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Mi primo y yo por shiki1221

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Cap 11: Sol rancio vs luna cegadora

De inmediato Charasuke se separó del rubio tras aquella afirmación. No podía creerse que eso fuera real. Todo lo que había hecho y dicho en la vida real le conseguirían un rasengan metido en su retaguardia tan profundamente que se acordaría de Menma al ir al baño. Uzumaki lo miró con una sonrisa burlona. A veces se asustaba un poco así mismo, pero no podía negar sus genes Uchiha. Y es que una de las actitudes que más lo acercaba a su padre omega era ese placer perverso que le daba molestar a la persona que amaba. Sasuke siempre le había contado acerca de lo divertido que era hacer enojar a Naruto y decirle “Usuratonkachi”. Según su masoquista padre alfa, a él también le gustaba eso, pues era una manera de darse atención mutuamente sin que nadie sospechara que sentían algo especial por el otro. Durante un largo tiempo creyó que eran bastante raros. No fue hasta que él mismo se encontró molestando a Charasuke para que le prestara atención y dejara a sus koneko-chans que comprendió a qué se referían sus padres.

―¡Tú sólo eres una ilusión! ―afirmó Uchiha haciendo rápidamente el sello de liberación―. ¡Kai!

―No lo soy, idiota ―comentó Menma cruzándose de brazos mientras rodaba los ojos por aquella terquedad―. Mi padre nunca te puso en un genjutsu, desde que despertaste has estado en el mundo real ttebayo ―explicó con tranquilidad preparándose para la posible reacción del otro.

―¡Pe-pero la cena, el delantal, el… el… beso! ―tartamudeo nervioso mientras lo señalaba acusatoriamente―. Oh ya veo, te contaron lo que pretendía hacer y por eso estás jugando con mis sentimientos. ¡Qué bajo eres! ¡Un shinobi traicionero! ¡Juegas sucio! ¡Eres… eres un incestuoso! ―gritó cosas de manera aleatoria sin pensar demasiado en lo que estaba haciendo.

“Ambos somos incestuosos, idiota”. Pensó Menma con obviedad.

Uzumaki ya suponía que el otro tendría algún desvarío de ese tipo. Ingenuamente había creído que una buena cena después de bañarse lo tendría tranquilo, pero ahora parecía aún más alterado. No había considerado la posibilidad de que creyera que jugaba con sus sentimientos para retenerlo. Si bien era cierto que quería detener su huida, eso no quería decir que estuviera jugando. Todo lo que dijo era verdad. No se arrepentía de nada de lo sucedido y lo repetiría de ser necesario, o en caso de antojársele nuevamente. Negar que lo disfrutó era una mentira demasiado obvia a su parecer. Soltó un corto suspiro al ver a su primo respirando agitadamente. Se percató de su aroma y de manera “no intencional” aspiró queriendo saber a qué olía su familiar. Siempre había evitado exponerse demasiado a sus feromonas para no saltarle encima en un momento de descuido. Había sido precisamente ese sentimiento del que quiso escapar. Cuando se dio cuenta de sus propias intenciones con su primo, tomó distancia. No quería arruinarlo todo haciendo algo mal con él. No podía reclamarle por sus konekos porque ellos eran amigos, compañeros y sobre todo primos. No podía soportar eso y para su desgracia, terminó alejándose demasiado del otro.

Esto es una pesadilla. ¡Es sólo una maldita pesadilla! Descubrieron que soy un sigma, cuando el abuelo Fugaku se entere que soy un defectuoso intentará abortarme como a tío Sasuke cuando traicionó Konoha. Para peor, yo mismo causé destrucción al meterlos a muchos en aquel genjutsu. Debo escapar. Con todo lo que he hecho y se ha revelado de mí es mejor si me largo cuanto antes”.

―No puedes escapar de tus problemas ―comentó Menma tras oír aquellos pensamientos―. Ni mi padre ni los tuyos dejarían que te asesinaran. No digas tonterías ―afirmó con seriedad viendo a su primo mirar intensamente hacia la puerta y ventanas en busca de una salida rápida―. No te dejaré escapar ―advirtió separando levemente las piernas para adoptar una postura de pelea.

―¡¿Y crees que eso me importa?! ―gritó con enojo mientras activaba su sharingan―. Yo ya no pertenezco a esta aldea. No quiero seguir aquí ni un momento más ―dijo Charasuke mientras corría hacia la ventana.

“No quiero seguir en una aldea donde sólo me ven como la copia de tío Sasuke, como un error o como una cosa rara que aparear con otros para conseguir mejorar la sangre del clan Uchiha como le sucedió a mi papi. Mis padres dijeron que si quería tener una vida tranquila debía evitar a toda costa que se supiera que no soy alfa. Yo… les fallé a ellos, a los tíos y a todos”.

