Es curioso ahora… Pues usualmente usaba las escaleras para llegar a este punto, pero el ascensor sin duda marca una mejor opción… Aunque sabía que sería un terrible problema para bajar todo, y que los huéspedes no se enojen por llevar tantas cosas.
A veces muchos son así. Esos son los pequeños pensamiento del peli azul, mientras ha escuchado como el ascensor ha llegado a su destino y al abrirse las puertas, levanta su mirada triste, para solo apreciar algo que ni el mismo le da crédito.
Sus ojos se abren de par en par, sus pupilas se dilatan por aquellas luces, esas que desprenden las velas al estar bastantes en un solo lugar, listas para crear una hermosa atmosfera romántica.
Una mesita muy bonita arreglada, con un mantel de un tono azul marino, mas velas de color rojo, para la iluminación, contrastando con las blancas que yacen en gran parte de la azotea, mas dirigiéndose al frente del ascensor como si fuera un camino para guiar a una sola persona.
El Cielo nocturno iluminando tan precioso el ambiente, la luna es magnífica, las estrellas se ven tan perfectas, aunque… Algunas nubes parecen querer atrofiar este ambiente, pero al parecer pueden ser alejadas con facilidad, ya que no siempre significa lluvia en sí.
Y allí, junto a todo ese esplendor, en aquella azotea que lo conoció… Torpe, impulsivo, pensando cosas que no eran en si ciertas…
Preguntándose internamente que hace esta persona allí, justamente alguien que no quiere ver.
Aunque no por que en verdad su corazón quisiera eso, sus sentimientos se han vuelto difíciles de tratar para él solo.
La respiración se le hace difícil de procesar, en tan pocos segundos se encuentra justamente en aquel lugar, contemplando la sonrisa de ese castaño, que porta una corbata roja, una camisa blanca y pantalones negros, viéndose elegante, pero casual.
Mirándolo fijamente con esos ojos verde oscuros, que le provocan sentimientos extraños en su ser, que su corazón lata sin permiso, sus mejillas se sonrojen a mas no poder…
Quería escapar de allí, solo irse… No quería verlo, pues… La conversación de aquella vez… Lo que Degel le dijo…
El significado de que este joven hombre este con su familia allí, solo traería problemas a su ser, desilusiones y pensamientos aterradores, que al final se hagan realidad.
Ante los ojos Viridian, ese castaño y los suyos, junto a la maldita familia impostora, solo traería terribles dificultades a su hogar… El que alguna vez lo fue.
Sin embargo…
Unas preguntas surgen en su mente, de una manera rápida, pues todo esto pasa en cuestión de pequeños segundos.
“¿Por qué pasa esto ahora?”
“¿Por qué lo tuve que encontrar de nuevo?”
“¿Por qué mi corazón late tan fuerte?”
“¿Qué hace aquí?”
Preguntas difusas y confusas, dispersas en su mente, por el miedo y desesperación, por el odio y dolor, aquella tristeza que ha vivido desde que quedo en orfandad, obligado a hacer trabajos pesados, cuando no tenía a nadie más…
Todo para quedarse en lo que es su hogar, su herencia y patrimonio…
Se lo han quitado y al parecer, lo van a derribar por última vez…
No se lo podría permitir.
No ahora.
-Saga- Llama con aquella voz suave, endulzada por el amor sincero.
Pues algo que ese joven Griego, el cual nació en esas tierras, pero que en su mayoría ha vivido en España, las tierras natales de su padre.
Dentro del corazón de él, el amor ha surgido, es una verdad absoluta, que no va a ocultar, pues no lo hará nunca…
Es demasiado obvio en decir que de verdad se ha enamorado de ese peli azul, de una mirada tan triste que su único deseo es cambiarla a un más feliz.
Sonriente, se acerca… Desea capturarlo en sus brazos, cobijarlo con su cuerpo, para que jamás vuelva a pensar en nada malo, él sería su gran muro que lo protegería de todo mal, lo cuidara tanto, le brindaría todo lo que desee.
Si bien el dinero no sería problema, desea ganárselo de verdad, que el corazón de ese joven fuera para él y solo para amarse mutuamente.
Acariciar esos suaves y largos cabellos, besar esas mejillas, esos labios…
Solo al verlo, su rostro se vuelve demasiado obvio en el amor, torpeza evidente de que no puede dejar de sonreír, sonrojarse y querer demostrarle cuanto significa para él.
