Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi primo y yo por shiki1221

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Cap 10: Sol rancio al descubierto

Sasuke jamás en su vida se había sentido tan feliz de ver a su hijo. No quería imaginarse qué hubiera sucedido de no haber llegado. Aunque le preocupaba un poco lo que le hizo a su primo. Le restó importancia cuando notó que el menor todavía tenía movimiento en su pecho, su espalda subiendo y bajando le indicaba que muerto no estaba. Si respiraba, estaba vivo, si estaba vivo, lo demás le daba igual. Notó que su cuerpo podía moverse sin dificultades gracias a que Charasuke estaba noqueado en el suelo. El alfa Uzumaki se acercó y levantó a su primo como si fuera un costal de papas y se lo echó al hombro. Uzumaki tenía marcadas en su rostro expresiones de fastidio, molestia y preocupación. Estiró su mano derecha hacia su padre omega ofreciéndole ayuda para levantarse del suelo, la cual fue rechazada por el orgulloso azabache. Se levantó por su propio pie y se acercó a ver a su sobrino, asegurándose que genuinamente estuviera fuera de combate y no haciendo algún truco de los suyos. Viéndole bien el rostro notó algo que se le había pasado por alto antes.

“Tiene marcas de lágrimas”. Pensó Sasuke acariciando el pequeño riachuelo de humedad que nacía detrás de las oscuras pestañas.

Sasuke se había fijado como objetivo atrapar a su sobrino antes de que huyera de la aldea. Era evidente que eso sólo traería problemas para todos. Para su hermano mayor, para Naruto, pues lo pondría en una situación delicada como él mismo hizo años atrás y aunque no quisiera reconocerlo abiertamente, sí le llegó lo que dijo. Nunca se había parado a pensar que a su sobrino le molestara ser comparado con él. Siempre había asumido que sacaba ventaja de su parecido y era feliz con eso. Obtener dulces y mimos de parte de Naruto, Sakura e Itachi que siempre fueron un tanto débiles ante sus caprichos le parecía que era suficiente para el menor. Justamente era ese su problema con el otro. Sentía que buscaba reemplazarlo u ocupar el sitio que dejó libre al crecer y madurar, pero a juzgar por los gritos y pensamientos del menor, sólo le estaba viendo “la buena cara al mal tiempo”. Él mismo conocía esa horrible sensación de ser identificado por otro, entiéndase “el hermano menor de Itachi”. Sin embargo, ¿qué tenía Charasuke? Sólo ese absurdo apodo que comenzó a usar para diferenciarse de él ¿y luego? Nada. Su rostro, apellido y nombre eran compartidos. Tendría que disculparse con él cuando estuviera más cuerdo.

Es normal luego de todo lo que pensaste de él”. Reclamó el joven de ojos azules evitando decirlo en voz alta.

―¿Insinúas acaso que fue mi culpa, Menma? ―interrogó el mayor de los morenos presentes mirando seriamente a su hijo. Pese a su intención de disculparse no es que fuera a admitirlo abiertamente y menos delante de otro ser vivo.

―Papá me contó lo que sucedió ―respondió con seriedad manteniendo el ceño fruncido―. Dijo que pensaste que yo lo odiaba y que era anormal por ser sigma. No me sorprende que intentara huir, siempre es más violento e irritable cuando está en celo ―explicó en un tono de voz neutro.

―¿Sabías que era sigma? ―demandó saber el omega sosteniéndole la mirada en busca de alguna mentira de su parte.

―No, creía que era un alfa ―respondió con franqueza―. Uno muy agresivo y peligroso. Solía meterse en peleas por diversión cuando entraba en celo, siempre me pareció curioso que no llevara a alguna de sus konekos a la cama en vez de desquitar su frustración sexual ganándose enemigos.

De haber sabido que era un sigma lo habría marcado hace mucho. Bueno al menos ya no tengo que sentirme raro por sentirme atraído por él si no es alfa”.

―¿Te gusta tu primo? ―cuestionó Sasuke cruzado de brazos observándolo con seriedad.

―No ―negó rápidamente sin cambiar la expresión en su cara.

Por supuesto que no me gusta. Lo amo, he estado enamorado de este estúpido durante alrededor de tres años y el imbécil ni siquiera lo nota. Siempre creí que no sentía lo mismo que yo y que prefería a las omegas que se le pegaban como garrapatas”.

―Hijo lamento decirte que heredaste los genes Uzumaki ―bufó el azabache cerrando los ojos pidiendo paciencia.

―No entiendo ―habló con sinceridad Menma mientras seguía atento esperando la explicación de su padre omega.

