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Delirio por M M

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Notas del capitulo:

Holaaaaa 

Les traigo actualización jejeje mañana subiré otro capítulo también, no olviden comentar juju

 

 

 

 

Capitulo 24
Tratos y ambición




Qué maldito asco, aquella horrible mujer se había atrevido a tocarle la mano,  sentía repulsión de las palabras anteriormente dichas.
Después del desagradable encuentro entre Susan y él interrumpido gracias al Señor Frederick había corrido despavorido al baño más cercano para poder lavar enérgicamente sus manos, su asqueroso perfume Aún se notaba en su piel blanca. Maldito Sea el Plan B pues se estaba condenado a sí mismo con tan horrenda mujer.

James sentía una mezcla de emociones entre lástima, miedo, algo de ira, un poco de culpa, y mucho asco. Admitía que los métodos que utilizaba no eran los más éticos, Si tan solo no hubiese sido tan impulsivo al tratar de tomar a Day no tendría que lidiar falsamente a su retorcida madre. El hoyo en el que se había metido era sólo culpa suya y de sus bajos instintos.
Una vez terminado de enjuagar sus manos se miró duramente al espejo.
Estaba harto de fingir que estaba bien, de fingir ante los demás que nada le afectaba, que siempre estaba perfecto. 



Tenía miedo….



Si tan sólo alguien le salvara, alguien se apiadara de su corazón, de su escondida vulnerabilidad….
Day era ese sueño que tanto anhelaba, pero su propia ambición no le permitía alcanzarlo. Se estaba ahogando, tan dolorosamente que apenas si podía respirar.
Al salir del baño una figura tranquila y relajada se encontraba un lado de la entrada. James le miró dudando pues el rostro se le hacía familiar.
- Buenas noches profesor… Me recuerda?- dijo el Jóven pelirrojo.
- Discúlpame hay tantos alumnos en el Instituto que me es difícil recordar a todos- Hablaba James tan tranquilo como le permitía su organismo.

- No se preocupe profesor Snow, también me suele pasar… Soy Claude Benson, estoy en el mismo salón qué Anthony- dijo aquello con algo de desprecio escondido. James se intrigó por la postura del Adolescente.
- Ustedes no son amigos?- preguntó sonriente.
- No precisamente, No suelo hacerme amigo de alguien tan prepotente y poco hombre… Discúlpeme profesor espero no incomodarle- El joven pelirrojo traía en su mano lo que parecía ser una copa de vino. 
- Está bien no te preocupes, A qué debo tu saludo?- James no era tonto y sabía que algo escondía ese jóven al lado de él.
- Iré al grano Profesor Snow, sé que usted es un hombre ocupado y yo también… Recientemente perdí puesto a presidente del comité estudiantil, gracias a las artimañas de Anthony, y también se atrevió a faltarle al respeto a mi familia- Claude expresó una mirada de molestia torciendo los labios.
James sonrió con algo de interés pues si podía hundir Anthony de alguna forma lo haría así sólo tendría menos problemas de que  preocuparse.
- A qué viene todo esto que me comentas? Es acaso que quieres que intervenga ante el director del Instituto? O Es acaso qué deseas otra cosa de mí?- la voz del profesor se endureció finamente.
- Profesor Snow, no me tome la ligera… Sólo quiero algo de justicia, apelo a su comprensión por las cosas ocurridas con usted- dijo con algo de altivez El pelirrojo.
- A qué te refieres con eso? Explícate- James se molestó un poco por la prepotencia del Adolescente. Si algo sabía sería peligroso.

- Profesor Snow no se inquiete, pues es del dominio público su desagrado por Anthony, mi familia también tiene negocios con los Wortington y ya sabe que los rumores sobre lo  allegado Qué es usted al CEO dueño de DRISMA y su posible herencia sobre algo que no es suyo, Aunque ambos sabemos que para ello tendría que quitar Anthony del camino- Claude le miró bastante serio y decidido, incómodando todo el ambiente.
- Eso a qué viene ahorita? Cómo es que esto te beneficia ti y a mí? Se directo y dime qué es lo que quieres, Qué es eso qué deseas por justicia?- James le miró molesto, indignado y no valorado.


- Si fuera usted tan amable de decirme algo que me fuese de utilidad para poder poner en su lugar a Wortington se lo agradecería mucho profesor…- Claude expresó de nuevo aquella mirada de molestia.
- Si te ayudo… Y te brindó la información que necesitas… Que recibiré yo a cambio? No creerás que nada en este mundo de negocios es gratis- dijo burlonamente.
- Quitarse la piedra del zapato… Eso no es bastante ayuda para usted? O es que tiene otro tipo de ambiciones profesor? Sea más claro Así como usted me pide claridad- Claude detestaba los jueguitos y darle tantas vueltas al asunto pero con tantos invitados a su alrededor y personas qué pudiesen escuchar no se arriesgaría.

