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The serpent born of the horcrux por Ryoshin Di Juri

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Notas del capitulo:

Hey, hola querida/o lector/a.


Este espacio es para dar explicaciones y avisos.


Primero que nada, ¡Gracias por leer la historia!


Amo escribir, y es un placer compartir mis fanfics o historias aunque nadie los lea. Y créanme que disfruto más el saber que hay quienes leen y disfrutan de lo que escribo.


Se que ya pasó bastante después de la última actualización, pero recuerden que no la dejaré hasta que sea terminada.


Este capítulo es narrado por Harry en su totalidad, y nos trae la introducción de mi segundo OCC.


Ahora bien, los personajes y el mundo de Harry Potter no me pertenecen, solo la idea y el fic es mío.


Sin más que decir, disfruten la lectura.

En cuanto llegamos, Yusk llevo mis cosas a la habitación y me dirigí al baño para asear a mi nuevo familiar.


 


Llene la bañera a un cuarto y estaba por meterlo dentro, cuando un fuerte maullido se convirtió en un no fuerte y claro.


 


La sorpresa me hizo soltar al gato y mirarlo extrañado.


 


-¿Acaso el gato acaba de hablar?-


 


"Lo hizo"


 


Fue toda la contestación que Tom me dió.


 


En su desesperación por no caer en la bañera, termino cayendo del todo en ella.


 


Estoy acostumbrado a la magia y a situaciones que para un muggle podían ser bizarras, pero esto nunca había pasado antes y me dejo medianamente sorprendido. Saliendo de la bañera, en lugar del gatito negro, había una niña desnuda cuyos largos cabellos negros no alcanzaban a cubrirla del todo.


 


Me ruborice y le di la espalda por cortesía.


 


-esta fría- las palabras de la niña me hicieron gracia.


 


-bueno, estamos en verano, creí que para una criatura con pelaje sería refrescante un baño así-


 


-fresca sí, no helada- protesto ella.


 


-¿quién eres y porqué eras un gato?- cambie rápidamente la conversación para empezar a averiguar que sucedía.


 


-antes que te diga nada, dame algo con que cubrirme-


 


La caballerosidad que el señor Labou me había inculcado, me hizo conjurar una bata que le extendí sin voltear.


 


-ya puedes voltear- dijo ella.


 


Sin dudarlo lo hice.


 


Ella estaba parada junto a la bañera con los brazos cruzados.


 


-ahora sí, ¿Quién dices que eres?- preguntaste nuevamente.


 


-Tama no Yamiko-


 


"Eso es japonés si no estoy mal"


 


-okey Tama, ¿Por qué eras un gato?-


 


- porque es lo que soy- dijo con grandilocuencia.


 


-¿eres una animaga?-


 


-puf no soy una de esas que buscan ser como nosotros-


 


-¿entonces?- deje inconclusa la pregunta con la intención de que ella soltase más información.


 


-¿eres mago y no sabes nada?- sus palabras altaneras y gestos esquivos me hicieron darte cuenta que ella no me daría fácilmente información.


 


"Atácala en su orgullo, los magos asiáticos son sumamente orgullosos"


 


No es que quiera, pero si no me deja otra opción.


 


-soy un mago, pero me educaron para conocer lo más relevante- le dijiste en tono arrogante -no para saber sobre cualquier cosita-


 


La frase despectiva tocó una fibra sensible que la hizo revelar información.


 


- como osas decir eso- grito ofuscada -nosotros los nekomatas somos seres de magnífica presencia, es imposible que no sepas nada de criaturas tan fantásticas como nosotros-


 


No es humana.


 


"¿Te extraña?"


 


No realmente, al menos no es una vela o un hombre lobo.


 


-así que eres una criatura mágica-


 


Mi comentario la hizo parar de su diatriba sobre la magnificencia de su raza y la hizo guardar un silencio que empezaba a incomodarme.


 


"Averigua que hacía sola, los cachorros de criaturas mágicas nunca están solos. Es extraño que ella lo esté"


 


Siguiendo el consejo de Tom empecé un interrogatorio que ella a regañadientes empezó a contestar.


 


Ya había obtenido de dónde venía y hacia tan lejos de su hogar, cuando la ví temblar.


 


-Yusk- llame deteniendo el interrogatorio - prepara algo para nuestra invitada, ¿crees que puedas conseguí ropa para ella?-


 


Ignorando la cara de censura de Yusk, tome la mano de Tama y la conduje a mi habitación.


 


La senté en mi cama y la cubrí con el edredón para que entre en calor, para acelerar las cosas encendí con magia la chimenea y convoque un sillón para sentarme y seguir con el interrogatorio.


 


"Te tomas muchas molestias chico'


 


Está bien que estemos interrogándola, pero puedo tener cortesía. Soy un caballero, no un carcelero déspota.


 


Ignore a Tom en favor de prestar toda mi atención en la chica frente a mí. Ella había dejado de tiritar y envuelta entre los edredones de mi cama se veía aún más joven y frágil.


 


De cierta manera me recordaba a mí en las noches dónde moría de frío en la alacena.


 


Ese pensamiento me hizo tener un poco de empatía por ella.