Si bien. Solo se han conocido por los pocos días que ha estado en este hotel, Aioros está sin duda decidido en aceptar que se ha enamorado del peli azul.
Que el hecho de cometer una torpeza de creer que se suicidaría, lo ayudo a conocerlo, a pensar que lo salvaría.
Aunque, puede que eso sea una realidad a futuro.
No lo piensa más, sus pasos son firmes a ir directamente por Saga, una suerte que bajara del elevador antes de que este prosiguiera a ser pedido de nueva cuenta.
Quiere acercarse a él, invitarlo a esa cena que le prometió, o más bien la salida que tendrían, decidió tomar la iniciativa con la ayuda de su hermanito y amigos de este.
¿Qué puede ser mejor, que una linda velada a solas en una azotea, con montones de velas iluminando, como el cielo nocturno en sí y algo especial?
Los alimentos solo esperan, en uno de esos carritos en donde los empleados con esa labor, usan para transportar los pedidos a la habitación de los clientes…
Sin duda es la mejor suerte tener a Mu de su lado, pues este proporciono varias cosas más, mientras la asistencia de Aioria, ayuda para varias otras cosas.
Como el hecho que sigilosamente a como pudo y arrepintiéndose a mera hora de quedarse en aquel punto, se fue por las escalares, pero no las de uso común.
Sí que este niño, puede ser catalogado como un minino, pues como uno de estos, y atravesando los arbustos, se fue para dejar a los dos en soledad.
Odiaba mucho las demostraciones públicas de afecto, algo que comparte con su padre, claro que… El Cid solo las hacía con Sísifo, pero fuera de eso detesta ver las ajenas.
El castaño claro es bastante igual, las escaleras de emergencia a un lado del hotel le sirven mucho para huir y como gato igualmente intenta entrar por alguna de las ventanas abiertas de los pasillos.
Claramente ninguno se dio cuenta, Aioros con su ensoñamiento y Saga con sus asombros y sustos.
Y volviendo con ellos…
Las cosas no parecen haber cambiado mucho.
Apenas si pudo reaccionar al notar como ese castaño se acerca a él, para retroceder rápidamente, poniendo una cara seria y ceño fruncido.
-¿Qué hace aquí?- Pregunta con cierta desconfianza.
Entiende que esto es algo extraño para su objetivo romántico, entiende que no debe ser impulsivo en decirle que lo ama, pues lo asustaría, comprende la desconfianza, así que debe hablarle con calma.
Mu le dio sus advertencias y le pidió, casi como un ruego que no se atrevería a jugar con él, pues solo le dijo algo…
“No lo lastime por favor, ya ha sufrido mucho… Si de verdad lo quiere, demuéstreselo con hechos, no palabras.”
Aquello resuena en su ser, su mente y corazón tendrán toda la paciencia del mundo, quiere conocer el dolor del peli azul, entenderlo a fondo para darle el amor que necesita.
Si debe sacarlo de este lugar, lo hará y por default lo haría sin rechistar su esposo.
Crea castillos de ilusión en su corazón, que desea cumplir.
-Estaba esperándote- Que revela con una sonrisa cálida, el sonrojo en sus mejillas, quiere ser digno se la confianza de este joven.
-¿A mí?- Frunce el ceño molesto, aunque sus mejillas lo traicionen, como su corazón -¿Por qué?- Su tono suena enojado, su mecanismo de defensa para que nada le afecte.
-Saga, ¿Recuerdas que te pedí que saliéramos?- De nuevo quiere dar un paso, acercarse a ese hermoso ser que cree ser alguien fuera de este mundo –Bueno, quiero invitarte a cenar, aquí… En donde los conocimos- Le revela sin su plan, aunque sea de los dos más jóvenes para ellos, pero se entiende que no puede decirle esto abiertamente.
Las miradas de desconcierto de Saga se presentan, muy abiertos, no entendiendo que alguien pudiera tomarse esta molestia para con él.
Su rostro lo refleja, esta incómodo, pero fascinado al mismo tiempo.
-Prepare todo lo que cenaremos- Quiere mostrar que de verdad está interesado en él.
Que si bien, jamás ha necesitado cocinar sus propios alimentos, aprendió a su gusto por preparar algo delicioso para los que quiere y el peli azul no es la excepción.
Son apenas unas cuantas palabras, formulando oraciones que causan impacto en el más delgado, no creyendo que esto esté pasando…
Pero a la vez, su mente rápidamente traerá terribles pensamientos…
Los años de tortura que ha vivido, le hacen estragos en su ser.
