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"Innocence" por Dreamwave

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Notas del capitulo:

Final del capítulo anterior.

Capítulo 8: "Verdad o reto" (Parte 3)

 

La música estilo “club nocturno” seguía sonando de fondo. Los chicos estaban muy cansados, cuando se sentaron alrededor de la mesita del living para empezar a jugar. Era una dinámica bien simple, se trataba de que un participante iniciaba diciendo algo que jamás había hecho, y si resultaba que alguno de los demás sí, tenía que beber un sorbo de alcohol. Al que se le acababa el trago, perdía y sería golpeado. Típico juego de adolescentes, solo que le habían dado un pequeño giro, ya que las consecuencias de perder eran malísimas, pues serían ocho chicos contra uno y nadie quería ser ese uno.

—Me parece que todos aquí sabemos las reglas del “Yo nunca nunca”. ¿Quién empieza? —preguntó Token, mientras vertía vodka en los vasos de sus amigos.

—Yo empiezo. —respondió Cartman—A ver, yo nunca nunca... He sido un judío hijo de puta, ¡Jajaja! A beber, Kyle, jajaja.

—¡Tómatelo en serio, maldito gordo! —gritó Broflovski, enojado.

—Ya, Cartman, no lo molestes. Tranquilo, Kyle... —dijo Stan.

—Vamos chicos, no bromeen, para que este juego funcione debemos ser honestos, ¿Entienden? —preguntó Token—. Bien, ¿Quién empieza?

—¿Puedo ser yo? —preguntó Butters, tímidamente.

—Claro, amigo. —contestó Token.

—Bien, yo nunca nunca... Me he embriagado.

—Ay, que inocente eres, Butters. —dijo Cartman, tomando un sorbo de vodka.

—Me emborraché en el cumpleaños pasado de Kyle. —dijo Stan.

—Ahora que me acuerdo, yo también bebí de más esa vez. —confesó Craig.

—¿Alguien más? —preguntó Token—. Clyde, di la verdad...

—Culpable. —dijo Kenny, bebiendo de su vaso.

—Nunca he tomado tanto para alcoholizarme, amigo. —dijo Donovan.

—Clyde...

—Ok, ok, una vez me embriagué cuando una ex novia me botó. Y te llamé por teléfono.

—Cómo olvidar esa llamada, fue muy gracioso, jajaja. Hablaba puras incoherencias, y después se puso a llorar. —dijo Token, tratando de no reírse demasiado, pues no quería ser cruel con su mejor amigo.

—Estaba muy afectado por la ruptura, ¿Ya? Mejor continuemos... Yo nunca nunca... He tenido sexo en un lugar público. —dijo Clyde.

—...Yo sí. —confesó Kenny, que terminó siendo el único que bebió alcohol durante esa ronda.

—No sé porque no me sorprende. —dijo Stan.

—Porque es Kenny, duh. Le da a todo lo que se mueva y donde sea. —dijo Eric, despectivamente.

—¿Dónde tuviste relaciones? —preguntó Clyde, de curioso.

—En el baño de chicas de la escuela, no daré mas detalles. —respondió el chico de naranja, que notó que Butters se había incomodado con la pregunta—. Sigamos. Yo nunca nunca... He pasado San Valentín o alguna festividad en pareja.

—Eso es un poco triste, amigo. Aunque ahora que lo pienso, y-yo tampoco lo he hecho. —dijo Tweek.

—Pero lo harás, cariño. Celebraremos juntos nuestro cumple mes, aniversario y San Valentín. Eres el único con quién podría hacer eso. —dijo Tucker, sonrojado y tomando las manos de Tweak.

—¡C-Craig! —exclamó el despeinado rubio, con los ojos brillantes.

—¡Tweek!

—Aww, que bonito, pero, ¿Podemos seguir con el juego por favor? —preguntó Cartman, disipando la atmósfera romántica—. Una vez celebré Navidad con Heidi, así que me toca beber esta vez.

—Pasé San Valentín con Nicole. —dijo Token, bebiendo de su vaso.

—Y yo con Bebe festejé dos aniversarios, cielos. Eso sí que me da ganas de tomar. —dijo Clyde, dándole un sorbo a su vodka.

—¿Nadie más? Ok, Cartman creo que es tu turno. —dijo Stanley.

—Bien. Yo nunca nunca he sido pillado en mi cuarto masturbándome. Jajaja, no te dejaré en paz, Kyle.

—¡Cállate gordo, solo fue una vez! Estaba viendo porno, y mi mamá entró a mi habitación sin tocar la puerta. A cualquiera le pasa. —confesó Kyle, tomando un sorbito de alcohol—. Ni aunque me paguen les diré que era porno gay. —pensó.

—Qué, ¿Cómo es que Cartman sabía eso y yo no? —preguntó Stan, un tanto indignado.

—Es una historia que no vale la pena contar. Si tanto te interesa, te diré después. —susurró Kyle, acercándose al chico de gorro azul.

—Kyle tiene razón, esas cosas pasan. —dijo Clyde, bebiendo también.

—Totalmente de acuerdo. —dijo Kenny, haciendo lo mismo.

—A mí una vez me descubrió mi hermanita. Fue terrible, creo que la traumé de por vida, jaja. —dijo Craig, cuyo vaso aún estaba bastante lleno.

—Y se ríe, más encima. Pobre Ruby. —dijo Butters.

—Eres de lo peor, Craig. —comentó Tweek.

—Y por eso me amas.

—Ya, ya, seguimos. Yo nunca nunca... He participado de un bukkake. —dijo Kyle.

—¿Qué es eso? —preguntó Butters, ingenuo.

—A ver, alguien que le explique... —dijo el pelirrojo.

—Es cuando te bañan en leche. —trató de responder Eric.

—¿Cómo? No entiendo...

—Ah, Butters, ¿De verdad tienes 17? Un “bukkake” es cuando varios hombres eyaculan sobre la cara de una misma persona.

—Sé que te cuesta, porque eres un imbécil, Cartman, pero no es necesario que seas pesado con Butters. —dijo Kenny, y acto seguido bebió de su trago.

—Espera, Kenny, tomaste, eso significa que... —dijo Stan.

—Ah, sí. He hecho bukkakes.

—Lo chistoso es que lo dice como si nada, pff. —se rió Clyde.

—Parece que ya sabemos quien va a perder, ¿No chicos? Vamos todos a pegarle al pobre de Kenny.

—El juego aún no termina, gordo. —dijo McCormick—. ¿Quién sigue?

—Voy. Yo nunca nunca... He violado a alguien. —dijo Craig.

—...Demonios. —dijo Kenny, bebiendo un segundo sorbo de vodka. Su vaso estaba casi vacío.

—¡Kenny, pervertido de mierda! ¡Jajaja! —se burló Eric.

—Déjame en paz, idiota. Lo hice, porque era la fantasía de una chica que estaba obsesionada conmigo el año pasado, y técnicamente no fue violación, a pesar del parecido.

—Que locura, amigo. Es mi turno. Yo nunca nunca... Le he hecho “el dragón” a alguien. —dijo Token.

Hubo un silencio corto, y todos dirigieron la mirada hacia el chico de anorak naranja.

—¡Carajo! —exclamó Kenneth, dando un golpe sobre la mesa y bebiendo un último sorbo, ya que su vodka se había acabado.

—¡JAJAJA! ¡Lo sabía, eres una puta sucia! Has perdido todo mi respeto, Kenny, jajaja, dios mío, ¡Me duelen las mejillas! —gritó Eric, desternillándose de risa.