Sasuke recordaba con claridad que en varias ocasiones le había exigido a Naruto una respuesta concisa a por qué iba tan lejos por alguien como él. En su momento él mismo reconocía no haber admitido sus propios sentimientos, siendo negados en repetidas ocasiones para no volverse débil. Sin embargo, sabía que estaban allí. En algún lugar de su corazón guardó la esperanza de ser correspondido por el rubio, pero en varias ocasiones había sido respondido con un “porque eres mi amigo”. Maldito Usuratonkachi en negación. Le tomó una búsqueda de tres años, una batalla sangrienta y un brazo amputado que Uzumaki se aclarara y más importante, definiera la relación entre ambos. Había creído que su hijo heredó la inteligencia de los Uchiha, siempre demostró tener un carácter bastante reservado como el mismo Sasuke. Empero, parecía que en cuestiones amorosas algo falló. No era posible que aun sin el jutsu de la Yamanaka todos estuvieran al tanto de que Charasuke babeaba por su primo, y su hijo fuera el único en no enterarse de nada. ¿En qué planeta vivía como para no darse cuenta?

Igual de lento que Naruto enterándose de mis sentimientos por él o peor aun descubriendo los propios. Toda la jodida aldea sabe que a Charasuke le gusta mi hijo y el último por enterarse es precisamente él. ¿Qué tanto lo afectaron los genes Dobe para no ver algo que TODOS sabían desde hace tiempo?”.

―No es mi culpa, nunca me dio una señal de estar interesado ―se defendió Menma desviando un poco la mirada cómo solía hacer Sasuke cuando no quería admitir algo.

Creí que estaba confundiendo las cosas y sólo era mi imaginación y mis deseos de ser amado por él también”.

―Estás más ciego que Uchiha usando Izanagi ―se burló el omega con una media sonrisa llena de prepotencia.

―¿Y no te molesta o sorprende oír que tengo sentimientos por mi propio primo? ―preguntó el joven de ojos azules sosteniéndole la mirada a pesar de sentirse aterrado por dentro.

Si me dice que desaprueba lo mío con Charasuke puedo sacarle en cara que él nació de primos y que mi tío Itachi también se casó con su primo. Y si continua en negación, me fugo de la aldea con Charasuke. Sí, eso haré y todo resuelto”.

―En primera oí todos tus pensamientos por no sacarte ese ridículo jutsu ―advirtió Sasuke aguantándose para tenerle paciencia y no gritarle lo idiota que era o de perdidos meterle un chidori siquiera por pensar en escaparse―. Segundo, lo que otros hagan con sus vidas debe tenerte sin cuidado. Creí haberte enseñado que no debes ser igual a nadie. Tercero, el Dobe y yo les romperemos brazos y piernas si lo intentan y los padres de Chara los mandarían a un Tsukuyomi hasta que cambien de idea. Y por último, ¿qué es eso tuyo con tu primo si él ni sabe de tus sentimientos? ―cuestionó francamente confundido.

―No lo sabe… aún ―corrigió con seriedad antes de guardar silencio.

Porque cuando los sepa seremos novios, hablaré con sus padres, lo marcaré, nos casaremos y será el papi de al menos cinco hijos míos. Seremos ninjas profesionales y me convertiré en Hokage o líder del clan Uchiha, dependiendo de quien se muera primero si mi padre o mi suegro. Charasuke y yo viviremos en una linda casita donde criaremos a nuestros hijos, junto a dos perros y dos gatos, que tendrán cachorros y serán los amigos de nuestros hijos”.

―Me perturba un poco lo rápido que has decidido tu futuro y sin consultarlo con tu primo. Por poco y siento pena por el pobre infeliz ―dijo Sasuke con su estoico rostro de siempre.

“Me imagino que si hubiera oído los pensamientos de Naruto cuando tenía la edad de Menma habría oído algo similar. Especialmente porque mientras nos desangrábamos en el Valle del Fin dijo algo similar a lo que Menma está pensando. Lo único de lo que me alegro es haberle dejado claro que tendríamos un hijo y no la docena que me propuso. ¿Para qué quería que pariera cuatro equipos ninjas? Claro como él no sufre el embarazo cree que es muy fácil tenerlos. O tal vez pensó que embarazado no podría huir de la aldea nuevamente. Debería aprovechar que aún tenemos el jutsu y aclarar si ese Dobe no pensó en amarrarme con muchos hijos o sólo quería hacerle competencia a los padres de Hashirama y Madara”.

El rubio miró a su padre omega con el ceño fruncido por aquel pensamiento. No era del todo agradable que lo compararan con su padre. Generalmente le sucedía lo mismo con ambos. Si era expresivo y alegre decían que era como ver a Naruto y más por su apariencia que no le favorecía mucho a la hora de remarcar la diferencia entre ambos. Si se comportaba serio, reservado y responsable decían que se debía a su sangre Uchiha. Aunque debía admitir que no le molestaba del todo parecerse en eso a su padre omega. No podía quitarle créditos por su estricta educación para que fuera alguien cumplidor y funcional como ninja. Mas, se estaba dando cuenta de que su padre era algo caprichoso y berrinchudo como su primo. Siempre había pensado que eran completamente diferentes, pero en lo consentidos, cabeza dura y sobre todo, dramáticos a la hora de tomar decisiones sí, se parecían y demasiado.

