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Wrong House por NNK

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Notas del capitulo:

Como siempre les recuerdo que los personajes pertenecen a J.K Rowling y algunos son de mi completa autoria,

 

Capítulo LV: Infancia.

 

Phoenix ayudó a Eli con su maleta mientras se dirigía a las afueras del colegio, dónde se encontraban los carruajes que llevarían a los alumnos que se iban de vacaciones de navidad. Draco tomó la maleta y la subió a la parte trasera, al mismo tiempo que Eli y Phoenix observaban a su alrededor buscando a Aroa. Phoenix oscureció su mirada al ver que algunos alumnos aún hablaban del ataque del perro al campamento, quiso hablar con su hermana menor, pero Tonks no se lo permitió por el momento.

—Tienes que cuidar de Aroa—ordenó Eli con preocupación.

—Quédate a su lado, se una buena hermana—le comentó Draco con tono de advertencia— Y una vez sepas que se encuentra bien nos envías una carta.

—Duerme con ella en la sala común de Gryffindor, no la dejes sola en ningún momento aún cuando ella te lo pida— le volvió a recordar Eli a Phoenix, quien miró a ambos hermanos un poco fastidiada.

—Chicos tranquilo, es mi hermana y la conozco, solo no se siente preparado para hablar de ello, por ello no la voy a presionar hasta que esté preparada—comentó con una sonrisa fingida que causó la mirada molesta de ambos hermanos—Estoy segura de que está bien, tal vez asustada, pero está bien—reafirmó, aliviándose al verla aparecer en la entrada junto a sus amigos—Ven se bien.

—Una cosa es que se vea bien y otra que lo esté—hizo saber Draco de mal humor— ¡Oye bestia, ven a despedirte!—llamó Draco a Aroa, viendo como la chica corría a ellos.

Draco movió su labio molestó al ver que su prima le abrazaba en frente de todos, la empujó y sacudió su ropa mientras sonreía levemente ante la mirada molesta de Eli y Phoenix. Aroa le saco la lengua en cuanto abrazo a Eli y luego se colocaba al lado de su hermana.

—Bestia debes obedecer a Nix en todo—ordenó, viendo que Aroa miraba a su hermana—Porque si no—amenazo, haciendo reír a ambas.

—Está listo, encontré todo lo que podemos saber, nos esperan—murmuró para Phoenix, quien asintió con la cabeza, mientras sonreía.

— ¿Qué está listo?—consultó Eli con curiosidad.

— ¿De qué están hablando?—le siguió Draco interesado.

—Un secretó. Vengan deben subirse ya—ordenó Nix, ayudando a los dos a subirse, mientras ambos le miraban un poco molesto.

—No han dicho de que se trata—recordó Eli con cara de pocos amigos.

—Adiós que les vaya bien—les dijo Aroa, ignorando por completo las palabras de Eli.

Ambas hermanas guardaron silencio ante las insistencias de Eli y Draco, se despidieron alzando su mano y moviéndola de un lado a otro con una sonrisa que solo mostraba lo ansiosa que se encontraban ambas por correr a la biblioteca donde se encontraba el trió de oro. Una vez que vieron a último carruaje desaparecer, empezaron una carrera por llegar al lugar esperado, escucharon las quejas de los fantasmas al verse atravesados por ellas. Ambas entraron a la biblioteca, sentándose en la mesa donde se encontraba Harry leyendo un libro.

— ¿Dónde están Hermione y Ron?—preguntó Aroa al no verlos por el lugar.

—Fueron al baño, miren lo que he encontrado—comentó Harry, volteando el libro, para que ambas hermanas lo vieran—Phoenix, te parece mucho a Snape.

—Es obvio, soy su hija—comentó con superioridad, pero sorprendida al ver el parecido con su padre a los catorce años.

—Mira parece que Sirius Black y papá no se llevaban bien—le contó Aroa, señalando la foto que se encontraba al lado derecho del libro, donde ambos se miraban con odio.

—Todos cuando se enamoran, se llevan mal Aroa—contó Phoenix con una sonrisa.

—Pero Luna y tú se llevaban bien, además en vacaciones se noto mucho—comentó Aroa coqueta, ganándose un codazo de su hermana en las costillas y una mirada curiosa de Harry.

—Espera, ¿Alguien más sabía de tu existencia Aroa?—preguntó Harry sorprendido.