Con aquellos pensamientos rondando su mente, el joven Uchiha dio un salto largo dispuesto a atravesar la ventana. Sin embargo, no consiguió sortear el primer obstáculo cuando fue sujetado por la muñeca. Su primo, al leer sus intenciones se movió usando la técnica enseñada por su abuelo y lo sujetó con fuerza. Esta vez no quería dejarlo inconsciente. Podía funcionarle una o dos veces, pero a la larga no era una solución de ninguna manera. Mientras su primo siguiera con sus ansias de irse con Orochimaru no podría estar tranquilo. Conocía bien la historia de su padre omega y sí él que fue un niño modelo y no mostró indicios de abandonarlos, lo consiguió, no dudaba que un charlatán como Charasuke lo consiguiera con igual facilidad. Debía mantenerse firme y detenerlo. Además de que según sus propios instintos, notaba las ansías del Uchiha por tener relaciones sexuales cuanto antes. Y primero muerto a permitir que algún imbécil marcara a la persona que amaba cuando era evidente que no pensaba claramente.

―¡Suéltame! ―gritó con molestia mientras intentaba soltarse tironeando de su brazo para zafarlo del agarre de su primo―. ¡Te arrepentirás si no me sueltas en este preciso momento! ―advirtió con su sharingan resplandeciendo al máximo.

―Quiero ver eso, Charasuke ―retó Uzumaki cansado de buscar convencerlo por las buenas. Tendría que usar el “diálogo” como le enseñó su padre.

―Como si pudieras detenerme, idiota ―insultó el joven de ojos negros mientras acumulaba chakra en su cuerpo―. ¡Chidori nagashi! ―gritó obligando a su primo a soltarlo. Luego hizo unas posturas de manos para su siguiente movimiento―. ¡Katon no jutsu! ―gritó lanzando una gran bola de fuego hacia el contrario.

El rubio consiguió esquivar aquel ataque, pero le costó dejar desprotegida la ventana. Por lo cual las cortinas de su casa terminaron ardiendo. Justo como aquella vez cuando de niños su primo le quiso mostrar su nuevo jutsu y lo hizo en ese mismo sitio. “Algunos hábitos no cambian con el paso de los años supongo”. Pensó Menma con una pequeña sonrisa viendo como ardían las cortinas. Nunca le gustaron de todas maneras y ahora al fin había una buena excusa para renovarlas. Aunque muy posiblemente su padre omega volviera a elegir qué decoración se usaría en el interior de la casa. Retomó su seriedad y analizó sus posibilidades para atacar a su primo y dejarlo fuera de combate, pero manteniéndolo consciente para hablar. Como maldecía tener que pelear con el otro, pero era imposible que oyera sus palabras por las buenas. “Ahora entiendo por qué mi padre tuvo que amputarse un brazo para conseguir el amor de mi papi omega”.

―Suena turbio y no quiero nada de eso ―comentó Charasuke oyendo aquellos pensamientos. Sujetó algunas armas ninjas que encontró cerca de su posición.

“Veo que fue una mala idea hacerle caso a mi papi Sasuke sobre tener como decoración armas reales”. Suspiró mientras saltaba hacia una pared y sujetaba una katana para poder pelear con el otro en igualdad de condiciones.

Charasuke contaba con algunos kunais, así que estaba consciente de que si los arrojaba todos de una, Menma con facilidad podría usar la katana para desviarlos y sería un desperdicio de tiempo y de recursos. Debía ser más inteligente que eso. El problema es que pensar sus siguientes movimientos era contraproducente, pues por el jutsu de Ino sus planes quedarían al descubierto y eso era lo último que deseaba que sucediera. Lo único que se le ocurrió fue improvisar. Al igual que solía hacer su tío Naruto, se colocó un kunai en la boca y sujetó los dos restantes en una mano. Hizo aparecer una de sus típicas rosas en su mano libre y se la arrojó a su primo mientras sus ojos no dejaban de mirarlo. Repentinamente esa única rosa se había convertido en decenas, cuyos pétalos le impedían al alfa averiguar de dónde provendría el ataque con el kunai.

Con los kunais perfectamente ubicados llevando hilo ninja puedo crear una trampa de hilos de la que no escapara. Tengo ubicados dos hacia sus lados para evitar que escape y uno directamente sobre su cabezaAhora sólo debo tirar del hilo ninja unido al kunai que arrojé hacia aquel jarrón y mientras Menma está ocupado con mi ilusión de las rosas, no verá el jarrón hasta que sea demasiado tarde. Es el plan perfecto para dejarlo inconsciente”.

―¡Lo tengo! ―exclamó el rubio dándose vuelta a tiempo para cortar los hilos usando la katana y luego procedió a hacer lo mismo con aquel jarrón que se precipitaba contra su cabeza.

Mierda, me escuchó”. Pensó Uchiha con fastidio. “Mi perfecto plan fue arruinado por un descuidado pensamiento de mi parte. Aún tengo algo de chakra con el cual pelear”.

―Es mejor si te detienes, Charasuke ―pidió Uzumaki viéndolo con preocupación―. En tu condición no es bueno que te sobre esfuerces tanto. Con tu celo debes estar demasiado cansado para luchar ttebayo ―dijo con una mano alzada intentado acercarse despacio.

―¡¿Crees que por estar en celo todo en lo que pienso es en sexo?! ―gritó ofendido por sus palabras mientras retrocedía viendo sus manos vacías.

“Bueno, sí. Tengo ganas de que me lleves a tu cuarto y me penetres por detrás de manera tan brusca que no sienta mis caderas una semana. ¡No! Olvida eso. No estaba pensándolo en serio. Ya encontraré por el camino algún alfa dispuesto para una aventura de una noche”.