Extiende su mano, queriendo que de esta forma acepte.
Va algo rápido… Piensa que al parecer va a tener oportunidad de hablar, piensa en darle algún presente, pero… Llevarle las rosas sería muy exagera a palabras de su hermanito, y a concejo de Mu, era mejor que primero una cena fuera la inicial.
Así que está dando lo mejor de sí.
-¿Me permitirías pasar esta hermosa velada a tu lado?- Un cortejo notorio, inclinándose levemente ante él, extendiendo su mano, para sonreírle. Deseando que acepté su afecto o al menos le de oportunidad de su compañía.
Al ver esto, el peli azul, sigue retrocediendo, sin embargo ya pronto se quedaría sin paso para atrás…
No quiere estar siquiera cerca del castaño, lo está viendo como una amenaza, al momento de fruncir el ceño, molestó por este hecho.
Sus ojos se afilan, le duele estar con ese pensamiento, pero eso es lo que ocurre por inercia, al momento de no creer que algo tan bueno te esté ocurriendo.
-Ja, ¿Es esto ocaso parte de su treta?- Habla firme, fijándose en los verde oscuro que se desconcierta sumamente rápido.
Simplemente es algo que no piensas que te ocurra, el que alguien te amé de verdad, lo ve como algo incapaz de suceder.
-¿De que estas hablando?- Claramente esto lo confunde tanto, al grado de quedarse como un tonto mirando a quien ama.
-No se haga el inocente- Aunque este furioso y dolido por un absurdo pensamiento suyo, le habla con seriedad y respeto –¡¡¡TODO ESTO ES SOLO UNA ESTUPIDEZ PARTE DE SU PLAN, NO ME MIENTA!!!- Alza la voz por enojo inmenso y dolor en su ser.
-¿Qué?- Cada palabra que sale del peli azul, es algo que lo confunde más, no comprendiendo que dice o a que se refiere.
Solo quiere acercarse para que entienda que es lo que menos desea es engañarlo, hacerle daño, no sabe que está haciendo mal.
-Debí darme cuenta…- Lo dice con un tono de tristeza, pero su ceño fruncido es evidente -¡¡¡USTEDES SON AMIGOS DE ESA MALDITA FAMILIA, QUE…!!!- Muerde su labio inferior, apretando su puño.
Todo está pasando demasiado rápido para siquiera analizarlo con atención.
-Saga- Por mero impulso, no desea seguir con este alejamiento, sus manos toman los brazos del contrario para hacerlo que se vean directamente al rostro –No entiendo que estás diciendo, ¿A quién te estas refiriendo?- Su rostro descompuesto, no entiende absolutamente nada, pero le duele ver los Viridian ojos así de tristes.
¿Por qué ese tacto que antes desea internamente, ahora le duele tanto?
Deseara que eso así no fuera, que pudiera volverlo a sentir tan bien.
Su cuerpo tiembla por inercia, son demasiados sentimientos en una sola mente, que no parecen darle tregua.
No se detiene a averiguar, solo se aferra a lo que cree.
Teme enamorarse, en entregar su corazón, pues algo que la vida le ha enseñado es que en este mundo, muchos desearían hacerte daño sin importar que.
Si bien, tiene personas que se preocupan por él, ni siquiera con ellas, a veces desea expresar su dolor, temiendo que al final lo use en su contra.
-Como si no supiera- Se enfrenta a los ojos verde oscuros, frunciendo el ceño, apretando sus dientes, apartándose de golpe, queriendo poner toda la posible distancia entre ellos -¡¡¡USTED NO ES TAN DIFERENTE A LOS DEMÁS!!!-
Alza su voz nuevamente, su rostro molestó por aquella cena, la presencia de este joven hombre, lo que debía ser una velada hermosa, se ve arruinada por como los tormentos anteriores y temores se han apoderado del corazón de alguien quien ha sufrido tanto.
Desconcertado se presenta el castaño, su mente no entiende que ocurre, por que el peli azul esta así.
¿Qué hizo mal?
-¡¡¡ALÉJESE DE MÍ!!! ¡¡¡PUES SU ESTÚPIDA BROMA NO FUNCIONARA!!! ¡¡¡NO VOY A CAER ANTE USTEDES!!!- Pone su distancia entre ambos. Está haciendo todo el esfuerzo posible por no derramar una sola lágrima.
Puede que sea muy pronto, y que lo niegue por propia voluntad, su miedo de que todo sea una trampa, para burlarse, hacerle algo.