-Bueno lo que me ofreces no es tan desagradable, Será mejor que acordemos que esta conversación se quede absolutamente olvidada, te daré la información que requieres espero que puedas deshacerte de lo que detestas y puedas hacer la justicia de la que tanto hablas- dijo el profesor algo indignado y también temeroso de ser demasiado obvio de sus más bajas pasiones.

- Muy bien, es un trato…- el pelirrojo Le entregó una tarjeta con una dirección de correo electrónico, La sonrisa en ambos rostros se volvió un tanto lúgubre pues sin importar lo que ocurriera alrededor las ambiciones y los deseos también son cosas de negocios.


Por otro lado en él piso de La Mansión, Day se encontraba algo aburrido de esperar a que Tony regresara, no tenía que salir de aquella habitación pues tanto miedo al profesor Snow como a las represalias de desobedecer a su jóven amo le intimidaban. A pesar  de mantenerse firme, de no ceder a sus miedos, de poder mantener la calma algo de incertidumbre le lastimaba el corazón. De repente el ruido en su estómago fue demasiado obvio, un gruñido hizo algo de eco en la amplia habitación. 

Day se sonrojó al darse cuenta de que no había comido en bastantes horas y la fiesta de por sí ya se había alargado más de lo pensado. Meena la fiel mucama de su hermano no había subido a la habitación con la comida antes prometida. Se preguntaba si la señorita estaba demasiado ocupada o algún problema había surgido, no es que le urgiese pero si tenía bastante hambre.

Medito por unos instantes si era inteligente salir de la habitación por algo de comida, bajó de la cama entre dudas y algo de inquietud. Se acercó al picaporte de la habitación y giro lentamente, para su sorpresa la perilla no giraba del todo y al bajar su mirada al cerrojo se percató de que en realidad la puerta se hallaba cerrada con llave. El menor se asustó por unos instantes pensando si había sido un error o una acción premeditada de su hermano.

Su estómago de nuevo se empezó a quejar, bajando sus manos a su  abdomen mostró una expresión de frustración y algo de tristeza o simplemente de hambre.
Desanimado regreso a la cama con la mirada algo perdida y tratando de resignarse a desayunar solamente hasta la mañana siguiente, repentinamente la puerta se abrió, pero la persona que  esperaba ver no era la que pensó.

-Day…Ya te despertaste? te traigo tu cena- Edward le miraba de una manera amable, La sonrisa en su rostro no era tan común dado a que el amigo de su hermano Siempre se mostraba serio.
-Edward… Pensé que eras Tony por un momento- masculló algo nervioso, noto la bandeja con la comida en sus manos del moreno y sonrío como si de dulces se tratara.
-Te traigo la cena, imaginé que Anthony se le pasaría este asunto Así que yo mismo te la llevo para que puedas alimentarte- Edward dejó la bandeja con la comida sobre la mesita de noche a sólo un metro de distancia del menor.
Day le miró detenidamente pensando en porque él le había traído la cena si era Meena la encargada de ello.

-Gracias, Anthony me había dicho que alguien me subiría la comida, lamento causarte molestias… En vez de divertirte en la fiesta me trajiste la cena… Gracias- la voz melodiosa del chiquillo le bailaba alrededor de la cabeza casi como si como fuese una  cinta de seda acariciándole silenciosamente la piel.


Edward se sonrojó y ello le molestó. 


Nadie era capaz de molestarle, nada le perturbaba lo suficiente como para hacer que su rostro se sonrojara. Últimamente había notado un poco más de sensibilidad en expresiones diarias, esto no solía pasar pues el mismo tenía un autocontrol bastante elogiable. Miro por momentos las expresiones dulces del menor Y es que no podía seguir mintiendose así mismo que Day lograba atravesar la dura capa inexpresiva y amarga que con tanto empeño el había creado. 

Nadie más en este mundo ni siquiera sus frívolos padres o alguna otra persona le había afectado tanto.
Edward admiró cada facción… cada detalle del rostro frente a él, sabía tanto de arte, tallado y escultura como para ignorar tanta perfección en un rostro humano que no fuese inventado o tocado por algún artista. A los ojos de él el niño era más que arte… La inspiración llegó a él como una ráfaga fuerte, si había alguna posibilidad de poder inmortalizar no sólo el rostro del menor sino también su cuerpo la tomaría, pero para ello debía cruzar el obstáculo mayor.

