En el capítulo anterior…
Dany volteó a verme
-¿Qué? ¿Eso fue todo?-elevó una ceja y, en un movimiento brusco, ambos nos levantamos del sofá al mismo tiempo.
Los dos empezamos a correr por la sala. Dany huyendo y yo persiguiéndolo.
Ben solo nos vio, con emoción, desde el sofá.
Perseguí a Daniel hasta que empezó a darme el típico dolor insoportable en el costado derecho y, cuando me detuve, vi que se encontraba escondido detrás de un Sean recién bañado que aún se encontraba secando su cabello con ayuda de una toalla.
En ese instante, me di cuenta de que no tenía ninguna oportunidad.
Narra Tom
-Ayúdame, Tom quiere golpearme-Dany rogó por la ayuda de Sean, pero su risa no desapareció
-De seguro tiene una razón válida-para mi sorpresa, Sean se hizo a un lado y caminó con tranquilidad rumbo al sofá. Tomó asiento a un lado de Ben y empezó a cambiar los canales de la televisión.
Su actitud me pareció bastante inusual.
Pero tal vez, lo normal hubiera sido que… en primera, ni Dany ni yo corriéramos como locos por toda la sala
-¡Voy a bañarme!-para cuando reaccioné, vi que Dany ya estaba a mitad de las escaleras. Lo perdí de vista a los pocos segundos.
Y lo único que pude hacer fue exhalar como señal de derrota, pero no me importó perder. Había sido divertido.
Caminé de regreso al sofá y tomé asiento a un lado de Sean.
Noté que él estaba atento a la pantalla de su celular y pensé que, además de que obtuve un poco de información de Dany gracias a él mismo, ahora podría obtener más información de boca de Sean.
Tal vez, con suerte, en mi investigación podría obtener algunos datos del nuevo Sean
-¿Planeas un nuevo ataque a los laboratorios?-pregunté a modo de broma, pero esperando que me revelara más información.
Si él ya había cambiado ¿Sus objetivos contra los laboratorios también?
-No. Estoy jugando Candy Crush Soda-para mi sorpresa, además de sus palabras, me mostró la pantalla de su celular y sí, en efecto.
Sean estaba jugando Candy Crush Soda
-¿Qué? Estás jugando…-me quedé sin palabras ¿Qué es lo que había dicho?-¿Estás jugando Candy Crush?-busqué reafirmar sus palabras
-Candy Crush Soda-me corrigió
-Y… ¿Por qué lo juegas?-pregunté escéptico y con más sorpresa en mis palabras.
Me esperaba todo, todo de Sean.
Una respuesta fría e hiriente.
O un silencio incómodo, que era lo más común en él.
Pero no me esperaba que me respondiera sin un tono irónico y tampoco me esperé que estuviera… jugando
-Porque me aburrió la saga de Candy Crush-sonrió con burla y continuó enfrascado en su… juego
Es decir que, ¿Se aburrió con el juego 1, pero ahora estaba con otra versión del mismo?
¿Podía ser eso más increíble?
-Jamás te imaginé jugando esos “jueguitos”-dije. Y era verdad. Esos juegos eran una pérdida total de tiempo. Cada nivel era lo mismo y, en definitiva, esos juegos no iban con la personalidad de Sean.
Se suponía que a él no le gustaba perder el tiempo
-Empecé a jugarlo porque Daniel lo descargó en mi celular hace tiempo -
-¿Por eso le regalaste un celular a él?-Sean sonrió y volteó a verme durante un instante. Después apartó su mirada
-Puede ser. También lo hice para que compitiéramos-jugó un nuevo movimiento y ganó el nivel.
Entonces, mi curiosidad ganó a mi incredulidad
-¿En qué nivel vas?-
-1,278-respondió como si nada-Daniel va en el 2,324-mi boca se abrió por la sorpresa
-¿Qué?...-
-¿Puedo jugar?-la voz infantil de Ben hizo acto de presencia mientras se ponía de pie sobre el sofá y se inclinaba con curiosidad hacia el celular de Sean. Me sorprendí aún más al ver que Sean no se molestó ante ese acto de invasión a su espacio personal.