“Qué bueno que marqué a Charasuke sin que se diera cuenta para prevenir situaciones así. Gracias, abuelito Minato por enseñarme tu jutsu. No pienso pasarme tres años persiguiéndolo y amputarme un brazo para tener derecho a amarlo”.

―¡¿Marcaste a tu primo?! ―interrogó el mayor de los Uchiha alarmado por ese pensamiento.

―Con el Hiraishin ―aclaró Menma con tranquilidad como si eso quitara por completo peso a sus acciones―. Tengo marcado a mi Chara para este tipo de emergencias; lo hice para prevenir que si en algún momento durante una misión lo necesitaba, podría llegar a él en pocos segundos.

―Entiendo ―asintió el omega soltando un suspiro pesado―. Entonces supongo que marcaste a todos tus familiares ―agregó viéndolo fijamente.

―No soy tan obsesivo ―aseguró con un tono ofendido por aquellas palabras.

“Marqué lo mío. Sólo a ti y a él, de esa manera nadie podría hacerle nada a mi papi omega y tampoco a mi primo”.

―Somos Uchiha, a nosotros no nos deben cuidar ―reclamó Sasuke sintiendo su orgullo herido al saber que su hijo lo marcó para llegar a él en caso de emergencias y sobre todo le molestaba no haberlo notado.

―Eres un omega y no pudiste con la voz de sigma de tu sobrino, ¿verdad? ―preguntó con cierta altanería―. ¿Qué hubiera sucedido si no me teletransportaba directamente hacia él y lo dejaba fuera de combate?

“Odio admitirlo, pero no contaba con la voz de sigma de ese malcriado. De no ser por esa estúpida ventaja que le dio la madre naturaleza, yo podría haberle dado los azotes que se merece por consentido y caprichoso”.

“Con gusto me encargo de azotarlo”.

―Espero que no haya sido una insinuación sexual, jovencito ―amenazó el moreno mayor a su hijo―. No quiero tener problemas con tu tío Itachi porque le tocaron a su “tesorito”.

Sasuke sabía bien que su hermano era demasiado sobreprotector con sus allegados. Le había tocado vivirlo de primera mano cuando presentó a Naruto como su pareja formal y por poco se lo quema con el Amaterasu. Para todos Itachi era alguien pacifista y calmado, pero sólo Shisui, Naruto y él habían visto lo que era capaz de hacer por un berrinche; tras presenciar como sacó a relucir su “instinto maternal” de omega. Costó mucho trabajo hacerle entender que Sasuke no era su hijo ni tampoco un niño. Cuando Naruto lo embarazó tenía diecisiete años, casi dieciocho. Pudo hacer valer su opinión con aquellos argumentos hasta finalmente hacerlo desistir de su idea de separarlo de Uzumaki. Mas, con Charasuke no tenía mucha voz ni voto. Aunque fuera un adolescente en edad de tener relaciones sexuales, estaba seguro que su hermano mayor preferiría meterlo en un Tsukiyomi antes que permitir que su pequeño perdiera su “pureza” como le decía. Estaba más que seguro que su sobrino no había tenido nada con nadie a causa de lo mismo. Aunque si lo tuvo, debería felicitarlo por conseguir hacer algo fuera del ojo vigilante de Itachi.

―Hablando de tío Itachi ―llamó Uzumaki viendo a su padre con cierta diversión como si se aguantara la risa―. Mi papá me pidió que te avise que vayas donde él y le expliques por qué mi primo causó todo este revuelo.

―¿Qué? ―demandó saber el omega alarmado por algo que creía resuelto por su marido―. Ese Dobe debía encargarse de hacerles una buena explicación para que lo ayuden.

―Mi papá sólo les dijo que Charasuke les hizo un genjutsu a los aldeanos y que lo deshicieran, cuando preguntaron la razón, les dijo que tú eras el único capaz de explicarles todo a detalle ―relató Menma con indiferencia. Sus padres causaron eso, que ellos se las arreglaran con las consecuencias de sus acciones―. No lo culpo por intentar sobrevivir ttebayo ―concordó soltando aquella muletilla que en ocasiones le resultaba molesta.

―Ese idiota ―gruñó el moreno con fastidio por ser quien tendría que lidiar con la parte más difícil.

Aún debe tenerle miedo desde que lo mandó a un mundo donde el ramen se lo comía a él”.

―Sólo mi padre podría tener semejante trauma ridículo ―afirmó Menma ante el pensamiento de su padre omega.

“¿A quién engaño? Yo no dormiría en semanas si los tomates y el ramen intentaran comerme. Ni siquiera podría volver a comerlos sin masticar con odio y ánimos de venganza”.

―Tus pensamientos son más parecidos de lo que esperaba a los del Usuratonkachi ―confesó Sasuke algo sorprendido.