 


-ya mencionaste que buscas a tu padre- mi voz la hizo saltar entre su nido de sábanas - pero no me has dicho por qué lo buscas o por qué estás sola del otro lado del mundo-


 


Su silencio y grandes ojos de gato fueron su única respuesta.


 


El silencio se volvía cada vez más pesado entre los dos, tanto que el plop de la aparición de Yusk en la habitación nos hizo saltar a ambos.


 


-amo Harry aquí tiene las ropas para la señorita- me entrego un pijama de color turquesa ropa interior, haciendo que me sonrojase al darme cuenta de la última.


 


-amito la cena estará lista en 10 minutos-


 


Darme cuenta de la hora que era, me hizo ver cuánto se consumió el tiempo en este interrogatorio.


 


-vístete, estaré esperando afuera- dije entregándole las prendas.


 


Salí a esperar fuera y planear mis próximos movimientos con Tom.


 


“Así que es un nekomata japonés, solo en otro país y continente. Hay algo que está mal en todo eso”


 


Lo se, ninguna buena madre dejaría a su muy menor de edad hija vagar por tierras lejanas y sin alguien que le cuide. ¿Crees que este escapando?


 


Esa última posibilidad me hizo preguntarme si ella no sería más parecida a mí que solo en lo físico.


 


¿Si así fuera que haremos?


 


"¿Que haremos? ¿Piensas intervenir a su favor en sea cual sea la situación en la que está atascada?"


 


Se que en mi propia situación no debería ni siquiera pensar en intervenir, pero hay algo que me empuja a hacerlo.


 


"Así que tú instinto te lleva a interceder por ella, bien has lo que quieras, pero busca una forma en la que ella no represente algún peligro para nosotros"


 


Quería seguir discutiendo la situación, pero el sonido de la puerta siendo abierta captó mi atención.


 


El pijama le quedaba un poco grande, acrecentando la sensación de que es una niña desamparada en un mundo hostil.


 


En silencio caminamos hacia el comedor. Ella observando todo y yo a ella.


 


Al llegar al comedor parece sorprendida por como luce la comida y el rugido de su estómago me hace preguntarme hace cuánto tiempo no come algo decente.


 


-toma asiento- me paro tras una silla cerca de la cabecera de la mesa (mi lugar habitual).


 


Le recorro la silla, espero que ella se siente y acomodo tal como el señor Labou me enseñó en un tiempo que ya me sabe lejano. Tomo mi lugar y empiezo a servirme.


 


Nunca me han gustado las comidas por tiempos servidas por otros, prefiero tener todo dispuesto para servirme lo que deseo y necesito.


 


Volteo a verla y noto que su plato está vacío.


 


-¿no te gusta nada de lo que hay en la mesa?-


 


Su silencio me enerva los nervios.


 


Cómo odio cuando no me contestan.


 


Me recuerdo que debo tener paciencia, cuando ella por fin toma una pieza de pollo y empieza a comer.


 


Su rostro que mantiene una expresión de adusta rudeza, lucha para evitar los lagrimones que aun así le bajan por las mejillas que empiezan a sonrojarse.


 


Esa forma de ser me recuerdan tanto a mí una vez salí de casa de los Dursley.


 


-bien- le digo ignorando su llanto silencioso, sé cuánto puedo lastimar el ego si te lo recalcan -terminaremos de cenar y me dirás porque estás sola lejos de casa-


 


Fiel a mi palabra, la cena transcurre en calma y después nos trasladó a una sala pequeña con sillones cómodos frente a la chimenea.


 


Tomo de un estante un libro pequeño que justamente habla de criaturas mágicas asiáticas. Adquirir un poco de conocimiento en lo que se decide a hablar no está de más.


 


Ella permanece en silencio, inmóvil como una estatua viendo las llamas de la chimenea arder. El libro me a dado varias pistas que me ayudan a armar un teoría sobre su presencia en esta parte del mundo.


 


Llevamos ya media hora, cuando por fin me mira y suelta un maldición (curiosamente en inglés).


 


-¿no eres un tarado verdad?- es lo primero que suelta con aparente fastidio - y estás tan solo como yo-


 


Esa última observación me parece interesante.


 


-¿a qué te refieres a tan solo como tú?-


 


-es fácil, a pesar del tiempo que a transcurrido ninguna otra persona se ha aparecido por aquí. El único otro ser vivo en este lugar aparte de ti es ese elfo domestico- dice como si fuese una certeza que me sorprende, ¿Cómo es capaz de saber que no hay otros seres vivos aquí? -y el elfo te trata como el amo y señor de este lugar, estás solo-


 


"No me sorprende que sea lista"


 


Es todo lo que Tom me dice ante sus muy acertadas observaciones.


 


-es cierto, no te equivocas en nada- le digo para ver si el saber que solo estamos los dos aquí le haga tener más confianza para hablar -ya vez que nuestras situaciones son similares. Ahora ¿puedes decirme que hizo que hulleras de casa hacia un lugar completamente desconocido y en condiciones precarias?-


 


Su mirada que se había ablandado un poco al saber que no éramos tan diferentes volvió a endurecerse.


 


Al parecer el tema es delicado. Afortunadamente tengo toda la noche para desentrañar el misterio que es Tama no Yamiko y cómo afectará mi vida en el futuro.


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