Por su parte, Mu seguía atento a su trabajo, dándole algo de risa la conversación que ambos chicos mantienen, claramente sin audífonos, de hecho los gritos se escuchan perfectamente a todo volumen, mas por parte del castaño claro.
La parece curiosa como alguno se preocupan por cosas bastante sencillas a su parecer, pero claro habla desde su punto de vista, en donde es un poco más difícil su vida, pero al menos esta en paz y tranquilo.
El tiempo transcurre, y es algo complejo reparar este aire acondicionado, no le hacía falta una limpieza minuciosa, ya que lo había hecho antes de que fuera ocupada la habitación, pero sí que, la advertencia que les dio se cumplió, el cableado debía ser cambiado.
Aun así, Mu no era ningún novato en la materia y sabe perfectamente que hacer, lo cual le propino el resultado deseado de antemano, pero debía verificar que no se volviera a estropear.
-Tsk, como sea don señor Amargado- Sigue con su cólera por el comportamiento del rubio, que no lo entiende del todo –Debemos buscar a alguien más para la competencia y tú no estás ayudando en lo más mínimo- Esto era un tema más importante para Aioria.
Lamentando que su vista de aquella habitación griega, le impida por completo poder ver al de cabellos lilas, que le pareció un completo sueño.
Haciéndolo recordar historias de su país, en donde el amor fue un tema principal.
Cosa rara, ya que usualmente cuando sus padres se demostraban ese tipo de afecto, no le incomodaba en lo más mínimo, pero si le parecía algo que nunca haría por nadie, pues en sus dieciocho años de vida, jamás se había sentido algo parecido.
Creyendo que eso nunca ocurrirá en su vida y ahora…
Resulta que se ha enamorado de un joven, que se encuentra en un país algo alejado del propio, a primera vista virtual como se podría decir, y dándose cuenta que ese chico ni se fijó en él, ni por error.
Estaba ya pensando en mil cosas posibles entre ambos, conversaciones, salidas, citas, meditación, compartir gustos, todo lo que una pareja de novios podían poseer.
Aunque sí que parece irse completamente a los extremos a solo tener minutos de “Conocer” a alguien, y que ni siquiera sabe más allá de su apariencia por ese instante y el nombre que se lo dijo a su mejor amigo.
Su mente y corazón reclaman la atención del pelilila, y no puede decir nada, pues… Solo al verlo se ha quedado mudo y rojo, además que no desea que Aioria se entere en lo más mínimo, sino la burla que recebaría seria demencial.
Por lo cual, debe estar más atento a responder de forma tranquila y coherente a lo que el Griego le cuestiona, aunque prefería ver a alguien más y tener una conversación con él, aunque sus palabras no podrían salir así de fácil.
-¿Por qué no le pides a tu hermano que te ayude?- Le dice sin muchas ganas, mientras su color de mejillas parece calmarse un poco.
-Aioros no puede competir, ya sobrepasa la edad mínima- Le responde con un tono de fastidio, girando los ojos, mientras sube los pies a la silla para cruzarlas como al estilo de flor de loto, pero nada para meditar de por medio.
Al escuchar ese nombre, al pelilila se le hace conocido, pues lo escucho hace unos instantes, cuando Degel llamo así al castaño interesado en su gran amigo, aunque no reaccionaria así de la nada, debía estar seguro.
Aunque bien le pudiera dar una idea, por el nombre del castaño claro en la habitación y similitud, que no pasó por alto, pero tampoco era normal que fueras por la vida, notando coincidencias así, de personas que tú ni conoces, solo por terceros.
La mirada azulada se olvida, pues cierra sus parpados, para suspirar en señal de desesperó, negando con la cabeza –Me refiero a que tal vez conozca a alguien que pueda ayudarnos en esto que tanto quieres- Le responde sin más, pues se nota que su amigo no es el máximo genio de entre ambos.
