• Pareja: Rodolphus Lestrange x Bellatrix Black •
Rodolphus estaba muy nervioso, nunca había imaginado que su cita con Bellatrix sería ir a una leída de tarot.
Estaba loco por Bellatrix, se había enamorado de ella prácticamente al verla, se habían hecho amigos al llegar a Hogwarts pero por mucho tiempo él creyó que su amigo Tom y ella tenían una relación, siempre iban juntos para todos lados y nunca se separaban, pero todo cambio cuando unas semanas atras, Tom presentó oficialmente a James Potter como su novio y por primera vez sitió que tenía una oportunidad para invitar a Bella a una cita.
La chica aceptó encantada, la próxima salida a Hogsmeade sería en una semana y habían acordado pasar el día juntos, pero Rodolphus se sorprendió cuando lo primero que le dijo la chica de sus sueños es que había hecho una cita con una tarotista.
Sabía que los Black eran una de las familias antiguas y con más tradiciones de su país, también sabía lo obsesionados que estaban por la astronomía y la astrología, pero nunca imaginó que a Bellatrix le interesara la adivinación, siempre se quejaba de esa clase , incluso comentaba que era un desperdicio.
Pero ahí estaba él, sentado sobre una alfombra con las piernas cruzadas, mientras veía como la tarotista barajaba sus cartas, Bellatrix se veía bastante entretenida, suponía eso era algo bueno, le hubiese gustado haber ido por una cerveza de mantequilla y platicar un rato, pero ahora estaba encerrado en ese lugar, nervioso y esperando que no le preguntaran nada.
- ¿Y que es lo que les gustaría saber? — preguntó la señora, ya se veía bastante mayor, las arrugas en su rostro eran muy marcadas.
- ¿Cuántos hijos vamos a tener? —Bellatrix preguntó enseguida y Rodolphus sintió que se le salían los ojos de la impresión.
- ¿Solo eso? — Bellatrix asintió con la cabeza y la mujer hizo una tirada de tres cartas.— Bien aquí dice que su relación es muy temprana, será muy duradera, tienen que aprender a estar el uno con el otro sin atarse, siendo libres y respetando las desiciones del otro, es verdad que tendrán algunas complicaciones, tu embarazo será difícil, veo dos, no, tres hijos en su futuro.
- Gracias, ¿cuánto es? — Bellatrix sonreía muy amablemente, pagó la sesión y ambos salieron del local de la tarotista.
Rodulphus no dijo nada, estaba inmerso en sus pensamientos, tendría hijos con Bellatrix, debía esforzarse para no cambiar ese futuro porque realmente le había gustado oír eso.
- Puedes creer semejantes patrañas, hace unas semanas fui con Sirius y le dijo que estaba enamorado de un chico que lo consideraba como un rival y Sirius me confesó que no esta enamorado de nadie.— Bellatrix iba riendo de lo que le había dicho la tarotista.
- No entiendo, ¿a qué fuimos si no crees en eso? — Rodulphus estaba muy confundido, ¿de que se trataba eso entonces?
- Me gusta ir con charlatanes y reírme después de sus boberias, ¿quieres ir por una cerveza?— El chico solo asistió, se sentía un poco herido, no tenía derecho, pero por alguna razón sentía que Bellatrix se reía de "su futuro" y no de la tarotista.
Habían decidido ir a Las Tres Escobas, era un lugar seguro para una cita, Rodolphus trató de hacer una conversación interesante pero la chica no dejaba de hablar de lo falsa que era la adivinación, no sabía como cambiar de tema, lo peor es que ya estaba empezando a desesperarse, pero no pudo evitar reaccionar cuando la chica menciono lo estúpido que era que la señora haya dicho que acabarían juntos.
- ¿Te molesta que la adivinación sea "falsa" o que haya dicho que somos una pareja? — el chico se había cansado de oír las burlas de Bellatrix.
- ¿De qué hablas? — Bella se puso sería de inmediato al ver la cara malhumorada de Rodolphus.
