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Vomitando flores sobre tu piel [Reed900] por Angelkitx

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El reloj descartaba los días sin detenerse mientras las personas se sumergían en la rutina diaria del ser. Gavin tomo todas las pequeñas luces azules suaves que se resbalaban de su alma y las guardo dentro de una caja de cristal, tan frágil y transparente que nadie sospecharía que fuera de él.


Decidió dejar de tirarlas a la basura, es decir, de negarlas, porque para él, ahora simplemente existían como parte de lo inestable de su vida. De cierta forma, les habían comenzado a gustar, e inevitablemente sentía culpa de simplemente desecharlas cuando esos pequeños fragmentos de vida no hacían más transmitirle la genuina parábola del desamor, cuando debían renunciar a su resplandor por estar junto a él.


Era mejor eso a sumergirse en el trago de una bebida de una noche, como solía hacerlo antes de caer en la comodidad del inevitable sentir, ese que nos toca vivir a todos tal eclipse, al menos una vez. El inesperado cruce de tu alma con la del otro. Y es que puedo decirles que siempre tuve la tonta idea de que todos en el basto universo la tuviéramos, en distintas manifestaciones, pero tenerla, en fin. Manteniéndose deslumbrante debajo de la piel, esperando el momento oportuno para liberarse. Y Gavin no iba a evitar ni acelerar el proceso, simplemente lo iba a dejar estar, con sus púas y flores en manos, preparado para todo lo que deba enfrentar, renunciando a su hábito de dejarse caer en la desesperanzas y autodestrucción.


Cuando la semana finalizo, ni siquiera tuvieron la oportunidad de disfrutarla. Jeffrey les había asignado un caso que los había sumergido en la costumbre de perderse en la teoría. Pero ellos estaban juntos después de todo. Tomando notas, reuniendo las pistas que tenían y compartiendo la labor en una bella sincronía. Podría jurarles que juntos, no hubiera caso que no pudiera resolverse. Acompañado de una taza de café y tirio, la compañía después de un día agotador sabía mucho más dulce.


Hablando de eso, Nines preparaba el mejor café del mundo. Sabia la cantidad perfecta de cafeína y azúcar que a Gavin le gustaba, sin la necesidad de preguntárselo. Las papilas gustativas del humano estaban encariñadas con el sabor y la nostalgia que le brindaban esa sensación amarga contra su lengua. Entre risas, se acordaba del sabor de un primer café extremadamente salado y su piel recordaba la fea sensación del agua caliente contra su cuero cabelludo. No lo culpen, fue cuando recién se conocían y, tal y como lo hizo con Connor, le exigió sin amabilidad un café. La secuencia de lo que paso después de eso se resume en: "Nines mostrándole a Gavin para que fue diseñado".


Pero no eran momentos para navegar en el cómodo pasado que tanto nos cuesta dejar ir. Cuando ambos comenzaban un trabajo, solo se centraban en eso. Y este caso era bastante cansador en verdad. ¿Alguna vez vieron una escena del crimen en persona?


Gavin sí y realmente es algo de lo que jamás podría terminar de acostumbrarse. Por supuesto que se mantenía profesional y a pesar de tener arcadas ante la imagen de un cuerpo mutilado sobre una sala de estar ensangrentada, Reed continuaba firme, con su sentido del humor intacto como para bromear sobre el acontecimiento.


El caso era bastante simple al comienzo. Adrián Brown, cuarenta y dos años, había sido encontrado sin vida, con las extremidades arrancadas como si fueran reemplazos de androides. Era sin duda, un asesinato bastante extraño. No solo por el estado del cuerpo, si no que las paredes del lugar, tenían tallado: "Lucas estuvo aquí" con una caligrafía perfecta. Y resultaba tentador sospechar de un androide, de hecho, la gente rumoreaba que eso lo hubiera hecho alguno, porque los vecinos corrían el murmuraban que él tenía un odio hacia los robots humanizados y un mal trato con los mismos. Pero Gavin y Nines sabían que no podían simplemente descartar posibilidades. 


No cuando el cuerpo había recibido un corte tan imperfecto y no es como si ellos no pudieran cometer errores, pero era bastante notoria la diferencia del trabajo de asesino de una máquina que el de un humano. Una corazonada realmente, porque tampoco había rastro de huellas digitales, bueno, que no sean de los miembros de la familia que habían ido a visitarlo un día antes del homicidio, ni señales del arma homicida.