Para otra de mis sorpresas, no hubo respuesta por parte de Sean, pero lo que sí hizo fue entregarle su celular a Ben como si nada. Entonces decidí interferir
-Ben, tus papás te han dicho que no puedes jugar con los celulares-y aunque era verdad, también aproveché la oportunidad para molestarlo. Ben hizo un puchero y sonreí
-Será solo un nivel ¿no?-Sean preguntó mientras recargaba su nuca en el respaldo del sofá y lo noté relajado pese a que estaba viendo como Ben manejaba su celular con torpeza
-¡Sí!-Ben ignoró mis palabras y… no tuve ninguna otra participación.
Sean empezó a enseñarle a jugar y me pareció que, en ese momento, yo estaba de más.
Ninguno reparó en mi presencia hasta después de que Ben terminó el único nivel que Sean le dijo y entonces, ambos se enfrascaron en sus respectivos juegos. Yo estuve haciendo zapeo hasta que encontré otra película y, sin la atención de los otros dos, me enfrasqué en ella.
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-¡Estoy listo!-me sobresalté al escuchar la voz de Daniel. Volteé y lo encontré bajando de dos en dos las escaleras.
Venía recién bañado y sin su pijama. Llevaba puesto un pantalón negro de mezclilla y una chamarra azul. Sin duda alguna, ese era el nuevo Daniel.
-¿Ya nos vamos?-Dany llegó a nuestro lado y observó a Sean, quien no tardó en levantarse del sofá. Entonces reaccioné
-¿Van a salir?-también me levanté del sofá y en ese instante me percaté de que Sean llevaba puesto un pants gris y una chamarra negra
-Sí, vamos al supermercado que está a 4 cuadras de aquí-Dany me respondió mientras los tres caminábamos hacia la puerta principal
-Ah sí, el que inauguraron hace 6 meses-hice memoria-¿A qué van?-¿Iban a salir? ¿Ambos?
¿Dany iba a salir de casa como si nada?
¿Cómo sabían que existía ese supermercado? ¿Sean lo había googleado?
¿En qué momento se habían puesto de acuerdo? ¿Fue antes de que bajaran a desayunar?
-Vamos a comprar algunas cosas para preparar la comida-dijo Dany
-Pero aquí tenemos lo suficiente-respondí mientras que, con mi dedo pulgar, señalaba hacia la cocina. Estaba seguro de mis palabras porque Lucy y James siempre se encargaban de abastecer el refrigerador y la alacena para que no nos faltara nada a Ben y a mí
-No tienen pasta y vamos a preparar espagueti y pollo relleno-Sean tomó la palabra-Ya… lo tenemos planeado-me dio una mirada que no entendí.
Dudé
-¿Planeado?-
-Lo planeamos antes de llegar aquí-mi atención fue hacia Dany-Después te explico ¿Si? ¿Quieres venir con nosotros?-preguntó mientras se encargaba de abrir la puerta principal y, lo que nos recibió, fue el viento helado del exterior
-¿Van a salir con éste clima?-cubrí mis brazos desnudos y los froté. Vi que Dany elevaba ambos hombros
-Estamos tapados-dijo como si nada-¿Vienes?-volvió a preguntar y yo retrocedí
-Tengo que cuidar a Ben-le recordé
-Podemos ir los 4-dijo Sean mientras salía de casa
-No podrá salir con éste clima-mencioné
-Pónganse una chamarra-dijo Dany como solución y negué
-Tampoco puedo… salir con él. Solo tengo permitido llevarlo y recogerlo de la escuela-expliqué rápidamente y evité los detalles del porqué no podía salir a otros lugares solo con Ben
-Bueno… ¿Quieres que te traigamos algo?-Dany propuso mientras daba unos pasos hacia el exterior. Negué
-No, estoy bien-sonreí-Vayan con cuidado-
-Bien, no tardamos-también me sonrió y por fin salió de casa.
Suspiré.
Eso había resultado tan… extraño.
¿Cómo que ya lo tenían planeado?
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Narra Lucy
-¡Ya llegué!-avisé mientras cerraba la puerta a mis espaldas y frotaba mi cuello. El día, como todos los demás, había sigo agotador
-¡Mami!-escuché la voz de Ben y lo vi correr hacia mí
-¡Bebé!-dejé mis cosas en el suelo y me hinqué para recibirlo entre mis brazos. Ambos nos abrazamos como saludo-¿Qué estabas haciendo? ¿Y Tom?-
-TomTom está bañándose y yo estoy dibujando-me enderecé y ambos empezamos a caminar hacia el sofá hasta que por fin tomé asiento. Me dejé caer por completo sobre él porque la planta de mis pies me estaba matando
-¿Puedo ver tu dibujo?-aun así, saqué fuerzas para prestarle atención a Ben.
