---Al día siguiente---
Un nuevo pedido de necesitar al chico repara todo en el piso seis, habitación cuatro.
El pelilila, en esta ocasión su semblante es muy serio, decidido, incluso enojado.
Usualmente va con una enorme sonrisa o al menos la tranquilidad se refleja en su pasivo rostro, pero en esta ocasión es todo lo contrario.
Por una parte sabe perfectamente que al ser llamado a esa habitación, no es precisamente para alguna cosa cómo se mencionó de reparador, sino que debe ir a cumplir parte de su trato, sin embargo por esa razón está sumamente enojado.
¿Cumplir?
¿Qué se supone que debe cumplir si lo que organizaron provoco un terrible resultado en su amigo?
Aprieta los puños, sin duda va reclamar.
-¿Qué fue lo que ese sujeto le hizo a Saga?- Se pregunta molesto y con cierto grado de culpa.
Su rostro muestra el conflicto que también tiene consigo mismo.
-No debí haber pedido ayuda- Suspira, mientras sus pasos lo conducen hacia su destino –Primero debí haberme asegurado que era alguien bueno, no una persona que pudiera jugar con los sentimientos de Saga- Niega con la cabeza, cruzando sus brazos –Pero, tampoco me dio muchas pistas de qué ocurrió-
La vista se clava hacia el frente de aquellos pasillos, suspirando, mientras rememora como llego el pali azul, que no logro comprender nada en ese instante.
---Flash Back---
Mientras terminaba de acomodar aquellas prendas recién lavadas, recordando lo mejor posible como fueron las instrucciones que le dieron, se siente satisfecho y feliz, creyendo que ha ayudado mucho a su amigo en encontrar el verdadero amor, pero eso se esfumo al escucha como la puerta de la lavandería se abre de una forma débil, que provoco un rechinido.
Obviamente sacándolo de sus pensamientos, imaginando que podría ser cualquiera, menos Saga, y eso también sería un problema, solo esperando que no resultará ser algunos de los Acuario, si no todo podría vendría abajo.
Pero su sorpresa fue grande, cuando ve a su amigo, con el rostro lleno de lágrimas, cabizbajo, apretando los labios para no soltar los sollozos de un corazón confundido y demasiado agobiado por la mente torturada.
Los ojos verdes se sorprenden por esto, dejando todo lo que estaba haciendo, para acercarse de inmediato al recién llegado, que solo deja que la puerta se cierra detrás.
-¡¡¡¿SAGA?!!! ¡¡¡¿QUÉ PASA?!!!- Mil cosas se imagina, pero no las logra comprender del todo en ese instante.
-Mu, lo que hiciste…- Las palabras que pronuncia entendiendo que esto fue un plan en donde participó su joven amigo, pero entendiendo que lo más seguro es que su inocencia no le permitió ver más allá de lo que existía –No debiste aceptar…-
Niega con la cabeza, intentando sujetar las manos del peli azul, para calmarlo y poder comprender todo -¿De que estas hablando? ¿Qué paso?- Se supone que nada malo debió pasar -¿Acaso intento hacerte algo malo? Yo, lo siento… No creí…- Su angustia se revela, pensando que se equivocó en confiar en ellos, y obvio si apenas tiene pocos días de conocerlos, pero sentía sincero al hombre de corbata roja.
Tal vez fueron sus pensamientos, causándole un gran daño, el terror psicológico vivido desde niño, y que no se ha acabado, el hecho de no creerse merecedor de ningún amor, el haber huido, el miedo de confiar, todo le está cobrando terrible factura ahora.
Aprieta sus manos en puño, arrebatando sus manos, queriendo que el pelilila se callé, no está para nada de buen humor para estar hablando del tema.
No quiere hacerlo, pues solo sería evidente y obvio para él, que jugaron con sus sentimientos, aunque no ha pasado mucho…
Era mejor darse cuenta ahora, antes de que estos sentimientos crezcan.
-¡¡¡NO CONFÍES EN PERSONAS AMIGAS DE LOS ACUARIO!!! ¡¡¡ELLOS SON EXPERTOS EN JUGAR CONTIGO, HACERTE DAÑO!!!- Le grita al menor sin importar que este sea de igual forma una víctima de todo este lio.
