Capitulo XVI
James entró en la pensión, seguido por los guardias de Whittier. No podía creer la razón de porque Remus se había alejado de su familia, tampoco crecía la condición de su compañero de pensión. Subió las escaleras, mientras los guardias esperaban en la sala, llegó al pasillo escuchando la voz de su amigo Sirius, se apoyó en la puerta de la habitación de Remus, viendo que Sirius trataba de sacar al castaño del saco de dormir. Lo observo serio, no encontraba las palabras para decirle a su amigo la condición de Remus, sin que Sirius entrará en estado de pánico.
—Sirius—llamó a su amigo en un susurró. Sirius se volteó a mirarlo aliviado.
—James. Gracias por llegar, rápido ve por agua y dos mantas secas—pidió desesperado por Regulus y Remus—Ve a ver a Regulus, está enfermo—hizo saber con una sonrisa.
James se preocupó por su novio, pero prefirió caminar hacia su amigo, poniéndose enfrente de él, cubrió a Remus viendo que Sirius le miraba extrañado. Sirius le miró con atención, sus ojos le decían que era algo importante, que solo debía esperar las palabras correctas para revelarle ese problema que lo inquietaba. Pero, la espera solo lo ponía cada segundo más nervioso.
—Sirius, Lily y el padre de Remus, están al otro lado de la entrada del pueblo—Sirius le miró confundido—Ellos pidieron una orden de desaparición para encontrarnos. La policía de Whittier, quiere llevarnos al hospital para asegurarles que nos encontramos bien y poder informarles algo seguro—termino de relatar a James, mientras intentaba que Sirius no tocará a Remus.
—James, Regulus y Remus están enfermos—habló Sirius sin entender nada, su amigo no dejaba que pudiera ayudar a Remus—Quítale las manos de encima a Remus, debo sacarla de aquí para poder bajarle la fiebre a él y Regulus antes de que empeore.
—Sirius, Remus hoy necesita con urgencia ir al médico, necesita tomar una pócima específica para mejorar sus síntomas—hablo James, con un nudo en la garganta. Sirius le miró extrañado, tenía miedo de la reacción de su amigo antes la noticia que tenía que revelarle.
—Sirius, Remus está enfermo desde los cuatro años. Me comuniqué con su padre, él necesita un hospital para tomar la pócima—explicó James. Sirius bufo molesto.
— ¡Ve al grano, no entiendo nada!—exigió Sirius molesto, al no poder comprender del todo a su amigo ¿Por qué le costaba tanto decirle la verdad?
—Remus es un hombre lobo, posee licantropía—comunicó James. Sirius le miró sorprendido—Por favor, llevémoslo a un hospital. Yo te seguiré con Regulus, no le pasará nada a tu hermano lo prometo, pero necesito que te preocupes de Remus, porque su padre está preocupado.
Sirius asintió con la cabeza al comprender la situación. Observo a Remus, quien respiraba con dificultad a causa de la fiebre. Su cara estaba roja y su cuerpo sufría escalofríos. Negó con la cabeza y reaccionó. Tomó a Remus en brazos y bajó las escaleras para que los guardias le llevaran al hospital. Remus se quejó, al sentir los movimientos del auto. Sintió como traían una camilla y Sirius lo depositaba con cuidado. Sirius vio cómo se llevaban a Remus a urgencias para estabilizarle. Por lo que, no le quedó otra opción que esperar en la sala de espera.
James llegó luego de diez minutos con Regulus inconsciente en la espalda. Observo como su hermano menor era llevado a la misma sala que Remus. James se volteó con una sonrisa ¿Cómo podía sonreír en esta situación? James siempre era quien mantenía la cabeza fría en este tipo de situaciones, pero en el fondo sabía qué estaba igual que preocupado que él, aun cuando no lo demostraba.
—Vamos, llamemos a Lily, les dije por radio que la llamaría para informarle a todos—ordenó James, pasándole una radio a Sirius.
Sirius tomó la radio entre sus manos, temblando a causa de los nervios, miró a su amigo, negando con la cabeza ¿Qué le iba a decir al padre de Remus? Apenas habían llegado y no sabía absolutamente nada del estado de Remus y Regulus, pero James solo le animó con una sonrisa. Activo la radio escuchando la voz de Lily, sintiendo un nudo en su garganta.
— ¿Sirius eres tú? Puedes hablar, estoy con el padre de Remus—contestó Lily desde la otra línea.
—Sí, soy yo—contestó a su amiga, con un nudo en la garganta—Voy a hablar sobre Remus, ahora.
— ¿Él está bien?—preguntó Lyall preocupado.
Sirius se quedó callado ante la pregunta, porque ni siquiera sabía cómo contestar aquella pregunta, los médicos aún no habían salido a decirle nada. Observo a James pidiendo ayuda. Este le movió las manos motivándolo a continuar. Suspiro y trago saliva, tratando de disminuir ese nudo que le apretaba la garganta y lo hacía sentir vulnerable.
—Él sufrió una crisis por el susto del terremoto, están atendiéndolo ahora. Eso es lo único que sabemos hasta el momento—comunicó, sintiéndose impotente al no poder ayudar a Remus como debía.
—No te preocupes, por favor mantennos informado de cualquier cosa. Gracias por preocuparte por mi hijo—agradeció, haciendo sentir a Sirius más calmado.
Sirius se sentó en la sala de espera. Su corazón latía con fuerza, no se sentía preparado para esa incertidumbre. Estaba asustado. James se sentó al lado de su amiga y puso una mano en su hombro. Sirius limpió sus lágrimas, para ocultar su dolor de James.
—Sirius, tranquilo. Remus va a estar bien, él es fuerte, así que tranquilo—susurró con un hilo de voz—Ya verás cómo en poco tiempo los dos saldrán por esa puerta.