—Como si tu respetaras a alguien, gordo de mierda. —dijo el rubio, aplastando el vaso de plástico a regañadientes.

—Rayos, Kenny, ¿Hay algo que no hayas hecho? Eres el menos inocente de todos. —dijo Stan.

—Chicos, ¿Qué es “el dragón”? —preguntó Butters, preocupado de que lo molestaran de nuevo, cosa que no pasó.

—Es cuando eyaculas tanto en la boca de alguien, que le terminan saliendo fluidos por la nariz.

—Puaj, asco, Cartman. ¿Acaso eres el profesor de las cochinadas?—dijo Kyle, haciendo una mueca.

—No es mi problema saber más que tú, rata judía.

—¡No quiero saber sobre esas cosas! ¡Eres un cerdo! —lo insultó Broflovski.

—Diablos, no hay forma con estos dos, son como agua y aceite. Ya, chicos, cálmense, no pueden enojarse por tan poco. —dijo Token—. Ahora, debemos decidir que pasará con Kenny.

—Oh sí, eso me gusta más que pelear con Kyle. Yo digo que le saltemos todos encima para romperle la madre. —propuso Cartman.

—Hey, pero no podemos pegarle muy fuerte o capaz que lo matemos. —dijo Craig.

—¡Mejor!

—¡CARTMAN! —gritó Kyle.

—Háganme lo que quieran, no me importa. Perdí, así que... Terminemos con esto. —dijo Kenneth, desviando la mirada y colocándose la capucha, como si aquello pudiese protegerlo.

—Ok... Lo siento, Kenny, serán solo 3 minutos. ¡Vamos, chicos! ¡Al ataqueee! —exclamó Clyde.

El grupo rodeó al encapuchado y comenzaron a golpearlo, Stan, Kyle, Tweek y Butters lo hacían de forma suave, pues ellos no eran de naturaleza violenta, en cambio Eric y Craig parecían ir en serio, mientras que Clyde y Token se limitaban a mantener quieto a Kenny para que no escapara. Al término de los tres minutos, lo soltaron. No estaba tan magullado, pero le costaba un poco moverse, y cuando todos se sentaron alrededor de mesa (nuevamente), no dijo absolutamente nada, solo suspiró y se bajó la capucha naranja.

—Kenny, ¿Estás bien? —preguntó Butters, tratando de mirarlo a los ojos.

—Sí, no te preocupes, no fueron tantos golpes. —respondió, ante la mirada acomplejada de sus amigos—. ...¿Y ustedes, qué pasa? ¿Por qué tan serios?

—Ah, no, es que... ¿No se nos pasó la mano? ¿De verdad estás bien?

—Sí, Craig, tranquilo. Todo ok, no tengo casi ninguna herida, pero me quedarán moretones de seguro.

—De todos modos, pienso que deberíamos jugar a otra cosa. La botella de vodka está vacía, podríamos usarla para “Verdad o reto”. —dijo Token.

—¡Buena idea! —exclamó Clyde, quien estaba entusiasmado por la parte de los retos, ya que quizás podría grabarlos.

—¿V-verdad o re-reto? N-No me gusta ese juego. —dijo Tweek, un tanto agitado.

—Vamos, cariño, parece que todos quieren jugar, excepto tú. No seas aburrido. —le dijo Craig.

—¡Pe-pero es que una vez que eliges reto, no hay manera de negarse a hacer lo que sea que te digan!

—Ya, relájate, quizás podemos cambiar las reglas un poco. Que tal que si una persona no quiere hacer un reto, en vez de obligarla, le hacemos beberse un vaso de cerveza. ¿Están de acuerdo? De verdad quiero jugar a esto con mi novio. —dijo Tucker, al resto.

—¡Ah, no, así no se juega “Verdad o reto”!

—Oye Cartman, ¿Tienes que ser tan negativo siempre?

—No se pueden cambiar las reglas del juego, Craig, sino ¿Qué sentido tendría jugarlo? —contradijo Eric.

—Estoy de acuerdo con Craig, solo es un pequeño cambio para que Tweek pueda jugar. —dijo Kyle.

—Yo también apoyo la idea, no quiero dejar fuera a nadie. —agregó Stan.

—La idea es que todos participemos. —comentó Butters, mientras Clyde asentía con la cabeza.

—Ya, Cartman, no seas pesado. Mayoría gana, así que el que se niegue a hacer un reto, tendrá que tomar más alcohol. —dijo Token.

—Bieeen, cambien el estúpido juego, si así dejan de llorar, maricas. —se rindió Eric, cruzándose de brazos.

—No es para tanto, hombre. ¿Listos, chicos? Empecemos. —dijo Token, haciendo girar la botella sobre la mesa.

—Q-qué nervios... —pensó Tweek.

La botella, transparente y azulada, giró rápidamente, hasta perder velocidad y detenerse, apuntando hacia Cartman, quien lanzó un quejido mientras los demás jóvenes reían.

—Genial, Cartman, ¿Verdad o reto? —preguntó Black.

—Obvio que verdad, pendejos.

—Entonces, dinos... ¿Es verdad que tu mamá es una puta total, y que se acuesta con cualquiera?

—Cr-Craig, ¿Cómo le preguntas eso? Dios... —dijo Tweek.

—Espera, espera, tengo una mejor, ¿Qué se siente que la escuela completa sepa que te gusta bailar imitando a Britney Spears? —preguntó Kyle, riéndose al final.

—Se hace solo UNA pregunta, maldito pelirrojo. Decídanse. —dijo Eric, con el ceño fruncido.

—Lo que preguntó Kyle, jajaja. —dijo Token.

—Bueno, pues perdieron, porque la respuesta es aburrida. Me da lo mismo que todos hayan visto el video, era un niño y los niños hacen estupideces. Como ponerse pelucas y bailar.

—Aún recuerdo cuando estaban todos viéndolo, y un militar te dijo “eres tremendo marica”, jajaja. —comentó Kyle.

—¡OYE! ¡No soy marica! —gritó Cartman, y acto seguido hizo girar la botella—. Ya veremos si me sigues insultando cuando esta cosa te apunte a ti. Me vengaré.

El envase dio vueltas y vueltas, hasta que se detuvo por segunda vez, con la tapa en dirección a Tweek, que emitió un chillido y se jaló un poco el cabello.

—¡¿Y-yo?! ¡Aack!

—Oooh, esto va estar bueno. Tweek, ¿Verdad o reto? —le preguntó Eric.

—Uhmm, ¿Re-reto?

—Perfecto, jaja. Te reto a darle una palmada en el trasero a Craig, y decirle “tú y yo tenemos unos orgasmos pendientes”, no no no, mejor dile “Quién fuera cereal para que me llenaras de leche”. —dijo Cartman, entre carcajadas—. ¡Ni siquiera lo ha hecho, y ya me estoy riendo!

—¡¿Qué?! —exclamó Tweak, inquieto—. No puedo hacer eso, es demasiada p-presión. No hay manera, no hay manera, no puedo, m-me da vergüenza, y la presión, ¡AAAaaa!

—Tweek, escucha, si lo haces no me va a molestar. Cartman tiene serios problemas, pero solo haz lo que dijo y ya, no puedes seguir tomando cerveza, tu tolerancia al alcohol es muy baja. —le dijo Craig, agarrándolo por los hombros, mientras le susurraba una última frase—. Cariño, tú puedes.

