Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

DRAGONES por yukihime200

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Doble capítulo porque siento la demora de todo el mes de diciembre.

Ajá, doble capítulo, no se salten el anterior xD

35. Tranquila rutina


El sonido de la madera siendo cortada no era extraño para él ya. Acostumbrarse también al clima no fue tan difícil, en realidad, el frío de la madrugada no era tan malo para él, pues sentía que había pasado cosas peores.


Algunas muchachas jóvenes e incluso algunas adultas que iban a trabajar pasaban de manera intencional por las cercanías de la casa, y es que ver semejante cuerpo escultural sudando por cortar leña todos los días era una atracción que no se podía ocultar al mundo, hasta podrían decir que pagarían por verlo.


— ¡Río! —ahí estaba también, la risueña Luna y sus saltarines rizos corriendo hacia él con una botella llena de leche recién ordeñada para comenzar el día.


Es entonces cuando él termina su tarea y reúne un montón de lo cortado para ellos y el resto lo acumula para ser vendido, toma la mano de Luna y se adentran en la vivienda mientras ella corre a terminar de peinar su cabello y ayudar a su madre a hornear cosas en la cocina. Él en cambio, se dirige al baño a tomar una corta ducha y colocarse las cómodas ropas que Marie había hecho para él no mucho tiempo después de que llegó con ellas.


En un canasto hecho de material resistente coloca la mayor cantidad de leña que puede y la cuelga sobre sus hombros, mientras que en sus manos lleva una bandeja con pan recién horneado Marie abre la puerta y salen para ver qué casas podrían comprarles sus productos. Pero desde que Río había llegado con ellas no era necesario realizar una gran caminata, algunas personas esperaban en la puerta solo para ver al joven trabajador y de paso ayudar comprando algo, tal vez así el hermoso muchacho de cabellera roja les dirigiría a ellas algún día esa hermosa sonrisa que hasta ahora solo tenía reservada para esas dos bellas mujeres que vivían con él.


Los pocos alimentos que quedaban los llevaban a paso lento de casa en casa entre las largas distancias del pueblo, aprovechando de paso ofrecer la leña para la noche a aquellos que no habían alcanzado a cortarla.


Algunos, como aquellos poseedores de animales, podían pagar con dinero lo que querían, otros pocos, utilizaban el trueque, intercambiando un pie por artículos de la agricultura, como papas o zanahorias que eran muy bien recibidos.


Sintiéndose satisfechos con el resultado diario volvían con calma a la casa, entonces Marie se iba de inmediato a la cocina y hacer un poco de pasta con verduras para el almuerzo.


Un día, Río soltó al aire una pequeña frase, "deberíamos comprar pollo, así podrás hacer una sopa, y si la distribuimos bien puede durar días, tú sabes cómo hacerlo". Fue algo soltado sin mala intención, pero tan pronto escuchó aquello el cuchillo que tenía en su mano casi se cae por la impresión, y para cuando se giró con sus ojos gritando desesperados en silencio vio que Río ya había vuelto a sus quehaceres del día. Fue entonces que de alguna manera comprendió a Luna, y sintió como si su hijo hubiese vuelto con ella.


***


— Deberíamos colocar una mesa afuera con lo que estás haciendo, Marie —le recomendó un día el joven durante la comida.


— ¡Mamá abrirá una panadería!


— No creo que las cosas se vendan, muchachos.


— No lo sabremos hasta que lo intentemos, Marie —los rostros emocionados le dieron un poco de ánimo, y haciendo caso a los dos menores asintió mientras terminaba de comer con una sonrisa en su rostro.


Río se sentía muy feliz, la semana que ha pasado con ellas son algo que extrañamente nunca esperó tener, y motivado por el alegre ambiente comenzaron de a poco con su diminuto proyecto.


Construyendo una sencilla mesa para las muestras comenzaron a llamar poco a poco la curiosidad de los vecinos, logrando que los rumores llegaran hasta aquellos productores con intereses en común e incluso el alcalde, quien tenía muchas ganas de hacer prosperar su tierra.


Marie y Río se reunieron con los demás adultos, proponiendo rutas y métodos de cooperación para que sus negocios tuviesen frutos.


— Es necesario atraer la atención de las personas, creo que muchos citadinos serían felices de venir si promocionamos muy bien el pueblo y proyectos a futuro para crecer.


— Necesitamos de un grupo de mercaderes para poder trasladarnos hasta la ciudad.


— Primero tenemos que hacer contacto con tiendas que accedan a comprarnos.


— Tengo un primo en la ciudad que puede ayudarnos con eso, no es tan famoso, pero podemos comenzar con algo.


Todos estaban emocionados por la idea, y poco a poco, con muchos esfuerzos y fracasos, las tiendas y granjas comenzaron a crecer despacio.


En la casa Marie ahora no tenía solo una mesa, ahora su mostrador era mucho más bonito, y en los viajes que Río realizaba a la ciudad junto algunos compañeros aprovechaba de comprar una que otra cosa que sabía podría ser innovador para la mujer. 


