarlo y no le dio tregua a su esposa en esta situación.
- Amor en serio perdonamos, todos sabemos que lo que hicimos estuvo horrible, como dices, lo peor fue ocultártelo a ti, no tenemos palabras que demuestren lo mal que nos sentimos.— Lily trataba de razonar con Narcissa, su esposa tenía razón, habían herido sus sentimientos y lo único que les quedaba era tratar de redimir lo que habían hecho.
- Solo quiero que entiendan que no es por las bolsas, me queda claro que puede pasar, pero me escondieron las cosas como si fuera una mujer horrible, que los va a castigar, yo no soy mi madre Lily.
- Sabemos que no eres así, tienes una voz muy firme y eso a veces nos asusta, pero si fueras así ninguno de los tres te contestaría y mira que son muy contestones esos hijos tuyos.— Eso si le había sacado una sonrisa a la rubia, que por fin se decidió a abrir los ojos y sentarse junto a su esposa.— No te ocultamos las cosas por esa razón, es porque estábamos realmente avergonzados de lo que hicimos, ¿nos perdonas?.
Lily colocó sus manos sobre el rostro de su amada esposa y se acercó para darle beso apasionado que fácilmente les robo la respiración, al finalizar juntó su cabeza con la de Narcissa rozando así su nariz con la de ella en un gesto cariñoso.
- Los niños están haciendo lasagna, quieren disculparse también.— Le decía Lily mientras sentía los besos Narcissa en el cuello.
- Y yo que creí que ya íbamos a ponernos románticas, ya estaba a punto de levantarme y ponerme lencería. — La risa de su esposa la hizo sonreír.
- Vamos primero con los niños y ya en la noche te prometo que yo también me voy a poner lencería. — Sellaron su trato con un beso un poco más dulce, no querían bajar sonrojadas y desarregladas con sus hijos.
Bajaron a la cocina y sus tres hijos le pidieron disculpas, ella las acepto y abrazo a todos y cada uno de ellos, le prometieron ser mas cuidadosos y ya no esconderle cosas, todo estaba bien y Harry le mostró el dispensador que compro para tener las bolsas de papel junto a las de tela.
Narcissa siempre había sido afortunada por tener a la familia que tenía, dos hijos increíbles, una hija excepcional y una esposa por la que daría la vida, la lasagna había quedado deliciosa, Draco siempre había mostrado habilidades culinarias, pero era hora del postre y estaba segura de que esa noche no iba a dormir.