-Ya lo había pensado- Le reclama con un tono de molestia, girando los ojos, cruzando sus brazos delante de su pecho, y echándose para tras en el respaldo de la silla –Pero ahora está demasiado interesado en encontrar a alguien llamado Saga- Alza su mano, ayudándole a enfatizar sus palabras –Ayer que se quedó atorado en la azotea, por su gran orientación, encontró a alguien que denomino un “Ángel” de cabellos azules y…- Carraspea en señal de furia y descontento –Pero, si es que se la pasó toda la noche hablando de esa persona y no me dejo dormir bien-
Desde el momento que escucho, que la persona quién lo llamo, pronuncio el nombre del peli azul, noto que la vida podía ser bastante curiosa en más de un sentido, y que exactamente llegar hasta la habitación que al parecer comparten el chico que está dispuesto a enfrentar a quienes sean por su mejor amigo, es algo que lo ha dejado atónito.
Y más, que había prometido ayudar a Saga a que tuviera algún tipo de felicidad, más allá de solo el sufrimiento que ha tenido que llevar a cuestas en este mundo injusto.
Si no fuera porque estaba bien sujeto a la escalera plegable que lleva, y que sin duda es segura, ya se hubiera caído de la gran impresión que se llevó.
Solo se cuestionaba si era prudente ir directamente a hablar con el castaño claro e idear algún plan junto con él, para que Saga y el hermano mayor de este estén juntos.
Aunque prefirió que no, ya que sin duda se nota molesto por este hecho.
Sin embargo estará atento, puede que las personas cambien de ideas de repente.
-¿Se enamoró tan rápido?- La pregunta sin duda sobra, cuando en efecto también presenta la misma condición, con la diferencia que al menos Aioros conoce en persona a quien robo su corazón, no como él.
-Si…- Respondió en un resoplo, sin mayor interés.
-Suenas como si fueras un hermano menor celoso- Le contesta de inmediato, con un tono de desaprobación por el comportamiento de su amigo.
-No me malentiendas- Rápidamente Aioria le pone su protesta en claro –No me molesta o me desagrada que se enamoré, al contrario, creo que es algo bueno para él, siempre ha estado con la idea de algún día encontrar ese “Alguien especial”- Su rostro de completó asco, pues el amor no es un tema que le agrade –Bastante cursi a mi opinión, pero para mí hermano funciona y si es feliz yo igual, solo que quisiera que no me estuviera despertando con sus suspiros y platicándome como mil veces su encuentro-
-¿Alguien especial?- Esas palabras resuenen en su mente como en su viva voz en un susurro, pues era lo que acaba de ocurrir.
-Sí, si quiere a esa persona, perfecto, le deseo suerte que le corresponda y lo haga feliz, solo que no me despierten en la madrugada, y me dejen jugar en santa paz y yo no me meto en nada además que…- No logro continuar, cuando sintió como alguien se acercó con un entusiasmo que se podía percibir desde lejos.
-¿Serias capaz de ayudarlos?- La sonrisa de Mu, sus manos juntas como en una petición, el rostro de este joven enmarca una curiosidad plena.
Aunque pareciera que es tan sigiloso, que ni siquiera se percató el chico de la silla, que se acercó sin hacer mayor ruido.
Claro que el castaño claro, se asustó un tanto, dando un ligero salto en su propia silla de sorpresa, abriendo bien sus ojos verde oscuro, sin saber que responderle al otro.
-¿Eh?- Es lo único que sale de sus laidos por la cercanía no pedida, y la pregunta más rara.
Mirando con cierta duda al pelilila, pues no le parece normal que alguien se acerque así a un desconocido.
Aunque alguien más aprovecha para poder apreciar esa hermosa belleza que le roba los latidos, mas debe ser discreto si no quiere verse delatado.