Por supuesto, como en todo lugar, siempre tiene que existir alguien a quién no le agradan los demás, en especial cuando también son forasteros con ideas distintas.


— ¿Siempre dejan que un extraño se mezcle tanto con ustedes? —preguntó molesto el joven, su largo cabello negro atado en una cola revoloteó con la fuerte briza del viento.


— Por supuesto, sobre todo si trae ideas que ayudarán a todo el mundo —respondió risueño el otro—. Eres tú quien no confía en el resto —reprochó sin malicia el castaño.


— Confío en ti, eso es suficiente —el color rosa se expandió de manera suave en sus mejillas por aquella respuesta, pero antes de que el otro pudiera hacer burla de ello giró su cabeza en otra dirección y trató de salir raudo de ahí. Para su mala suerte, su intento quedó solo en eso, y sintió el tirón en su mano antes de chocar de frente con el otro—. Lo digo enserio, Fabián, no te acerques a ese extraño.


— ¿Por qué no te agrada? —le preguntó de verdad intrigado —. Él llegó igual que tú, según lo que oí no tiene recuerdos de su pasado, y solo está tratando de ayudar a las personas que le tendieron una mano, como tú.


— Te equivocas. Él y yo no tenemos nada parecido, ese sujeto no es bueno —dijo cada vez más molesto de que su compañero defendiera tanto al otro sujeto.


— ¿Por qué dices eso? —los bonitos ojos de color almendra causaron un malestar en su interior, y soltó de sopetón  la primera palabra que podía explicar y a la vez no lo que quería decir.


— Apesta —fue lo último que respondió antes de darse la vuelta e ingresar a la casa.


— ¿Apesta? ¿Qué clase de explicación es esa? Espera. ¡Al!


***


Para Marie y Luna, quienes habían perdido a alguien especial tiempo atrás, sentir que recuperaban su familia fue algo magnífico.


Marie, al terminar el día, se pasaba a la habitación de su hija y miraba escondida a través de la puerta entreabierta. Ahí dentro, Río se sentaba a un lado de la cama y acariciaba con dulzura y cariño el largo cabello de su princesa viéndola dormir, podía sentir la tranquila armonía que existía en esa escena. Entonces, se dirigía otra vez a la cocina y terminaba de hacer glaseados u hornear algunas cosas pendientes para el otro día, luego, Río aparecía tras ella y se sentaba a hacerle compañía preguntando si había algo que pudiera hacer también, era muy bueno que sus habilidades culinarias fueran más que excelentes, y entonces se ponía a su lado a cocinar el almuerzo que se llevarían al otro día todos quienes irían con él a vender.


Al terminar, Río era el primero en despedirse en la noche por el cansancio, y caía lánguido en el sofá que se había vuelto su cama permanente sin quitarse ni los zapatos.


Y así se pasó el tiempo. Todos los días era lo mismo, pero a ninguno en ese lugar le molestaba seguir los mismos pasos de siempre, y los días se convirtieron en semanas, y las semanas en un par de meses, y los meses en un año.


Era increíble ver como las cosas avanzaban lentas pero seguras, y después de todo este tiempo consiguieron promocionar el pueblo logrando que algunas personas llegaran por turismo campestre o a comprar alimentos o simplemente ver los animales que producían la deliciosa leche que tomaban. No era mucho lo que habían conseguido, pero fue un gran avance que le dio aún más vida a todas las personas ahí.


— Disculpa —sintió un día una tímida voz a su espalda mientras recogía manzanas de un árbol cercano. Su cabeza se giró sin real interés pero sin querer parecer grosero y puso su atención total al extraño que creía haber visto una que otra vez por el lugar.


Un joven que aparentaba su edad o un poco menor llamó por él. Su apariencia desgarbada le llamó la atención, pues no coincidía con el normal de las personas que se acostumbraban a ver por el campo.


— ¿Qué puedo hacer por ti? —respondió amable al ver que el otro no continuaba hablando.


— Sé que vas todos los días a la ciudad para vender junto a un grupo —continuó tímido.


— Bueno —soltó con una baja risa—, creo que eso todo el mundo lo sabe por aquí.


— ¿Puedo ir contigo? —la petición se le hizo un poco extraña al pelirrojo, por lo general, algunos locatarios no estaban muy interesados en la vida citadina, y cuando requerían comprar algo por lo general se lo encargaban a él o a cualquiera de sus compañeros del día.


— ¿No sería mejor si me encargaras lo que quieres comprar? —el tímido muchacho se tomó su tiempo antes de contestar.


— Es algo privado —soltó mientras apretaba sus uñas en un gesto nervioso.


— ¿Privado? —preguntó enarcando una ceja—. ¡Oh, ya veo! Quieres comprar profilácticos —. Exclamó para si sin vergüenza.


— ¿Qué? ¡No! —su rostro trigueño adquirió un color casi tan rojo como el cabello de Río debido a lo exaltado que se puso.


— ¿No? Pensé que era eso ya que vives con otro chico —dijo casual mientras volvió a su tarea de recoger manzanas.


— Solo quiero comprar libros —respondió al fin.