Ambos revisaron la casa una y otra vez, pero sabían que estaba faltando un detalle. Aunque invencible para el ojo de un humano, completamente visible para el de un androide especializado en hallar detalles, patrones alterados y errores en escena, como todo un perfeccionista. Y con solo un escanear, RK900 descubrió que, en el sótano de la casa, una madera que era parte del suelo perfectamente colocado, tenía un pequeño desgaste en su lado derecho.Leve, pero indicaba que era removida con regularidad. La arranco sin problemas, Gavin observaba pacientemente a Nines cuando varios aparatos electrónicos ilegales se dejaron en descubierto.


Ellos compartieron miradas, sin la necesidad de hablar, se dijeron todo. Dentro de la computadora, había varios archivos de androides, ubicaciones, puntos de secuestros y distintos modelos que eran incapaces de defenderse como lo podría hacer un RK o algún otro que tenga la fuerza necesaria para derrumbar a otro humano.


Androides originalmente creados para el cuidado de niños. Entre ellos, la imagen de un PL600, dañado en su ojo artificial derecho desde la ceja hasta la mejilla,  llamo su atención. Lucas, ese era el nombre subrayado sobre su número de modelo. Pero esa no era la cereza del pastel, los videos y fotografías de varios androides siendo golpeados y mostrados como mercancía vacía.


Sin pensarlo, un homicidio simple, desemboco en un problema mayor: una nueva red de trata de androides. Y no era algo nuevo, pero era la primera vez que ellos dejaran una pista tan a simple vista o que descuidaran esta información de esta forma. Solo podía significar una cosa: se había creado hace poco. Reciente, seguramente tendrían pocos integrantes y solo actuaban por impulso guiado por su absurda fobia hacía los robots.


El departamento de policía tuvo varios problemas tras esto. No solo los periodistas habían estado metiendo narices en el asunto, si no que Jericó también estuvo tocando sus talones toda la semana, reclamando que se haga justicia por sus hermanos y que desistieran de buscar a androide involucrado en el homicidio. Pero por más injusto que le pareciera, ellos no podían hacer eso, debían atraparlo. Quizás de esa forma pudieran obtener la información faltante en la computadora, como los demás involucrados, porque por el momento solo tenían a Adrián, pero ellos no podían interrogar a los distintos pedazos del cuerpo.


Realmente no les fue difícil encontrar a su sospechoso, solo basto ver una que otra cámara de seguridad hasta hallarlo. Estaba escondido en un edificio abandonado, al principio mostró un desagrado e intento atacar a Gavin con un arma blanca, pero Nines no permitió si quiera que tenga la posibilidad de ponerle un dedo encima. Reed no iba a permitirlo tampoco.


Varias horas de intentar conversar con él habían fracasado, siempre se rechazaba a hablar o a declarar, sumado que el departamento estaba lleno de tensión y grupo de manifestantes que pedían la inminente liberación del PL600. Ni siquiera los encantos de Connor lograron hacer que dejara escapar un sonido de su boca artificial. Parecía tan fuera de sí, como si hubieran puesto una mordaza para evitar que hablase.


Gavin exigió poder llevar a cabo el interrogatorio de su caso, aunque muchos querían evitar el encuentro entre alguien conocido por su poca empatía por los androides y otro que parecía tener un odio fijo por los humanos. Pero Reed le importo muy poco las etiquetas que había conseguido gracias a su pasado, él iba a hacerse cargo y no le importaba arriesgar cualquier cosa a costa de conseguir lo que quería.


— Así que Lucas — Gavin se sentó al frente de él mientras que Nines se encontraba del otro lado de la Cámara Gessel, junto con Connor y Hank, preparados para cualquier cosa.


— ... — el androide rubio se mantuvo en silencio, mirando sus manos.


— Lo sabes ¿No? Tu ehm ¿"familia"? — vacilo — está allí afuera, los encontraron y continúan con vida — comenzó, buscando alguna reacción del androide, pero ninguna expresión se manifestaba en su rostro — Solo debes confesar y podrás verlos, a menos que quieras quedarte encerrado aquí, conmigo por el resto de tu vida.


No hubo respuesta. Bien, la calma no iba a funcionar así que optó por llevarlo a su punto máximo. Le extendió las fotografías de los androides golpeados, el PL600 aparto la mirada.


— Vamos chatarra, mira esto — tomo la foto de la escena del crimen.


Lucas lo miro sin emoción alguna, a diferencia de las imágenes de su familia, la del humano no le producía ninguna emoción.


— Los de afuera están de tu lado, lo único que tienes que hacer es confesar y podemos llegar a un acuerdo.


— ¡Yo no lo hice!, saco de carne con carencia de neuronas útiles.