- Al parecer lo que te causa gracia es eso, estamos en una cita y te burlas que haya dicho que acabaríamos juntos, entiendo que no quieres que eso pase, pero al menos podrías reírte de mi a mis espaldas y no en mi cara el día que tenemos una cita. — Se había arrepentido de todo lo que dijo a los segundos de haberlo dicho, pero ya era tarde y no se podía deshacer nada.— Tal vez debamos volver...
- Si y cada quien por su lado. —Bellatrix no lo había dejado terminar, se levantó molesta, tomó sus cosas y salió del lugar dejándolo ahí.
¿Cómo era posible que haya arruinado lo único que quería en su vida? era un idiota, se levantó y salió lo más rápido que pudo del bar, tal vez podría alcanzar a Bellatrix y pedirle una disculpa, iba corriendo hacia los carruajes, cuando volteo hacia un lado y como si fuera el destino la vio a lo lejos parada en la cerca que da hacia la casa de los gritos.
Se acercó con pasos lentos, quería calmar su respiración antes de llegar con ella, al parecer la chica aun no había notado que estaba cerca, pero él podía escuchar que estaba sollozando, en ese momento se le rompió el corazón, en serio era un imbécil.
- Bella, perdóname, soy un idiota, no tenía derecho a decir eso o a enojarme por algo así, yo, bueno no somos nada y en serio te ofrezco una disculpa.— Bella al escucharlo trató de limpiarse las lagrimas sin conseguirlo del todo.
- Somos amigos.—había sido una respuesta en voz muy baja, pero Rodolphus la había escuchado perfectamente.
- Sí, somos amigos.— Bella había notado el cambio desanimado en la voz del chico.
- Me refiero a que si somos algo, no nada. — trató de aclarar para no crear malos entendidos.
Rodolphus asintió como respuesta pero después de eso ninguno dijo nada en un buen rato, el chico se debatía por irse o esperar ahí en silencio con ella, tampoco estaba seguro si Bella quería que se quedara o que se fuera, estaba a punto de irse cuando la chica empezó a hablar rompiendo el silencio y sus pensamientos.
- Acepté la cita porque me gustas, no me reía de lo que dijo la señora, ella solo asumió que acabaríamos juntos porque le pregunte eso, ella no sabe si será complicado o no, pero no me reía de que estuviéramos juntos.— Bella sonaba bastante triste y eso solo hacía que Rodolphus se sintiera cada vez peor.
- No tienes que explicarme nada, yo no tenia ninguna derecho de reclamarte algo y bueno... tú también me gustas mucho.— Bella se había girado hacia él para por fin darle la cara.
- Sé que puedo ser muy molesta y me obsesiono con un tema pero...
Bellatrix no pudo terminar de decir nada, de pronto sitio los labios de Rodolphus contra los suyos, tardó unos segundos en seguir el beso, pero en cuanto quedó atrás su shock profundizó el beso y colocó sus manos sobre los hombros del chico.
- Me gustas mucho Bellatrix Black, siempre me has gustado, me encanta tu risa y que siempre te burles de cosas bobas, que tengas tus ideales y que te obsesiones con un tema, déjame hacerte feliz y tal vez podamos demostrar si la tarotista tenía razón o no.
Bella sonrío y volvió a unir sus labios con Rodolphus en un beso más apasionado que el anterior.
Pasaron los años y Bellatrix se encontraba en una camilla de San Mungo en una revisión mensual, Bella estaba en la semana 12 de su primer embarazo y ella y su esposo esperaban saber como iba el feto.
- Felicidades señores Lestrange, tendrán dos, no esperen. —La Sanadora había puesto una cara que preocupó al matrimonio. — Señora Lestrange, esta esperando trillizos.
Bellatrix solo vio a su esposo desplomarse en el suelo, la noticia si que lle había pegado, en cuanto a ella, jamás en su vida volvería a desconfiar de las artes de la adivinación.