—Aaah, dios. Qui-quién fuera ce-cereal, para que... Para que... ¡Aaa!

—Eso no cuenta, Tweek, gritaste al final.

—Cállate, gordo. Vamos Tweek, sé que eres capaz. —lo alentó su novio.

—Qui-quién fuera cereal p-para que... ¡¡Quién fuera cereal para que me llenaras de leche!! ¡¡AAaa!! —gritó el chico de camisa mal abotonada, bastante ruborizado y dándole una palmada en el trasero a Craig.

—¡Jajaja, cielos, Craig, será mejor que vayan arriba, sí que lo quiere! Jajaja, dios mío, chicos, me muero. —dijo Cartman, contagiando a algunos con su risa, mientras Tucker lo miraba.

—¡A ver, idiota, puedes meterte conmigo, pero no dejaré que molestes a mi Tweek!

—Era solo una broma, amigo, tranquilo. —dijo Eric, todavía con algunas lágrimas en los ojos de tanto reírse.

—Tweek, te toca. Toma. —dijo Stan, pasándole la botella.

—B-bien.

El rubio, aún sonrojado, hizo girar la botella haciendo un movimiento con la mano. Cuando la rotación se detuvo, el envase de vidrio apuntaba a Kyle Broflovski, que se sorprendió.

—K-Kyle, ¿Verdad o reto? —preguntó Tweek.

—Ahora te quiero ver, judío, jaja.

—Basta, culo gordo. Elijo reto. —dijo el chico de cabellos rojos.

—...N-no se me ocurre ninguno, ¿Alguien me ayuda con su reto? ¡¡Aack!! T-Token, ¿¿Tienes café??

—No vayas a la cocina, Token. —dijo Craig, que luego miró a Tweek—. Amor, no creo que sea buena idea que tomes café a esta hora, después no podrás dormir.

—Sí, Tweek, te dará demasiada energía. Más de la que tienes ahora, jaja. Hmm, cambiando de tema, creo que ya sé que reto podría ser. —dijo Clyde—. No se enojen chicos, pero... Últimamente están más juntos de lo habitual, y a veces andan raros en la escuela. Kyle, en ocasiones te quedas pegado mirando a Stan. ¿Qué onda entre ustedes?

—¡Já, sabía que no era el único que lo sospechaba! A Kyle le gusta Stan. —dijo Cartman.

—Oigan, oigan, no hagan preguntas, que eligió reto, no verdad. —dijo Marsh.

—No, Stan. Es hora de que lo sepan, ¿No crees? En algún momento tendríamos que contarlo.

—Sí, es cierto. Chicos... Kyle y yo estamos saliendo. Kenny es el único que estaba enterado... Supongo que esto es una sorpresa para el resto de ustedes, o quizás no, considerando lo que pasó en la escuela con los dibujos Yaoi.

—No jodas, más te vale no estar mintiendo Stan, jaja, son novios, ¡Lo sabía!

—Sshh, Cartman. Bueno, si eso es cierto... Tendrán que probarlo. Kyle, te reto a besar a Stan. —dijo Clyde.

—Claro, ningún problema, es un reto fácil... —dijo Kyle, algo nervioso. Stan lo observó.

—¿Está todo bien, amor? Siempre nos besamos, podemos hacerlo aquí. —dijo el chico de chaqueta café.

—Me da un poco de vergüenza, pero estoy bien... Hagámoslo de una vez. Pero sin leng-

El pelirrojo no pudo terminar la frase, debido a que Stanley se había acercado a sus labios, sellándolos con un beso, ambos cerraron los ojos casi por reflejo, mientras Kyle trataba de que el contacto no fuese tan apasionado. Cosa que falló, ya que Stan logró introducir su lengua y si el beso se intensificaba más, se excitarían en frente de sus amigos, lo que sería más trágico que cómico.

—¡Wow, van muy en serio! Esas lenguas... —dijo Clyde.

—¡Jajaja, consigan un cuarto, par de maricas! ¡Los quiero tanto, jaja! —gritó Cartman, estrujándose de risa.

—Lo siento, chicos, pero me calientan de solo mirarlos. Ups. —dijo Kenny, babeando un poco.

—Rayos, amigo. —dijo Token.

—Vaya, no imaginaba que estaban enamorados de verdad, pensé que todo era joda por parte de las niñas asiáticas. ¡Estoy feliz por ustedes, Kyle y Stan! —los alentó Butters.

—Cuando esto se sepa en la escuela, ya no seremos la pareja más hot. —dijo Tucker.

—Es mejor, Craig, n-no quiero que todo el mundo esté pendiente de nuestra relación. —dijo Tweek.

—Sí, tienes razón. De todas formas, el hashtag #welovecreek seguirá usándose, aunque puede que el #welovestyle se haga más popular. Demonios, ¿Qué me pasa? Nunca le había prestado tanta atención a las redes sociales. —dijo Craig.

En ese momento, Kyle y Stan, cuyos rostros seguían rojos, se separaron, no obstante, un hilo de saliva conectó sus bocas por unos segundos.

—Ah, qué erótico~ —murmuró Kenny, que parecía ser el que más disfrutaba con la situación.

—Hmm... Listo. —dijo Kyle, limpiándose con la manga de su chaqueta—. ¿Convencidos? Somos novios.

—Sí, por supuesto. Eso fue candente, jaja, ¿Está bien que lo diga? En todo caso, felicitaciones, es muy lindo que estén juntos. Te toca girar la botella, Kyle. —dijo Token.

—Gracias, es genial que nos sigan aceptando... Son muy buenos amigos, excepto tú, Cartman. —dijo Broflovski, mientras hacía rotar el envase.

—Pero si yo también los apoyo, tortolitos. Y ustedes ya... Ya saben. ¿Lo han hecho?

—¡Cartmaaan! —chilló Kyle.

—Basta, gordo, no tenemos que compartir nuestra intimidad. Entre nosotros las cosas fluyen bien y eso es lo que importa. —dijo Stan.

—Oye, la vida privada es sagrada. Respeta su vida privada, Cartman. Hey, miren, la botella está por detenerse... —dijo Craig.

El movimiento cesó y la tapa quedó en dirección a Clyde Donovan. Todos posaron la mirada sobre él.

—Bien, Clyde, ¿Verdad o reto? —preguntó Kyle.

—Verdad.

—Ok, dime, ¿Qué-

—¡Espera, Kyle, se me ocurrió algo para preguntarle!

—¿Qué es, culón?

—Clyde, di la legal, ¿Vas a terminar con Bebe? ¿O ella ya te pidió acabar su relación?

—Carajo, Cartman, si preguntas eso, prefiero que me hagan un reto. No voy a hablar sobre mi novia. —respondió Donovan, con aire triste.

—¡Pero si tú elegiste verdad! —se quejó Eric.

—Ya, es mejor que no insistamos con lo de Bebe, es un tema delicado para mi bro. —dijo Token, rodeando a Clyde con el brazo—. ¿A alguien se le ocurre un reto?

Se quedaron pensando unos minutos, en silencio, hasta que Kenny habló.

—Que tal si... Clyde, te reto a besar al chico que encuentres más atractivo de esta mesa.

—A Kenny sí que le gusta ver chicos besándose. —pensó Butters.

—¡¿Qué?! Pero si yo no soy gay...

—Pero es un reto, vamos, que a diferencia del de antes, no tiene que ser con lengua. —dijo Cartman—. No tienes opción, sino tendrás que beber más cerveza y ya debes estar mareado. Y como tampoco quieres hablar sobre tu frágil noviazgo...