— Aunque me hubiera gustado más que fuera para decirme algo bonito, por fin decides hablar — Gavin estaba animado, amaba interrogar a las personas y hacerlas salir de su centro, eso era su especialidad —. Ese odio a los humanos te nublo la vista, ¿Eh?, los dejaste metidos en ese agujero, incapaz de pedir rescate para ellos — Culpó colocando arrogancia en su voz —. Mientras tomabas tu puto tiempo para matarlo, ellos continuaban sufriendo encerrados, los abandonaste.


El PL levanto su vista, el comentario al parecer le había afectado.


— Debió dolerte todos estos días cargar con la culpa de botarlos, les hiciste lo mismo que ellos — Gavin hizo resonar sus uñas contra la mesa —. Si siquiera puedes sentir, te debió pesar sus gritos pidiéndote ayuda en tu estúpido programa.


— ¡Yo-yo no los abandone! — se defendió, con la culpa recorriendo su tirio. 


Bingo.


— ¿Entonces qué? — preguntó cruzando sus brazos —, ¿Me vas a decir que huiste para dar un paseo mientras ellos eran usados y maltratados?


— ... — lo miro con asco, sintiendo ganas de golpear al humano. 


Nines comenzó a controlar los niveles de estrés de Lucas, estos subieron a un setenta por ciento. 


— Tu silencio lo dice todo, sos un cobarde que ni siquiera puede ayudar a los suyos — golpeo la mesa con ambas manos —. Espero que hayas disfrutado de matarlo mientras los tuyos sufrían.


— Te estoy diciendo que no estoy metido en la muerte de ese humano inservible — dijo entre dientes —. ¡Y yo no los deje!, ¡No, no los deje! — tartamudeo. 


Ochenta por ciento.


— Mm — señalo el puño cerrado del androide —, ¿Entonces que te tiene tan tenso?, ¿Es tu cargo de conciencia por quedarte en silencio y no hacer nada?


Lucas carcajeo sarcásticamente.


— ¿Y los tuyos que hubieran hecho? — menosprecio —, ¿No te parece extraño que el único sospechoso que tengas es un androide y no un humano? ¡Claro que no! porque así funciona su especie. Tirarle la culpa es su función predeterminada. 


— Ah, veo que conoces de cerca a los míos, pero creo que te olvidas que gracias a nosotros estas aquí ahora mismo. 


— ¿Ni siquiera lo niegas? — dijo indignado por el desinterés de Gavin por defender su honor —. Ja, eres un perfecto ejemplo de la plaga humana, lo que tienen ustedes es envidia a nuestras capacidades.


— No, realmente nunca tuve mucho amor a las maquinas jugando a ser un niño de verdad, así que no lo llamaría envidia, ¿Lástima tal vez? — bueno, Lucas si toco el orgullo de Reed, así que esto último lo dijo sin planear —. ¿Qué hubiéramos hecho?, ¿Quieres saber? — Gavin sonrió y acerco su rostro al PL —. Seguramente hubiéramos hecho más que simplemente dejarlos allí... como tú, por ejemplo — respondió fríamente.


— ¡No hables como si lo supieras! — gritó —. Yo no lo mate, pero- ¿Sabes qué? ¡Me hubiera gustado hacerlo! — declaró intentado zafarse de las cadenas —. Y pienso matar los humanos hasta su extinción, sobre todo a las personas como tú. Piensas que haces justicia, pero solo juzgas a quien te convenga. Grábate esto detective Reed: cuando pueda liberarme de aquí te matare con mis propias manos.


— mm, ¿Así son las cosas? — Gavin saco su arma del estuche que tenía en la cadera con toda la paciencia del mundo.


— Si. — reafirmo mirando la repentina acción del contrario.


— ¿Quieres matarme? Bien, toma — deslizo la pistola hacia el androide, el arma se raspo contra la mesa —. Mátame, bastardo. 


...


— ¡Ese hijo de puta esta demente! — grito Hank mientras se levantaba bruscamente del asiento y tomaba su revolver. Connor se preparó de la misma forma pero, antes de salir de la habitación, Nines hablo, deteniéndolos.


— Está haciendo su trabajo — se interpuso, sin despegar la mirada de la escena.


RK800 vio como las manos del hermano tiritaban. Estaba preocupado, pero, aun así, tenía toda la fe puesta en las destrezas de Gavin. Tomo del hombro a Hank y le pidió que le hiciera caso al otro RK, porque Nines jamás sería capaz de poner en riesgo la vida de su compañero.


Connor lo sabía mejor que nadie.


Comprendía lo mucho que le había costado a Nines decir eso y quedarse allí parado, ignorando su instinto. Ese miedo de perder a la otra persona Connor lo había experimentado con Hank. Pero, si RK900 tomaba esa decisión, no había duda alguna, la vida de Gavin no corría peligro alguno.


