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Wrong House por NNK

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Notas del capitulo:

Como siempre, les recuerdo que los personajes pertenecen a J.K.Rowling, y algunos son de mi propia creación.

 

Capitulo XII: Vida o Muerte.

 

Severus arrugó la frente con molestia, llevaba exactamente una hora tratando de revisar las pociones de los niños de segundo año y aún no podía concentrarse del todo. Sentía una leve opresión en el pecho, tenía la sensación de que estaba olvidando algo, pero no sabía con exactitud ¿Qué?

Tenía la intención de ir a ver a sus hijas, pero desistió. Phoenix estaba en clases de astronomía y sería extraño aparecerse allí. En cambio, Aroa debería estar en la sala común de Gryffindor, tal vez en su cuarto durmiendo y dudaba mucho que su hija, quisiera verlo, luego del castigo impuesto por el mismo. Negó con la cabeza enojado, no iba a disculparse con ella, casi sufre un infarto cuando se enteró de que Aroa había desaparecido en un traslador.

Observo el reloj de la pared, marcaba las diez y media de la noche. Remus vendría por sus frascos de la poción matalobos, mejor despejaba su mente concentrándose en ello. Vio la puerta de su cuarto y tuvo el impulso de ir a buscar a Phoenix para decirle que fuera a ver a su hermana para saber si necesitaba algo, pero recordó que estaba enfadada con ella también, por reírse en clases y sacarse una mala calificación en pociones.

Suspiro, si seguía enfadándose por todo con sus hijas, iba a provocar que ambas se unieran y le hicieran una broma, que lo iba a poner de mal humor todo el año. Por ello, prefirió relajarse y buscar los frascos con la poción que venía a buscar Remus. Unos golpes en la puerta los sacaron de sus pensamientos, giró su cabeza viendo la hora en su reloj de pared, seguramente era Remus.

—Pase—concedió Severus sin mirar, con solo escuchar los pasos, sabía que se trataba de Remus— Ya te entrego los frascos que vienes a buscar.

— ¿Vas a seguir enojado con tu hija Aroa?—preguntó Remus a Severus, cruzándose de brazos. Aroa lucía muy cansada en su clase—Las dos tienen un carácter familiar al de él—reconoció. Las hijas de Severus le recordaban a su viejo amigo.

—Cállate Lupin, nadie pidió tu opinión, ni mucho menos tu preocupación—susurró entre dientes con molestia.

 —No estoy expresando una opinión, ni siquiera estoy preocupado. Phoenix es sería como tú y sabe cuidarse sola. En cambio, Aroa es inusual, extrañamente carismática y sí que sabe cuidarse sola—murmuró Remus, ganándose una mirada de odio por parte de Severus.

—No hables así de mis hijas. No te lo permito—dictaminó, observándole molestia—Ninguna de las dos, sabe cuidarse sola y apenas están aprendiendo—resaltó Severus, callando a Remus, quien observo en silencio como su compañero contaba los frascos con la poción matalobos.

—Entiendo, Pero tienes que reconocer, que el hecho de que te saquen de quicio, es porque tiene un carácter parecido al de él—volvió a murmurar esperando una confirmación, pero solo se ganó una mirada fría de su compañero.

Severus le entregó los frascos que contenían la poción matalobos, con la clara intención de que se fuera de una vez. Pero, sus deseos se olvidaron por completo cuando una luz iluminó todo el salón. Giró su cabeza y sus ojos solo demostraron sorpresa y miedo ante el patronus de su hija menor. Lo vio desaparecer hacia la torre de astronomía. Aroa estaba en peligro.

Salió del salón corriendo lo más rápido que pudieron llevarlo sus piernas. Remus salió detrás de él, al ver aquella reacción. Severus recuperó la compostura cuando vio a los profesores, se dirigió a paso rápido hacia donde se encontraban los menores hace una hora. Su mirada se encontró con la de Phoenix en su camino, vio la angustia y el miedo reflejado en ellos. Sonrió y solo atinó a hacerle una seña a su hija, antes de retomar su camino al bosque prohibido.