—Ok, ok, lo haré, solo no menciones eso. A ver, el más atractivo... —dijo Donovan—. Nunca me había percatado, pero mi grupo de amigos está lleno de chicos guapos. No me hace homosexual pensar eso. Creo que la decisión está entre Stan, Kenny y... ¿Él? Demonios, espero que no se enoje conmigo por esto. —pensó.

El castaño se inclinó hacia su mejor amigo, que al sentir un suave beso sobre sus labios, abrió los ojos como platos, haciendo un ruido parecido a un gemido.

—¡¿Mhhmp?!

—¿Token? Pensaba que me besarías a mi, pero bueno, él también es muy guapo. —dijo Kenny.

—Estos son... ¿Celos? ¿Por qué me molesta que Kenny diga que otro chico es lindo? —pensó Butters.

—I-inesperado, jajaja. —dijo Tweek.

—Dios, primero Tweek y Craig, después Stan y la rata judía, ¿Y ahora estos dos? ¡Todos mis amigos son gay! De seguro me convertirán también, jajaja.

—Hey, yo soy bisexual, gordo. —dijo Kenny.

—Pff, gran diferencia. —dijo Cartman, sarcásticamente.

—Perdón, Token... —dijo el chico de chaqueta roja, volviendo a su lugar, ligeramente avergonzado—. No te enfades, ellos me obligaron a hacerlo.

—N-no, no... Todo está bien. Ser besado por un hombre no es tan malo... Esperen, ¿Qué mierda acabo de decir? Como sea, no podría enojarme contigo por esto. —dijo Black, con una mano detrás de la cabeza; estaba sudando un poco, y sentía una extraña atracción hacia Clyde.

—Me alegro, jajaja. —dijo Donovan, sonriendo.

—Esta noche está siendo épica, ¿Les parece que hagamos una pausa para ponernos los pijamas? —preguntó Stan.

—Yo duermo desnudo. —dijo Kenny.

—Cómo, ¿No trajiste nada para ponerte al dormir? —preguntó Kyle.

—Mmm... Nop. Pero puedo dormir con la camiseta que tengo debajo.

—Jaja, Kenny es tan pobre que no puede comprar un pijama.

—No es porque me falte dinero, Cartman, es porque me da mucho calor por la noche, aunque no lo crean. Y además, dormir así es más sexy.

—Bueno, Kenny se quedará esperando aquí, podemos cambiar de juego cuando volvamos, y terminarnos lo que queda de cerveza. Había olvidado que Kyle y Stan trajeron mini pizzas. ¿Alguien tiene hambre? —preguntó Token.

—Vamos a cambiarnos y después comemos. —dijo Butters.

El grupo entero estuvo de acuerdo con Stotch, de modo que cada uno buscó su mochila, a excepción de McCormick que se echó sobre el sofá, con los brazos detrás de la cabeza. Token les dijo que podían usar cualquiera de las habitaciones para cambiarse.

Una vez vestidos con ropa de dormir cómoda, los chicos volvieron al living y Kyle ayudó a Token con las mini pizzas, que no tardaron en estar listas y ser devoradas. Como estaban recién sacadas del horno eléctrico, un par de los invitados se quemaron, por estar apurados comiendo. La noche avanzaba, y la cerveza se había terminado, porque los adolescentes siguieron jugando “Verdad o reto”, y algunos no quisieron hacer los retos por lo que tuvieron que beber. Después, Clyde tuvo la idea de contar historias y anécdotas de tinte “erótico”o “vergonzoso”, luego les dio por hablar de las chicas que les parecían más cool de la escuela, y finalmente jugaron Just Dance, en lo que Butters, Kenny y Token se lucieron en cuanto a coordinación y puntaje. De un momento a otro, eran las 02:30 de la mañana, y la mayoría comenzaba a sentir que el sueño los vencía. En otros tiempos, se habrían quedado despiertos hasta las 05:00 am, pero ya no tenían 10 años. Además, el alcohol aportaba a la somnolencia. Kenneth era el único que no estaba cansado, sin embargo él y Butters fueron los primeros en irse a acostar.

—Kenny, pueden usar la habitación que está arriba, al lado de mi cuarto. El único problema es que allí hay una sola cama, aunque es doble... —dijo Token.

—Oh, eso es todo menos un problema, podemos compartir la cama. ¿Cierto, Butters?~ —le preguntó, con tono sensual y levantando las cejas al terminar de hablar.

—Si no hay otra manera, supongo que tendremos que hacer eso. Y no importa, somos amigos. Bu-buenas noches. —respondió Stotch, ruborizado y dirigiéndose a las escaleras.

—Buenas noches a todos, nos vemos mañana. —dijo Kenny, siguiéndolo.

—Tweek y Craig, usen la habitación de huéspedes del primer piso, ¿Está bien?

—Sí Token, gracias. Iremos enseguida, ambos estamos cansados. Buenas noches. —respondió Craig.

—¡Q-que descansen!

—Ustedes también, Tweek. Stan y Kyle, vayan a la habitación que está al lado de la de mis padres, es la otra de invitados, en el segundo piso. Seguro estarán cómodos allí. Tengo una litera en mi cuarto, así que Clyde y yo podemos dormir ahí. —dijo Token.

—Muy b-bien, que bueno que hay muchossss cuartosss. ¡Que tengas buena noche, amigou! Vamos, Kyley-B... —dijo Stan, sintiéndose algo ebrio.

—Sí, ya te sigo. Creo se excedió con la cerveza. Oye, la pasamos increíble, Token. Que descanses.

—Gracias, los veré en la mañana. Clyde, ¿Vamos a dormir?

—Sip, tengo mucho sueño... *Hip* parece que tomé demasiado, demonios. —dijo el castaño, tambaleando hacia la escalera.

—Wow, cuidado amigo, no vayas a caerte. Ven, acá llevo tu mochila. —dijo Token, rodeando a Clyde por los hombros para ayudarlo a subir.

Mientras los demás estaban en sus respectivos cuartos, Token llevó a Clyde al baño para que ambos pudieran lavarse los dientes, luego fueron a su habitación, prendió la luz de la cómoda y acostó con cuidado al chico sobre el colchón inferior de la litera, tapándolo con las sábanas. Notó que sus mejillas estaban enrojecidas, y sus ojos entrecerrados, ya que no estaba del todo despierto.

—Token... Dónde...

—¿Si? ¿Quieres algo? ¿Agua?

—...Mi celular, dónde está... Mi celular... —balbuceó Clyde.

—Oh, espera, ¿Lo tienes en tu mochila, no? Te lo pasaré enseguida. —dijo Black, buscando entre las cosas de su mejor amigo, y entregándole el teléfono—. Aquí tienes.

—Gracias, hay algo que quiero ver... Buenas noches.

—Pensé que te dormirías, pero bueno, no te quedes hasta muy tarde con eso. Que duermas bien. —dijo Token, apagando la luz y acostándose sobre la cama de arriba.

Pasó un rato, y Token estaba al borde de quedarse dormido, cuando de repente escuchó unos leves sollozos, al principio se asustó, pero rápidamente recordó que Donovan estaba en la cama de abajo y se preocupó.

—¿Clyde?

—...

—¿Clyde, estás despierto?

—...Sí. *Sniff* no puedo dormir... *Sniff*

—¿Estás bien? —preguntó, bajando para ver al chico.

—...N-no. Perdón por hacerte bajar y molestarte.

