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Mi estimado gatito. por Artemisa El Britannia

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Notas del capitulo:

Al fin!!!

 

Ya puedo decir que terminé esta historia, ya no habrá más capítulos, terminé oficialmente, no saben lo dificil que me fue hacerlo jajajajaja

 

Así que como ya es costumbre en mí, espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.

Capítulo 7.

 

Los últimos meses había vivido bastante bien, Seto había cuidado mucho de mí y había llevado la relación aun ritmo tortuosamente lento, no es que yo fuera alguna clase de hombre fácil, pero éramos adultos que habían esperado años para estar juntos y él se conformaba con abrazarme y darme un beso de buenas noches, eso me estaba matando físicamente, dormir con él era muy lindo, pero había noches en donde mi cuerpo necesitaba atención de él y él no movía ni un dedo para prender el fuego de la pasión.

Así que tomé la decisión de yo tomar la iniciativa con Seto, estaba seguro que él no quería avanzar más por miedo a que me pasara algo malo, pero no pensaba esperar más, cada que me ponía cachondo era recordando lo que él ocultaba dentro de esos finos pantalones, quería tener todo eso dentro de mí sin importarme morir en el proceso.

 

-      Hola cachorro, llegaste temprano – Seto estaba en la oficina que tenía en casa trabajando, él había dicho que pasaría por mí a la universidad, pero necesitaba aprovechar que Mokuba no estaba en la mansión, ya que en algunas ocasiones no me soltaba hasta entrada la noche después de haber jugado hasta que moría de sueño – si me hubieras llamado, podría haber ido por ti.

-      Tranquilo tomé un taxi – me acerqué para besarlo y quedarme sentado en el escritorio frente a él.

-      Me alegro que sepas usar un taxi, pero no son seguros – se levantó de su silla sabía que estaba huyendo, era la reacción que tenía cuando quería provocarlo.

-      Seto, siéntate – me vio con una ceja levantada, nunca le había dado una orden, pero no iba a dejar que se me fuera esa oportunidad de las manos – tengo que hablar seriamente contigo, así que siéntate – se volvió a sentar y cruzo los brazos y las piernas, una posición donde difícilmente podría empezar algo, me la estaba poniendo difícil, pero amo los retos y sobre todo esté que está sentado frente a mí.

-      ¿Pasa algo malo? – lo vi con ojos de tristeza, todo iba de acuerdo al plan.

-      Me siento mal – Seto se espantó y abrió sus brazos y sus piernas, se paró de inmediato enfrente de mi – el día de hoy sentí que me faltaba el aire en el pecho y me dolía la cintura – Seto tocó mi corazón y me vio preocupado, acercó su cabeza a mi pecho, esperando escuchar algún ruido raro, pero no contaba con que yo fuera más listo, así que lo tomé de la cabeza en un abrazo fuerte y de un tirón lo  tumbe sobre el escritorio y me puse sobre él, cosa que lo hizo abrir los ojos con sorpresa, me acerque a su rostro con mirada pervertida y empecé a hablar de manera más melosa – y solamente tú puedes curarme – le di un beso en los labios lentamente, mientras ponía sus manos en mis caderas – debes de sobarme para que ya no me duela – Seto se quiso levantar, pero puse mi peso sobre su estómago, si se movía hacia adelante no podría respirar y eso menguaría su fuerza, él era más fuerte que yo, por lo cual tenía que usar todas mi mañas de pandillero para mantenerlo sometido, hasta que sucumbiera ante la pasión.

-      Cachorro, bájate en este instante – se veía que gobernaba todas sus acciones para evitar que yo ganara.

-      Vaya, tan rápido quieres que llegue al postre, eres un desesperado Seto, no conocía ese lado tuyo – volví a besarlo mientras me iba desabrochando la camisa, él no había quitado las manos de mis caderas y podía sentir como me apretaba fuerte y su pulso temblaba, era obvio que estaba al límite de sus capacidades – Seto – le susurré al oído – ya no quiero vivir una vida de arrepentimientos, así que por favor hazlo conmigo – de un tirón Seto se levantó y me sentó sobre sus piernas me beso de manera dulce y pensé que había terminado todo, me rechazaría y viviría una vida de abstinencia.

-      Dioses cachorro yo tratando de aguantar para no lastimarte y vienes a tentarme con toda tu sensualidad, sé que si te pruebo hoy me volveré un adicto a ti y no voy a poder soltarte, tampoco podré sentirme saciado de ti, si te pruebo soy capaz de cortar tu libertad con tal de tenerte solo para mí – mientras me decía todas esas palabras me acariciaba el torso y apretaba mis muslos, pasaba sus labios por mi pecho y sentía su aliento sobre mi piel causando un intenso escalofrío que me recorría hasta el alma.