Sabía que lo dejaba todo el día junto a Tom y por eso tenía la obligación de, por lo menos, pasar unos minutos de calidad junto a él cuando el día finalizaba. Eran las 8 y media, así que, planeaba cenar y estar con Ben durante unos minutos para después poder descansar
-¡Sí!-Ben no dudó en mostrarme su dibujo. El cual, se trataba de una jirafa verde
-¡Está muy bonito, mi vida!-celebré y le di un beso en la mejilla. Ben rió y se puso tímido-¿Qué más hiciste en el día?-observé con atención el dibujo.
Pese a que Ben se salía de los contornos del dibujo, su coloreado estaba bien hecho
-Vi televisión en la mañana, desayuné con Tom, Sean y Daniel y…-escuchar esos nombres me hizo voltear a ver a Ben
-¿Sean y Daniel?-repetí y recordé que ambos habían llegado la noche anterior ¿Cómo pude haberlo olvidado?
No había pensado en ellos durante todo el día. Ni siquiera durante mis descansos
-Sí, y los dos son buenos-Ben sonrió
-¿Te agradaron?-peiné sus cabellos y él asintió
-Jugué con Daniel tomándonos fotos y con Sean jugué en su celular-dijo emocionado y creí en sus palabras pese a que me parecieron extrañas ¿Tomarse fotos? ¿Jugando con el celular intocable de Sean?
-¿Jugaste mucho con el celular?-
-No, mami-negó y le sonreí
-¿Y sabes en dónde están Sean y Dany?-elevó ambos hombros
-Salieron, regresaron, comimos y volvieron a salir, pero no han regresado-dijo haciendo un recuento rápido de lo que Sean y Dany habían hecho. No le entendí mucho, pero estaba tan cansada para preguntar más detalles, que preferí esperar a que regresaran y ellos mismos me lo explicaran.
Exhalé y me incliné para retirarme los zapatos. Fue algo liberador.
Me entretuve viendo televisión junto a Ben y, cuando cabeceé por cuarta vez, escuché la voz de Tom acercándose
-Ya llegaste-tomó asiento a mi lado-¿Cómo te fue?-
-Tuvimos mucha gente. Estoy acabada-suspiré y me encargué de estirar y contraer los dedos de mis pies para que se relajaran después de haber pasado casi 10 horas apretados por los zapatos que iban de aquí para allá-¿Y a ustedes? ¿Puedes creer que no recordé en todo el día que Sean y Dany habían regresado?-sonreí
-Sobre eso… los que regresaron no son Sean ni Dany-dijo y volteé a verlo
-¿Qué? ¿Por qué lo dices?-
-Estoy seguro de que los intercambiaron por una versión mejorada de ambos-volteó a verme y, su rostro serio, me preocupó
-Tom… explícate-pedí y él suspiró.
Empezó a platicarme cada detalle de lo que sucedió desde que Sean llegó a la cocina durante la mañana hasta cuando Sean y Dany volvieron a salir para pasear un poco por los alrededores
-¿Ya me crees?-cerré mi boca y recargué mi espalda en el respaldo del sofá
-Ellos no suenan como Dany o como Sean-le di la razón. No podía creer que Dany había salido de casa.
Antes ni siquiera salía de su habitación.
¿Y ahora salía dos veces al día? ¿Una para ir a comprar y la otra para pasear?
¿¡Pasear!?
¿¡Ambos!?
¿Desde cuándo Sean se daba ese tipo de descansos?
-Y déjame decirte que la comida que prepararon tiene muy buen sabor. Si quieres probar, te guardaron a ti y a James unas raciones-
-¿De verdad?-Tom asintió varias veces-Lo probaré-aseguré-¿Pero en dónde están? ¿Solo salieron a pasear por… los alrededores?
-Eso fue lo que Dany dijo. Se fueron hace una hora, tal vez no tardan en regresar-exhalé y me levanté del sofá
-Me gustaría esperarlos para que cenáramos juntos, pero mejor me adelanto-me levanté del sofá y, en ese preciso instante, el timbre de la casa sonó.