—No es nada, ¿Que pasa? Puedes decirme, si conversamos un poco-

—Es Bebe. Bebe terminó conmigo, Token. *Sniff* —dijo, entre sollozos, mientras aún sostenía su celular.

—¿Qué, cómo? ¿Por mensaje de WhatsApp?

—Sí, acabo de leerlo... Ya lo presentía, pero no imaginé... Pasa que ella tiene a alguien más. Y lo conoció mientras estábamos saliendo. Yo quería cortar por lo sano, sé que la relación no daba para más, pero entonces, ¿Por qué me duele tanto? *Sniff*

—Amigo... Lo siento mucho, que haya sido así. Qué desubicada, ¿Qué clase de persona termina por WhatsApp? Tranquilo, Clyde, encontrarás a alguien mejor que ella... Se separaron después de estar tantos meses juntos, es normal que estés dolido, y atado a esos sentimientos. Pero el tiempo te va a curar... —murmuró Token, sentándose sobre la cama y acariciando el cabello castaño de Clyde.

—¿Qué hice mal, amigo? Le hacía caso en casi todo, la mimaba, la escuchaba, la atendía... ¿Por qué se fijó en otra persona? Quizás yo no era lo suficientemente bueno para ella. Pensé que me quería, pero todo este tiempo...

—Oye, no hagas eso, eres de las personas más geniales que conozco. Sí, a veces eres un poco egocéntrico, pero también eres amable, simpático, inteligente y entusiasta. Además, eres lindo y detallista cuando quieres. Que ella no supiera valorarte no es tu culpa, se está perdiendo a un partidazo de cojones. No te diré que no te pongas triste, bro, pero ya no llores.

—¿Enserio piensas todo eso de mi? —preguntó Donovan, tratando de distinguir la figura de Token en la oscuridad.

—¡Claro que sí! Créeme, todo estará bien. Bebe ni siquiera está yendo a clases, la suspendieron por lo que hizo en la escuela. No necesitas a alguien tóxica como ella... Quédate con tus amigos, y conmigo. Sé que duele, pero superarás esto, sabes que todos te apoyarán. Apaga ese celular y duérmete, te hará bien descansar.

—Token...

—Dime.

—Sé que lo que te pediré sonará raro, pero... ¿Puedes dormir aquí conmigo? —preguntó Clyde, en voz baja.

—Eh...

—Por favor... Duerme conmigo.

—Esto... Bueno, si eso quieres. —respondió Black—. No tiene que ser raro, somos como hermanos.

El joven se metió dentro de la cama, girándose a la izquierda para no estar demasiado cerca de Clyde.

—Gracias, Token, eres el mejor amigo que tengo.Y gracias también por decirme lo anterior, necesitaba oírlo. La mayoría del tiempo soy seguro de mi mismo, pero cuando me botan, no.

—Todo bien, hombre. Ahora a dormir, ¿Ok? Mañana podemos hablar mejor.

—Oye, y sobre el beso de antes...

—Olvidémoslo, no fue nada. No pienses más en eso, solo fue un reto tonto.

—Sí... Buenas noches, de nuevo... Zzz...

—¿Cómo es que ahora pega la cabeza en la almohada y se duerme? Supongo que le sirvió hablar un poco... Espero que no ronque. —pensó Token, cerrando los ojos—. Buenas noches.

Unos momentos después, medio despierto, medio dormido, Black notó que Clyde se había girado hacia su lado, abrazándolo y apoyando la cabeza en su espalda. En medio del silencio, podía sentir la respiración del castaño y el calor que irradiaba su cuerpo, aunque no le molestaba. Era la primera vez que dormirían juntos, y eso que se conocían desde el preescolar. Antes de darse cuenta, Token entró en un profundo sueño, disfrutando de una inalterable calma y con Donovan sin despegarse de su lado.

 

- Simultáneamente, en la habitación junto al cuarto de Token Black -

Después de lavarse los dientes, Butters y Kenny habían abierto la tentadora cama King size, acostándose dentro de ella. Era tan espaciosa, que tenían completa libertad de movimiento y comodidad.

—¿De verdad está bien esto? —preguntó Butters, mirando hacia el techo del cuarto.

—No te preocupes, pequeño, no te haré nada raro. —respondió Kenny.

—No me llames pequeño, ya te lo he dicho.

—Jaja, lo siento, es que me das ternura. ¿Nunca habías dormido con nadie antes?

—No, esto es nuevo. Sabes que nunca he tenido una novia de verdad. —respondió Butters, girando su cabeza para ver a Kenny, quien se había sacado la camiseta y pensaba dormir en sus bóxers naranjas.

—Eres tan puro, jaja. Pero eso está muy bien. Y me encanta.

—Kenny...

—¿Si?

—¿Por qué apareciste en la fiesta con el traje de Mysterion?

—Quería cerrarle la boca a Cartman, porque antes en el colegio, se burló de ti, cuando te dijo que me imaginabas y que por ende, yo no era real. Si vuelvo a morir, lo olvidarán, así que no importa que me hayan visto disfrazado hoy.

—No digas eso, no quiero que mueras.

—A veces no puedo evitarlo.

—Tú me protegiste antes, ahora es mi turno. No me gusta que te hagan daño. Cuando te pegaron hoy, porque perdiste en el “Yo nunca nunca”, traté de que mis golpes fuesen lo más suaves posibles. En cambio, Cartman iba en serio. ¿Te dolió mucho? ¿Estás seguro de que estás bien? —preguntó Butters, con la mirada triste.

—Es muy lindo que te preocupes tanto por mi, pero debes dejar de hacerlo. Estoy bien, solo me duele un poco el cuerpo. Supongo que lo que pasó fue mi castigo por ser tan lascivo, jaja. ¿Quieres que apague la luz, así podemos dormir?

—Sí. Que bueno que no estás tan herido. No dejaré que te maltraten de nuevo, no me importa que situación sea.

—Gracias, Butters. Significa mucho viniendo de ti. —dijo el chico de ojos celestes, mientras apagaba la luz.

Hubo un silencio para nada incómodo entre los dos, se sentían a gusto en la oscuridad, pero no podían pegar ojo por mucho que lo intentaran.

—Kenny, ¿No puedes dormir?

—No, siempre me desvelo, a veces hasta tengo insomnio. ¿Y tú? ¿En qué piensas?

—Yo... Hay algo que me sigue dando vueltas por la cabeza. Lo que pasó hoy en tu casa... No puedo dejar de pensar en eso. Sé que te prometí que intentaría lo del sadomaso, pero al mismo tiempo me da miedo.

—¿Miedo de qué? ¿De mi? —preguntó McCormick.

—De lo que pueda llegar a pasar, si me convierto en tu sumiso. ¿Y si después de estar en situaciones íntimas, me enamoro de ti? Ya me atraes bastante, aunque me cueste admitirlo. No quiero salir herido o arruinar nuestra amistad. Me aterra ser utilizado, y no ser más que un juguete sexual para ti. Cuando te canses de mi, me abandonarás. Y no nos hablaremos más, y en la escuela será extraño vernos, y... Nada volverá a ser igual, solo un doloroso recuerdo. Si sucede todo eso... Yo... —dijo, con voz ahogada al final de la oración.

—No digas más. Ven aquí.

—N-no, no quiero.

—Acércate, Butters. Vamos...