Es difícil para él confiar…
Y contando que Degel lo dejo bastante mal, diciéndole cosas peores, dándole a entender que este castaño, lo más probable es que juegue con él.
Sin duda esta pésimo que siquiera le crea a ese peliverde de lentes y ojos violetas que posee malicia, pero en su mente eso puede suceder.
Al final, siempre le ha hecho daño esa familia y sin duda, puede que sus amigos y otros también sean malos con él.
-¡¡¡SAGA!!!- Alza su voz, no por estar enojado, sino en un completo desconcierto, preocupado por la reacción del peli azul, queriendo entender que le ocurre -¡¡¡LO QUE SIENTO NO ES UNA BROMA!!! ¡¡¡DE VERDAD ME HE ENAMORADO DE TI!!!- No es momento de ir lentos o en una ceremonia.
El castaño esta por completo enamorado de este peli azul, le revela sus sentimientos, esta perdidamente enamorado desde el momento en que lo conoció y su deseo más grande es cuidarlo, ayudarlo y apoyarlo en lo que sea.
Sabe en su corazón que algo malo le está ocurriendo a Saga, pero jamás creyó que fueran miedos de esa índole.
Las palabras del joven hombre de corbata roja, han logrado desconcertar al de mirada ahora asustada.
La noticia de ser amado lo ha dejado por completo desconcertado, su mente no está preparada para esto, su pasado lo persigue como el presente… El miedo de pensar que solo sea una maldita broma para hacerlo sufrir y reírse por ello, o peor aún… Entregarse a un amor que siente, para el final quedar solo y con mayores dificultades en la vida.
Su respiración agitada, notándose en su pecho que sube y baja, retrocede pues quiere largarse de allí, es demasiado para él ahora.
-¡¡¡¡CÁLLESE!!!- Niega con su cabeza rápidamente, sus ojos los cierra con desesperación, para dejar escapar algunas lágrimas. No soportara más, le está doliendo tanto que las cosas estén siendo así.
Saga siente algo por Aioros, pero no lo acepta por tantos problemas y temores que tiene en su ser, no tiene tiempo para ocuparse del amor y mucho menos al creer que es solo una treta.
El castaño tiene el instinto de querer abrazarlo y estando a nada de hacerlo, el pali azul se aleja de golpe, para sin pedir permiso ni previo aviso, salir huyendo…
No lo soportaría, se conoce bien… Teme que una pequeña muestra de afecto lo haga aferrarse a una ilusión vacía a su pensar.
Las escaleras puestas a lado del elevador, son la única manera que tiene Saga para escapar de buenas a primeras.
Está llorando, es demasiado vergonzoso para él, es mejor irse, poner distancia…
En su pensar todo debía ser una treta para hacerle peores cosas… No sabiendo que motivo podrían usar, pero conociendo a la maldita familia que le arrebato todo, su maldad no conocía límites.
Para el peli azul, escapar es la mejor solución, alejarse de Aioros, total lo más seguro es que se fuera, pero… También otro pensamiento surca su mente, aunque de manera inconsciente ya que en estos momentos solo desea esconderse, alejarse para que nadie vea que está herido por una simple acción.
Una confesión en medio de la confusión.
En aquella azotea, el joven hombre castaño, se ha quedado anonadado, su mano estirada en el momento que solo pudo ver como aquella larga cabellera azul, se alejó, perdiéndose detrás de esa puerta que protege de las escaleras y el lugar donde se encuentra.
Su confusión es grande, claro que no entiende que está pasando.
Saga huyo, lo culpo de algo que no ha hecho, que ni por mera idea confusa se le cruzaría por la mente dañarlo.
Al contrario desea protegerlo con su vida entera…
Aioros tiene la creencia que el amor verdadero existe que una persona está destinada a ti y cree firmemente que Saga es la persona que le pertenece como él mismo al peli azul.
Siente una opresión en su pecho, confundido, temiendo que algo peor le pase a Saga, deseando averiguar qué fue lo que paso… No es normal algo así.
-¿Por qué pensó que le haría daño?- Su mente solo intenta analizar la situación, pero es demasiado preocupante que el contario se fuera así como así -¿A qué familia se refiere?- Sus preguntas son repetitivas, pues no ha logrado comprender todo.
Sin embargo… Puede que tenga una muy factible idea…
Su ceño se frunce repentinamente, observando directamente hacia las escaleras, sin darle mayor importancia como el cielo nocturno y brillante, se está nublando aún más, ya sea por la amenaza de aquellas nubes… Indicando que la lluvia se acerca sumamente rápido de lo que se imaginaba.