―Sobre mi cadáver ―rugió Uzumaki siendo que su primo estaba desarmado, arrojó la katana al ya no encontrarla necesaria para la pelea―. ¡Tenemos que hablar! ―ordenó mientras lo sujetaba con fuerza por la muñeca.

―¡No me digas que hacer! ―replicó el moreno mientras le daba un fuerte puñetazo en la mejilla obligándolo a soltarlo―. No creas que tengo la fuerza de un mísero omega ―advirtió caminando hacia él dispuesto a repetir el golpe.

―¡Entonces no necesito ser considerado contigo! ―dijo Menma con una sonrisa mientras le daba un fuerte golpe con su puño cerrado en el vientre a su familiar, esperando que dejarlo sin aire, lo haría rendirse.

Sin embargo, el golpe había sido con tal fuerza que Charasuke chocó contra el sofá de la sala de estar. Sus piernas quedaron retenidas por el mueble y su cabeza se fue hacia atrás obligándolo a realizar un mortal hacia atrás. El alfa se preocupó de verlo dar semejante giro y creyó haberlo herido de gravedad por el descuido. Por ello se acercó deprisa a ver en qué condición se encontraba el otro. Mas se llevó la sorpresa de ser recibido por una patada alta de Charasuke justo en medio del pecho. Aquel golpe lo mandó a volar a él en esta ocasión. Y mientras estaba en el aire apreciando como todo parecía moverse en cámara lenta recordó la primera vez que había visto a su primo hacer ese movimiento. ¡Claro! Fue aquella vez en los que terminaron en la dirección de la academia ninja por mandar a un niño al hospital

Los niños de la academia ninja habían tenido un día entero aprendiendo sobre la fundación de la aldea de la Hoja. A Charasuke y Menma la verdad los aburría un poco la manera en la cual se los contaban en las clases. Porque los maestros narraban cosas acerca de acuerdos de paz y diplomacia. Siempre describían cómo Hashirama y Madara se habían reunido tras intercambiar cartas acordando un encuentro entre ellos. Personalmente preferían oír las historias de parte de sus familiares quienes las vivieron de primera mano. Cuando había fiestas en el clan Uchiha solía ir su tío abuelito Madara y contarles historias sobre guerras, combates emocionantes y su rivalidad con Hashirama. La última vez le habían mostrado que en los libros de historia que les hacían estudiar estaba eso de las cartas “expresando sus deseos de estar juntos y encuentros furtivos de los que nadie sabía”. Luego de enrojecerse por completo su cara procedió a quemarles los libros de texto con un katon.

―El abuelito Madara lo cuenta más interesante ―murmuró Charasuke cuando estuvieron en la hora del receso.

―¡Cierto! ―secundó Menma mientras veía a su primo hojear con aburrimiento el libro.

―¿Y si hacemos lo que nos enseñó el abuelito Madara? ―cuestionó Uchiha repentinamente con una gran sonrisa.

―¿Espiar a Hashirama-san? ¿Molestar a la rata albina?―interrogó el niño de ojos claros ladeando la cabeza―. ¡Ah ya sé! Robar dulces que tenemos prohibidos antes de la cena.

―No, lo otro ―corrigió el pequeño azabache mientras buscaba unas ramas del patio de la academia y le entregaba una a su primo―. Esta será tu espada, podemos jugar a que tenemos un combate impresionante ―explicó Charasuke mientras chocaba su ramita con la de su primo―. Anda intenta luchar conmigo, ¿quién quieres ser? ―preguntó curioso.

―¿Podemos jugar? ―preguntó tímidamente Hinata por estar viendo al niño que le gustaba allí. Aunque el rubio no prestaba atención al sonrojo de la niña―. Yo podría ser la famosa Mito-san ―ofreció alzando la mano.

―Sí, Hinata Onee-sama juega yo también quiero ―dijo Neji abrazándose a su prima.

―Bueno, pueden jugar, pero ¿tú qué serías, Neji? ―preguntó Charasuke viéndole curioso―. ¿Tienes algo en mente?

―Yo seré el perro de Mito-sama ―respondió restregando su mejilla contra Hinata.

―Tienes aspiraciones bastantes altas en esta vida ―susurró Uchiha con ironía mientras sujetaba su ramita―. Yo quiero hacer de Hashirama-san ―comentó ilusionado.

Estaban viendo más o menos que querían hacer para la historia de su juego. No estaban seguros de poder representar una batalla teniendo a Mito ahí. Después de todo la propia Hyuga había deseado que Menma hiciera de Hashirama para ser su esposa y jugar a que criaban a su perro. Por su lado, Charasuke quería que se dieran con la ramitas en una épica batalla. Estaban decidiendo qué hacer para que todos pudieran jugar a gusto cuando llegó su compañero de clases Masashi.

―Tú deberías hacer de Madara, retrasaduke ―dijo con los brazos cruzados mirándolo burlón.

―¿Y a ti quién te invitó? ―preguntó el aludido mirándolo con indiferencia―. Aun para nuestra edad tus insultos son tontos ―comentó Charasuke por oír semejante tontería.