Stotch estaba dudoso al principio, pero finalmente rodó sobre el colchón hasta quedar entre los brazos de Kenny, lo cual le gustó porque le dio una sensación de protección y serenidad. Sin embargo, seguía preguntándose si estaba bien hacer esas cosas con otro chico; el tener aquella cercanía.

—Kenny...

—No pongas esos ojos melancólicos. —murmuró el rubio, que gracias a la sutil luz de luna que se colaba por la ventana, podía distinguir el rostro de Butters—. ¿Crees que te abrazaría así, si solo me interesara tu cuerpo?

—No lo sé... Cuando pienso en ti todo es un gran “no lo sé”.

—Si solamente me interesara tener sexo contigo, ya lo habría hecho. La verdad es que... No suelo engancharme románticamente con la gente que me busca para intimar. Es solo sexo, y ya. Pero contigo... Se siente distinto a todas las otras veces. Y eso que aún no lo hacemos, y déjame decirte que no tengo apuro... Realmente me importas, Butters. Estar contigo me hacer querer ser una mejor persona.

—¿De verdad? —preguntó Stotch, mirando a Kenny directamente a los ojos.

—De verdad. Y si aún dudas, te prometo que, por más espectacular que sea esta cama, no te tocaré esta noche. No quiero que te sientas incómodo.

—Eso me tranquiliza mucho. Gracias por... Ser paciente conmigo. Esto es agradable, estar así, tu piel es tan cálida... —murmuró, bostezando—. Oh, tengo mucho sueño...

—Cierra los ojos, dulzura. Que sueñes con los angelitos. —susurró, besando a Butters en la cabeza.

—Espero puedas dormir bien, Kenny... Zzz...

—Cielos, si con esto no me crees... Será difícil controlarme esta noche, teniéndolo tan indefenso y cerca de mi. Algún día de estos te haré mío, Butters. —pensó McCormick, respirando suavemente mientras trataba de dormirse rápido.

 

- En ese mismo momento, en la habitación de invitados del segundo piso -

Al salir del baño, Kyle volvió donde estaba Stan, quien se había quedado babeando sobre la almohada de una de las camas. Trató de moverlo, pero no despertaba.

—Stan.

—...

—¡Stan!

—¡Ah, qué, yo no fui! —exclamó el chico de cabello negro, recobrando la consciencia.

—Baja la voz, los demás duermen. Oye, ¿Estás ebrio?

—Esstoy... Algo mareadouh pro biieen...

—Entonces será mejor que te metas a la cama. En la mañana te sentirás mejor.

—Kylee, ¿Por quieé hay doss camas? Somos noovios... Tenemos que dormir juntooos. —dijo Stanley, estirándose y gimiendo un poco.

—Es más cómodo que durmamos en camas separadas. —dijo el pelirrojo.

—Noooo... ¡Yo quiero dormir contigooo!

—Hey, silencio, o despertarás a los otros. Sta-

—Kyleee... Quiero dormir contigoo... Eres mío, ven... —dijo Marsh, con voz cansada y un tanto graciosa, mientras rodeaba a Kyle por las piernas.

—Ya, ya, suficiente, que pesado te pones cuando estás borracho. Suéltame para que pueda acostarme junto a ti.

—¡Yey! Kyleee, Kyle, Kyle...

—¿Qué quieres? A todo esto, ¿Te lavaste los dientes?

—Sí... *Hip*

Kyle movió las sábanas y el cobertor, para posicionarse al lado de su novio. Apagó la luz de la mesita de noche y se cubrió para abrigarse, pero Stan, al hacer lo mismo, lo dejó sin frazadas. Aquello se repitió tres veces, hasta que al pelirrojo se le acabó la paciencia.

—Tonto, las sábanas deberían alcanzar para los dos. —dijo Broflovski.

—¿Ah? Oh, verdad que dormiremos juntos... ¡Yey!

—¿¿Se le había olvidado?? —pensó el chico judío.

—Oiee, pero estás muy lejos...

—Estamos a centímetros de distancia, ¿De qué hablas?

—Quiero estar más cerca de ti. —dijo Marsh, poniéndose encima de Kyle.

—Oye, Stan, ¿Qué crees que haces?

—Quiero quitarte la pijama. —respondió, desabotonando no muy hábilmente la ropa de su pareja, y acercándose a su cuello, para comenzar a besarlo—. Hueles tan bien, mi amor...

—Ah... Tú hueles a cerveza... P-para... Aah...

—¿Por qué debería parar? Te estás sintiendo bien... Sé cuanto te gusta que te haga esto. —murmuró Stan, cerca del oído izquierdo del chico. Acto seguido bajó hasta sus pezones para estimularlos con la lengua.

—¡Ah! N-no ahí... Deja de lamer... Aah... —gimió, estremeciéndose ante el juego previo que su novio insistía en hacer.

—Quiero sentirte dentro de mi, Kyle. —dijo Stanley, su voz se había tornado erótica y su entrepierna rozaba la del pelirrojo con movientos atrevidos e insinuantes.

—¡¿Qué?! Estás loco, hay más gente en la casa... Y no me siento capaz de hacer eso en este preciso instante.

—Me da curiosidad lo que se sentiste cuando tuvimos sexo. Gemías un montón... ¿Fue tan intenso?

—Sí. Es abrumador. —respondió Kyle, suspirando—. Stan... Lo siento, no puedo metértela ahora, pero... ¿Quieres que te toque?

—¿Te refieres a usar tus dedos?

—Sí... Tengo lubricante en mi mochila, lo traje por si acaso.

—Está bien... Te dejaré hacerlo, porque la verdad, estoy muy caliente.

—Entendido, me encargaré de ti. Ya vuelvo.

Kyle prendió la luz y buscó en su mochila el pequeño tubo lubricante, luego volvió a acostarse, con Stan sobre su cuerpo. Sus rostros estaban relativamente cerca.

—¿Estás seguro de que quieres esto, cariño?

—Sí, Kyle. Confío en ti. —dijo, mirando a su novio con ojos brillantes y ansiosos.

—Stan...

Kyle entrecerró los ojos, aproximándose a los labios del pelinegro hasta rozarlos con suavidad. Rindiéndose al deseo, introdujo su lengua, jugueteando dentro de la boca de Stan. El irresistible beso provocó que ambos gimieran, y solo los dejó con ganas de más, mientras notaban sus crecientes y palpitantes erecciones. Después de besarse varias veces, se separaron para recuperar el aliento.

—¿Listo? —preguntó el pelirrojo, vertiendo suficiente lubricante en sus dedos, después de bajar lentamente los shorts y el bóxer de su novio.

—Creo que sí. Espera, ¿Me va a doler?

—No tengas miedo. Seré gentil, no quiero lastimarte.

—Ok. Entonces...

—Aquí voy. Tú solo relájate. —murmuró Kyle, luego comenzó a penetrar a Stan con el dedo del medio. Cuando la entrada del chico se dilató, metió fácilmente un segundo dedo, moviéndolos despacio, y generando sonidos mojados.

—¡Aah! Se siente cálido... Ah... —gimió el chico de ojos azules.

—Es que el lubricante tiene efecto calor. ¿Estás bien? ¿No te estoy haciendo daño?

—Estoy bien... Aah... Ve más profundo si puedes... Mmmh... —respondió, rodeando el cuello de Kyle y acariciando su cabello rojizo.

—Estás tan húmedo, y en el frente también. Mis dedos entran sin problemas. Avísame si quieres que pare. —dijo Broflovski, aumentando la velocidad de su mano, y alcanzando a estimular el punto más sensible dentro de Stanley.