— ¡¿De qué mierda me hablas?! — el teniente arrugo la frente —. ¡Nines eso es un suicidio!


— Confiemos en las habilidades del detective, él puede cuidarse solo Hank — RK800 apretó el agarre que tenía sobre Hank.


— Bien, mierda — el teniente apretó su puño, dejándose caer sobre el asiento —. Ese dramático hijo de puta, seguro ni este cargada.


...


Gavin coloco el arma en la mano del androide cuando noto que este no lo iba a hacer, estaba completamente paralizado por la propuesta del detective — "Te matare con mis propias manos" dijiste, ¿No? — citó —, ¿Qué esperas metal con patas?


Lucas apunto hacia Gavin con movimientos vacilantes, sus manos temblaban y su nivel de estrés ya había alcanzado el noventa por ciento. Gavin echo una mirada fugaz al espejo y guiño su ojo, para que no piensen en interrumpir.


— No, así no vas a poder estúpido — Gavin suspiro por la falta de experiencia del contrario y coloco la boca de la pistola en su frente —, bien, ahí sí.


PL600 no se movía. Mantenía una expresión de confusión y arrepentimiento puro, como si su valor de matarlo a él y a toda la especie humana, hubiera desaparecido en el instante que vio que el detective prácticamente le regalaba su vida.


— ¿No tienes consideración por tu propia vida? — se sorprendió.


— No realmente. Aunque si lo pienso bien, tengo que decir algo antes de partir — pensó por unos segundos — ¡Hank jodido hijo de puta, nos vemos en el infierno!


Del otro lado, el nombrado juro que si no le hacían un hueco en la cabeza a Reed, él lo haría.


— Listo, ahora mátame como lo planeas hacer con todos los humanos. ¿O me vas a tener empatía, lata? — se inclinó más hacia el arma, impacientándose —. ¡Vamos, dispara pedazo de plástico sin valor!, ¡¡Dispara!!


El androide sentía como su bomba de tirio se aceleraba y un repentino miedo lo rodeo, pero de en vez de disparar como había jurado antes que lo haría, dejo caer el revolver bruscamente, apartándolo de los dos.


Gavin sonrió.


— ¡Boris Brown! — nombró con la voz en un gemido —. ¡Él me pidió que lo hiciera, pero yo- no pude! Me dijo que si se lo decía a alguien los mataría a todos. Tu- tenías razón — confeso finalmente, comenzando a llorar sin control —... yo los abandoné, no hice nada para ayudarlos.


Estaba en lo cierto, este androide no era capaz de matar ni a una mosca, solo era alguien a quien lo habían lastimado lo suficiente como para obligarse a ser fuerte contra cualquier cosa. Él era igual, por eso lo entendía.


— Ya, ya. Lo hiciste muy bien, perdón por presionar tu  software — se disculpó suavemente, acariciando los cabellos del androide que no paraba de sollozar —, no te preocupes, no permitiré que nada le ocurra a tu familia o a los tuyos, ahora ve que de seguro te están esperando — un policía entro a la habitación, escoltándolo hacía afuera. 


Lucas no podía concebir la contradicción de Gavin. PL600 quien siempre había visto a los humanos como seres horribles, sin sentimientos, ahora tenía cierta incertidumbre dentro de su ser. Más allá si Reed solo lo hacía por el trabajo o no, se preguntó si realmente eran todos los humanos como él decía. 


Oh, y ya saben, una vez que la duda se siembra, no puedes evitar las raíces.


— Yo... no entiendo, ¿Por qué? — balbuceo y salió de la habitación. Agradeció en un silencio confuso y secretamente, sentía un poco de admiración por la dedicación de Reed y una delicada esperanza de qué, quizás, ellos no eran tan diferentes después de todo.


— ¡Cuídate y no te metas en problemas idiota!


La puerta de la habitación se abrió, dejando pasar a las tres personas que habían estado del otro lado. Nines se paso antes que los otros dos, cambiando el rojo de su LED por azul.


— ¿Qué tal lo hice, Nines? — se dio la vuelta para mirarlo, prácticamente exigiendo ser halagado por el androide —. Me debes un café — rascó la cicatriz de su nariz.


— Perfectamente, como siempre. Más tarde te lo compensare — respondió sonriéndole con orgullo por su compañero y lo escaneo para estar seguro de que no tuviera ningún daño, pero está bien, más allá de tener la adrenalina un poco alterada, pero  disminuyo una vez que chocaron sus manos.


— Felicidades Gavin — Connor felicito, subiéndole el ego a Gavin —. Realmente lo conseguiste — y el humano no pudo descifrar si se trataba de un halago o un insulto sutil. 