-      Quiero estar contigo para siempre Seto, no me importa nada más, así que deja de contenerte – levanté su rostro y lo besé.

 

Después de ese beso, Seto pegó mi cadera a la suya y pude sentir su firme, duro y enorme miembro pegado al mío, mi memoria tenía almacenado el recuerdo donde habíamos chocado en la adolescencia y estoy seguro de que no era tan grande, así que sonreí ansioso, eso que había anhelado desde la preparatoria al fin iba a partirme en dos…

 

*-*-*-*-*-*-*-*

 

El cachorro gimió al sentir la cercanía, sus ojos se nublaron de inmediato, mientras yo estaba ansioso de probarlo, había aguantado por mucho tiempo, incluso había logrado huir cuando veía las pervertidas intensiones de mi cachorro, pero hoy me había logrado tomar con la guardia baja y obviamente sus acciones, sus palabras, incluso su olor me hacía perder todo el autocontrol que había logrado conseguir en los últimos meses.

Mientras lo besaba sentí como movía su cadera en un vaivén rozando todo su miembro con él mío, mi corazón se aceleraba al pensar que iba a tomar todo del cachorro, sus manos empezaron a quitarme la ropa, así que lo ayudé quitándome la gabardina, mientras él desabrochaba mi camisa, empezó a abrir mi pantalón primero quitándome el cinturón y después abriendo el botón y el cierre.

El cachorro volvió a decir “Santo Dios Seto”, como cuando éramos jóvenes, lo cual sacó una sonrisa de mis labios, lo volví a besar y me paré del escritorio para colocarlo a él sobre el mismo, cuando lo senté él dejó caer mi pantalón hasta el suelo y como pude me lo saqué de las piernas, no quería caerme por su culpa en algún momento importante, cuando tuve al cachorro sentado lo desnudé de manera rápida.

Cuando lo tuve a mi merced como Dios lo trajo al mundo, me maldije mentalmente por haber pasado tanto tiempo sin ponerle una mano encima, de saber que era tan sensualmente delicioso me lo hubiera comido desde el primer día en el hospital, bese su cuello lentamente, cada beso era lento y profundo; a cada beso que le daba veía como su cuerpo reaccionaba con un escalofrío y se aferraba más a mi queriendo restregar más su cuerpo contra el mío buscando mayor contacto.

Empecé a acariciarlo mientras seguía repartiendo besos en su pecho, tomé su miembro y lo empecé a bombear, él se veía tan hermoso gimiendo debajo de mí, mientras sus manos trataban de detenerme, como si no quisiera llegar al orgasmo, pero al empezar a besar sus pezones y succionarlos un poco se corrió entre los dos aflojando por completo el cuerpo, mientras sus ojos se ponían en blanco y su boca sacaba miles de suspiros.

Llegué a su ombligo con los mismos besos que había estado repartiendo y él seguía suspirando, acariciando mi cabello y abriendo sus piernas para que yo pudiera pasar sin ningún problema, al llegar a su vientre sentí como se tensaba el mismo como advirtiendo lo que haría, sonreí al ver sus ojos cerrados, su boca apretada y sus manos sosteniendo sus muslos para poderme dar la libertad que necesitaba, en definitiva, era la mejor escena que ahora tenía en mi memoria.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Tenía los ojos cerrados para poder intensificar las sensaciones que tenía mi cuerpo al sentir sus labios sobre mí, se detuvo en mi vientre y mi cuerpo se tensó, sabía que se acercaba a una zona peligrosa, ya había llegado a un orgasmo, seguramente llegaría al segundo con solo sentir su lengua sobre mi miembro, así que apreté los labios tratando de imaginar una anciana en pañales y no correrme, pero no sirvió de nada en cuanto sentí la calidez de su boca me corrí de inmediato, había esperado tanto tiempo por esto que mi cuerpo estaba reaccionando muy rápido a sus atenciones.

 

-      Perdón yo… - Seto volteó a verme con esos hermosos ojos azules, sus pupilas dilatadas demostraban que estaba igual de excitado que yo, tal vez también estaba al límite.

-      Tranquilo – dijo justo después de habérselos tragado – era mi intención desde el inicio – casi me desmayo por la impresión, jamás pensé que haría eso.

 

Subió mi pierna a la altura del pecho y lo vi lamer 3 de sus dedos, se veía tan sensual haciéndolo, los colocó en mi entrada y me sostuve de la orilla del escritorio, me había puesto muy provocativo, pero debía de ser honesto, era mi primera vez en todo sentido, había amado a Seto tanto tiempo, que ningún hombre o mujer había llamado mi atención y mis necesidades fisiológicas las había satisfecho únicamente con mi mano… hasta el momento me había atrevido a más esperando que Seto tomara todo de mí y pensar que la espera había valido cada maldito segundo.