―Hmn ―Ese sonido salió de los labios de Menma al haberse olvidado de aquel jutsu que pretendía aprovechar mientras hablaba con Charasuke.

―¿Puedes vigilar a tu primo? ―preguntó Uchiha soltando un suspiro pesado sabiendo todo lo que se le venía encima.

La aldea se encontraba a medio destruir gracias a su inestable sobrino. Su esposo estaría en una situación comprometida al tener que pensar en la manera de satisfacer las demandas de indemnizaciones por el inmobiliario destruido de parte de los aldeanos. También estaba seguro de que los miembros del consejo no se estarían quietos si se descubría lo que intento hacer el menor. Ellos aun le guardaban rencor a él por sus errores del pasado y jamás toleraron su matrimonio con el Hokage, pero era un asunto en el cual se tuvieron que callar para no contradecir al jinchuriki del Kyubi y héroe de la guerra. Mas con su sobrino, pese al cariño del rubio por el menor, tenía menos autoridad para hablar por sus acciones y no dudaba que sacarían ventaja para darse el gusto que con él no pudieron. Además de todos esos problemas de índole burocrática, tenía los asuntos familiares propios. Debía hablar con su hermano y cuñado sobre lo sucedido. Podía haber sido un traidor en el pasado, pero no le cargaría todas las culpas al menor siendo él quien se equivocó. Y reconociendo eso, también debía hablar a solas con Charasuke.

―Lo llevaré a casa para que descanse y cuando despierte voy a aclararle este malentendido ―avisó Uzumaki mirando fijamente a su padre en busca de algún signo de negación o desaprobación por sus sentimientos―. ¿Estás de acuerdo? ―Más que una pregunta había sonado como un reto a que intentara detenerlo.

―Hazlo, hijo ―alentó Sasuke con una pequeña sonrisa de orgullo por ver que su hijo era alguien decidido con lo que quería―. Sólo evita que tu primo se vaya antes de que tu padre y yo regresemos a casa. Conociéndolo si lo dejas marchar no volverá a hablar de este tema y evitará que tengamos una charla que en serio necesitamos.

Menma observó a los ojos oscuros, su padre alfa siempre le había comentado que, a pesar de la seriedad y estoicismo típico de los Uchiha, sus ojos eran muy expresivos. Siempre había asociado aquella afirmación al sharingan, al ser éste definido como “el ojo que refleja los sentimientos”. Mas, comenzó a darse cuenta de la verdad al respecto cuando se dio cuenta de sus sentimientos por Charasuke. A pesar de siempre mostrarse sonriendo, como alguien despreocupado y desinteresado de todo, en ocasiones notaba otras emociones; miedo, tristeza, dolor, enojo. Todo eso podía verse en aquel pozo de oscuridad mientras esos tersos labios dibujaban una sonrisa convincente. Era prácticamente la mentira perfecta su rostro, pero sus ojos, ellos no eran capaces de mentirle. Y los de su padre omega eran parecidos. Notando el profundo arrepentimiento y la dificultad para pedirle aquel favor, se limitó a asentir antes de teletransportarse rápidamente para regresar a su habitación. Tenía marcada una pared al lado de su cama, así que se evitaría atravesar los disturbios de la aldea.

Qué mis padres y tíos y se arreglen con eso. Yo tengo cosas mejores que hacer”. Pensó Menma recostando a su primo en su cama antes de arroparlo para evitarle el frío. “Muy bien, Menma. Al fin estamos a solas, cuando despierte estará agresivo, con deseos de huir o tal vez de acostarse con alguien. Lo que lo tiente más según su estado de ánimo. Quizás debería preparar una cena para hacerlo bajar la guardia y que esté más dispuesto a conversar”.

El alfa abandonó la habitación y partió rumbo a la cocina. No le preocupaba que Uchiha intentara huir nuevamente, de hacerlo se teletransportaría hasta él y volvería a noquearlo. Revisó la alacena y el refrigerador buscando los ingredientes para hacer algo a gusto de su invitado involuntario. Era una suerte que Sasuke le hubiera enseñado a cocinar para no depender de pura comida rápida como su padre rubio o no tendría nada que ofrecer. Charasuke comenzó a despertarse con un poco de dolor de cabeza. Estaba desorientado y no recordaba bien lo último sucedido. “Ah ya recuerdo. Estaba discutiendo con tío Sasuke. Debió golpearme con algún genjutsu sin que me diera cuenta”. Sacudió un poco la cabeza y miró hacia la cama notando que esa era perteneciente a Menma. Se levantó casi de inmediato para evitar verse afectado por su aroma y corrió hasta el escritorio del otro. Una vez allí se colocó el primer perfume que encontró cerca a sabiendas de que no dudaría mucho en su cuerpo mientras estuviera en celo.

