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Wrong House por NNK

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Notas del capitulo:

Como siempre los personajes pertenecen a J.K. Rowling y algunos son de mi completa autoria.

 

 

Capitulo XXVII: La broma a los Hufflepuf.

 

Fred y George Weasley fueron los primeros en ser encerrados en la oficina de la profesora Mcgonagall, luego de que toda la casa de Hufflepuff declarara que los Weasley o los niños de primero, les hicieron una broma. La tercera y cuarta persona en ser encerrados allí fue Dennis Creevey y Aroa Snape, quienes fueron dejados allí por un muy enfadado Oliver Wood.

— ¿Qué hiciste ahora Aroa?—le recrimino Fred apenas la vio.

— ¿Qué hicieron ustedes? Yo estaba… en la biblioteca—reclamó de vuelta, enfrentándose al pelirrojo mayor.

—Fueron ustedes, nosotros estábamos haciendo una tarea de transformaciones—acusó George enfadado.

— ¿Tarea, ustedes? No nos hagas reír, solo saben hacer bromas y coquetearle a las chicas para pasar sus exámenes—exclamó Dennis a defensa de su amiga.

—No, fue culpa de ustedes, solo a ustedes se les ocurriría una broma así—reclamó Aroa enfrentándose a ambos gemelos, quienes le miraron con enojo.

—Aunque así fuera, nosotros anoche estábamos en clase de astronomía y en la mañana haciendo una tarea de transformaciones, así que solo ustedes pudieron tener tiempo para hacer una broma así—reclamó Fred, defendiendo a su hermano de esos dos niñatos.

La profesora Mcgonagall, suspiro, frustrada en cuanto entro a su oficina y escucho tremenda discusión entre los dueños de las bromas y los bebés en pañales que ellos llamaban discípulos solo para molestarla a ella, odiaba regañar a los chicos por sus bromas, eran divertidas, este año se había entretenido mucho. Pero, la broma hecha a la casa completa de Hufflepuff fue la que rebasó su cuota de paciencia.

—Profesora, Aroa y yo somos inocentes de verdad, estábamos en la biblioteca—habló Dennis al verla.

— ¡Todos guarden silencio!—exclamó Mcgonagall, haciendo que todos guardaran silencio con una mueca clara de enfado, dirigida hacia los distintos bandos. — Escúchenme bien los cuatro, quien no me diga quien fue, le quitaré 100 puntos a Gryffindor.

 —Pero es su casa— exclamó Aroa sorprendida—Además, no puede quitarnos puntos por algo que no hemos confesado.

—Somos inocentes, profesora Mcgonagall—apoyo George a Aroa con preocupación.

—Ustedes cuatro eran los únicos que tenían aerosol pica a pica entre sus cosas—reclamo, viendo como sus cuatro bromistas suspiraban frustrados. —Vamos, estoy esperando—pidió amablemente, aunque su rostro mostrara que quería matarlos a todos.

Fred observo a George, quien solo alzo los hombros sin hacer específicamente, la broma fue ayer en la noche y ellos estaban en clase de astronomía y eso no terminó hasta la una de la madrugada. Ellos tenían una coartada sólida. Por otro lado, Aroa observo a Dennis, quien le miró tragando saliva, ellos estaban fuera de la sala común de Gryffindor a la hora de la broma, pero no tenían a nadie que los haya visto, porque todos estaban en sus salas comunes.

—Bien, al ver que nadie quiere cooperar, cada uno se separa con un profesor y estará con él restó del día, a ver si su silencio es más fuerte que soportar la tensión entre sus profesores. ¡Pasen!—exclamó, viendo como entraban tres de sus compañeros. —George Weasley con Severus Snape—habló Mcgonagall, viendo como el pelirrojo negó con la cabeza antes de ser llevado por el padre de Aroa a la fuerza—Fred Weasley con la Profesora Hooch, Dennis Creevey vete con Percy Weasley a la sala común y Aroa Snape conmigo.

Aroa observo para ambos lados y regreso su mirada a la profesora Mcgonagall, mientras tragaba saliva. Se sentó en el asiento que ella le dijo y prefirió seguir el consejo de la voz en su cabeza.

Guarda silencio hasta que se aburra.

Mcgonagall la observo en silencio, no había tenido tiempo de pasar tiempo con Aroa, sabía que era una excelente alumna, tanto como Hermione en todos los ramos que cursaba, pero su defecto es que a veces utilizaba su inteligencia para las bromas que para subir las notas.

