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DRAGONES por yukihime200

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Notas del capitulo:

Holaaa.

Actualización muy rápida ¿no? Pero tiene una razón. Voy a dejar el cap hoy porque definitivamente no actualizaré la semana que viene. Los resultados de mis pruebas en la u no fueron buenas (no reprobé, pero aprebé con la nota mínima). Es por eso que me tomaré un tiempo para estudiar (y hacer todos los trabajos que me dejaron T-T), pero en definitiva les tendré un extra para la próxima actualización como una compensación.

 

Eso. No molesto más. Disfruten su lectura.

10. Río Kilian


—¿Sabías que te habíamos investigado? —Lía mostraba una expresión de vergüenza y se disculpaba con su mirada. No es que desconfiara en realidad de Río, había sido muy bueno con ella todo el tiempo y jamás había hecho algo para dañarla, cosa que habría sido muy fácil con la habilidad que tenía, pero una curiosidad inmensa la carcomía desde que hablaron en aquella bañera y si él no tenía idea de quién era pues solo quedaba investigar por su cuenta.


—Por supuesto. Yo habría hecho lo mismo si fuera ustedes, es solo que aquí no tengo los medios para obtener información ninguno —el pelirrojo había decidido ser totalmente honesto con estas personas, no les escondería nada, aunque en realidad no había nada que ocultar. Cruzó sus piernas y con una expresión muy amable que inspiraba confianza les dio el permiso para preguntar cualquier cosa.


—¿Cuál es tu nombre? —el ahora pelirrojo comparó el inicio del interrogatorio con un trozo de su pasado, ese en donde el primer jefe que tuvo en su vida lo entrevistó de una manera ridículamente amable para el tipo de trabajo que hacían, y sentados en una habitación como en las películas de detectives comenzó con la misma pregunta.


—Río —Leon frunció su ceño en un gesto que le hacía ver un poco más adulto de lo que era y luego decidió abrir el informe que su padre tenía sobre la mesa esperando ser leído algún día por él. La información y la imagen que se mostraban ahí no cuadraban con la respuesta dada, pero quería mantener la compostura y esperar por una explicación que le satisficiera por parte del contrario.


—Eso no es lo que dice el informe, y no es lo que dicen las personas que te conocen.


—Eso es porque no estás haciendo la pregunta correcta, Leon —mientras su comprador y su familia trataban de encontrar algún acertijo oculto en esa frase, el cuarto integrante de aquél interrogatorio no podía esperar a hacer sus propias preguntas. Era similar a esos pequeños que saltaban en sus sillas al lado de un adulto esperando que terminaran con su curiosidad.


—¿Cómo aprendiste a luchar así? —no podría importarle menos la procedencia de su amigo, nada importaba mientras fuera una buena persona, justo como venía demostrando todo este tiempo.


—¿Cómo crees que alguien gana experiencia en combate, eh? Pues luchando. Claro que nunca lo hice con alguna bestia, debo admitir que me sorprendió mucho cuando las vi —el entrenamiento infernal y todas las golpizas que se llevó en su vida sin recibir ayuda alguna vez pasaron como un rayo por su mente. Fueron muchas, tantas que en algún punto su esquelético ser había dejado de sentir en algunos sectores para protegerse a sí mismo del dolor.


—¿Es verdad que no recuerdas nada? —Lía se veía extraña con su rostro ahora serio que antes siempre era risueño. Esa expresión no quedaba bien en ella, alguien debería decirle que sonriendo era mil veces más hermosa.


—No —dejó salir un suspiro mientras bajaba su cabeza y encorvaba los hombros apoyándose sobre la mesa—. Pero tampoco puedo decir que recuerdo algo. Para empezar, no tengo nada que recordar, al menos no aquí —. Poco a poco una pregunta en específico comenzó a rondar por la cabeza de Leon hasta que fue exteriorizada con incredulidad, burlándose de sí mismo al llegar a tal conclusión descabellada. Le había dado muchas vueltas desde que escuchó reiteradas veces a algunas personas murmurar sobre su omega y desde que nunca hizo algún intento por recuperar sus recuerdos, como si estos en realidad no importaran o no tuviera caso recuperarlos.


—¿Eras siquiera antes Ian? —el chico de ojos dorados lo miró como si esa fuera la pregunta que había estado esperando todo este tiempo, y enderezando su espalda demostrando toda se elegancia contestó con seriedad mientras entrelazaba sus dedos sobre su pierna flexionada.