―Es que no pude evitar oír ese torpe juego para niños raros como tú ―siguió molestando mientras reía de manera muy irritante.

―¡Ya deja de molestar a mi primo o…! ―advirtió Uzumaki mientras daba unos pasos decididos para ponerse delante del otro.

―¿O si no qué? ―preguntó Masashi empujándolo con sus dos manos obligando al joven alfa a dar unos pasos hacia atrás―. ¿Le dirás a tu corrupto y sucio padre? ―retó con sorna.

―¡Mi padre no es corrupto! ―dijo Menma intentando darle un golpe que fue esquivado por el otro haciéndolo caer al suelo al hacerlo tropezar.

―¡Déjalo en paz y vete! ―ordenó Uchiha mientras se acercaba a su primo y lo ayudaba a levantarse con ayuda de los dos Hyuga.

―¡Chara tiene razón! Nadie te invito ―afirmó Hinata con enojo sacándole la lengua.

―No deberían juntarse con él, es un tonto porque nació de dos primos. Eso está mal ―explicó haciendo que los Hyuga le vieran extrañados, pues ellos mismos venían de una relación así―. Se les pegara lo tonto. Pronto van a babear y hablar como lerdos por culpa de ese defectuoso ―señaló mientras abría la boca babeando a propósito para molestar.

Al oír aquella palabra, los ojos negros se aguaron rápidamente. Recordaba con claridad las palabras de sus padres sobre cómo sería asesinado si no salía normal. No entendía del todo lo que era realmente la muerte, pero sí tenía alguna idea, ya que había tenido mascotas que pasaron a mejor vida. Y viniendo de una aldea ninja sabía que cuando morías terminabas bajo tierra. Le aterraba lo que podría hacerle su abuelo si lo decepcionaba. Ya le había dicho que se lo llevaría donde sus otros familiares que nunca volvieron. No quería que lo alejaran de sus padres, de sus tíos y de su primo Menma. No soportó la presión y sus ojos comenzaron a dejar caer varias lágrimas que intentó cubrir usando sus manos. Uzumaki al verlo así se levantó y empujó con todas sus fuerzas a su compañero molesto haciéndolo caer al suelo. De inmediato, Masashi se levantó enojado y le dio con su puño cerrado en la cara al niño de ojos claros comenzando una lucha entre ambos rodando por el suelo, arañándose con las ramas en el suelo que habían llevado allí para el juego.

―¡Menma te meterás en problemas si sigues así! ―avisó la niña Hyuga intentando separarlos―. ¡Chara ayúdame! ―pidió ya que no lograba sujetar a ninguno de los niños para separarlos.

―¡Ya suelta a mi primo! ―gritó uniéndose a la pelea interponiéndose entre ambos para detener la lucha. Sólo que sujetarlos mientras rodaban en el suelo no fue buena idea, ya que terminó rodando con ellos, cortándose con las ramas. Sin embargo, alcanzó a sujetar a su primo para poner distancia con el otro.

―Le habría quedado perfecto ser Madara al hijo de un sucio traidor y un demonio asqueroso ―dijo Masashi viéndolos a los dos primos abrazándose.

―¡Retráctate o ya verás! ―ordenó Uchiha mirándolo con furia.

―¿O veré qué? ―retó el niño haciendo rabiar aún más al moreno―. Ni siquiera eres capaz de hacer una patada básica. Apestas en taijutsu, así que no intentes amenazar, defectuoso ―se burló nuevamente sacándole la lengua.

―Te lo advertí ―susurró Charasuke dándole la espalda.

El moreno caminó unos cuantos pasos alejándose de él y tras unos cuantos segundos se dio vuelta y comenzó a correr hacia Masashi. Dio un salto usando su pierna derecha como impulso y con un giro en el aire le dio una patada en el rostro al otro niño. Gracias al impulso que tomó al correr, consiguió mandarlo a volar unos cuantos metros. Con lo que no contaba era esa ventana del primer piso con la que se estrelló el otro niño. Al impactarse el cuerpo del infante contra la misma, el cristal tembló y se partió incrustándose sus pedazos rotos en el otro. Especialmente en su brazo, al haber intentado reducir el daño usando su extremidad superior como amortiguador. Pretendía evitar heridas en otras áreas más sensibles. Una acción impulsada por su propio sentido de supervivencia. Charasuke sonrió orgulloso cuando oyó los gritos del otro y hasta aprovechó para advertir que si alguien se metía con su familia podrían terminar igual. Lo cual le costó un viaje a la dirección junto a su primo y una visita al hospital para Masashi.

El alfa sabía que sería mentira decir que no disfrutó de aquel recuerdo. Pese al fuerte regaño que ambos recibieron en aquella ocasión por parte de los maestros y el director, él se sentía impresionado por la habilidad de su primo. Masashi no mentía cuando decía que Charasuke no era bueno en taijutsu. Cuando se trataba de golpear a otros, su primo solía errar mucho, según sus palabras, él quería ser un alfa como su papá Shisui. Alguien que pocas veces recurría a la fuerza bruta y era capaz de terminar con conflictos usando su habilidad en genjutsu. En cierto modo era algo ruin utilizar la manipulación mental para terminar o escapar de un conflicto, pero era capaz de darle sentido a su uso, cuando se trataba de no causar daños severos. “Nahh esa patada se la merecía ese mocoso estúpido”. Pensó Uzumaki con gracia. Él tampoco se arrepentía de lo sucedido. Además sus padres ni lo castigaron y por el contrario lo felicitaron por defenderse. Aunque fue más la defensa por parte de Uchiha.