—Debió ser muy divertido pensar en esparcir el polvo pica-pica, en las camas de todos los de Hufflepuff e imaginar como debieron rascarse como monos al despertar ¿Verdad?—tentó, viendo como Aroa solo lo miraba nerviosa— ¿Por qué estabas ayer en la casa de Hufflepuff?

—Cedric Diggory es mi tutor en clases de historia mágica. Hermione me lo presentó cuando dijo que ya no iba a ser mi amiga porque yo la confundía con mi hermana mayor—comentó sin mirarla con una sonrisa.

Eso es solo dile lo que debe saber nada más y cuidado con las preguntas trampas.

— ¿Y qué estabas haciendo afuera de la medianoche Aroa?—preguntó Mcgonagall, luego de unos veinte minutos después.

Esa es una pregunta trampa.

—Me dio hambre a mitad de la noche y fue a la cocina por comida—comentó lo que había hecho antes de encontrarse con Dennis.

Mcgonagall volvió a guardar silencio, ella no servía para interrogar y realmente Aroa solo decía la verdad. Aroa observo el reloj, llevaba exactamente cinco horas en ese lugar, estaba a punto de volverse loca, tenía que salir de ahí, antes de que la profesora se diera cuenta de que podía tener fiebre nuevamente.

—Está bien, fui yo—se culpó a sí misma—Esparcí, el aerosol pica-pica mientras Cedric se entretenía con su novia Cho, estuvo con ella casi media hora—mintió a la profesora con una sonrisa traviesa—Fui yo, profesora Mcgonagall

Levanto la mirada convencida, ella no había sido, pero necesitaba salir de allí antes de que su profesora se diera cuenta de que su fiebre había subido nuevamente a causa de que esa voz volvió a hablar en su cabeza y no quería hacerle nada malo.

—Puedes retirarte a tu cuarto Aroa, te vas a quedar allí sin comer nada hasta mañana—ordenó la profesora Mcgonagall.

Aroa asintió, sabiendo que esa acción la llevaría nuevamente al comienzo de sus días como alumna de la casa de Gryffindor en Hogwarts, una vez más iba a ganarse el odio de sus compañeros de casa.

No te preocupes, todo saldrá bien, te lo prometo.

Phoenix se levanto de la escalera junto con Oliver, ambos se voltearon hacia la puerta de la oficina de la profesora Mcgonagall, viendo como Aroa salía con la cabeza agachada y bajaba las escaleras con una mirada apenada.

—Oliver, llévala a su cuarto y que no salga hasta mañana—ordenó la profesora Mcgonagall a Oliver Wood.

Phoenix se puso en frente de su hermana, viendo como Aroa le sonreía traviesa, pero sus ojos decían otra cosa.

—Fui yo, fue la mejor broma que he hecho, no me arrepiento—coment´p con una sonrisa, que no convenció para nada a su hermana.

— ¿A quién estás cubriendo?—preguntó en un susurró Phoenix, viendo que Oliver iba con Mcgonagall.

—A nadie, fui yo—volvió a repetir con una sonrisa.

—Deja de sonreír, no me convences—ordenó, viendo como su hermana le miraba a los ojos enrojecidos. —Ahora dime ¿A quién estás cubriendo?

—No lo sé, yo ayer solo fui a comer algo a la cocina y luego al baño del segundo piso—comentó con una sonrisa alegre.

— ¿Qué estabas haciendo en el baño del segundo piso?—preguntó a Aroa, tratando de ayudar a su hermana.

Aroa volvió a guardar silencio, no podía decir que hacía exactamente allí, porque su hermana la iba a tratar de loca, ni siquiera ella podía entender por qué luego del accidente escuchaba esa voz.

—Lo siento, la de la broma fui yo—comentó, viendo como Phoenix le miraba apenada, cuando Oliver la tomó de la mano para poder llevársela a la sala común.

—Nos vemos en el campo de Quidditch, Phoenix—ordenó Oliver Wood con una sonrisa alegre.

Phoenix se sorprendió con una sonrisa y asintió con la cabeza. Iba a ser todo lo posible por sacar a su hermana del lío que la habían obligado a culparse.

Notas finales:

Gracias a todos por llegar hasta aqui. Nos vemos en la siguiente publicación.


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