—Lo era, o al menos Ian sí existía en verdad. Hasta que llegué yo —pudo notar como los presentes cerca de él se tensaban, como si esperaran que de un momento a otro un gran villano pudiera saltar sobre sus cuellos. Casi podría reír, casi—. Vamos, sé que hay otra pregunta más interesante por ahí —. Lía y Leon unieron casi al mismo tiempo las piezas, recordando cada cosa que había pasado desde que el omega llegó junto a ellos. Como es que no sabía sobre los géneros de ese lugar, que no podía leer ni escribir porque no entendía los caracteres, como no sabía manejar el dinero de ese lugar, que en todo ese tiempo ni un mísero recuerdo de su vida llegara a él, la actitud altanera que casi ningún omega poseía. Lo único que su cerebro pudo asimilar con rapidez fue el idioma, dominado luego de una semana en ese lugar. Algo hizo click en sus cabezas, y luego Leon soltó con cautela, pensando que su próxima pregunta era un tanto más ridícula que la anterior.


—¿Al menos eres de este mundo?


Río se tomó su tiempo. Pudo haber contestado rápido, pero el suspenso le parecía un poco más entretenido de alguna retorcida manera. Con lentitud, y mirando de manera calmada cada uno de los rostros dijo— No.


—Me presentaré otra vez. Mi nombre es Río Kilian, no Ian. Ni siquiera sé quién es ese sujeto. Tengo 23. Nací y crecí en uno de los barrios más pobres de Verona, Italia, un país de mi mundo. De donde vengo no existe esta rara diferencia de géneros y mucho menos las personas que se convierten en bestias. Trabajaba para la mafia, bueno, algunas veces. Es por eso que aprendí a luchar tan bien, era eso o morir, aunque bueno, no resultó muy bien.


—¿Cómo llegaste aquí? —la gran incógnita que él también quería resolver.


—No tengo idea. Solo recuerdo que mi última travesura no salió muy bien.


—¿Travesura?


—Estuve bajo un tiempo trabajando para alguien, quería que encontráramos un collar importante porque quería exhibirlo en una colección muy costosa o algo así. El objeto obvio era más valioso que lo que iba a pagarme por el trabajo, así que decidí robarlo —Río encogió los hombros y mostró una sonrisa como si recordara alguna fechoría divertida de la infancia, de esas cuando a veces hacía enojar a Marie y a cambio recibía una palmada en el trasero que le dolía más a ella que a él—. Mi jefe por supuesto que se dio cuenta, y envió a sus trabajadores más fieles por mí. Claro que para cuando él lo notó el artículo ya no estaba en mis manos, al menos no todo, pero eso no significaba que fueran a perdonar mi vida, ya saben, tipos malos. Recibí tres disparos mientras corría entre los callejones pero esos sujetos además eran muy persistentes. Al final la pérdida de sangre me volvió lento y terminé cayendo en un lugar solitario entremedio de contenedores de basura. Lo último que recuerdo es el sonido de un nuevo disparo, y luego desperté en la subasta. Me dolía la cabeza a horrores, así que supongo que alguien debió golpear muy fuerte este cuerpo y lo dejó libre para mí.


Río no tenía idea de si le creerían o no, aunque no tenían mucho de qué dudar, su historia era mucho más creíble que cualquier otra historia que se quisieran inventar en sus cabezas, o tal vez solo podían pensar que el pobre omega subastado se había vuelto loco, demonios, ahora no estaba tan seguro, si fuera él al que le dijeron todo eso optaría por la segunda opción. En silencio se quedó ahí, esperando cerca de media hora a que las personas que lo trataban tan bien digirieran la pobre información de su pasado que les había proporcionado, y de seguro debatiendo si no lo encerraban en algún lugar donde su locura no molestara al resto.


—Entonces, tu alma ha sido transportada al cuerpo de Ian, ¿eso es lo que tratas de decir? —Mihail Nova fue el primero en reaccionar mientras con un par de dedos acariciaba su sien tratando de encontrarle sentido a todo lo que dijo.


—Eso creo, sí. No tengo otra explicación.


—¿Volverás? —la pregunta que salió de los labios de su comprador con un poco de apuro le transmitió una tristeza horrible sin saber por qué.


—No. No sé cómo hacerlo de todas formas. Si ni siquiera sé cómo llegué aquí ¿cómo podría saber cómo regresar?


—¿Quieres volver?


