—No parece muy contento—dijo Harry abrazando a Draco.
—En el fondo sí lo está.—Le besó Draco, desde que había sacado sus alas en aquel partido de Quidditch no se molestaba en ocultarlas. Y Harry estaba más que contento con ello.—Necesita un poco de tiempo.
—Tu madre parece más razonable.
—Pues es con la que más cuidado deberías tener.
Harry lo miró sorprendido, pero la sonrisa de Draco le hizo perder un poco el hilo de la conversación.
Las alas le envolvieron cálidamente, y a pesar de las reticencias de todos por tener a los Malfoy allí, él sí se alegraba. Le encantaba cuando Draco le acariciaba en la nuca con la punta de sus alas.
Tonks escuchó las risas de Harry y de su primo, y sonrió. No era el modo en el que había imaginado reencontrarse con esa parte de su familia, pero tampoco estaba mal.
Notó unos brazos al rededor de su cintura, y su sonrisa se ensanchó. Salvo que no encontró a quien ella esperaba.
—Ni lo sueñes—empujó a Charlie, su antiguo compañero de escuela hizo un mohín aunque sabía que esa sería su respuesta.
—¿Cuándo te vas a dar cuenta de que yo soy todo lo bueno que hay en este lado del charco?
—Cruzaste ese charco hace mucho, ranita.
—No me llames así, sabes que lo odio. Aún tengo pesadillas sobre eso.
"Eso" fue un fallo en uno de los hechizos de transfiguración en el que a Charlie se le había quedado cara de rana casi por un mes.
La culpa fue suya por andar fastidiándola en clase. Pero así era como llevaban relacionándose toda su vida.
Remus apareció en el salón, desde que había vuelto con Malfoy estaba raro, Tonks lo notaba, pero le estaba dando su espacio.
—V-i-e-j-o—le susurró Charlie demasiado cerca, ganándose una golpe en la cabeza. Pero metiendo el dedo en una llaga que no era suya.
Charlie se fue sobándose la cabeza y haciéndole gestos sobre esperarla arriba para algo más entretenido. Tonks le mandó una maldición punzante que el pelirrojo evitó.
—Ey.—Se acercó a Remus, sentirse en sus brazos era algo que le gustaba muchísimo, por eso cuando Remus la abrazó se sintió realmente bien.
—¿Ha salido?—preguntó él, no hacía falta que dijera de quién hablaba, ella ya lo sabía y sintió una pequeña molestia demasiado similar a los celos. Menuda tontería, quiso decirse.
—Nada, sigue haciendo que los elfos le lleven todo a su habitación.
La mueca molesta de Remus era muy similar a la de los demás, Draco y Narcisa eran una cosa, Lucius una muy diferente. Nadie se fiaba de él, y dudaba que fueran a hacerlo.
Tenían protección, pero en el fondo todos sabían que Lucius era más un prisionero que un invitado.
Remus la miró, no había sido lento y gradual para ella. Se había enamorado de él en cuanto le vio, pero sabía que para él no había sido lo mismo. A Tonks le había tocado tener paciencia, y esa paciencia había dado sus frutos, aunque aún hubiera momentos complicados entre ellos.
—Me voy mañana—le anunció él—, solo un par de días.
La besó en la frente pero su mirada volvió a la puerta de Malfoy