— ¿Cómo quedo tu cara Hank?, pude hacer lo que los gemelos RK no — arrugó nariz — ¡No puedes negar que soy un genio!


Parecía un niño pequeño buscando la aprobación de su papá.


— ¡No puede ser! Tú- — Hank tomó el arma del suelo y miro a Gavin enfurecido, dio largos pasos hacia Gavin —. Esta mierda está cargada — saco las balas. 


— ¿Qué? — arrimo el hombro — ¡No iba a jugar a la ruleta rusa como vos todas las noches! — Nines abrió sus ojos sorprendido, la posibilidad de que Gavin sea lastimado había pasado de diez a cien por ciento en un ínstate — Viejo depresivo, no vengas a hacerte el preocupado que me da escalofríos.


Y entonces, RK900 obtuvo la respuesta a su inquietud del porque su HUD marcaba en rojo fuerte que el detective estaba en peligro.


Sin que le dé tiempo a pensar o esquivarlo, Hank le dio un puñetazo en la cara a Reed.


...


Se lo había merecido, no iba a negarlo. Más cuando el teniente estaba intentando arduamente superar el pasado, cosa que claramente Gavin no podía hacer. Bueno, por supuesto que tampoco estaba bien que lo golpeara, pero, ellos se trataban de esa forma, tal perro y gato. Reed sabía que, si lo punzaba mucho, él podría reaccionar, así que no le dio mucha importancia al asunto. Además, gracias a eso, recibiría de los cuidados de Nines.


— Joder-, más despacio tostadora — gimió Gavin —. Espera-  todavía no estoy listo para que lo pongas, me duele.


RK900 presiono el algodón con alcohol con fuerza debajo del ojo golpeado de Gavin. Provocando que esté gimiera de dolor.


— ¡Te dije que me duele, jodida lata! —  gritó molesto, apartando la mano de Nines rudamente —, debes tener el diccionario interno realmente jodido para confundir el "despacio" con "inmediatamente".


— Perdón, pero es tengo que asegurarme de limpiar bien la herida — en realidad había sido un golpe superficial, solo lo hacía para molestarlo.


Y Gavin lo sabía.


Esa sonrisa maliciosa al escucharlo jadear, enloquecía al humano por completo.


— Te creo y todo — Reed hizo un puchero suave. 


— Quiero que tengas presente que Hank se preocupa por ti, no puedes simplemente picarlo de esa forma y no esperar que reaccione — le coloco una bandita en la herida y acaricio su mejilla —, debes ser más cuidadoso Gavin.


— Oh vamos, borra esa cara de Ken enojado — bufo, echándose para atrás en la silla —. Me dijiste que lo hice bien y, además, obtuvimos la confesión. No me pidas más, Nines.


— Una cosa no quita la otra Gavin — Nines cruzo sus brazos ante las palabras de su compañero —, fue muy imprudente que le dieras el arma cargada.


— Cállate, lata, ¿Sí? — Gavin puso los ojos en blanco —. Pudiste evitar que me golpeara, solo no quisiste porque disfrutas de verme sufrir.


— ¿Cómo hacerlo? — ahueco la mandíbula de Gavin con su mano y le acaricio la mejilla con su pulgar, Reed arqueo una ceja —... Bueno, no es divertido si no soy yo el que lo provoca —  sonrió burlonamente.


— Sádico asqueroso.


Nines dejo escapar una risa traviesa. Gavin se reincorporo en su asiento y lo miro seriamente.


— ¿Entonces?


RK900 sabía a que se refería.


— Lo comprobé con mi detector de mentiras y al parecer nuestras corazonadas eran ciertas, supongo que ahora deberíamos centrarnos en Boris Brown — cerro el botiquín y lo coloco en la mesa al lado de ellos —. También debo reconocer que eres muy bueno y me encanta verte hacer lo que te gusta, pero-


¿Pero? — resopló —, ¿Ahora de qué vas a quejarte?


— No creo que acariciar la cabeza de los sospechosos fueran parte del trabajo, no veo en donde podría ayudar eso con el caso.


— Ah eso, solo me recordó a un amigo, Simón. ¿Te conté alguna vez, Nines? Lo conocí en el techo donde se hizo la transmisión de los androides, el realmente estaba jodido y-- espera — Gavin lo miro sonriendo de lado —. ¿Estas celoso?


— Para nada, solo no encuentro la conexión. Además, ¿"Lo hiciste muy bien"? recuérdame desde cuando le das cumplidos a los androides.


— Si, ¡Estas jodidamente celoso! — ronroneo entusiasmado por la reacción del compañero.


— No sé de qué me habla, Detective Reed — Nines aparto la mirada.