Río iba a decir que sí, que tenía que volver para estar con Marie y su pequeña Luna, que de seguro lo extrañaban, pero la afirmación no salió de su boca, porque entendió que realmente no era así, no quería regresar, no quería volver a esos tiempos donde siempre luchaba por su vida y cada día estaba más cerca de la muerte. Las palabras salieron de sus labios sin notarlo.


—No. No quiero volver. No quiero dejarte —su respuesta fue secundada por aquella hermosa sonrisa que había visto un tiempo atrás, esa que quería ver por siempre porque parecía que iluminaba su mundo entero y que ahora causó que el calorcito que se enrollaba en su pecho subiera hasta su cara bajo la mirada burlesca de los otros tres.


El patriarca llamó la atención de los tórtolos fingiendo una leve tos y a la vez trató de ocultar la sonrisa que había florecido en su rostro.


—Bien, ahora que sabemos más y que has contestado nuestras preguntas puedes hacer las tuyas con confianza.


Río los miró a todos agradecido, ellos en verdad eran unas buenas personas, aceptando una historia tan descabellada sin rastros de inseguridad con sonrisas relajadas en sus rostros.


—No son preguntas en realidad, solo quiero que me den la información de Ian.


—¿Para qué quieres saber sobre él?


—Bueno, teniendo en cuenta que me encontré con Louen, su ex prometido, puedo imaginarme que en un futuro voy a encontrarme con más personas que sepan de este cuerpo. Estaré mejor preparado si sé algo más de su pasado —sus acompañantes le encontraron la lógica a su petición y procedieron a explicarle lo poco que sabían del muchacho.


—Ian creció en una familia común y corriente. Era un omega normal y no hay nada destacable que decir sobre él. Un poco hiperactivo pero buen chico. Sus padres lo trataban muy bien y no había indicios de abusos por parte de ellos o algo similar dentro de su entorno.


—¿Por qué lo vendieron entonces?


—No hay respuesta. Su familia en realidad no necesitaba el dinero, no tenían una mala vida. Se deshicieron de él de un día para otro —eso no era normal. Ni siquiera era normal que vendieran personas, pero si en este mundo no había problemas con eso y la familia en verdad no necesitaba hacerlo, ¿entonces por qué lo entregaron?


—¿Debería investigarlo? —el muchacho de bonitos ojos dorados miró la mano que se posó de manera delicada sobre la suya y luego se fijó en aquellos fanales verdes que lo observaban con infinita preocupación, la imagen lo enterneció por completo.


—Gracias. Estoy seguro de que de alguna manera esa información será importante —Una sonrisa tímida y un leve apretón con sus dedos le fue devuelto por parte de Río, esperando que la acción no fuera tan notoria. Pero su club de fans estaba tan inmerso en aquel romance floreciente que nada podría pasar desapercibido ante sus narices—. Entonces, hay algo más que me interesaría saber —le ponía nervioso conocer la respuesta.


—Somos todo oído.


—Primero. ¿Entonces no hay problema en que Leon me escogiera como su omega?


—Para nada —respuesta inmediata salida de los labios del joven Nova.


—Segundo. ¿Estás seguro de querer ‘casarte’ conmigo, Leon? Quiero decir, soy hombre, no habrá forma en que podamos mantener la línea familiar, todo recaería en Lía —los tres hombres presentes ahí además de Río miraron a la chica que tenía una expresión culpable y torpe a la vez. Se suponía que ella le había explicado las cosas a Río hace mucho tiempo.


—Entonces mi hija no te lo dijo.


—¿Decirme qué? —el veinteañero se preguntó por unos segundos si la respuesta debería asustarlo.


—Eres un omega Río, un lambda, pero un omega al fin y al cabo —Mihail explicó lento, muy lento aquella frase para que el joven cerca de él no colapsara por la información, que hasta donde entendió del pasado interrogatorio que le realizaron, esto no era posible en su mundo. Río hizo un gesto afirmativo con su cabeza luego de creer entender algo para donde estaba dirigiendo la conversación—. Los omegas son el género especializado en reproducción —. Un escalofrío subió por su espina dorsal cuando la palabra reproducción se repitió en su mente como un bucle infinito—. Los omegas pueden embarazarse de su alfa —. Oh. Por. Dios. Tal vez no debería dejar que terminara la explicación—. Pueden embarazarse independientemente si son hombres o mujeres. Puedes quedar embarazado, Río.


Los Nova y su buen amigo lo miraron preocupados, el color había abandonado su piel, haciendo que la ya antes blanca dermis perdiera aún más tonalidades llegando a parecer enfermizo.


Y entonces…


Río vio en negro.

Notas finales:

Gracias por leer <3


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