—¿Menma?—llamó mientras se acercaba caminando hacia la cocina al oler comida

ーEstoy haciendo arroz con huevo revuelto. La bañera está llena hace unos minutos, ve a bañarte antes de que se enfríe el agua, por favorーpidió en lo que se voltea y sonríe como si nada. Realmente no se sentía aturdido por el olor del celo de Charasuke, había estado cerca suyo en varias ocasiones en el pasado por lo cual lo asemejaba bastante bien. Debido a esto no le estaba costando y es más, se divertía en toda la situación.

— Oh gracias por prepararme la bañera —dijo sonriendo mostrando una expresión más alegre―. Me bañaré y volveré enseguida para comer juntos—avisó yendo al baño rápidamente.

Charasuke se metió en el agua notando lo tibia que estaba y se relajó por completo dejando su cuerpo medio recostado. Se limpió con la esponja y abundante espuma con la que jugó un rato en lo que dejaba sus pensamientos fluir.

No he oído pensamientos de parte de Menma, es posible que no sepa nada de que intenté huir de la aldea. Puede también que no haya sufrido por el jutsu de Ino o incluso que se lo haya quitado antes de que yo fuera traído a su casa. Si tío Sasuke aun no le explica nada puedo irme evitando peleas. Aunque es poco probable que me dejara sin avisarle nada. No estoy seguro de poder ganarle a mi primo en un combate estando como estoy. Así que intentaré averiguar que tanto sabe y dónde están mis tíos. Una vez ubicados le diré que regresaré a mi casa y podré huir de la aldea. Esta vez sin que nadie me detenga. Sí, eso haré”.

Una vez resuelto los siguientes pasos a seguir terminó de bañarse rápidamente para quitarse el molesto olor a sudor. Además servía mucho para regular la temperatura de su cuerpo. Sentía una fiebre abrasadora por todo su rostro y a ratos le daban escalofríos. Aunque más que escalofríos, eran temblores por la excitación. Se estaba humedeciendo su entrada sin estímulos e inconscientemente se estaba preparando para recibir un alfa. Tal vez sería buena idea ir primero por unos supresores para controlarse. Tampoco es que le hiciera mucha gracia sentir que deseaba ponerse a cuatro y ser tomado por otro. Si quería mantener la suficiente cordura como para un largo viaje hasta donde Orochimaru, tendría que conseguirse algunos. Se lavó lo mejor posible para ocultar su aroma a feromonas con el olor al jabón y el shampoo. Se refrescó el rostro y se dio un par de palmadas en el rostro para darse ánimos así mismo. Esta pelea aún no había terminado. Tenía mucho por delante y jugaría bien sus cartas para retomar su huida. Se vistió con la ropa que le dejó Menma y salió del baño rumbo a la cocina.

Mientras el sigma se aseaba, Uzumaki siguió preparando la comida dejando que Uchiha se bañara tranquilo, no iba a ir tras él por el momento, no sería lo correcto y sólo lograría que tomara decisiones aún más precipitadas. Además quería que se relajara. Mientras tanto, arregló la mesa para poner los cubiertos y la comida ya lista. El joven de ojos azules sonrió orgulloso por lo realizado. Estaba seguro que su primo tendría mucha hambre. Según Ino, el moreno estuvo yendo de un sitio a otro liberando a las personas del jutsu y pidiendo que colaboren. Negó con la cabeza por lo descuidado del otro. Incluso Yamanaka hizo una pausa para comer y reponer energías, pero su idiota primo no parecía haber hecho nada de eso. Debía estar hambriento, pero necesitaba que alguien le recordara comer o seguramente seguiría ignorando esa necesidad.

—El baño está desocupado si necesitas —dijo Charasuke sonriendo mientras veía la comida sobre la mesa.

Se ve tan delicioso y yo con tanta hambre. No pruebo nada desde el desayuno y mi estómago parece estarse comiendo así mismo. Menma se ve tan guapo con ese delantal, pero si lo digo en voz alta me mata. ¿Y si oye mis pensamientos? Olvidé confirmar eso. A ver, debería probar. Sé que oyes mis pensamientos ñam, ñam, ñam. No hace ni una mueca y no oigo nada. No debe estar bajo el efecto del jutsu. ¡Perfecto! Ahora puedo seguir fantaseando con él y planear como huir de Konoha”.

ーLo haré después, por ahora la cena está servida ―dijo mostrando que la mesa, no sólo estaba puesta, sino que además había puesto unas velas haciendo la situación algo romántica―. Creo que no hemos tenido una comida juntos desde hace mucho tiempo. Afuera la ciudad está bastante destruida y como estas en tu celo... pues, espero que no te moleste que te trajera aquí para evitar exponerte. ―Su voz, a pesar de aparentar firmeza, tenía ligero miedo. No era romántico, no sabía serlo, solo recordó las malditas películas bobas románticas y pensó que tal vez a Charasuke podía gustarle eso. Por lo tanto aceptó hacer algo tan ridículo sólo para hacer feliz a su primo, aunque nunca pensó que fuera tan complicado.