―¿Por qué demonios piensas en eso ahora? ―preguntó el sigma mirándolo con desconfianza.

―Tal vez porque es la misma patada que usaste de niño ―respondió Menma con obviedad mientras concentraba el chakra en sus manos―. Pero ya no soy un niño débil como en aquel entonces.

―¿Entonces crees poder vencerme? ―interrogó con burla preparándose para contrarrestar su ataque con un chidori.

Creo poder protegerte”. Pensó Uzumaki agachando un poco la mirada por saber que eso lo habría oído el otro.

―¿Protegerme? ―cuestionó Charasuke parpadeando confundido por aquel extraño pensamiento a su parecer.

―Es para eso que he estado entrenando ―confesó el alfa con un largo suspiro―. Quería ser yo quien te protegiera y salvara de los problemas. Siempre que algo sucede te haces cargo por tu cuenta.

―No puedes salvarme de lo que soy ―afirmó el sigma con decepción y desesperanza―. Yo nací así, con un género raro, por un error genético. ¡No soy normal! ―gritó frustrado consigo mismo―. Mi única esperanza para tener una vida normal es darle mi cuerpo a Orochimaru y que me dé uno nuevo. Alguien sin rarezas o errores como yo ―explicó.

Estaba cansado de todo. Cansado de ser igual a su tío y que nadie lo viera como otra persona diferente. Tampoco ayudaba mucho llamarse igual. Llegó al hartazgo de tener que esconder lo que realmente era, por culpa de esa jugada de la naturaleza. De todas las rarezas habidas y por haber, ¿era necesario ponerle un error así de incurable? Pudo haber nacido beta, ciego, sin sharingan, lo que fuera. Algún defecto más manejable. Se sacudió la cabeza para dejar de desvariar. No importaba cuanto su primo hablara sobre querer protegerlo. Luego de todo lo que hizo lo último que le darían sería un indulto. Ya no tenía perdón luego de haber atacado al Hokage y a su propio tío y primo. Era mejor irse y regresar cuando tuviera una nueva identidad normal y sana. Concentró lo poco que le estaba quedando de chakra en su mano y formó un chidori antes de lanzarse contra su primo. Menma respondió con su propio ataque siendo ambos neutralizados al impactarse. Al suceder eso terminaron cada uno volando en dirección contraria a la del otro.

―¡No dejaré que te vayas con ese tipo! ―prometió Menma levantándose de entre los escombros de una de las paredes de la sala de su casa.

―Ni siquiera intentes amputarme el brazo ―bromeó de manera maliciosa Charasuke levantándose con dificultad luego de haber destrozado un librero con su propio cuerpo.

―No parece mala idea ttebayo ―comentó Uzumaki sujetándolo con fuerza del brazo izquierdo, aprovechando la falta de chakra del contrario, lo obligó a ir con él, jalándolo lejos de la destrucción de la sala y llevándolo a rastras hasta su habitación―. ¡Mira esto, estúpido! ―ordenó arrojándolo hacia dentro provocando que su primo trastabillara varias veces hasta caer en la cama.

―¿Qué se supone que debo ver? ¿Tu cama? ―preguntó Charasuke sin entender qué demonios pretendía que viera.

―Ciego ―se burló el rubio rodando los ojos acercándose a la cama para mostrarle una grieta en la que había ocultos unos cuantos papeles―. ¿Los reconoces? ―cuestionó el alfa dejándolo verlos.

El joven de ojos negros comenzó a inspeccionar aquellos papeles doblados llenos de colores. Se dio cuenta por la letra que se trataba de cosas que él escribió de niño. Allí habían dibujos de Menma y él casados con cinco pequeños niños, dos perros y dos gatos. En otros salían ellos dos juntos con Menma vestido de Hokage y él como líder del clan Uchiha. En otro Menma salía vestido como su abuelito Fugaku y arriba en grande “líder de los Uchiha”. También habían varios que eran como cartas de oraciones cortas; “Si algún día soy Hokage decretaré el día de ramen gratis para Menma”, “Menma y yo seremos mejores amigos siempre siempre”, “Este papel es para prometerle muchos abrazos a mi primo favorito” “Siempre juntos”. También encontró otro donde estaban juntos copiando las estatuas de sus abuelitos Hashirama y Madara y arriba decía “Nueva aldea: nombre pendiente”. Rio un poco ante lo último, ya ni recordaba si alguna vez le pusieron nombre a esa aldea ficticia fundada por ellos.

―¿Guardaste todo esto? ―preguntó sin poder evitar sentirse avergonzado por aquel detalle. No cualquiera guardaba esa “basura”. Claro, mientras no se tratara de su papi omega quien aún tenía los dibujos de su tío Sasuke.

―Teníamos muchos sueños juntos, ¿recuerdas? ―preguntó Menma sentándose en la cama para acariciarle la mejilla―. Pero no lograremos nada de esto si escapas ahora ―advirtió con seriedad.