Las velas se han ido apagando de a poco, pues el viento nocturno a comenzado a presentarse, pero eso poco le importa ahora, pues en su mente con la confusión, preocupación y ahora cierto enojo, pues…
Si alguien le ha hecho daño a Saga, lo va averiguar y detener.
Su corazón, sus sentimientos lo hacen pensar en solo descubrir quien ha deñado tanto al peli azul, curarlo y protegerlo de ahora en más.
Y quien le ha hecho daño a Saga, lo hará pagar de una forma u otra, eso no lo dudara.
-No importa cuanto tenga que hacer o demostrarte lo mucho que te amo. Aliviare tu dolor de alguna u otra forma… Lo juro saga- Su tono es firme, su voz posee una cierta molestia, ya que el hecho de esas lágrimas que alcanzo a ver, no lo perdonara.
Y sin duda sabe que tiene a alguien con quien averiguarlo.
---Dentro del hotel---
Como parte del plan, que lamentablemente no ha resultado como esperaba, pues a veces así sucede y no puedes hacer nada para evitar que se echen a perder, pero puedes mejorar.
Aioria tiene un pequeño plan “B”, ya que necesita que nadie se entrometa en esto y darle privacidad…
Hizo algo que sin duda está prohibido en el hotel, pero que sin duda funcionaria muy bien.
Para que nadie intente subir por el elevador, él mismo ha decidido divertirse un poco, alejándolo de sus videojuegos por ahora.
Había apretado todos los botones posibles, para de esta forma imposibilitar el hecho de que alguien lo tome…
Deteniéndose en cada piso, salvo por la azotea y el Lobby, pues sin duda en ese punto seria regañado por alguno de los encargados y si bien ya no es un niño chiquito, lo metería en problemas.
Es cuidadoso aun en su loca idea.
Mientras solo disfruta de la soledad que ese pequeño espacio da, en donde solo abre sus puertas de forma rápida y cerrarlas de inmediato... No permitiendo que nadie entre.
-¿Le estará yendo bien a mi hermano?- Su pregunta y precaución es obvia, mientras esta suspirando enfrenté de la puerta que sabe que en nada se abrirá por llegar a su destinó.
Ya de nuevo será cerrada para continuar.
Sin embargo en esta ocasión, sin prestar atención, por estar perdido en su mente, esperando a que el loco de su hermano le esté yendo bien…
Puede escuchar que la cerrada del ascensor es detenida, mientras una voz ronca lo llama, de una manera bastante autoritaria, que pondrían a cualquiera intimidado.
-¿Qué es lo que está haciendo?- Los jades se fijan de inmediato en ese joven de apenas dieciocho años, que logra levantar la mirada por inercia ante el llamado.
-¿Eh?- Pregunta algo confundido, sintiendo un leve sonrojo en sus mejillas de repente que no lo puede entender su conciencia.
-Eh recibido varias quejas del ascensor y notado que está subiendo y bajando de forma irregular- Aquella voz de la persona que porta un traje de vestir bastante impecable, con una mirada seria y ojos afilados cual espada legendaria, no parece inmutarse por la apariencia juvenil de quien está delante –Le pediré de la forma más cortes posible, que se detenga de lo que hace, sino deberé llamar a sus padres, para que se encarguen de ti- Con esto dicho, aparta su gran mano de la puerta del ascensor para dejar que se cierre.
No le dará vueltas al asunto, si esto continua sabe perfectamente de que habitación es ese chico, lo reconoce como el hijo menor de la familia invitada de los que dan las órdenes.
Además no dejara que esto les afecte a los demás huéspedes.
Decide dirigirse hacia el lobby al igual que lo hizo antes. Por las escaleras, con un rostro inexpresivo, ni siquiera se inmuto por como el menor se sonrojo de buenas a primeras con lo que ha dicho.
Sin embargo, en alguien si causo un inmenso impactó.
Pues al momento en que las puertas se cierran nuevamente del ascensor, el menor de cabellos castaño claro, se ha quedado anonadado, con los ojos bien abiertos, el corazón latiendo rápidamente, las mejillas calientes, sin entender que es lo que está pasando.
-¿Qué… Que… Es… Esto?- Se lo pregunta de golpe. En su vida había sentido algo similar… Y es de la nada por alguien que se nota es de una edad más adulta de la que es él, y con un cierto parecido a su padre.