La simpleza de su cena era porque no encontró gran cosa para hacerla más romántica. Sólo pudo hallar velas, un mantel blanco inmaculado y arrancó unas flores que habían en unas macetas en el balcón de al lado esperando que no hubiese nadie ahí para reclamar por las flores que robó. Sus padres lo matarían si se enteraban de eso. Seguramente daría muy mala imagen que se supiera que el hijo del Hokage arrancó flores ajenas, pero necesitaba ambientar ese lugar rápidamente. No podía irse muy lejos o de lo contrario el azabache se podría largar sin que se diera cuenta o peor aún, se le iba a enfriar la comida. Todo debía ser perfecto para su velada. Generaría un ambiente ideal para hablar de sus sentimientos y dejar todo aclarado entre ellos.

ーEspero que te guste ―pronunció Menma mientras se acercaba al otro y le tomó la mano para guiarlo a su asiento, para después prender la radio logrando encontrar una que sólo tuviera música.

Charasuke miró sonrojado el gesto hacia su persona. Incluso con una aldea destruida y su celo poniéndolo más interesado en el sexo qué otras cosas, Menma conseguía hacer algo realmente bonito. Sin embargo, no entendía lo que estaba sucediendo. Todo era demasiado repentino e ideal. Tan acorde a sus deseos que su instinto comenzó a decirle que algo podría estar mal. ¿Un genjutsu de parte de su tío Sasuke? Lo dudaba. Le parecía imposible no darse cuenta de una ilusión con lo hábil que era en ese campo. Sin embargo, era un sueño hecho realidad. Algo impensable de ver en el mundo real. ¿Menma preparándole una cena romántica? ¿Siendo amable y caballeroso? Definitivamente algo estaba mal allí.

Esto sin dudas tiene que ser un sueño. Menma haciendo todo esto para mí no pasaría ni en un millón de años. Seguramente tío Sasuke me metió en un tsukuyomi y espera que abandone la idea de irme de la aldea si me da lo que más deseo. O probablemente me esté llevando a la aldea mientras mi mente está ocupada aquí. Debo despertar pronto, pero ¿cómo? Un simple kai no es suficiente. Por ahora le seguiré el juego hasta descubrir cómo liberarme”.

—Woow es increíble la cena que has preparado —felicitó sonriendo mientras le daba su mano e iban acercándose juntos hasta ubicarse en sus respectivos asientos—. Esta es la primera cita más romántica y tierna que he tenido —comentó abrazándolo suavemente mientras le daba un beso. “Si esto es un sueño lo aprovecharé al máximo. En mi fantasía Menma me ama y puedo disfrutar sentirme amado por él aunque sea sólo hasta que termine el sueño”. Pensó resuelto de poder mostrarse como quería—. Gracias, Menma. Estoy muy conmovido por esto.

“Si tan sólo fuera real y no un producto de una ilusión sería la persona más feliz del mundo”.

ー¿Primera cita? ¿Y... tus konekos? Quiero decir... ーSe mordió la lengua intentando pensar en algo que no se sienta malー.Claro que podías haber tenido citas con tus konekos, no digo que no y por eso pensé que debiste tener muchas y.... ¿en serio te gusta? ーpreguntó con asombro no pudiendo creer que le gustará lo simple que era todo.

— No sé si podría contarse como citas lo que tuve con ellas —murmuró pensativo—. Lo nuestro siempre fue un poco de coqueteo y sexo sin conversaciones ni detalles que fueran sentimentales —dijo recordando sin mucho cariño―. No es como que ellas o yo nos esforzáramos en demostrar nada o hacer sentir especial al otro ―explicó encogiéndose de hombros―. Además de que no podría haber llegado a algo formal después de que se notara mi género. Saltaba a la vista rápidamente que no soy alfa cuando mi entrada se humedecía en cada ocasión que me excitaba.

El blondo tosió atragantándose un poco por lo boca suelta que estaba siendo el otro. “Al fin y al cabo es mi fantasía. Sólo es una ilusión del mangekyo sharingan de tío Sasuke, así que no importa lo que haga o diga. Es mi oportunidad de hacer todo aquello que no me atrevería a hacer con el Menma real”. Pensó Charasuke bebiendo de su vaso con total tranquilidad. Por su parte, Uzumaki sonrió al oír esas palabras, por entender que las cosas que están haciendo ellos eran especiales porque no es algo que haya hecho con las demás. Sólo era para ellos dos. No era parte de alguna lista ni nada similar. Siempre le había preocupado que Uchiha pudiese tomarse sus sentimientos como una añadidura a sus conquistas. No lo veía como alguien que fuese a jugar con su corazón o engañarlo, pero creía que lo máximo que le ofrecería sería lo mismo que a aquellas desesperadas féminas.