— Entonces supongo que no quieres que lo haga RK900 — Gavin le siguió el juego.


— ¡No! — gritó acercándose —. Ehm, no me molestaría si lo hicieras, quiero decir.


Gavin llevo sus manos hacia el pelo artificial del androide y lo sacudió suavemente. Nines se aferró al tacto y gruño — ¿Qué? — Reed detuvo su acción, temiendo de haberle hecho algún tipo de daño.


— Me estas revolviendo el pelo — se quejó —, eso no es una caricia, hazlo bien.


— ¡Phck! eres un bastardo caprichoso — entrelazo sus dedos en los mechones de Nines y los acaricio suavemente manipulado por el cielo en los ojos de RK900 —. ¿Así?


— Mm, podría ser mejor, pero está bien.


—¿Podría ser mejor? — Gavin le tiro el cabello con furia —. Espero que lo hayas disfrutado porque nunca más pienso hacerlo, jodido bastardo quisquilloso.


...


Es difícil imaginarse que dos hermanos que se quisieron toda la vida fueran capaces de matarse entre ellos sin sentir un poco de empatía. Pero este par de humano y androide, descubrió que es posible, al menos en este caso, eso era lo que exactamente había ocurrido. Adrián y Boris Brown habían sido unidos, pero cuando la revolución llegó, su negoció de "curar a los desviados" había sido puesto en juego, la gente había dejado de obligar a reiniciar sus androides de fabrica porque, se consideraba un gran delito para estos tiempos en donde el mundo estaba pasando por un proceso de igualdad. La opinión publica los juzgaría hasta derrumbarlos y no estarían mal en hacerlo.


Adrián quiso renunciar, no podía con la culpa de los gritos desgarradores de los PL600 secuestrados, de esa mirada antes del reinicio y el ultimo sollozo que dejaban escapar antes de borrar completamente su memoria. Cuando Boris llevo a Lucas y su grupo al almacén abandonado a las afueras de Detroit donde mantenían ocultos a todos, algo en Adrián cambio. Pensó que era tiempo de terminar todo, de entregarse y por ahí, el castigo sería menor, pero Boris no lo escucho. Se molestó por la repentina empatía de su hermano cuando eran los androides quienes habían arruinado su vida e intento obligarlo a que reiniciara a el PL600 y sus otros hermanos, pero él se negó, no quería seguir metido en eso.


— Elige, ellos o tu propia sangre.


— No hagas esto, podemos detenerlos y entregarnos, junto con los demás. Ellos sienten como nosotros.


— Entonces ellos.


Se sabía que había un grupo de androides no pacifistas que estaban tomando justicia por sus propias manos que no dudaría en matarlos y para él lo que hacía no estaba mal, era lo justo y necesario para hacerles pagar por todo. Entregarse era prácticamente un pase sin retorno al infierno. Entonces, si su hermano no estaba de su lado, era parte de los androides.


Lucas era perfecto para el trabajo de sicario, pero se negó y escapo. « Si le dices algo de esto a la policía, todos ellos mueren » fue lo que le dijo antes de verlo huir. Su odio solo aumento más y más, ya no estaba seguro de lo que era real o no, su paranoia se agudizo y comenzó a sospechar de si su hermano era un humano o un androide. Por supuesto que debía comprobarlo. Entonces lo mato, corto la carne y la separo hasta estar lo suficiente seguro de que no fueran piezas de metal. Hizo un trabajo perfecto en borrar sus rastros y fingir que lo había hecho un androide, pero dejar vivo a Lucas y olvidar evidencia no fue muy inteligente de su parte.


—  ¡Gavin quédate atrás! — exclamo Nines oculto detrás de una columna, habían ido a buscarlo a la casa para arrestarlo y llevarlo a interrogar. Ni siquiera pudieron hablarlo que Boris había intentado escapar, estaba armado aunque ya había gastado la mayoría de sus cartuchos.


— ¡No me digas que hacer, idiota!


Boris estaba disparando, no tenía mala puntería, parecía algo experimentado en el tema. Si Gavin vacilaba, podría llegar a resultar herido y es algo de lo que Nines quería evitar a toda costa. Reed se movió rápidamente, ignorando las indicaciones del Androide que le decía que mantuviera distancia y avanzó más cerca del otro humano. Brown intento convencer al detective que se pusiera de su lado, justificando sus acciones de odio con excusas de papel. Por supuesto que esas palabras no harían dudar a Gavin, no, él ya había estado de ese lado de la calle.


Ya había odiado incoherentemente a los androides y ya había apuntado su arma en la cabeza de uno. Ahora estaba jodidamente enamorado de lo que más odio. 