-Oh- Se sorprende algo por lo que ha hecho, retrocediendo unos pasos, pues sabe que su comportamiento no ha sido para nada apropiado, al contario se da cuenta que a echo una imprudencia al haberse acercado de esa forma a este castaño, pero le ganaron las ganas de ayudar a Saga, sus acciones pueden dejar mucho que desear, pero tiene el corazón donde debe –Lo siento- Menciona esto con la mirada algo baja y rojo de la pena –Es solo que… Bueno, escuche lo que hablaba con su amigo y…- Señala con las manos hacia la laptop, sin ver la pantalla del todo –Yo conozco de quien hablan y…-
Aioria entre la confusión por lo que escucha, no se indigna por ser espiado, es lógico que sus palabras resonaran en la habitación, pero… Que de repente alguien se entrometa de esa forma, sí que le parece algo de mal gusto, pero lo dejara hablar.
-Su hermano, ¿De verdad está interesado en Saga?- Primero quiere saber si el camino por donde desea ayudar al peli azul sería uno donde lo recibirían con amor verdadero, no con el interés de una sola noche.
-Sabes, es muy raro hablar de algo como esto- Le responde mirándolo de mala gana ahora, confundido y sin saber que responder, pero si a la defensiva ahora –Solo te puedo decir, que Aioros está muy interesado en devolver una identificación que se le perdió a tu amigo, si está interesado en él o no de otra forma, yo soy la persona menos indicada para decirlo-
Al parecer no recuerda en lo más mínimo las palabras que compartió con el rubio, pero es normal tomar precauciones, tienden a ser desconfiado a veces con las cercanías repentinas, además que esté interesado de la nada en lo que hablo, no le genera confianza alguna.
-Oh, bueno… Es que… Saga igual busca su gafete, y… Creo que si su hermano Aioros le gusta mi amigo, puede que sería lindo ayudarlos ¿No cree?- Va directo al grano, dándose cuenta en el proceso que esta posiblemente cometiendo un terrible error, pues la cara del otro, no parece darle buena señal.
-Yo no me meto en esas cosas- Rápidamente contesta, con un tono serio y ceño fruncido –Además, si ya terminarte de reparar el aire acondicionado- Se da cuenta de este hecho porque su habitación está ahora fresca –Puedes retirarte- Su tono condescendiente lo evidencia, que su amabilidad se fue por la intromisión de temas ajenos a su conocimiento, de parte del pelilila.
-¡¡¡AIORIA!!! ¡¡¡NO SEAS MALEDUCADO!!!- El regaño de inmediato viene de la computadora, con un rubio bastante enojado, por la forma en que el castaño claro le hablo al pelilila, pues la parecía bastante descortés de su parte, aunque más habla su recién descubierto sentimiento romántico que otra cosa.
-¡¡¡BUENO!!! ¡¡¡¿A TI QUE MÁS TE DA?!!!- Le responde enojado a su propia pantalla, con el ceño fruncido, escuchar de nuevo que le griten es algo que no lo soportará.
-¡¡¡NO DEBES SER UN GROSERO CON LAS PERSONAS!!!- Su réplica más grande, pues detestaba a las personas que a veces tienden a ser de esa manera y su mejor amigo es mucho de esos comportamientos de repente, aunque no fuera con mala intención en ocasiones.
-¡¡¡PERO ES VERDAD, YO NO SÉ QUÉ SIENTA AIOROS POR ESA PERSONA!!!- Rápidamente le responde con otra alzada de voz.
Al ver esto, Mu entiende que cometió un error muy grande, al meterse en temas ajenos, comprende que es su culpa por hablar de más y no tomar en cuenta que se ha entrometido en asuntos de uno de los huéspedes, además que la conversación era entre dos personas.
Debió tomar en cuenta esto, antes de siquiera abrir su boca, cualquiera se enfadaría con él si estuviera hablando de más y al grado de invadir el espacio personal de alguien.
Pero solo se había emocionado porque estuviera justamente en el lugar correcto, para ayudar al peli azul, y más por las escenas que antes había contemplado.