-¿Qué?- Retrocede unos pasos hacia atrás, poniendo una de sus mano delante, frunciendo el ceño de sus peculiares cejas -¿Qué pasó? ¿Qué sucede?- Pregunta de nueva cuenta, pues esto lo confunde mayormente.
-¡¡¡SOLO TE ENGAÑARON!!! ¡¡¡QUERÍAN QUE ESE IMBÉCIL ME ENAMORARA, JUGARA CONMIGO Y ME DEJARA PEOR…!!!- Rápido saca conclusiones que ni por equivocación podrían ser ciertas, pero es lo que su mente dañada y corazón comprenden -¡¡¡TE UTILIZARON PARA LLEGAR A MÍ!!! ¡¡¡NO DEBES CONFIAR EN ELLOS, SOLO DESEAN HACER DAÑO…!!!- Se detiene en seco, deja que las lágrimas escapen, por más erróneo que este, es un terrible dolor que sus sentimientos que apenas se estaban dando, resultaran ser una farsa a cómo cree.
-¿Saga?- No sabe que decirle, pero en su pensar no puede ser posible –Tal vez sea un malentendido…- Niega con la cabeza, mirando hacia bajo buscando las palabras correctas, para alzar su vista –No creo que sea una mala persona, él me dijo…-
-¡¡¡LO QUE TE DIJERA NO ES CIERTO!!!- Deja que sus lágrimas escapen junto al enojo que siente por sí mismo, por haberse creído por un segundo que pudiera ser amado por alguien –Jamás… Lo será…-
Le duele, le lastima tanto decir esas palabras, sentirse de esa forma tan impotente, poca cosa para que alguien lo quiera.
-Pero, saga… Aioros, sé que…- No puede creer que lo que logro ver en esos ojos verde oscuros, eran mentiras, podía notar que poseen cariño y algo más por el peli azul, sus acciones no eran solo guiadas por simples deseos impuros o por conveniencia –Él te quiere… Escúchame…- Ruega con mucha duda en decir sus palabras, pues ahora algo le resuene en su mente con esto, que su amigo parece creer.
-¡¡¡NO!!! ¡¡¡NO DIGAS NADA, POR FAVOR!!!- Los gritos desesperados por parte del peli azul, van influenciados por todos los tormentos, no quiere herir a su amigo, pero no puede aguantar más.
-Saga, por todos los cielos… Escúchame- Riega con timidez, preocupación y culpa ahora.
Esto no debió ocurrir al contrario, se supone que era algo bueno y lindo lo que planearon, se suponía que debió ser solo para conocerse, solo eso, nada más…
Y en vez de eso solo sirvió para hacer que el sufrido Saga demostrará su angustia y desconfianza de que cualquier muestra de afecto es fingido
Debió prevenirlo, si tardo mucho en ganarse su confianza, sino fuera porque en cierta forma están conectados por el papá del pelilila, posiblemente hubiera rechazado su amistad, sin contar que las buenas acciones del chef principal, al principio fueron tomadas con gran desconfianza, y poco a poco logara al menos que sonriera el de ojos Viridian y comiera un poco más.
Tal vez primero debió pasar más tiempo inspeccionando, pero se dejó llevar por la emoción de que su amigo fuera feliz, pensando que ese castaño fuera parte de su facilidad y el ayudar a encontrar una solución al infierno que ha vivido.
Pensó demasiado positivamente, se dejó llevar por un sentimiento que ha deseado algún día experimentar, creyendo que todas las parejas pueden llegar a ser tan lindas y sinceras como la relación que sus padres aun llevan.
-Yo… Lo siento… Pero creo que si…-
-Déjame solo- Responde, ocultando su rostro detrás de su fleco, sintiéndose derrotado por haber pensado que la felicidad llegaría algún día.
-Espera…-
-Por favor…- Suplica, sin querer ver al pelilila, quería dejar que sus lágrimas cayeran en completa soledad, no desea seguir siendo observado por alguien en su vulnerabilidad.
Mu, deja escapar un suspiro, sabe que en estos momentos mientras más necio sea para no alejarse de él e intentar ayudarlo, será peor para la psique de su amigo.
No tuvo más que por esa noche retirarse, dejar en completa soledad a su amigo, entiende que era lo mejor que podría hacer.
Sin embargo al momento de salir de aquel lugar, habiéndole ayudado bastante por la carga de trabajo, al cerrar aquella puerta antigua, escuchó como su amigo se derrumbó en el suelo, dejando escapar fuertes sollozos acompañados del llanto, culpándose por haber confiado en alguien.