Tom y yo volteamos a vernos y ninguno de los dos se movió hasta que fue Tom quien decidió atender. Desde el sofá vi que abría la puerta principal y Dany y Sean entraron
-Creí que no iban a tardar, el vecindario no está tan grande-dijo Tom mientras la mirada de Sean y la mía se encontraban. Le sonreí y, para mi sorpresa, me devolvió la sonrisa
-Caminamos muy lento-Dany respondió con un tono animado y sonrió. Al verlo de esa manera, me emocioné de más
-¡Dany!-con mis pies descalzos corrí hacia él para abrazarlo
-Lucy…-le di varios besos en las mejillas y después tomé mi distancia, pero sin dejar de sostener su rostro entre mis manos-Los recibí ayer, pero ahora me siento más contenta de verlos-me sinceré.
La noche anterior había agotado mis últimas fuerzas para esperarlos y recibirlos, pero ahora, aunque tampoco estaba fresca, era más temprano. No eran ni siquiera las 10 de la noche
-Los extrañé muchísimo-les dijes a los dos-Platiquemos mientras ceno lo que prepararon porque me muero de hambre-rogué
-Sí, vamos. Te acompañamos-dijo Dany sin dejar de sonreírme.
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-No puedo creer que tú lo hayas preparado. Está delicioso-le dije a Dany mientras me comía otro bocado del espagueti que, decía, él había preparado. Dany sonrió con nerviosismo
-Lo juro ¿Verdad, Tom? Él me vio prepararlo-observé a Tom y él asintió
-Confirmo. Yo lo vi durante todo el proceso-sonreí y continué comiendo con gusto porque, en verdad, la comida estaba muy buena
-Podría recomendarte en el restaurante-dije-Éste espagueti está mejor que el que preparan allá-Dany sonrió y reafirmé lo que Tom me había platicado.
Dany era otro.
O, tal vez, era otro Dany.
No había ninguna duda sobre ello.
Éste nuevo Dany se veía más relajado, más joven, más saludable. Era más en todo.
Era como si, en casi un instante, el antiguo Daniel se hubiera borrado de mi memoria. No podía creer que el Dany que se la pasaba durmiendo casi todo el día, era el mismo Dany que había preparado un platillo delicioso junto a un Sean que también se veía diferente.
Y Sean… Sean se veía y se “sentía” diferente.
Me sorprendía el hecho de darme cuenta de que no estaba tensa al estar sentada junto a él en el mismo cuarto. Las últimas semanas que lo vi y que conviví con él fueron, en una sola palabra, insoportables. El aire a su alrededor no se podía respirar y era como si una fuerza magnética repelara todo lo que se encontraba a su alrededor.
No escuchaba y no se podía hablar con él.
Lo único que se podía hacer para convivir con él era escucharlo y nada más porque, a cada problema, él ya tenía su respectiva solución.
Me tomó tiempo aceptar que Sean se adjudicara todas las responsabilidades que tenía con Dany. Nunca nos dejó ser parte de ninguna de las dificultades; y no fue como si nosotros insistiéramos en involucrarnos. Solo nos dedicábamos en hacer compañía a Dany, saber sobre su estado de salud y escuchar a Sean.
No podíamos hacer nada más porque tanto Dany como Sean siempre fueron muros. Muros que solo se conocían entre ellos y que no dejaban pasar a nadie más.
Pero ahora, ambos estaban sentados a mi lado y no había ningún rastro de incomodidad. Dany reía sin parar ante las ocurrencias de Tom, mientras que Sean sonreía a uno que otro comentario.
Observé a Sean de reojo.
Debía admitirlo.
Se veía guapo.
Recordaba que, el primer pensamiento que tuve de él cuando lo conocí, fue que era un chico atractivo. Era un chico guapo que se encontraba rodeado por un aire denso y un rostro que rara vez hacía una mueca.
Hace 3 años, ese chico juvenil se mantuvo oculto detrás de una actitud que resultaba ser impenetrable y un rostro agotado, pero ahora se veía como el chico joven que era y que siempre fue.
-Creo que también comeré un trozo de pollo. Tiene buena pinta ¿De qué está relleno?-revisé el exterior del pollo y lo encontré con el horneado perfecto
-Jamón y queso-Sean me respondió
-¿Tú también lo hiciste, Dany?-le sonreí, pero él negó
-No, Sean lo hizo-señaló hacia Sean y volteé a verlo. Cuando le sonreí, él volvió a devolverme la sonrisa.
Confirmé que, sonriendo, se veía aún más guapo
-Sé que cocinas bien, pero veamos cuánto has mejorado-advertí y procedí a cortar un trozo.