— ¿Libros? ¿No es algo que le puedes encargar a cualquiera? —preguntó intrigado.


— ¿Puedo ir o no? —preguntó un poco molesto ya por culpa del mayor y su rostro formaba una mueca de disgusto.


— Por supuesto —contestó rápido con una sonrisa. Al parecer la paciencia de su nuevo amigo no era muy grande—. Un gusto, por cierto. Soy Río —se bajó de un salto de la escalera en la que estaba para presentarse de manera formal y extender una mano a su nuevo compañero de viaje.


— Fabián —respondió el otro apretando con seriedad la mano contraria.


Una hora después el grupo de viaje se juntó en la entrada del pueblo con todos sus productos listos para partir y el nuevo integrante parado junto a Río. Nadie preguntó realmente sus motivos para ir, solo le dieron la bienvenida con golpes amistosos en la espalda que casi le hicieron soltar lágrimas y partieron todos caminando por el sendero.


— ¿Creen que en un tiempo más podamos comprar una camioneta para transportar todo? —preguntó el encargado de la lechería.


— Mm, si hacen un correcto conteo de sus capitales e ingresos tal vez sea posible descontar un monto de todos los comerciantes para comprar un vehículo en común y que sea lo suficientemente amplio para trasladar todo. Si siguen un buen informe planteado de manera correcta en libros de contaduría repartir dinero a distintos destinos para el progreso no será tan difícil —los murmullos del grupo de adultos se detuvieron al escuchar lo dicho por el muchacho y se miraron unos a otros antes de ver los iluminados ojos de Río y la sonrisa maravillada en su rostro— ¿Dije algo malo? —. Preguntó al ver que todos lo miraban en silencio y se comenzaba a sentir incómodo. Tal vez no les había agradado que alguien ajeno a sus negocios dijera algo al respecto. Pero al contrario de como pensaba el joven todos exclamaron con alegría.


— ¡Ya tenemos al economista!


— ¿No es el tesorero?


— Da igual el nombre, ya sabemos quién puede ayudarnos a distribuir bien el dinero.


— Sí, Fabián siempre ha sido muy inteligente.


El día se les fue tan rápido como la arena entre los dedos de una persona, y sin que se dieran cuenta entre nuevas alabanzas para cada individuo la motivación volvió a crecer.


Río y Fabián se dirigieron a casa del primero. el pelirrojo le había ofrecido pasar por ahí para comer algo y conversar un poco, nunca estaba de más tener amistades jóvenes que fueran tan inteligentes como él.


— ¿¡Dónde está?! —se escuchó con fuerza una voz agresiva desde su hogar, causando que Río se pusiera tenso y soltara lo que fuera que traía en sus manos para lanzarse hacia delante.   


Un sujeto de cabello largo estaba a punto de lanzarse contra su adorada Luna y la tierna Marie, y antes de que pudiera razonar o siquiera pensar en tener miedo por tener una pelea con alguien, se lanzó a proteger a la niña en sus brazos mientras que giraba sobre sí, la lanzaba hacia Marie con velocidad y detenía con maestranza las manos furiosas de su contrincante.


— ¡Al! ¡¿Qué demonios te sucede?! —la voz de Fabián detuvo el intercambio de manera rápida. Las manos de cada uno tenían sujetada una contraria y los dedos a punto de golpear la garganta del otro.


— ¡¿Por qué diablos estás con él?! —respondió fúrico Al observando que venía junto al muchacho de pelo rojo—. Él es peligroso.


— ¡Tú eres el peligroso aquí! Casi golpeas a una niña, ¿Qué está mal contigo? — le discutió el más joven. Río mientras tanto, se mantenía en la misma posición y se aseguraba que ambas señoritas se encontraran tras su espalda lejos de ellos.


— ¡Es un maldito dragón! —gritó al final de todo. El ambiente se tornó ridículo para los ajenos a sus palabras, como si vieran a un loco frente a ellos.


— Oh, Dios. Lo lamento mucho — comenzó a disculparse Fabián en nombre del otro mientras que Marie y Luna respiraban un poco más calmadas.


Río, sin embargo, sintió algo extraño recorriendo su ser, como si esas palabras por fin comenzaran a despertarlo de un sueño infinito. Sus sentidos se afinaron un poco y con agresividad soltó la mano de Al empujándolo para ponerse en guardia otra vez.


— ¿Qué demonios eres tú?


Un escalofrío subió por la espina de Fabián, porque no pasó por alto la pregunta que había hecho su nuevo amigo. No había preguntado ¿Quién? sino ¿Qué?


La misma pregunta que él había comenzado a hacerse en el último tiempo.

Notas finales:

Por cierto, no voy a escirbir a profundidad sobre Fabián y Al en "Dragones", pero sí tendran una historia completa dedicada a ellos en un Spin-off que será subido durante su emisión a wattpad, y una vez completado se subirá por aquí de una tirada.

Eso. Espero que les gustara todo lo que han leído hasta aquí, porque a partir de ahora comienza el conteo de los capítulos finales (que son 8 aproximadamente).

Feliz comienzo de año!!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).