—Pues claro, mi padre, mis elfos, los Malfoy, Charlie Weasley, Tonks, los padres de Tonks, mi papi, mi tío, mi padrino Remus y mi hermana por supuesto—comentó, mientras contaba con los dedos—¿No se me escapa nadie verdad?—le preguntó a su hermana con duda.

—Bueno, faltan algunas personas, pero no es importante—comentó Phoenix a Harry, mirando el libro con las fotos de Sirius Black.

— ¿Y entonces por qué no hablaste de tu hermana en dos años?—comentó Harry curioso.

—Porque ustedes nunca preguntaron y solo asumieron que yo era hija única—comentó Phoenix, viendo que Ron y Hermione se sentaban cada uno al lado de Harry.

— ¿Y tú no extrañabas a tus padres y hermana cuando venían a Hogwarts?—preguntó Harry, refiriéndose a Aroa.

Aroa alzó la vista con una mirada nerviosa, mientras su hermana le miraba atenta a una respuesta al igual que el trió de oro, no es que no los extrañara, porque si lo hacía a veces, pero entre estar rodeados de ellos en Hogwarts a estar cinco minutos en su casa de árbol, prefería la segunda opción. Aclaró su garganta y sonrió.

—Claro, pero Phoenix me enviaba cartas de colores, todas las semanas y yo igual, así sentía que  el tiempo pasaba más rápido—comentó con una sonrisa alegre.

— ¿Y no te aburrías en casa siendo cuidada por los elfos domésticos?—preguntó Hermione, llamando la atención de Harry y Ron.

—No, ellos me dejaban ser libre a cambio de que hiciera mis deberes y comiera como ordenaba mi padre—comentó, ganándose una negación por parte de su hermana, para que no contará más.

— ¿Deberes? ¿Ibas a algún colegio Muggle o tenías tutor?—preguntó Ron con curiosidad.

—Papá tenía contratado un tutor que nos enseñó a leer y escribir  a ambas y a veces nos enseñaba lo básico de las materias que entregaba Hogwarts—comentó Phoenix con algo de desconfianza.

— ¿Se puede saber quién es?—preguntó Harry interesado.

— ¡No!—exclamaron ambas hermanas, sorprendiendo al trío de oro. Nadie jamás se iba a enterar de que Regulus Black estaba vivo y oculto en la casa de los Snape.

— ¡Espera!—exclamó Ron, rompiendo el aire de sorpresa—pronunciaste a mi hermano Charlie ¿de dónde lo conocen ustedes?

Phoenix miró a Ron sonrojada al igual que Aroa, contar esa historia le daba algo de vergüenza, pero no sabían por dónde empezar y eso requería revelar que su tío Regulus había estado criando un dragón bebe de manera ilegal en casa y que Severus al ver que le había quemado toda la cocina y el estudio donde hacían las pociones, llamó a Charlie para deshacerse de ese monstro con alas, como lo llamó aquella vez.

—Una vez papá lo llamó a casa porque había encontrado un huevo de dragón, se lo dio y se marchó, fue una visita de cinco minutos—contó Phoenix nerviosa.

Eso era mentira, la visita realmente había durado dos horas, una hora en que pudieran atrapar el dragón que ya por poco había quemado dos habitaciones y el jardín, y la siguiente hora luchó entre la fascinación de ambas hermanas por acercarse al dragón, mientras escuchaba las quejas de Regulus porque Charlie se lo llevaba a Rumania. Suspiro.

—Ya veo—comentó Ron convencido—Aunque suena raro el profesor Snape jamás llamaría a Charlie.

— ¿Por qué no? Ellos dos tenían una… comentó Aroa, siendo golpeada por un codazo en las costillas por parte de su hermana mayor.

—A pesar de que se llevaban mal, tenían una amistad de trabajo. Ambos se respetaban en su ámbito de trabajo ¿Verdad Aroa?—comentó, mirando a su hermana como si quisiera asesinarla.

—Claro—comentó, adolorida mientras se acariciaba la zona golpeada—Papá, pensó en Charlie casi al instante porque tampoco en un mounstro para dejar al dragón en manos inexpertas—comentó Phoenix.

Aroa desvió la mirada de los ojos de su hermana, por poco estuvo a punto de soltar que Charlie Weasley casi se transforma en un Snape de tomo y lomo alrededor de tres años atrás.

Notas finales:

Gracias a todos por llegar hasta aqui. Nos vemos en la siguiente publicación.


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