Está decidido a ayudar a Saga y a ese hombre castaño de nombre Aioros, pero al parecer estará solo en esto, creyó encontrar un aliado, pero en menos de unos minuto lo ha perdido…
Ahora avergonzando, dándose cuenta que alguien más se ha metido para defenderlo, y esto le agrega más culpa a su vida, decide mejor guardar sus cosas, para retirarse de la habitación algo cabizbajo, deseando poder decir algo para reparar su error, y de paso, que dos amigos no discutan por su causa, pero no sabe ni que palabras sean prudentes para esto.
Aun así, hablara de forma apropia para cuando se deba retirar, ahora derrotado pero igualmente con su idea de ayudar aunque sea él solo a Saga.
-Com…- Estando a nada de hablar, la puerta se abre de golpe.
Haciendo un ligero estruendo que llama la atención de los dos allí presentes físico y al de manera virtual.
Aunque lo único que logran apreciar, son un montón de rosas azules, sin duda un gran ramo, que deja a todos sin palabras, y con los ojos bien abierto.
No es nada normal ver esto repentinamente.
Pero la voz de alguien conocido se hace escuchar y se demuestra quién es.
-Hola hermanito- Su tono asemeja a como si cantara, su alegría es inmensa a lo que se apreciar, los ojos brillan, y los suspiros no se dejan de lado –Oh, parece que estás hablando con Shaka y- Mira al pelilila -¿Hiciste un nuevo amigo? Que lindos- Le alegra enormemente que el menor este siendo más sociable, aunque por su ensoñamiento ve todo color de rosa.
-¿Aioros? ¿Estás bien?- Le pregunta con duda, sin levantarse de la silla pero si haberse girado con ella –Pareces más loco de lo normal-
-¿De qué hablas?- Le pregunta sin dejar su sonrisa de lado y caminando para adentrarse en la habitación, con el enorme ramo entre sus manos, tarareando una canción, y ver que un sin fin de corazones se forman en la atmosfera de quien porta una corbata roja –¿No crees que la vida es sumamente hermosa?- Pregunta esto como si nada, sonriente –Los dejare solos para que sigan hablando, debo ir a buscar un florero para estas pequeñas…- Su tono sigue siendo meloso, cariñosos y hasta cursi, todo eso representa Aioros en este instante.
Dejando a los tres más jóvenes de edades similares, bastante extrañados, admirando como el castaño oscuro se va a la habitación contigua a buscar lo que necesita.
Solo para dejarlos a estos convivir, pues está más interesado en esas rosa azules que compro.
Tal vez por eso, se tardó mucho más en llegar a su habitación al despedirse de Saga y el desagradable de Degel.
Apenas si la puerta del espacio contiguo se cerró, dejando a los dos pares de ojos verdes de diferente tono confundidos, mirando por donde se fue el otro.
Mu sin saber que decir, pero que sin duda le queda en claro que este hombre está más que interesado en Saga, lo podía notar por esa expresión de amor genuino, que muchas veces ha visto en dos personas muy importantes para él y que no negara que el peli azul, también tiene mucho que afrontar ahora, pues no le es indiferente, lo puede ver.
Con esta nueva muestra de cariño, el pelilila está más decidido a actuar, y lo intentara hacer por su cuenta, aunque el tomara mucho trabajo, pero por un amigo hará lo que sea.
Pero antes de siquiera dar un paso hacia su destino que es la puerta, una voz lo detiene, con una propuesta rara de su parte.
-¿Qué es lo que se te ocurre?- Pregunta el castaño claro con cierta decisión en su tono, y dándose cuenta que las señales son evidentes y que desde la noche se dio cuenta de esto, salvó que creía que era muy pronto.
-¿Cómo dice?- Pregunta, con la educación que siempre proyecta ante un huésped, aunque le pida hablar de tú.