Siguió las huellas del animal, se encontró con Hagrid, quien alzaba a Hator Zabini para llevarlo a la enfermería, se adelantó, sintiendo los pasos apresurados de Remus detrás de él. Se asustó cuando encontró a Dennis Creevey inconsciente, con unas heridas en la espalda, quiso ayudarlo, pero Remus se acercó al niño.

—Ve por Aroa, rápido —exclamó Remus, apresurado.

Severus dejó atrás a su compañero, camino hacia delante al encontrar las huellas con sangre, seguían hasta la laguna que había en el bosque prohibido. Alzó la mirada y se petrificó al ver a Aroa en el suelo bajo un charco de sangre a metros del agua. Se acercó a paso lento, quedándose sin aire, mientras su mente se negaba a la posibilidad de que su hija menor hubiera muerto.

Se agachó a su lado. Aroa tenía una herida de mordida en el brazo y una herida en su cabeza, estaba inconsciente, respirando agitadamente. Observo su entorno, viendo como las huellas desaparecían en el agua.

—Aroa… Aroa despierta, por favor despierta—llamo, esperando a que su hija abriera los ojos, bajo la esperanza de que su hija no se encontraba tan grave como él pensaba. Pero no fue así.

La tomó en brazos y apareció rápido en la enfermería. Vio como los ayudantes ayudaban a los niños. Remus fue quien le ayudó a cargar a Aroa a una camilla para que las enfermeras le ayudarán rápido. Observo sus manos y camisa, la sangre de su hija en ella y no supo reaccionar.

—Severus, ve a cambiarte—pidió Pomfrey, al ver que Severus miraba su ropa y a la camilla en shock—Remus, acompáñalo, necesito que solo los enfermeros nos quedemos con los niños.

—No… ¡No!—exclamó en un susurró y luego volvió a repetir la palabra en una exclamación.

Remus se sorprendió al escucharle gritar, pero prefirió obedecer a Pomfrey y lo llevo fuera de la habitación. Era mucho mejor que Severus, no siguiera viendo a su hija Aroa en ese estado. Phoenix y Blaise se encontraban afuera, pero ambos se sorprendieron al ver la sangre en la ropa y manos de Severus. Este abrió sus ojos desesperado, mientras era empujado por Remus para que se cambiara.

—Papá ¿Cómo están? ¿Es verdad lo que dicen?—preguntó Phoenix, pero se sorprendió al ver el estado de su padre.

—Ustedes no entren y esperen a la profesora Mcgonagall—pidió Remus en tono de orden, mientras llevaba a Severus a su cuarto.

Blaise y Phoenix se miraron preocupados por el estado desconocido de sus hermanos. Pronto vieron como Collin llegaba corriendo con lágrimas en sus ojos, junto a Oliver Wood y la profesora Mcgonagall. Pasaron unos veinte minutos antes de que uno de los enfermeros de Pomfrey saliera, todos los presentes observaron con atención cómo el enfermero alejaba a la profesora Mcgonagall.

—Profesora Mcgonagall, hemos hecho transfusiones de sangre en los tres niños, sus heridas son profundas y perdieron una cantidad importante de sangre—comunicó en un susurró, viendo la preocupación en los ojos de la profesora—Pomfrey ha pedido que el director Dumbledore, prepare un papel de traslado al hospital San burgo para Aroa en caso de urgencia—pidió, viendo que Phoenix no le quitaba la mirada de encima.

— ¿Tan grave se encuentra Aroa y sus compañeros?—preguntó la profesora Mcgonagall angustiada.

—El niño Creevey y Zabini están inconscientes y estables, la niña Snape debido a la pérdida de sangre se encuentra inestable, y Pomfrey teme que no tenga los implementos suficientes para que sobreviva sin ayuda más específica. Ahora le puso un respirador, para ayudar a sus pulmones a respirar más profundo—comunicó el enfermero apenado, Mcgonagall llevo una mano a su boca sorprendida—Pero Pomfrey dice que todo depende de la fuerza y voluntad de la niña.

—Comprendo. Muchas gracias se lo comunicaré a sus hermanos —dijo con una sonrisa amable. Regresando con los chicos que le miraban, pidiendo una explicación.

Notas finales:

Gracias a todos por llegar hasta aqui, nos vemos en la siguiente publicación.


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