Sentí incomodidad de repente, su dedo estaba girando alrededor de mi entrada tratando de que empezara a relajarme y así abrirse paso para poder ingresar el dedo, me relajé lo más posible y cuando sentí todo el digito en mi interior me volví a tensar, solo por la sorpresa, ya que el dolor era casi nulo, me sostuve mejor de la mesa y me volví a relajar, cuando sentí el segundo dedo tenía incomodidad, pero era soportable, sus dedos se movían en círculos y en tijeras para ensancharme, después de un tiempo se sentía bastante bien, así que empezaba a gemir por el tacto, ingresó el tercer dedo, pero a pesar de la incomodidad empecé a restregarme sobre ellos, ya que necesitaba más contacto.

Seto sonrió al ver mi desesperación y entonces sacó los dedos para poder meter su miembro en mi interior, obviamente el tamaño de la punta no se comparaba con sus dedos, casi sentía que me querían meter una sandía, pero recordé lo bien que se sentía y decidí poner todo de mi parte, no iba a dejar que ese gato roñoso se fuera sin haberme partido por la mitad.

Entró lentamente, hasta llegar al fondo, veía estrellitas por todos lados, dolía bastante y sentía que se me iba a salir por la boca, pero no me arrepentía de nada, quería tenerlo siempre así, penetrándome hasta dejarme sin aliento.

 

*-*-*-*-*-*-*-*

 

Cuando estuve dentro del cachorro me sentí en las nubes, casi podía jurar que estaba en el cielo, su interior era tan calientito, tan suave, tan húmedo y apretaba delicioso, sentía que no podría contenerme y en cualquier momento me correría dentro de él, pero debía de aguantar, debía pensar en algo completamente diferente.

 

-      Seto, por Dios muévete.

 

Esas palabras, su tono de voz y su hermoso rostro sonrojado y excitado al mismo tiempo hicieron que perdiera mi auto control y empecé a embestirlo, tuvo que ser lento, ya que su interior me apretaba tanto que me era difícil salir, pero al entrar sentía como me succionaba poco a poco.

Admito que no duré mucho, me corrí de inmediato en su interior, era demasiado bueno para ser verdad, el cachorro aun temblaba debajo de mí sus ojos estaban cerrados y sus manos apretaban fuerte el escritorio, era una imagen bastante sensual para mis ojos, así que no tarde mucho en recuperarme, aun dentro del cachorro volví a embestirlo.

Empezó a gemir de inmediato por el movimiento repentino, gracias al semen que había dejado dentro ahora resbalaba mejor mi miembro, así que eso ayudó a que el cachorro no sintiera tanto dolor. Después de unos minutos las embestidas eran tan fuertes que empujábamos el escritorio hacía delante, si el cachorro no se hubiera agarrado de la orilla ya hubiera salido volando por la intensidad del ejercicio.

Cuando sentí que otra vez llegaría al orgasmo empecé a bombear su miembro con mi mano, logrando que Joey gritara mi nombre una y otra vez, cada que llegaba a su punto más sensible, ninguno de los dos aguantó más y terminamos al mismo tiempo.

 

-      Dios… esto es mejor que en mis sueños – apenas pudo recuperar el aliento y fue lo primero que se le ocurre decir.

-      Jajajaja y eso que aún no termina – salí de él para cargarlo, me aseguré de que no hubiera nadie en el pasillo y lo metí a nuestro cuarto, donde no lo dejé salir hasta que estuve plenamente satisfecho de todas sus reacciones, gritos y placeres que me brindaba.

 

 

 

 

 

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

A la mañana siguiente desperté más seco que el desierto, Seto no mentía cuando dijo que se volvería adicto a mí, pero parecía venado recién nacido mientras trataba de llegar al baño para lavarme, además de mi interior escurría todo el recuerdo de la noche anterior.

 

-      Te ves tan gracioso cachorro – escuché la voz de Seto y volteé emocionado, pensé que estaba trabajando y no lo vería hasta la comida.

-      No me arrepiento de nada – se río de mi comentario y me cargó hasta la bañera, como cualquier día me bañó con mucho cuidado secó mi cabello y me ayudo a vestirme, él de verdad que era todo un príncipe azul cuando se trataba de ser caballeroso.

-      ¿Qué quieres desayunar?

-      ¡Hamburguesa!

 

Amaba convivir con él, había valido la pena cada segundo a su lado no solo como persona sino también como gato, gracias a él ahora tenía una familia, una casa a la cual llamar hogar y todo el amor que necesitaba para poder ser feliz en la vida. Cuando imaginaba este momento recostado en mi cama no pensé que fuera tan perfecto como lo era actualmente…

 

 

Fin.

Notas finales:

Dicen que nadie muere por dejar un RW.


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