Day le miraba sin entender qué pasaba por su cabeza pues se había quedado callado de repente el amigo de su hermano, él nunca entendió Cómo es que dos personas tan diferentes habían terminado siendo amigos, teniendo esa unidad. Day suponía que la amistad debía ser profunda y por las cosas qué Edward manejaba casi era enorme. Pensó que sí confiaba en su hermano mayor ahora también podría confiar sus asuntos personales con su mejor amigo, pues Edward era la única persona que también conocía su relación íntima.

El chiquillo le sonrió con dulzura y Edward se estremeció, no entendía el porqué de la sonrisa pero su rostro se cubrió aún más de tonos rojos. 
-Estás feliz? Estás rojo Como un tomate- preguntó el menor ante la evidente vergüenza de Edward.
El mayor frunció el ceño, pero lo tomo como un halago.
- Sólo estoy intranquilo debo de admitir que tengo un poco de calor debe ser por ello qué mi cara está sonrojada- jóven moreno desvío la mirada apretando el puño izquierdo secretamente a sus espaldas.
-Si es así sal al patio, Estoy seguro que el aire te ayudará, Si pudiera salir contigo lo haría…- Day dijo aquellas palabras sin segundas intenciones.

Aunque a oídos del mayor esto sonó como una invitación.
-Salgamos entonces… El patio está está bastante agradable en realidad- mencionó con amabilidad escondiendo en ella un poco de emoción.
- No puedo… Pero sal tú, aprovecha que clima está agradable- Day le regalo una expresión tan amable y dulce que el sonrojo en el adolescente incremento.
- Seguro que no quieres salir?- dijo ello entre emocionado y algo molesto pues no contaba con la negativa de esa pequeña obra de arte.
-No debo salir Anthony me dijo que me quedara aquí hasta que él regresara, no quiero que se moleste conmigo- Day se volvió a acomodar en la cama, sin percatarse del celo fruncido y la boca torcida del moreno.

Maldición… Por momentos se había olvidado de la orden de Tony y de a quién pertenecía ese niño.

Un nudo en la garganta le extrangulo por momentos instantes, de ser tan controlado y calculador a olvidar una orden tan directa Edward mostró molestia notoriamente.
Se detuvo en seco antes de actuar imprudentemente, no era propio de él ser tan impulsivo y de rebelarse contra lo que ya sabía. No quería darte el lujo de ser codicioso pero por dentro se sentía atado…. Frustrado…. Opacado.

Había tolerado tanto tiempo el ser un simple asistente de Anthony que ya ni siquiera le importaba, pero sólo por esos momentos, ese instante en el que miraba chiquillo acomodarse entre las sábanas, la envidia le quería cegar la mirada… Cubrirle los ojos, reavivando sus propias anhelos.
Apretó los puños con enojo controlandose nuevo, el mismo había propiciado este pequeño encuentro Al decirle a Meena a mitad de pasillo que él entregaría la bandeja a Day.

Edward había notado que la mucama ya llevaba la comida y la alcanzó tan pronto como pudo, le ordenó que regresara a la fiesta para atender a los demás invitados. Buscando una patética excusa para el mismo obtener aunque sea unos momentos a solas. 
Edward se dio la media vuelta, tratando de que el menor no notase nada de lo que a él le ocurría, no quería asustarlo más así como el profesor Snow le había asustado.
- Será mejor que regrese abajo Tony debe de estarme buscando- dijo el adolescente amargamente.
- Diviértete, siempre estás tan serio, siempre estás ayudando a Tony… también mereces lo que tu corazón pida, no temas en hacer enojar a mi hermano después de todo ustedes son amigos… Entenderá que también tienes derecho a divertirte-
Day era tan dulce y la mirada azul le congeló por un momento al encontrarlo hermosamente prohibido.

- Tony se enojara conmigo si hago eso…- tragó duro su propia saliva el adolescente desconcertado.
- No te preocupes por mi hermano… Yo te defenderé de él, vamos Diviértete y gracias por traerme la cena- Day tomó la bandeja y la puso sobre sus piernas, comenzó a comer sin mirar quiera que Edward derramaba una lágrima por el ojo derecho.
En ese instante Edward Volkov se sintió por primera vez valorado, apreciado… Feliz de que por lo menos alguien le importaba la felicidad de él.

Se fue de la habitación Y de nuevo la cerró con llave, esa llave de la cual tendría que regresar. Miro por el ventanal del pasillo la enorme luna y sonrío limpiándose la lágrima…

"Day tu nombre es día… Pero tan hermoso como la luna y el sol juntos… Si tan sólo pudiera… Si tan solo…" pensó a sus adentros el adolescente con una sonrisa pacífica y algo dolosa.
Notas finales:

Jejejejeje comenten porfa, me ayuda a ver si les gusta o no la historia, besos! 

Mañana también actualizaré jujuju


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