―Pero… ―susurró Uchiha mirando los dibujos con tristeza―. Soy un sigma, ¿no te dijeron? Soy un error, algo que salió mal ―confesó con nervios no sabiendo qué sentía en esos momentos. Estaba conmovido por el gesto de Menma de guardar aquellos dibujos, pero también se sentía culpable por todo lo que hizo.

―¿Y? ―preguntó Uzumaki acercando su rostro al otro―. Yo no necesito de tu género para amarte, lo hago desde hace mucho ―confesó antes de darle un suave beso en los labios.

El azabache cerró los ojos sin protestar demasiado. Aún estaba en celo, así que inconscientemente comenzó a liberar sus feromonas. Se dejó llevar con gran facilidad por su instinto en esos momentos. Y su primo no se encontraba mucho mejor. Menma no era capaz de resistirse a aquel aroma tan suave colándose en sus fosas nasales. Olía a rosas como siempre imaginó. Una fragancia suave y dulce que lo invitaba a perderse en su piel. Sintió los brazos de Charasuke rodeando su cuello antes de atraerlo con fuerza haciéndolo caer sobre su cuerpo, aplastándolo contra la cama. Si estuviera un poco más consciente de sus actos quizás pediría parar y terminar la conversación que mantenían anteriormente, pero ¡al diablo eso! Su primo estaba dispuesto a seguir adelante al parecer y mientras no le pidiera que se detuviera no lo haría. En ese momento recordó algo que le mencionó su padre sobre asegurarse de que el omega quería llegar a más.

“¿Debería preguntarle si quiere hacer el amor conmigo? Pero si está en celo seguramente sólo querrá tener sexo casual y dará igual si soy yo o es cualquier otro. Si le pregunto, ¿me dirá la verdad o hablara por su necesidad de calmar el celo?”.

“Quiero hacerlo con Menma. Sólo contigo perdería mi virginidad”.

El alfa oyó aquel pensamiento y luego de meditarlo apenas unos segundos, se dejó vencer por el instinto. Así que guiándose por el mismo, comenzó a quitarle la ropa al otro. Mientras Charasuke le hacía jirones la suya por la ansiedad. Las manos blancas recorrían a detalle cada porción de piel que quedaba al descubierto. Las yemas de sus dedos detallaban cada músculo. Por su parte, él a cada momento que conseguía quitarle alguna prenda iba de inmediato a besar la blanca piel dejando múltiples marcas. Ninguno de los dos tenía experiencia en ese ámbito, por lo cual ni siquiera disfrutaron mucho tiempo de los juegos previos. Se limitaron a acariciarse y besarse como les nacía hacerlo. Tras eso, el sigma separó las piernas haciéndole la invitación al otro para “pasar a lo bueno”.

Menma acercó su miembro a la húmeda entrada de su amante y cerró los ojos antes de ingresar de una sola embestida. Sintió algo de resistencia de parte de aquel cuerpo y oyó con claridad el grito de dolor de su primo. Con mayor razón mantuvo los ojos cerrados, no queriendo ver lo que había hecho. Sin embargo, lo hizo tras sentir un líquido tibio deslizándose por su miembro. “Duele, maldita sea, duele mucho”. Oyó el pensamiento de Charasuke y de inmediato abrió sus ojos asustado por los pequeños gemidos ahogados que oía. Lo vio con su brazo cubriendo sus ojos, pero en sus mejillas se veían algunas lágrimas cayendo. De inmediato, sacó su pene aun erecto y vio con horror que estaba cubierto de sangre. Se levantó deprisa y fue al baño a buscar algo con que limpiarlo y aliviar el dolor del otro. El moreno sólo le dio la espalda y se cubrió con las sábanas, retrajo sus piernas y las abrazó por debajo de las mantas mientras el otro seguía decidiendo que debía llevar.

Esos estúpidos libros pervertidos de Jiraiya no sirvieron para nada. Allí decía que sólo las mujeres omegas sangraban un poco la primera vez, pero lastimé a Charasuke. Grr voy a destruir esos ridículos libros inútiles. ¿Qué hago ahora? A ver, tengo un pañuelo, ¿vaselina? Ups, debí llevar eso antes. ¿Condón? Lo guardaré para después. Ah, cierto. Agua, llevaré un vaso con agua y lo usaré para humedecer el pañuelo”.

El alfa regresó con el pañuelo y el vaso de agua en cada mano mientras veía que el otro se había hecho bolita debajo de las sábanas. Se sintió mal por haberle causado tan mal trago cuando se suponía que debía ser un momento mágico y romántico como en todas las historias que había oído y leído.

Lo arruiné. Al fin tenía mi oportunidad de confesarme a Menma y lo arruiné por este tonto jutsu. Si no lo tuviera pude haber fingido que no sucedía nada y habríamos seguido adelante”.

―Pues me alegra que tengamos aun el jutsu ―comentó Menma sentándose al lado del otro―. Yo me habría detenido de todas formas al ver la sangre. ¿Qué gracia tendría hacer el amor si uno de los dos está sufriendo?

―No lo entenderías ―dijo tercamente sin salir de su escondite de tela.