— ¡Detective! — RK900 grito del otro lado al notar que el detective había dejado de moverse.


«Mierda», no era momento ni lugar indicado para ponerse a pensar eso. Ahora debía evitar que la persona de en frente le disparara a Nines — Déjamelo a mí, este hijo de puta no me puede hacer daño. Si te llega a pasar algo no me lo voy a perdonar — pidió corriendo rápidamente como si su cuerpo fuera una pluma, esquivando las balas que le lazaba con experiencia. 


Se oculto detrás de una pared, mirando de reojo donde se había escondido el jodido Boris.


— ¡No me vengas con estupideces, Gavin! Concordamos hacerlo juntos, no te separes de mí — exigió en vano, dirigiéndose hacia donde el detective para cubrirlo.


Boris aprovecho su pequeña discusión y se acercó a Gavin para dispararle, pero RK900 fue más rápido y se lanzó sobre su compañero para que la bala no impactara sobre Reed quien se había distraído por unos segundos mirando a Nines. El arma del detective rodo lejos de ellos ante la caída y se quedó quieto, mirando al androide sobre él totalmente paralizado. Estaba tan asustado de que la bala lo haya golpeado que sintió las lágrimas nublando su vista, pero una pequeña sonrisa de Nines hizo que Gavin rodara los ojos y se los refregara.


— ¡Mierda! — chillo, golpeando el pecho de RK900 — No solo te quedes sobre mí, lata estúpida.


Se separaron rápidamente y volvieron su vista a Boris, quien apuntaba hacia la cabeza de Nines. El mundo dejo de girar.


— ¡Ellos tienen la culpa! Nosotros podemos- ¡Podemos destruir a todos los divergentes y volver a tener el control!


Gavin se colocó delante de Nines en un movimiento rápido.


— Apártate, si me dejas matarlo, te perdonare la vida.


Oh no, claro que no, él iba a morir de todas formas, pero el RK no, él tenía bastante tiempo antes de que su pila se gastara. Tiro hacia atrás su brazo, impidiendo que Nines avanzara para imitar su acción.


— ¿Matarlo? Ja, quiero verte intentarlo. Tendrás que pasar sobre mi  antes de siquiera hacerle algo y créeme que lo pensaras dos veces. No importa cuantas veces me pidas por tu vida, si llegas a tocar a Nines, no volverás a ver el amanecer — Gavin apretó sus dientes, completamente irritado por las palabras de Boris.


¿La vida de él a cambio de la de RK900?


Prefería morir.


— Bueno, tú lo pediste — se encogió de hombros y apunto al corazón del detective.


— Nines, escúchame — hablo rápidamente, apretando su mano contra la del androide —, cuando dispare, aprovecha el momento para tomar el arma que se me cayo y no te atrevas a morir. Nines, se que es tarde para decirlo, pero, yo te a-


— ¿Qué tanto hablas? — Boris hizo una mueca de asco interrumpiendo la empalagosa situación y apretó el gatillo.


Clic,


Clic...


— ¿Eh?


Clic.


Nines comenzó a carcajear fuertemente, dejando a los dos humanos totalmente descolocados. Se puso de pie con su característica postura recta y camino con pasos lentos hacía Boris, quien en intentos fallidos disparaba sin balas. Asustado, intento alejarse del androide de expresión aterradora. RK900 se acercó hasta quedar cerca de la oreja del joven y murmuro unas palabras que Gavin no llego a escuchar, pero por la cara de Boris, supuso que debió ser algo jodidamente horrible. Nines golpeo la nuca del humano para noquearlo y sostuvo el cuerpo para que no cayera contra el suelo.


— Termino el drama detective, puede dejar de fingir.


En silencio, Gavin lo siguió arrastrándolo hasta la patrulla, donde los esperaba Chris. Compartieron un saludo fugaz y su amigo se llevó el cuerpo inmóvil a la comisaría, aplicándole unas cadenas para que no intentara hacer algo. No iba a poder hacerlo de todas formas. Ambos se quedaron mirando como el choche se desvanecía en la calle.


— Nines, ¿Qué mierda fue eso?


El cielo y el humo chocaron.


— Oh, ¿No estabas fingiendo cuando dijiste todas esas cosas?


Gavin se ruborizo, pero ignoro las palabras del androide.


— Yo pregunte primero, ¿Qué fue eso?


— ¿Qué ibas a decir cuando te interrumpieron? — pregunto inclinando la cabeza.


— No pienso responderte si tu no lo haces, idiota.


RK900 comenzó a contar en voz alta, se detuvo en el número siete.