Mastiqué con tranquilidad y quedé sorprendida
-Creo que también voy a tener que recomendarte en el restaurante-sonreí-Está delicioso ¿Cómo lo preparaste?-me serví otro trozo y continué comiendo a gusto
-Creo que el truco está en el barnizado. La mezcla es dulce y el relleno salado-asentí a su explicación
-Excelente combinación-mastiqué otro trozo-¿Tú le enseñaste a Dany a cocinar?-
-Le enseñé algunas cosas básicas-dijo Sean
-Lo demás lo aprendí viendo videos en Youtube-los tres reímos al escuchar las palabras de Dany
-¿Los ves en tu celular? Tom me dijo que ya tienes uno-mencioné
-Sí, Sean me lo regaló en mi cumpleaños-vi que sacaba un celular de su chamarra y me lo mostró a la distancia
-¿Y cómo te la pasaste en tu cumpleaños?-tenía que admitirlo, yo también tenía curiosidad.
Lo que supe de ellos por parte de Tom no me era suficiente. Era increíble el cambio que había en Sean y en Daniel. Era un cambio inesperado y, no sabía por qué, pero me preocupaba el hecho de que ese cambio fuera tan radical.
Me parecía que el cambio fue de la noche a la mañana, pero recordando los casi 3 años que estuvieron ausentes, ese lapso de tiempo me estaba dando para pensar.
¿Qué es lo que les había sucedido?
Parecía que habían hecho de lo imposible, algo posible
-Fue un día normal, pero comimos pastel de chocolate y después Sean me dio el regalo-Dany empezó a contarnos lo ocurrido el día de su cumpleaños-Al principio no sabía muy bien para qué iba a servirme, pero poco a poco lo voy entendiendo-sonrió
-Deberías de ver las primeras fotos que tomó. Todas están borrosas-dijo Tom con burla y Dany empezó a discutir con él. Noté que Ben también reía.
Suspiré con alivio.
Vi que Tom estaba feliz. Se le notaba lo contento que se sentía al tener a Dany de regreso.
Y mi cena, que normalmente era en silencio pese a que me encontrara acompañada por Tom y Ben, ahora se había vuelto ruidosa gracias a las dos personas que, años atrás, no hablaban en lo absoluto.
Vaya cambio tan radical.
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-Los que regresaron no son ni Sean ni Dany-dije lo que, en un principio, me parecieron tonterías de Tom
-¿A qué te refieres?-James preguntó mientras terminaba de abrochar su pijama y se acomodaba en su lado de la cama.
Él había llegado poco después de que todos nos retiramos a nuestras habitaciones para por fin descansar. Estábamos rozando las 11 y media de la noche y yo ya quería perder la consciencia como Ben que ya se encontraba acurrucado en su cuna.
Pero mi cansancio y el cansancio de James no impedía que platicáramos sobre lo que no podíamos a lo largo del día.
Casi no nos veíamos y por eso, la noche era el tiempo que ambos nos dedicábamos para ponernos al corriente con nuestras actividades diarias y para darnos uno que otro mimo que muchas veces necesitábamos.
A lo largo del día, James había hecho el inventario del enorme almacén de medicamentos que tenían en el hospital, terminó igual o más agotado que yo; la cabeza le dolía, pero aun así, me escuchaba atentamente
-Cuando los veas, lo sabrás. Es complicado y se me hace imposible explicártelo-también me acosté en mi lado de la cama y ambos quedamos en posición fetal uno viendo al otro-Dany está muy bien. Su físico y su ánimo han cambiado. Ni siquiera parece que tiempo atrás sufría de depresión-
Recordar esos días y compararlos con las últimas horas, provocaban un corto circuito en mi cabeza
-¿Ya no está enfermo?-mi boca se entreabrió
-No lo sé…-negué levemente-Pero si aún lo está, no se le nota. Parece otro-reafirmé-Habla más y me di cuenta de que tiene risa fácil. Se reía de cada cosa que Tom decía-
-Los chistes de Tom no dan risa-
-¡Ya sé!-me reí con ganas-Pero parece que tanto Dany como Tom, por ahora, están compartiendo la misma neurona-James sonrió
-¿Y qué hay de Sean? ¿Cómo está?-
-Aunque no lo creas, por momentos me pareció que los tres compartían la misma neurona-volví a reírme-Sean también está irreconocible. Parece otro chico. Es más fácil hablar con él y estar a su lado, se ve más relajado y participa más en las conversaciones; incluso me sonrió cuando yo le sonreí-