Este fue el instante que tomo su decisión el pelilila, que al día siguiente sin importar que, iría de inmediato a buscar respuestas y de paso reclamar por cualquier daño que le ha hecho a su amigo.
Es fuerte para defender a sus amigos, aunque se pueda meter en problemas, pero no desea causarle daño al peli azul Jamás.
---Fin del Flash Back---
Estando en sus pensamientos como un recordatorio de lo que debía hacer el día de hoy.
Llega a esa puerta que marca el número cuatro, frunce el ceño, sabe perfectamente lo primero que hará…
Cuestionará a Aioria, y después buscara de una vez a ese tal Aioros, para que le explique qué fue lo que le hizo a su amigo.
Pues esta angustiado por no haberlo visto este día, ni siquiera había ido a probar bocado, tantas cosas desea entender, pero ni por azares del destino puede saber ahora mismo.
Su mano izquierda toca con cierta fuerza la puerta.
-Servicio de reparación- Habla molestó, se nota en ese tono, como en su delicado rostro.
No tarda más que unos pocos segundos, para que dicha puerta grabada con un número cuatro en una pequeña plaquita de metal, se abra.
Para dejar de inmediato ver a un joven de la misma edad que el pelilila, con un semblante también molestó, que lo mira con enojo.
-¡¡¡¿ME PUEDES EXPLICAR, QUE HIZO TU IMBÉCIL AMIGO PARA CAUSAR QUE MI HERMANO ESTE TODO AMAGADA HOY?!!!- Aioros pregunta con nada de tacto aquello, molestó porque también existen consecuencias en el otro.
-¿Disculpa?- Pregunta con enojo el pelilila.
-¡¡¡NO!!! ¡¡¡NINGUNA “¿DISCULPA?”!!!- Niega con la cabeza, poniendo sus manos en las caderas, enojado, una pose de digno se proyecta en su semblante -¡¡¡ALGO LE HICIERON PARA QUE ESTE TODO SERIO Y SIN DECIR NI UNA PALABRA!!!-
-¡¡¡A MÍ NO ME VAS A ESTAR GRITANDO!!!- También tiene boca para defenderse y a los suyos, sin importarle que sea un huésped, cuando se meten con sus amigos saca sus colmillos y es de temer -¡¡¡TU HERMANO LE HIZO ALGO A SAGA, QUE LO HIZO LLORAR AYER!!!- Se posiciona firma delante del castaño claro, cruzado de brazos, mirándolo desafiante.
-¿Como que lo hizo llorar?- Frunce el ceño, no comprende que pasa, pues, el otro ni palabra alguna le dirigió cuando volvió de la supuesta cita que seguro termino en fracaso.
-Como lo estas oyendo- Un porte serio y severo se nota en el reparador de todo lo posible en ese hotel –¡¡¡Y QUIERO UNA MALDITA EXPLICACIÓN!!!- Se acerca invadiendo el espacio personal del otro, con una gran furia en su semblante delicado -¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE LE HIZO?!!!-
Aioria no puede entender absolutamente nada, su hermano no le ha hablado, solo lo nota demasiado serio, pensativo, hasta se podría decir ausente, pero con el ceño fruncido, que le hace tener un aire parecido al padre de ambos cuando está concentrado en algo.
Sabe que en esos momentos es mejor no decir nada, mucho menos importunarlo, pero sí que le hace pensar que algo tiene que ver con Saga.
Mira serio el pasillo por ambos lados, para verificar si no han llamado la atención y sin importar ninguna protesta, jala al de cabellos lilas para dentro de la habitación y así cerrarla de golpe.
Tendrían una conversación en privado, aprovechando que los padres del castaño claro no están y Aioros está dando algunas vueltas y leyendo en la sala común de aquella habitación, que les da algo de tranquilidad.
Desconcertado el de piel nívea, pero en cierta forma ya está acostumbrado a ser a veces jaloneado por este chico.
Al estar solos en esa habitación que principalmente está condicionada para las prácticas de videojuegos que tendrían en ese día, justo a esa hora.
-Explícame bien, ¿Qué fue lo que paso?- Confundido y desconcertado el menor de aquella familia invitada, mirando serio al de cejas curiosas.