Quería que fuera perfecto como en las películas. Donde nada duele y todo sale bien a la primera. Estúpidas películas porno. ¿De qué me sirvió arriesgarme para verlas a escondidas de mis padres si no sirven en la realidad? Sólo pasé vergüenza con Menma y ahora no querrá nada conmigo”.

―No te adelantes ―pidió el rubio mirándolo con una ceja arqueada como solía hacer su padre omega―. Yo vi puros libros porno “educativos” y no decía nada sobre qué hacer en caso de sangre. No sé, esa información me habría venido bien en estos momentos.

―Oí tus pensamientos sobre eso ―comentó mientras sujetaba la almohada entre sus brazos para abrazarla con fuerza―. No estamos muy bien informados , pero en las historias siempre que hay amor salen todo perfecto ―se quejó con un puchero.

―¿Me dejas limpiarte? ―preguntó acariciando su espalda por sobre la tela que lo cubría―. Anda, no puedes quedarte oculto y manchado de sangre ―dijo con amabilidad. A pesar de su rostro de seriedad, el cual solía intimidar a muchos, nunca fue alguien carente de esa cualidad.

―Puedo hacerlo solo ―dijo el moreno con un gran sonrojo que intentaba ocultar con las sábanas―. No es necesario que personalmente me limpies.

―Ya te vi desnudo, no encontraré nada nuevo ―bromeó intentando quitar la tensión del momento―. Además si yo lo rompo, yo lo arreglo. Eso me enseñaron mis padres ―afirmó viendo como Charasuke se quitaba las sábanas para mostrar las manchas rojizas que dejó en las sábanas blancas.

―Parece una escena del crimen ―bromeó Uchiha notando que había dejado de sangrar, pero que al darse vuelta en ese sitio esparció aún más la sangre.

―Si lo dices así tío Itachi me ejecutará. ―Menma siguió la broma de su primo al ver que estaba siendo más colaborativo y para mejor, se veía menos agresivo que antes.

―Es que tú me apuñalaste ―reclamó de manera fingida viéndolo acusatoriamente.

―No es verdad ―negó Uzumaki con sus ojos azules viéndolo con reproche igualmente fingido―. No tengo ninguna arma a la mano ttebayo.

―Lo que tienes entre las piernas es un arma mortal ―coqueteó guiñándole un ojo mientras lo molestaba con una rosa.

“¿De dónde demonios consiguió esa rosa?”

―Creía que dirías algo como “¿por qué hace chistes tontos en un momento así?” ―dijo el sigma mirándolo directamente a los ojos expresando mucha sorpresa.

―Ah eso. No es ningún misterio para mí ―confesó Menma alzándose de hombros con desinterés sobre el asunto―. Haces eso cada vez que estás nervioso, asustado o incómodo ―explicó enumerando todo con sus dedos.

―Ahora yo soy el que se siente intrigado ―expuso el azabache sin poder negar su sorpresa ante aquello.

“Siempre creí que pensabas como tío Sasuke y me veías como un estúpido e incompetente que gustaba de hacerse el payaso en los peores momentos”.

―Hemos estado juntos toda nuestra vida, idiota ―le recordó el alfa con una sonrisa discreta―. Sé muchas cosas sobre ti. Por ejemplo, sé que cuando alguien te hace daño lo evitas a toda costa, no te gustan las confrontaciones y prefieres desviar el tema que afrontar un problema, desde niños te daba miedo el abuelo Fugaku, quieres ser el mejor y ver hasta donde puedes llegar dando lo máximo de ti, pero no lo haces porque eso hace sentir tristes a tus padres ―enumeró sin ningún problema viendo como su primo desviaba la mirada. Por lo cual lo sujetó de ambas mejillas para hacerlo mirarlo a los ojos―. También sé que no te gusta decepcionar a nadie y te preocupa lo que piensen las personas que quieres ―finalizó juntando sus frentes para hacerle saber que seguía allí con él. Iba a dejarle claro que eso no era una ilusión o sueño.

“Sólo no sé de dónde sacas esas rosas”. Pensó Uzumaki sacándole una pequeña risa al otro.

―Y si sabes todo eso y tanto dices amarme, ¿por qué me dejaste de hablar? ―preguntó Uchiha con seriedad anhelando una respuesta―. ¿Por qué comenzaste a evitarme y poner excusas para no estar cerca de mí? ―cuestionó con sumo esfuerzo, pues aquella duda le había traído muchos problemas y dificultades.

―Porque no sabía qué sentías tú por mí ―confesó Menma dejándolo desconcertado.

―¿Tú no sabías algo que literalmente toda la aldea ya sabía o sospechaba? ―interrogó el moreno sin poder creerse aquello.

―Es la verdad ttebayo ―juró Uzumaki con una expresión de seriedad―. Cuando nos hicimos gennin comenzaron los ciclos de celo para la mayoría. Cuando sentía tu aroma me daban ganas de saltarte encima, pero eras otro alfa y mi primo. Me sentía un enfermo por querer…

―¿Apuñalarme? ―preguntó el otro en broma con una media sonrisa―. Aunque será una gran historia que contarle algún día a mis hijos.