-¿Sonrió?-James frotó su rostro y bostezó
-Y su sonrisa no daba miedo. Ni siquiera me puse a pensar en que algo malo iba a pasar-giré y quedé boca arriba-Creo que vienen buenos días James-suspiré
-Nosotros vamos a seguir trabajando como de costumbre-suspiró
-Sí… pero me refiero a Tom-
-¿Sigues preocupada por él?-
-Éstos años ha querido aparentar que todo está bien, pero no lo está-entrelacé mis manos sobre mi estómago-Primero perdió a Ana y después a August-
-Nosotros también los perdimos-dijo James y volteé a verlo
-Sí, pero nosotros nos tenemos a nosotros y a Ben. Nos distraemos durante el día y convivimos con más personas de nuestra edad al igual que Ben, pero Tom no ha tenido la oportunidad de conocer a más personas-
-Él no quiere salir, le dijimos que buscara algo que hacer, pero no quiere. Sigue diciendo que es más entretenido hurgar en las mentes de las personas-
-Pero ponte en su lugar, no solo perdió a Ana y August. También se fueron Maxim y Heinz, no hemos sabido nada de ellos al igual que Sean y Dany-dudé-Y… nosotros apenas y lo vemos-
-Tiene a Ben-
-Ben es un niño, James-me enderecé
-Ambos se acompañan-
-Sí, pero ahora me alivia el hecho de que Dany, quien tiene casi la misma edad que Tom, esté de regreso al igual que Sean. Debiste ver hoy a Tom, parecía otro-
-Bueno, tienes razón. Esperemos a que Tom se decida en qué quiere hacer. Los tres se van a acompañar porque dudo que Sean y Daniel tengan una idea de lo que quieren hacer a partir de ahora-
-Sí… no quiero darles una carga porque apenas llegaron, pero espero que Tom se identifique un poco más con ellos porque nosotros ya ni siquiera utilizamos nuestros poderes-
-Así estamos mejor ¿no?- James se enderezó y me abrazó
-Sí, así estamos mejor-suspiré-Oh, pero no sabemos en qué quedó el asunto de los poderes de Dany-
-Después le preguntaremos-James observó de reojo a Ben-Para que tanto Daniel como Sean sepan lo que tenemos planeado para Ben y eviten el tema en la medida de lo posible-esto último, James lo susurró
-Si… también vamos a tener que explicárselos-ambos nos quedamos unos segundos en silencio y después de que intercambiamos un par de besos, por fin nos rendimos ante el cansancio.
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Narra Daniel
-¿En verdad hemos cambiado tanto?-pregunté mientras observaba mi reflejo en el espejo del baño. Sean se inclinó en el lavabo para terminar de enjuagar su boca y volteó a verme
-Me parece que sí-secó la comisura de sus labios con su toalla y salió del baño. Suspiré mientras volvía a observarme en el espejo.
Sabía que tanto Sean como yo habíamos cambiado bastante en éstos últimos años. Pero como desde hace un año nosotros nos encontrábamos mejor, los cambios ya no nos eran tan obvios, así que ya llevábamos tiempo desde que nos acostumbramos a esa transformación que Tom y Lucy no dejaban de mencionar.
Viéndolo de esa manera, en ese momento, también terminé por sorprenderme del cambio.
Antes me resultaba complicado verme en el espejo y ahora, como lo hacía casi del diario, no reparaba en los notables cambios que había en mí. Se me había vuelto una costumbre verme a mí mismo
-No debes olvidar lo que antes eras, pero eso no quiere decir que debas compararlo con lo que ahora eres-recordé las palabras que Emil me dijo tiempo atrás durante una de nuestras sesiones y detuve mis pensamientos.
El cambio estaba presente y con eso debía quedarme. No tenía por qué revivir las diferencias en ese preciso instante
-Cuando menos lo esperes, te vas a sorprender, Daniel-dijo Emil en otra de nuestras sesiones.
No podía estar más de acuerdo. Emil sabía lo que decía aquella ocasión y yo no le entendí, pero ahora, en ese momento, lo comprendí.
Continué cepillando mis dientes y no pude evitar reírme al recordar el rostro de Tom cuando empecé a molestarlo. Había sido divertido.
Y, sin poder evitarlo, me encontré con mi propia mirada en el espejo del baño. Poco a poco, mi sonrisa fue disminuyendo.
Estaba de regreso.
Por fin estaba de regreso.