-Lo que te he dicho- Cruzado de brazos, dejando de lado sus herramientas que alcanzo a tomar del suelo, cuando estaba en la conversación a puertas abiertas.
No tardo mucho para contarle la versión de los hechos que el pelilila tiene, claramente relatándole como volvió de aquella “Cita” que término siendo un fracaso, frunciendo el ceño, mirándolo desafiante ante esto.
-Oye, Aioros, jamás le haría nada malo, ni le propondría algo grosero- Defiende desde luego al de corbata roja.
-Entonces, ¿Dime que paso?- Le pregunta, olvidándose por completó que debe mantener respeto con los huéspedes, aunque este le dijo que podría hablarle como amigos, cosa que es algo que le hace falta al castaño claro.
Suspira, con un ceño malhumoro, pero igualmente preocupado.
Sabe que algo muy malo debió ocurrir para que ambos implicados en la cita estuvieran así de dañados ahora…
Y es mejor intenta averiguarlo, aunque teme desde luego que sea algo sumamente malo que haga sufrir a su hermano mayor.
-Escucha Mu, no sé con exactitud qué está pasando, mi hermano llego anoche algo tarde, creí que estaba con tu amigo, pasando una buena noche- Hace un ligero puchero de molestia, observando hacia el techo como intentando recodar algo mas –Luego, le pregunté ¿Cómo le fue? Y me ignoró olímpicamente- Alza sus brazos molestos, para observar de nuevo al pelilila –Y desde entonces, no me ha dicho nada, solo saluda en automático, incluso en el almuerzo estuvo todo serio, algo raro que le pareció a nuestros padres, pero... No dijo que estuviera mal-
-¿Tus padres no lo cuestionaron?- Curioso en este ámbito ahora.
-Saben que cuando está concentrado en algo, debe ser por alguna buena razón, si pasa unas cuantas horas está bien, pero si es todo un día completó, es cuando empiezan a interrogarlo y allí sí, sálvese quien pueda con sus averiguaciones- Suspira con molestia, pues sus progenitores les dan espacio a ambos, pero no tanto al grado de ignorarlos cuando el malestar se les nota en sus ojos por mucho tiempo.
-Pues eso no explica mucho- Cruzado de brazos, suspira decaído el joven de rasgos delicados.
-Tú has dicho que Saga menciono a la familia Acuario, la que nos invitó- Entrecierra los ojos, entiendo de a poco lo que significa esto -¿Qué quiso decir con ellos?-
-Creo que te has dado cuenta que no son personas…- Es discreto en no decir alguna mala palabra o grosería –Agradables a veces-
-Ja, ¿Bromeas?- Le causa cierta gracia esto –Mi padre no le agradan mucho, solo acepto para tener buenas relaciones publicas y por qué mi papá es demasiado cortes-
-¿Saben por qué los invitaron aquí?- Curioso es su cuestionamiento, aunque se lo logra imaginar en cierta forma, por la conversación que espió sin querer cuando Degel molestó a Saga.
-Padre dice que lo más probable es que quieran involucrarnos a nosotros con sus hijos- Molestó se cruza de brazos, algo sonrojado –Nuestros padres jamás aceptarían un matrimonio arreglado así como así, pero los Acuario deben pensar que si convivimos con sus hijos, posiblemente nos enamoremos y esas boberías- Le parece sumamente asqueroso ese hecho y más por que ayer tuvo un encuentro con alguien de un carácter demasiado serio en contraste al suyo.
Posa su mano sobre su mentón, entrecerrando sus ojos, asintiendo con mayor entendimiento a este suceso.
-Tal vez por eso… Degel le dijo esas cosas terribles a Saga la otra vez- No se lo dudo ni un segundo, declaró con una afirmación severa, pero a una voz capaz de ser escuchada no solo por quien está en ese lugar con él.
Aioria mira atento al otro, con un semblante juicioso, más que nada por la curiosidad de esas palabras -¿Qué cosas terribles?-
-No, nada…- Niega con rapidez, hablo de más, pero no sabe si es correcto está hablando de esos problemas con un desconocido, y más porque no son suyos.
