Incomodidad, fue lo que sobrevino a su inesperada confesión. Naruto apenas si había abierto un poco los labios para luego volver a cerrarlos. Y Shikamaru deseó traspasar de algún modo la barrera de silencio entre ambos. No toleraba que el ninja más ruidoso se quedara sin palabras, porque no conseguía intuir si era algo bueno o malo. Su alto coheficiente intelectual no servía de nada en cuestiones amorosas. Asi que dio un paso al frente, rascándose la nuca a una velocidad pasmosa mientras articulaba.
-Me preguntaba si querrías salir a algún lado. Podríamos...no sé, entrenar juntos e ir a Ichiraku ramen.
Torpe, inepto, rídiculo, y estúpido. Asi se sintió al ver a Naruto poniendose de pie, evitandole la mirada.
¿Había sido incongruente?, ¿Precipitado, quizá?
Era una lástima que no gozara de las habilidades mentales de su parlanchina compañera de equipo. Ino tenía la ventajosa tecnica que le permitía introducirse en los pensamientos ajenos y asi anticiparse a su enemigo. Pero él, ni siquiera con su potencial intelecto, era capaz de discernir lo que alguien tan impredecible e impulsivo como Naruto haría a continuación.
Nervioso, lo vio caminar alrededor de él, callado, simplemente observando detenidamente sus gestos, como sopesando un engaño tras sus palabras.
-Naruto...
-¿Se trata de otra broma?- preguntó el aludido, mirando a espaldas del castaño en un intento de contemplar al resto de sus compañeros. Pero no pasó. -Porque si lo es...- rigidez y conmoción se adueñaron de su semblante cuando el joven Nara avanzó dos pasos y lo sostuvo del rostro para besarlo como hiciera antaño. Movimientos dulces, suaves y calculados, lo incitaron a corresponder el gesto.
Shikamaru se apartó lentamente, mirandolo a los ojos en todo momento.
-¿Te pareció una broma?- inquirió, ligeramente agitado. Sonrojado, Naruto negó en ademan, se limpió los labios y pensó en lo bien que besaba el estratega. Una cualidad más para agregar a la lista en caso de que decidiera retomar los juegos con Kiba.
-Shikamaru- había tantas cosas por decir, tanto por aclarar. Y sin embargo, Naruto sonrió de forma ladina, evidenciando un dejo de diversión en su semblante en tanto apuntaba con el índice el pecho del estratega. -¡Estabas celoso de Gaara, dattebayo!
-¡¿Qué?!...espera, yo no- maldición. Eso se ganaba por sus indirectas. Lo peor del asunto era que todo era verídico. -No es asi- mintió, relajando su expresión a una desinteresada. -No tengo nada que envidiarle a Gaara. Y además, es problematico.
-Mentiroso- cruzando los brazos, Naruto se acercó más a él, cerró los ojos y lo besó en la mejilla, satisfecho con la reacción del Nara, quien, ruborizado, atinó a mirar a su costado. -Por eso no querías que estuviera presente. Porque Gaara estaba conmigo.
-Bueno...
-Pero Gaara es solo mi amigo- remató Naruto con un firme asentimiento, convenciendose a sí mismo de lo recién dicho. -Y....¿Dijiste Ichiraku? Te advierto que como mucho.
Aquella sonrisa zorruna terminó por desvanecer los nervios y el "sutil" miedo al rechazo que había sufrido Shikamaru minutos antes. Más aliviado, sonrió y sacó su billetera del bolsillo.
-Olvidas que soy Chunnin. Gano más que tú en las misiones.
Naruto frunció los labios y se golpeó el protector con los dedos.
-Entonces ayudame a entrenar para pasar de rango. Soy el único gennin y seré el hazmerreir de la aldea.
-Ya lo eres- bostezó Shikamaru. -Pero te ayudaré de igual forma.
-Flojo- farfulló el rubio, empujandolo al colchón con suma simpleza. Shikamaru contuvo una queja para incorporarse sobre sus codos.
-Problematico.
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