—N-no te detengas, se siente bien... Justo ahí, ¡Aah! ¿Eso es... La próstata? Es asombroso... Aah...

—Sí, lo sé. No hagas tanto ruido, o puede que te oigan.

—Trataré de contener mi voz, pero es que... Aah... Se siente tan rico... Quiero más, Kyle... Kyle... —gimió Stan, con los labios temblorosos de placer y sintiendo cada vez más calor en su interior.

—Ssshh, cariño, amo tus gemidos, pero...

—Lo sé, espera... Mmmh... Mmm... Ngg... —Marsh se tapó la boca con la mano para contener su voz pervertida, tenía espasmos cada vez que su novio introducía los dedos lo más profundo que podía, masajeando su punto p.

—No pensé que sucedería, pero hacer esto me está excitando demasiado. Necesito tocarme también...

De repente, Stan empezó a frotar la erección de Kyle junto con la suya, lo que lo llevó a un nuevo nivel de placer sexual. Ambos chicos aguantaban sus gemidos, disfrutando de las maravillosas sensaciones, mientras se acercaban lentamente al orgasmo. Se besaron unos minutos y Stan apoyó su cabeza sobre el pecho de Kyle, cerrando los ojos, y encrespando los pies, debido a que ya estaba al límite, sentía que la doble estimulación lo volvería loco.

—Aaah... Kyle... Estoy cerca... Aah... —gimió, sin dejar de frotar ambos miembros, chorreantes de líquido preseminal, mientras el pelirrojo seguía penetrándolo intensamente con los dedos.

—Yo también... Ah... Mmmh... Stan, te- aah... Te quiero. Te quiero demasiado, me encanta hacer cosas pervertidas contigo... Aaah, Stan... No lo aguanto, voy a acabar... Tenerte sobre mí me pone a mil, aah...

—Ha-Hazlo... Aah... Kyle, también te quiero... Ah, me corro... Me... Ngg... Ah, aah, ¡Aaah!~ Gyah...

—Ah, aah... Eres tan sexy, Stan... Mmmh, aaah~ Haaa... Uwaah...

Stan se vino segundos antes que Kyle, arqueando la espalda y echando su cabeza hacia atrás, ambos sintieron un estremecimiento al experimentar el delicioso clímax, que para el pelinegro fue distinto a todos los que había tenido, debido a los toques de su novio en aquella nueva zona erógena. Finalmente, Stanley se bajó de Kyle, acostándose junto a él, mientras recuperaban el aliento y sus cuerpos, antes tensos, se relajaban. Quitaron una de las frazadas debido al calor.

—Y... ¿Te gustó? Haa... —preguntó Kyle, buscando pañuelos en su mochila para que se limpiaran.

—Fue increíble, me gustó... Mucho, siendo honesto. Y eso que esta es la primera vez que experimento con ese sector. Eres muy bueno con tus dedos, ¿Practicabas contigo mismo, cierto?

—S-Sí, me apena un poco admitirlo. Me pone feliz saber que te gustó tanto, cariño.

—Siento que... Hacer ese tipo de cosas juntos es natural. De lo contrario, no se sentiría tan bien. Algún día me gustaría tener dentro la verdadera cosa, si sabes a lo que me refiero... —murmuró Stan, ruborizado.

—Baia baia, así que eso deseas, ¿Uh? Qué travieso, Stan. Supongo que no me queda más remedio que dártelo. Pero no esta noche. Uf, me cansé, jaja. Vamos a dormir, ojitos de zafiro. —dijo Kyle, apagando la luz.

—¿Ojitos de zafiro?

—Es solo un apodo que se me acaba de ocurrir, por tus azulados y preciosos ojos. Que descanses, amor.

—Sí que te gustan mis ojos... Tú también descansa, gracias por lo de recién.

—Jajaja, no me lo agradezcas, tontito.

La cama era un poco estrecha para los dos, pero Kyle ni pensaba en cambiarse a la otra. Tomó la mano de Stan, después de besarlo brevemente en los labios. Aquel momento era perfecto, soñar al lado de la persona que amaba y saber que despertarían juntos a la mañana siguiente, quizás aún tomados de las manos.

 

- Mientras tanto, en la habitación de huéspedes del primer piso -

Tweek y Craig se habían acostado cada uno en una de las camas del cuarto, cuyas sábanas era tan finas y suaves al tacto como las de las otras habitaciones. El chico de ojos verdes estaba cansado, mientras que su novio estaba inquieto y con más energía de la que necesitaba a esas horas de la noche.

—Que lata que aquí no haya una sola cama grande, para compartirla. Aunque de todas formas, esta es una oportunidad que no puedo dejar pasar. —pensó Craig, mirando hacia el colchón que estaba a pocos metros de él.

El pelinegro se levantó silenciosamente, y caminó hacia la cama en donde yacía Tweek. Abrió las frazadas y se acostó a su lado, lo cual provocó que el chico se sacudiera, asustado.

—¡¡Aaaa!! ¿¿Craig?? ¿Q-q-qué haces en mi cama?

—Cálmate, pensaba que podríamos acurrucarnos... ¿No quieres?

—¿¿Dormir j-juntos?? Es demasiado, no, sal de aquí. ¡Sal! ¡Aack!

—Ssshh, no hagas tanto ruido. ¿Que tiene de malo compartir la cama?

—N-no lo sé, nunca lo hemos hecho.

—Siempre hay una primera vez para todo, cariño.

—Bu-bueno, haz lo que quieras. Quédate conmigo si lo deseas.

—Genial, nuestra primera noche juntos. Buenas noches, amor.

Craig se acomodó hasta encontrar la posición ideal, apoyó la cabeza en la mullida almohada y cerró los ojos. A diferencia de él, Tweek no dejaba de moverse y desordenar las capas de la ropa de cama. Respiraba con dificultad, y a ratos tenía tics nerviosos en su ojo derecho.

—Tweek, ¿No estás cansado?

—No, por alguna razón tengo la mente muy activa. Y mi cuerpo no deja de tiritar. Quiero relajarme, pero no sé como. Trato de poner la mente en blanco, más me distraigo en-enseguida.

—Oye... Sé como hacer que no pienses en nada. Y de paso, aliviar esa tensión. —dijo Craig, abrazando a Tweek por detrás.

—C-Craig, por qué m-

—Tranquilo, esto te ayudará. Deja que tu novio haga todo el trabajo. —murmuró, levantando la camiseta del rubio y tocando sus tiernos pezones, pellizcándolos suavemente, torciéndolos y sintiendo como se endurecían rápidamente entre sus dedos.

Mientras estimulaba el pecho del despeinado chico, Tucker acercó los labios a sus orejas y cuello, para empezar a lamerlos eróticamente, provocando que gimiera, aunque trataba de contenerse. La luz, tenue y cálida, hacía que la piel de ambos luciera tersa y sensual.

—Cr-Craig... Ah... ¿Qué carajo haces? No me digas que... —dijo, poniéndose colorado.

—Quiero tocarte. ¿Sabías que se duerme mejor después de correrte, aunque sea una vez? ¿Vamos a comprobarlo? —preguntó, metiendo la mano dentro del pantalón de Tweek.

—Hey, no- ¡Gyaah!... No lo toques... Aah...

—Te pusiste así de duro solo porque jugué con tus pezones, eres tan mono. Acabo de notar que tu pijama es adorable, tiene diseño de tacitas de café. Lástima que haya que quitártelo, quiero tenerte completamente desnudo. Jajaja, cielos, ¿Ni tu pijama sabes abotonarte bien?