Indignado por no darle la información que tiene, que de hecho bien podría ayudarle a comprender la situación tan bizarra en la que se encuentra su hermano mayor –Oye, estamos juntos en esto, debes decirme cualquier cosa que pueda afectar a la ayuda de mi hermano con tu amigo-
-En estos momentos, no creo que sea conveniente juntarlos- Habla firme y temeroso, con sus puños delante de su pecho y su semblante culposo –Tal vez, me entusiasme demasiado y no fui capaz de pensar primero en el bienestar emocional de Saga, así que… Por ahora será mejor dejarlo así- No le gustaba esa idea, pero es lo que cree correcto y mejor para el peli azul.
-¿Pero qué?- Ahora si no lo entiende.
Primero le pidió con entusiasmo ayudar a los dos jóvenes hombres enamorados, en que ambos tienen una relación estrecha y ahora le pide que es mejor no hacer ningún movimiento por ayudarlos.
-Créeme, es lo mejor…- Su suplica es baja, avergonzado por haber actuado antes de pesar correctamente.
Debió darse cuenta de que su amigo no está del todo bien, que desconfiaría de los extraños, eso lo debió analizar muy bien, pero… Se dejó guiar por su deseo de ser cupido y ayudar a que un amigo sea feliz.
Lamenta haberse tomado atribuciones que no debió, por eso ahora quiere hacer las cosas bien, aunque… Sera difícil que Saga se quite esos miedos, comprende la situación, no era nuevo en la materia, por eso se siente de lo peor por haber cometido un terrible error, sin tomar en cuenta las secuelas psicológicas que posee el peli azul.
-¿Cómo que lo mejor?- Le cuestiona molestó el joven –Escucha Mu, Aioros está todo serio, preguntándose ¿Qué hizo mal? Y tu amigo está llorando quién sabe dónde- Se acerca para amenazarlo, pues tampoco quiere dejar a su suerte a su hermano mayor –Me dirás ahora mismo que ocurre, sino quieres que exista un problema entre los dos- Es amenazante, sin duda también sabe defender a los suyos.
-No tengo que porque contarte nada a ti, es algo que solo incumbe a Saga- Frunce el ceño, no se dejara intimidar por nada del mundo –El hecho de su temor y preocupación es algo que no puedo hablar libremente con cualquiera…-
No se supo en que momento, en que instante sucedió, pero el joven hombre de corbata roja, vuelve a ese lugar que comparte con su hermano menor, habiendo estado en su propia burbuja analizando cada cosa necesaria, para ver que hizo mal.
Y justamente la persona que podría darle una resolución de problemas, está aquí, aquella con la que quería hablar, pero primero debía intentar tener todo en orden para un entendimiento correcto, pues si lo hubiera visto anoche después de aquel desastre, su comportamiento habría sido desesperado y lo habría asustado.
Pero en este instante está tranquilo, pero muy decidido a saber la verdad.
-Puede que para Saga yo se aún desconocido o un cualquiera y no sea digno de estar a su lado, pero sus palabras, pero… Para mí, él es muy importante- Las palabras salen sin permiso alguno de la boca del de ojos verde oscuros, mirando a ambos jovencitos.
-¿Aioros?- El menor de la familia mira curioso al mayor, notando que estuvo derramando algunas lágrimas y enojado a la vez.
-Yo…- No sabe cómo responderle al que acaba de integrarse a esta conversación, pues a su parecer… Ninguno de los dos tienen culpa alguna, sino con víctimas de las circunstancias de la vida –Lo siento señor… Pero…- Guarda cierto respeto por la diferencia de edades y el hecho de ser un huésped importante.
-Por favor- Cabizbajo se acerca a ambos, principalmente enfrente del pelilila, es una súplica lo que se presenta, pues… Su corazón no pude soportar estar alejado de quien ama, no saber qué le pasa y sin poder ayudarlo también –Dime, ¿Qué pasa con Saga? ¿Qué le ocurre? ¿Qué le han hecho?- Podría estar rogando información, pero su semblante se endurece por entender y comprender quien le ha hecho daño a ese grado a quien ama con todo el corazón.
Aioros sería capaz de acabarlos sin piedad, hacer pagar a cualquiera por cada lágrima que ha derramado el peli azul.
El menor de cabellos lilas, se queda asombrado por como ese rostro le da miedo y confianza a la vez, como si lograra entender que esta persona sacrificaría lo que fuera con tal de proteger al peli azul y…
¿No se supone que eso es el amor?
Cuidarse de todo mal posible entre ambos.