ーEntiendo, esto es especial para ambos ーafirmó Menma levantándose de su asiento para acercarse al otro y abrazarlo por su cintura. Lo miró con cariño mientras recogía uno de su mechones y lo pasaba por detrás de su orejaー.Y que yo sepa, nunca hiciste nada, sólo las ponías en ilusiones ―le recordó medio burlón para luego besar sus labios suavementeー. Eres un charlatán en toda la extensión de la palabra ーsusurró con cariño mirando directamente a sus ojos.

— ¿Qué tú sepas? ¿Desde cuándo? —preguntó arqueando una ceja como solían hacer la mayoría de los Uchiha—. Para todos yo era un semental con las damas ―presumió con el ceño fruncido.

Ahora era su turno de alzar las cejas para luego soltar una carcajada por aquella reacción por parte de Charasuke. Luego puso atención a la mesa. Se sorprendió por ver lo rápido que los platos se quedaron vacíos. En verdad tenía mucha hambre el pobre sigma, casi ni notó cuando terminó de tragar. Soltó un leve suspiro por los pocos modales que demostraba con él al sentirse en confianza. Al calmarse, guío a Charasuke a su silla en lo que se explicaba.

ーEn primera sabemos que si dejarás de ser virgen tendríamos a toda la aldea hablando sobre porque el gran Itachi Uchiha quemó casas con su Amaterasu ―comentó recordando aquellas anécdotas de su padre sobre lo peligroso que era enojar a su tío. Además de ser, en palabras del Hokage, la forma más dolorosa y lenta de suicidarse―. Mi querido primo... me lo confesaste. ¿Qué no te acuerdas? Aunque puede que hayas estado borracho.ーMedio bromeó mirándolo con burla. Éste le había contado y le parecía gracioso que no recordaba que se lo dijo―. Tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo y tú imposibilidad de tener sexo ーmolestó sentándose entonces en su silla para estar en frente de Charasuke al charlar.

—¡No tengo imposibilidad sexual! —reclamó con un puchero mientras se sentaba en la silla mirando el plato de comida ahora completamente vacío―. Además... ¿Desde hace cuánto sabes eso? O sea, ¿cuál de todas las veces que estuve borracho dije eso? ―Estaba algo sorprendido de decirle eso. Incluso estaba meditando y forzando su cerebro a recordar si dijo algo más y de tanta relevancia.

No era precisamente la mejor actitud que se esperara de alguien como Charasuke. Comenzando por el hecho de que era menor de edad y no debería andar bebiendo sake, pero no le era difícil hacerle un genjutsu a algunos vendedores y conseguir un poco. Era un mal hábito, pero cuando sentía que la situación lo superaba, cuando deseaba olvidar todo lo que sabía recurría a eso. El sake solía causarle cierto ardor en la garganta, quemaba y en ocasiones le hacía lagrimear un poco sus ojos, pero era la excusa perfecta para no admitir que aún tenía miedo de Fugaku. Desde aquella vez en la que oyó que si era defectuoso se desharían de él, vivía constantemente alerta. Temía por su primo Menma. Si él fallaba no sabía el rumbo de acción de su abuelo y tampoco sabía si no haría algo en contra suya. Si lo intentaba sus padres lo protegerían, pero eso significaba provocar una pelea entre ellos. No deseaba ver eso. Temía más causar eso que a la propia muerte. Sin embargo, tampoco quería preocupar a sus padres y llamar demasiado la atención de su abuelo. Juró esconder su género y toda su capacidad para no ser usado de trofeo, pero era complicado. Ser bueno, pero no demasiado. Evitar fracasar, mas sin destacar. A veces sentía que perdía la cabeza.

―Creo que eso no es importante ahora ―afirmó el rubio sujetándole la mano―. ¿Te gustaría bailar conmigo? ―preguntó en tono caballeroso mientras le sonreía levemente.

―Claro ―respondió aceptando su mano.

Charasuke se puso de pie y se dejó sujetar por la cintura antes de comenzar a balancearse lentamente. Él mantuvo su mano derecha sujeta a la izquierda de su primo y la otra la colocó en su hombro. Sonrió al ver el rostro de Menma. Se veía relajado. No podía decir que esa cara fuese lo que se definiría como el alma de la fiesta, pero le gustaba. No se veía tan rígido como de costumbre. Una de las cosas que siempre le causó intriga y hasta incomodidad, era la forma de verlo. Siempre arrugando la nariz y torciendo los labios. Jamás pasaba demasiado tiempo cerca suyo. En caso de coincidir por alguna causa, fuese una misión de equipo o entrenamiento, se iba lo más rápido de su lado y no le daba tiempo de pedirle nada. Aunque fuese podría invitarlo al Ichiraku y así conversar como en los viejos tiempos. Desde que Menma se convirtió en gennin lo evitaba a toda costa y no estaba seguro de qué había hecho para ser odiado de esa manera.

―Oye, Menma ―llamó Uchiha apoyando su rostro sonrojado en el hombro de su familiar―. ¿Sabes por qué no me quité el jutsu de Ino cuando pude? ―preguntó comenzando a respirar agitado por culpa de su celo.