-¿Qué tienes de plan para juntar a tu amigo, con mi loco hermano?- Niega con la cabeza y cierra sus ojos –No puedo creerlo, si está enamorado de verdad- Su hablar es de sorpresa y vergüenza.
-¿De verdad ayudaras?- Las esmeraldas se iluminan de par en par, dejando sus cosas de lado, para acercarse al otro, con una gentil sonrisa.
-Claro, Aioros necesitara toda la ayuda posible, pero…- Una duda salta en su mente, sin malicia, solo para seguir la conversación e iniciar el plan que tenga el de cabellos lilas -¿Tu amigo si sabe en que se mete al momento de aceptar a un loco de amor como mi hermano?-
-¿A qué te refieres?- Curioso y preocupado que sea una mala persona.
-Si ese tal Saga, quiere ser algo más que un amigo de mi hermano, debe entender que es del tipo de personas que no te dejara en paz jamás, estará a su lado siempre, se volverá demasiado meloso, molesto, atosigador, y creo que no lo dejara ir por nada del mundo- No se sabe si son halagos o defectos en este momento, pero habla por que no es de las personas que gusten de este comportamiento.
Pero al escuchar eso de parte de alguien tan cercano a ese joven hombre que se nota ser bueno, y atento, lo ve como una excelente señal, algo que Mu toma como la perfecta luz verde en que Aioros no dañaría el corazón de su mejor amigo y le podría ayudar en muchos aspectos de su vida.
Tal vez no esperar a que recupere el hotel, pero sí en que su entorno deje de ser tan cruel y se dé cuenta que existe más en la vida que la soledad que el solo se quiere auto imponer.
-Creo que lo puede manejar bastante bien- Sonríe sin siquiera pensarlo, mirando atentamente al castaño que es ligeramente más alto que él, pero que al menos le alegra mucho que cambiará de opinión con respecto a este tema y decidiera ayudarlos.
-Bien- Rueda sus ojos, esta aun conflictuado por esto, pero no va a negar que es algo agradable ver a su hermano tan feliz, aunque ya se imagina que por su melosidad, no lo dejara tranquilo esta noche, le hablara de ese tal Saga, que primero desea conocer -¿Qué propones?- Habla, girando su vista al frente y ver que su amigo aún sigue en línea, se le había olvidado por un instante.
-Podemos organizar una agradable cita entre ambos, para que se conozcan primero y puedan tener una conversación, que nadie los moleste obvio- La idea de Mu es sencilla, pero sabe que tendrá unos buenos obstáculos de por medio.
La propuesta no está mal, de hecho es muy normal, la cuestión era organizarla, y por raro que parezca Aioria esta disputó a ayudar, aunque lo haga alejarse de sus videojuegos unas cuantas horas, pero lo intentará.
Aunque ante se seguir, pensaría despedirse de Shaka, para seguir la conversación y no aburrirlo con temas que sabe que no le importan, sin embargo apenas sus ojos verdes oscuros se posan en la pantalla.
Nota como los zafiros miran fijamente al pelilila que está detrás de él, aun hablando de las posibilidades y más opciones de una linda cita.
Ahora sí, no le tomara años saber que está pasando, pero si sorprendiéndose un tanto, pues esos ojos de idiota enamorado los está conociendo muy bien y al parecer el rubio amigo suyo está perdiendo la batalla de la coherencia.
No dijo nada en voz alta hasta el momento, pero no hacía falta, usara esto de una forma que le beneficiara y hará una pequeña venganza a rubio sin duda.
La sonrisa de malicia se dibuja en su rostro, mostrando sus dientes y solo el conociendo un segundo plan para otra situación.
Y el chico de mantenimiento, aun no se da cuenta en absolutamente nada de quien lo ve, pues está más interesado en formular ideas para ayudar a Saga y Aioros en que se puedan conocer más en un ambiente tranquilo, sin la molestia de otros.
El plan se da ahora, todo dependerá si será bien recibido.