— Un revolver 38, esa es la cantidad de balas que tiene la capacidad de almacenar — explico —. Dos disparos hacia las columnas, uno al techo, tres que evadiste y la séptima — toco la nariz del detective con su dedo señalador —, es la que esquivamos juntos.


Gavin cerro sus ojos, sintiendo unas fuertes ganas de golpear el androide y a la vez, unas ganas de besarlo. Ninguna de las dos iba a pasar, así que se encamino hacia su auto.


— ¿Y?


— ¿Y qué? — arqueo una ceja.


— Tu respuesta Gavin — exigió, caminando a su lado.


— "Te odio" eso iba a decirte — abrió la puerta y se metió dentro del coche, Nines hizo lo mismo. 


— Odio empieza con "o" — dijo confundido —, pero tu dijiste "a".


— ¿Mm? perdón, no puedo escucharte — Gavin encendió el auto rápidamente, prendió la radio. Le subió el volumen hasta llegar al máximo de su capacidad. Una canción antigua de las que escuchaba Reed cuando era adolescente, resonó por todo el auto.


«Soy el remedio sin receta, y tu amor mi enfermedad». 


RK900 abrió la boca, pero la cerró rápidamente — Nada, ya no importa — apoyo su cachete contra su nudillo y bajo la ventanilla, dejando que el viento frío golpeara su rostro, provocándole cosquillas. Gavin lo miro de reojo, sintiéndose tan feliz de que todo haya terminado y que Nines continuara allí.


Dirigió su vista en el camino, no había mucho tráfico, extraño para lo circulado que era Detroit a esa hora. Reed sintió su estómago revolverse, no, había algo más. Un mal presentimiento de lo que estaría por venir. Un escalofrió  recorrió su cuerpo.


Pasaron el resto del día completamente ocupados, el próximo igual. Por suerte, habían conseguido que el maldito de Boris confesara, Gavin juraría que aquello que le dijo Nines había tenido que ver, pero el androide se negaba a decirle que era. Lucas quedo libre y pudo regresar con su familia mientras que los demás fueron recibidos en Jericó, donde Markus le dio un hogar hasta que se recuperaran del gran trauma. "Recuperarse" era una palabra muy lejana a la realidad, ellos jamás podrían olvidar la sensación de sus cuerpos siendo usados, de ser obligados a hacer cosas contra su voluntad y ver como sus compañeros morían ante sus ojos, no es algo que ellos olvidarían de una noche a la mañana.


Esa brecha entre los humanos y maquinas continuaba vigente. Y Gavin sabía que, aunque hayan logrado desmantelar esta red, había muchísimas más alrededor de ellos, ocultas, esperando el momento oportuno para atacar. Gavin se estremeció al pensar en lo que había ocurrido con Boris. 


¿Y si algún día no estaba ahí para recibir la bala por Nines?


¿Quién aseguraba que todo estaría bien?


Miro al cielo de un sábado por la tarde, apoyando sus brazos contra los barandales de la terraza de su edificio, temiendo lo momentáneo de la eternidad. Decidió tomarse un tiempo para pensar en todo lo que había ocurrido en su vida últimamente, mientras la calidez del sol lo envolvía.


¿Qué le aseguraba que Nines estaba a salvo?


Después de tiempo de no hacerlo, otro fragmento de la flor se desplazó de sus labios acompañado de unas lágrimas que se acumulaban en las pestañas del detective en pequeñas gotas que reflejaban su alrededor. Lo soltó, dejando que el pétalo danzara por el viento, mientras lo seguía con la mirada borrosa.


Un repentino miedo lo rodeo, le dolía tanto que ya no sabía cuánto podría aguantarlo.


— ¿Qué debería hacer, ma? — levanto la vista hacía el algodón de nubes frente a él, respirando el aroma de la tristeza que ahora lo rodeaba.


En toda su vida jamás le había pedido ni rogado nada a nadie. Su madre, en cambio, sí. Siempre le decía que debía creer en algo o en alguien a quien poder llamar cuando estuviera solo, necesitando respuestas o tocando fondo, aunque no creyera que realmente existiera. Y siempre odio la idea de hacerlo, porque ese ser al que la madre le lloraba en las noches frías de dolor agudo, rogándole por superar su enfermedad y poder quedarse junto a Gavin, jamás le había mostrado piedad.


Una suave brisa cálida lo meció en su pena, mientras se dejaba caer al suelo ante el dolor punzante en su pecho. Miro al manto azul sobre él y ahora, solo sin que nadie pudiera escucharlo, Gavin susurró:


— Por favor, a lo que sea que exista — un nudo se formó en su garganta, la dolorosa intuición tocaba su puerta —, cuando ya no esté aquí — Gavin arrugó la ropa sobre su corazón —... protege a Nines por mí.


...


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