Nunca pensó que volar junto a Malfoy pudiera ser algo tan agradable, habían competido en un campo de quidditch, pero esto era diferente, más íntimo, muy cercano.
Habían acabado riéndose, ellos dos, que lo más que habían llegado en su vida era a insultarse en voz baja, y a hacer pociones callados, muy calladitos.
Las mejillas de Malfoy estaban sonrojadas, más por el esfuerzo y la emoción, pero a Harry le seguía pareciendo muy hermoso.
No habían salido de los límites del bosque, Malfoy le había avisado a tiempo evitando que Harry se rompiera los dientes, las gafas y el orgullo.
—A Hogwarts lo rodea un escudo protector infranqueable. Y solo hay varios puntos de acceso completamente controlados.
—¿Pensando en escapar?
Harry lo había dicho de broma, pero el ceño de Malfoy se frunció como si el tema no le gustara.
No, no, quería más de Malfoy Sonrisas.
—Nunca te había visto volar tanto, las otras veces solo subías y volabas en los límites de tu claro.
—¿Mío?
—Ya me entiendes.
—Hoy he pedido permiso.
Harry alucinó pepinillos, Malfoy realmente era un enchufado.
—Snape lo sabe todo, ¿no?
Malfoy le traspasó con la mirada, como si comenzara a cerrarse en banda, pero algo cambió porque sí le contestó.
—Sí, él lo sabe todo.
—¿Alguien más lo sabe?—No es como si fuera asunto de Harry, pero en parte no quería que nadie más conociera los secretos de Malfoy.
—En Hogwarts, no.
Después de aquella conversación descendieron y Malfoy hizo desaparecer sus alas, Harry las iba a echar de menos.
El mero pensamiento le supo raro, ¿se estaba convirtiendo en un rarito fetichista?
La camiseta interior de abuelo volvió, y posteriormente la capa gruesa.
Harry no quería irse, o más bien, no quería despedirse de Malfoy. Lo había pasado francamente bien.
Pero la verdad es que era tarde, no encontraba excusas para estar más con él y ambos emprendieron el camino juntos hacia el castillo.
—Me ha gustado mucho volar contigo, tus alas son alucinantes y vas muy rápido.
Malfoy le miró orgulloso, satisfecho, con una sonrisa y el pelo alborotado por el viento.
—Gracias—dijo el rubio.
A Harry se le encogieron las tripas, como cuando tienes retortijones y tienes que salir corriendo al baño o plantas un pino en donde estés, pero en bien.
—Yo... esto... me gusta, quiero decir, estaría bien—¿qué mierda le estaba pasando en la boca?—Joder, que si quedamos mañana para salir a volar.
Malfoy estaba claramente riéndose de él por trabarse al hablar, pero no del modo malicioso habitual.
—Le preguntaré a Snape.
A Harry eso no le gustó una mierda, no tendría que pedirle permiso a nadie para volar, él tenía que ser libre. Y luego recordó como funcionaban las cosas en Hogwarts, muchas reglas, demasiadas.
—Si te dice que no, nos escapamos con mi capa de invisibilidad.
La risita de Malfoy le volvió a hacer daño en las tripas, a ver si se iba a cagar encima y ya era lo que le faltaba.
—Mañana te lo diré.
Harry solo asintió, eso sonaba a segunda cita.
Cita para volar, claro. Bueno, encuentro, lo que fuera.
—Adiós, Potter—le dijo el Slytherin cuando llegaron al pasillo que conducía a su lado del castillo.
Sonrisa de nuevo. Movimiento de tripas.
—Hasta mañana, Draco.
Ya iba corriendo al baño porque no se fiaba ni un pelo de su intestino cuando se dio cuenta de que le había llamado por su nombre de pila. Y en su carrera no vio como Draco se sonrojaba nuevamente, y esta vez no tenía nada que ver con sus vuelos.