―No tengo idea del por qué ―respondió el blondo sin dejar de moverse guiando al azabache para que siguiera con el baile.

“Pero me gustaría saberlo”.

―¡Oí ese pensamiento! ―exclamó Charasuke separándose del hombro del otro para verlo fijamente.

De nuevo comenzaba a sentirse mareado y acalorado. Respiró hondo queriendo tranquilizarse, pero su cuerpo no colaboraba, es más, era su peor enemigo en esos momentos. Distorsionaba sus razonamientos y le impedía hilar ideas coherentes, ―y no es que en su estado normal fuese un ser demasiado pensante, cabe agregar―.

Esto debe ser un genjutsu de tío Sasuke, así que es imposible que oiga los pensamientos de esta fantasía. O quizás los oigo precisamente porque es mi ilusión. ¡Claro! Al ser algo creado por mi propia mente, no estoy oyendo los pensamientos de Menma, estoy oyendo los pensamientos que me gustaría que él tuviera de mí. Por eso ha hecho todas estas cursilerías que el Menma real nunca en su vida sería capaz de hacer y menos para mí. Es bastante patético, pero me duele mucho el pecho. Tengo atorado un sentimiento que nunca va a desaparecer y jamás me dejará de doler ser odiado por mi primo. Si antes me detestaba por alguna causa desconocida para mí, en cuanto me pongan en el libro bingo por traidor, tendré su odio jurado. Entonces, ¿por qué no aprovechar mi ilusión? Aquí no me va a juzgar porque hará todo lo que yo quiera sin replicar”.

―Quería saber qué hice para ofenderte ―confesó sujetando las mejillas marcadas del joven de ojos azules―. Cuando nos pusieron en el mismo equipo estaba muy feliz de estar a tu lado, pero tú no. Me enteré que hasta pediste que te cambiaran de grupo ―habló dolido por recordar ese día.

―¿Cómo te enteraste de eso? ―interrogó siendo que aquella conversación fue algo privado entre su padre y él.

―Se lo saqué a tío Naruto sin que lo notara ―respondió sin tapujos restándole importancia―. Pero quiero saber, ¿por qué? No sólo eras mi primo, eras mi mejor amigo, casi mi hermano y de un día para el otro me dejaste de lado. Como si yo fuera alguien odiado por ti ―expresó finalmente aquello que tanto tiempo se había guardado.

Le costaba hablar claramente, su garganta parecía medio cerrada y sus ojos distorsionaban su visión a causa de lágrimas que se negaba a dejar caer. No iba a verse débil. Era un Uchiha y no lloraba por tonterías, un corazón roto era una de ellas, según su criterio. Soportó muchas cosas dolorosas y siempre consiguió ocultar bien su malestar. Ni siquiera sus padres o tíos habían notado su verdadero sentir, aún menos iba a permitir que Menma lo descubriera. Ni aunque fuera una simple ilusión iba a hacerlo. Temía que al perder a qué aferrarse el genjutsu se tragara su mente. Así que se creó todo tipo de barreras mentales preparándose para lo que su subconsciente le soltara. Había logrado llegar a la hipótesis de que ese Menma que tenía delante suyo sólo era la representación de su subconsciente. Una manera de hablarse a sí mismo y hacer memoria, quien podría ayudarle a recordar lo que hizo mal.

―No me alejé porque te odiara ―habló Uzumaki acariciando las blancas y tibias mejillas del rostro del otro―. Sino todo lo contrario ―confesó mientras sus labios se acercaban a los contrarios sintiendo su aliento mezclarse―. Me alejé cuando me di cuenta de que me había enamorado de ti ―afirmó antes de juntar sus labios.

El sigma jamás había pensado que una ilusión pudiese sentirse tan real y tan bien. El aroma de Menma invadía sus pulmones haciéndolo sentir relajado e irremediablemente cerró los ojos para saborear los labios contrarios. Abrió su boca para profundizar aquel beso mientras se sujetaba con fuerzas a la espalda del alfa. Era demasiado intenso todo lo que sentía en ese momento. Su corazón latiendo a una velocidad tan grande que se sentía hasta doloroso en su pecho, su lengua atrapada en aquel intercambio húmedo y tibio de un beso necesitado. Sus manos apretaban a Uzumaki de una manera que, si no fuera por la ropa, le dejaría marcas de arañazos en la piel. Todo lo contrario a la manera en que sus labios se juntaban suavemente, separándose por intervalos cortos, sólo para volver a buscarse como si de un juego se tratase.

―Charasuke ―llamó Menma captando la atención del aturdido Uchiha―. Olvidé decirte que esto no es un genjutsu.

―¿Qué? ―cuestionó el moreno perdiendo por completo el color en su rostro mientras su cara quedaba paralizada por la sorpresa.

 

CONTINUARÁ…

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).