Nuestros hijos. Y no pienso dejar que sepan nada sobre el sexo hasta que yo muera. Ese será mi testamento: a mis amados hijos les dejo de legado las desventuras del sexo que ha tenido su padre como sabiduría para el futuro”.

―¿Planeas morir joven acaso? ―preguntó Charasuke observándolo incrédulo por aquel pensamiento―. No creo que esos conocimientos les sirvan de mucho si ya tienen más de cuarenta cuando estires la pata.

―Ese es el punto ―confirmó Menma con un rostro bastante serio.

―Me preocupa la crianza que vayan a tener ―murmuró.

Aunque más me preocupa que salgan raros como yo. ¿Y si también los molestaran como a mí por ser hijos de primos? ¿O si salen con alguna deformidad y el abuelo Fugaku quiere ejecutarlos?”.

―¿No crees que estás pensando demasiado a futuro? ―preguntó Menma sujetando la mejilla contraria con suavidad―. Además cuando tengamos nuestros propios hijos, los cuidaremos y amaremos tanto como nuestros padres a nosotros.

―Tienes razón ―dijo Uchiha un poco más tranquilo cerrando los ojos mientras apoyaba su rostro en la palma de la mano del otro―. Además de que no hemos terminado ni de tener nuestra primera vez ―dijo algo apenado por haberlo arruinado mientras mantenía la mirada entre la ventana y la puerta, yendo alternadamente entre una y otra por si tenía que huir de ahí―. ¿Estás decepcionado? ―cuestionó decaído.

―Oye ―llamó con suavidad mientras una de sus manos sujetaba la cintura contraria―. No me has decepcionado, ¿sí? ―preguntó mientras usaba su mano libre para hacerlo apoyar la mano del más pálido en su propio pecho―. ¿Sientes mi corazón? ―preguntó viéndolo seriamente.

―Sí, late normalmente ―dijo Charasuke ladeando la cabeza y agachando un poco la mirada―. Entonces, no sientes nada ni teniéndome desnudo a tu lado.

―Me siento tranquilo estando a tu lado ―confesó Uzumaki dándole un beso en la frente sin dejar de sonreírle.

Con cualquier persona si algo sale mal nos pondríamos nerviosos y comenzaríamos a hacer miles de cosas para disculparnos por nuestro error. Nosotros estamos riendo y haciendo bromas sobre esto. Quiero que sientas eso en todo momento estando conmigo. Qué nunca te dé miedo equivocarte, ni tengas que esconderte y fingir una imagen perfecta o adecuada a lo que yo espero como haces con todos los demás. Sólo quiero que seas tú mismo y estés cómodo con eso. Si no me retiré el jutsu de Ino no fue porque no me lo ofrecieran antes, es porque todas estas cosas que pienso de ti se me hace difícil expresarlas con palabras. Además de que esta es la mejor forma de que veas cuan honesto soy, no puedo mentirte mientras oyes mis pensamientos”.

―No esperaba que esa fuera tu razón ―confesó Uchiha sonriéndole con felicidad genuina―. Pero siempre me sentí bien estando a tu lado ―dijo antes de darle un corto beso en los labios―. Oye, aún estoy en celo… y me preguntaba si querías seguir ―dijo con un tono de voz más bajo, pero evitándole la mirada al sentir que sus palabras eran demasiado descaradas y más para un apenas estrenado como él.

―¿Seguro que quieres seguir? ―cuestionó preocupado viendo la zona donde estaban las manchas de sangre―. No es necesario seguir si te sientes adolorido. Puedo ayudarte con tu celo usando el sexo oral, manual, verbal, no sé ―dijo rascándose la nuca con una mano.

―¿Verbal? ―preguntó Charasuke sospechando que cierta parte de Menma sí tenía algo de pena por la situación, pero podían lidiar con esa vergüenza juntos―. ¿Acaso vas a leerme esos libros cochinos del pervertido de los sapos hasta que me venga?

―No subestimes mi voz, puede hacerte llegar a un orgasmo si te susurro las palabras correctas al oído ―bromeó el alfa con una sonrisa divertida.

―Idiota ―insultó Uchiha dándole un golpe suave en el brazo al otro―, pero sí quiero seguir ―confirmó sujetando las sábanas entre sus manos para poder estrujarlas.

―¿Y quieres que te marque? ―interrogó el alfa con un gesto completamente serio. Ese asunto era un tema delicado. Si Charasuke aceptaba ser marcado estarían juntos el resto de sus vidas.

―¿En serio vas a preguntarme eso ahora? ―respondió el azabache con otra pregunta al sentirse alterado de semejante decisión tan repentinamente.

―En estos momentos estás más tranquilo y algo cuerdo, si no te pregunto ahora sentiré culpa después o puedes arrepentirte ―explicó Menma su razonamiento sin variar ni un ápice su tono de voz.

Ahora la propuesta de Menma se tornaba bastante seria. Pues no sólo le estaba proponiendo perder su virginidad juntos o ser pareja. También le estaba sugiriendo tener un lazo. Uno hecho con una marca los mantendría unidos hasta el día de sus muertes. Era el momento de tomar una decisión importante que podría cambiar por completo el rumbo de sus vidas.

 

CONTINUARÁ…

 


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