Craig despojó a Tweek de su ropa, revelando más de su delicada piel. Le llenó de besos la espalda, la nuca y el cuello, mientras lo masturbaba a un ritmo que le hacía querer más. Cuando estuvo a punto de correrse, el pelinegro dejó de mover su mano. Tenía otra cosa en mente.

—¿Por qué... Haah... Por qué paraste? —preguntó Tweak, confundido.

—Quiero divertirme también. Oye... ¿Sería muy loco si lo hacemos?

—¿¿Qué?? ¿Te refieres... a “eso”? Creí que estabas c-cansado.

—De pronto tengo energía. Pero, ¿Qué piensas? ¿Quieres tener sexo conmigo? —preguntó, mientras rozaba el bulto de su entrepierna contra el trasero de su novio.

—Ah... N-n-no lo sé, es algo que jamás he hecho, las cosas nuevas me aterran, aaa, ¿Y si me duele mucho? ¿Y si nos escuchan desde arriba? ¿Y si algo sale mal? ¿Y si te decepciona hacerlo y me botas? ¿Y si-

—¡Tweek, basta! Olvida por un momento los “Y si”. Yo quiero hacerlo contigo, y sea lo que sea que pase, jamás te abandonaría, así que por favor no pienses en eso. ¿Entiendes?

—S-sí...

—Y sobre el dolor... Esta también sería mi primera vez con un chico. No te mentiré, cuando empezamos a salir, me intrigaba tanto el tema que lo investigué bastante, y no sé a ciencia cierta que sentirás, pero me gustaría descubrirlo juntos. Claro, si tú también lo deseas. Entenderé si no puedes hacerlo esta noche, sabes bien que no te quiero presionar. Mi idea es que te sientas a gusto estando conmigo.

—Ha-hablas demasiado. —dijo Tweek, acto seguido besó rápidamente a Tucker en la boca, dejándolo un tanto perplejo.

—Cariño, ¿Qué fue-

—Sabes qué, hagámoslo. Me da algo de nervios, pero... Estoy muy caliente... Y es porque eres tú, Craig. Tú me haces querer probar cosas nuevas, cosas que de otro modo no me atrevería a hacer. Por eso... Tócame más... Por favor... —dijo, bajando la voz y con las mejillas encendidas.

—Oh, Tweek... Te adoro. —murmuró, y esa vez fue él quién inició un acalorado beso—. Mi fantasía se está haciendo realidad... Me está dejando tocarlo. —pensó.

El húmedo contacto se intensificó, mientras se acariciaban el pelo, superponían sus labios y enredaban sus lenguas, el interior de la boca de Tweek estaba especialmente sensible y le causaba cosquillas extrañas. El movimiento mutuo lo hizo quedar debajo de Craig, que lo miró con ternura, una ternura que él casi nunca demostraba frente a nadie.

—Es injusto, también deberías sacarte el pijama. —se quejó Tweek, inflando las mejillas, y la forma en la que lo hizo fue tan de anime que a Craig se le escapó una risa.

—Tienes razón, me lo quitaré enseguida. —dijo el pelinegro, desvistiéndose—. Dios, ¿Cómo puede alguien ser tan lindo? —pensó, al tiempo en que estrujaba las nalgas del rubio con sus manos, para luego separarlas, dejando a la vista el orificio rosado y palpitante. Lo estimuló acariciándolo con los dedos, y un rato después los metió despacio, con la ayuda de su propia saliva.

—Aah... Ah... Cr-Craig... Suficiente con el juego previo, métela ya...

—Parece que alguien está ansioso. Tweek, acabo de darme cuenta, no tengo lubricante. No sé si sea buena idea hacerlo por primera vez sin tenerlo. Quizás deberíamos dejarlo para otro día.

—No, no me importa... Quiero continuar de todas maneras.

—Pero, quizás te lastime, estoy muy grande...

—No me da miedo. Estaré bien, no me importa el dolor. Puedo soportar lo que sea, porque... Se trata de ti.

—¿Desde cuando eres tan bueno seduciéndome, hmm? Está bien, amor, pero si te duele o no se siente bien, no dudes en decirme que me detenga. Iré por un condón.

Tucker sacó de su mochila el preservativo y se lo puso sin problemas, volviendo a la cama con su novio.

—Así que tenías uno, q-qué casualidad. —dijo Tweak con sarcasmo.

—Mira, no es que planeara tener sexo contigo, lo traje por si se daba la oportunidad. Es mejor estar preparado. Ahora... aquí vamos. No puedo creer que vayamos a hacerlo. Y más encima en casa de Token. —dijo, mientras se ubicaba entre las piernas del chico, insertando lentamente su erección dentro de él.

—¡Ah! Ngg...

—Tweek, tu voz... Aah... ¿Te duele si me muevo?

—Puedes moverte... Aah... —gimió, al sentir que el pene de Craig “vibraba” en su interior.

—Ah... Así... Despacio, despacio... Qué tal, ¿Se siente bien? —preguntó, su voz se había vuelto diferente y libidinosa.

—Se siente... Ah... Se siente raro... Uwaah...

—¿Raro bien? ¿O raro mal?

—N-no lo sé... Aaah... —gimió, mordiéndose el labio inferior.

—¿Y ahora? —preguntó el pelinegro, embistiendo más profundo a su pareja, hasta presionar la zona de la próstata—. ¿Todavía no lo sabes?

—¡Aah! Craig, se siente distinto ahí... Está muy sensible, aah... ¿Qué es esto? Ngah...

—Parece que presioné tu botón mágico, jaja. Te pusiste más duro. Ah... Estar dentro de ti es increíble...

—¿Craig está sintiendo placer? —pensó Tweek—. Aah, no sé que me pasa... Estoy raro... Dentro... Ah... M-me voy a venir...

—¿Tan pronto? Espera, ¿Estás llorando? ¿Me detengo? —preguntó Tucker, pellizcando los pezones del pálido chico.

—No, no pares... Es que se siente abrumador... Aah... —sollozó, aferrándose a la espalda de su novio.

Craig aceleró las embestidas, provocando que el cuerpo de Tweek temblara debido a los irresistibles espasmos, agarró sus manos contra la cama, y lo besó dos veces, antes de que los gemidos del rubio se tornaran sumamente lascivos.

—Aah... No aguantaré mucho más... Ngg... Me corro, Craig... Aah... Aaaah~ —gimió, llorando de placer y eyaculando sobre su estómago, algunas gotas blancas fueron a caer sobre su rostro y aquella lujuriosa imagen excitó aún más a Craig.

—Estoy casi... Ngg... Soporta un poco más... Lo siento, Tweek... Te amo... Ah... —suspiró, dejando de contenerse y sintiendo que estaba cerca del clímax—. Me voy a derretir... —pensó.

El chico de ojos verdes penetró un par de veces más a Tweak, y terminó deliciosamente, palpitando dentro de él. Su lengua se asomó por entre sus temblorosos labios, y una gota de saliva chorreó hasta su mentón, mientras sacaba su miembro del interior de Tweek. Recuperándose de lo que habían hecho, ambos chicos se abrazaron, y se besaron despacio, deseando que la mañana jamás llegara, mientras afuera caía sutilmente la nieve, creando un manto gélido sobre las calles, y la ciudad se transformaba en luces difusas.

Notas finales:

Gracias por leer! Nos vemos prontito~~

-Kat.


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