Mind Control por Helsic

Se encontró desabotonando la camisa de Shinsou, mientras este le seguía observando en silencio, podía notar las mejillas colocaras en su tez pálida, quizás Shinsou no había esperado esa reacción en él cuando le había ordenado que hiciera lo que quisiera, ni el mismo Izuku había pensado que su cuerpo iba a reaccionar de esa manera. A lo mejor Shinsou estaba esperando que se pusieran a ver televisión o algo por el estilo. Cuando terminó de desabotonar la camisa observó el pecho del otro, su piel parecía aún más pálida que la de su cara y no había ninguna cicatriz, a diferencia de Deku quien tenía los músculos marcados por cicatrices de todo tipo y cuya piel se había bronceado gracias a las horas que había pasado entrenando bajo el sol.

Midoriya se inclinó hacia adelante y con la mano izquierda tomó el mentón de Hitoshi, levantando su rostro para luego depositar un beso en sus labios.

Hitoshi se quedó pasmado con la boca semiabierta como sin saber que hacer, el beso lo había tomado completamente desprevenido, así como el hecho de que Midoriya le hubiese quitado el traje, la corbata y hasta la camisa ¿Qué diablos estaba pasando? ¿Por qué luego de todos esos años de silencio? Mil preguntas se arremolinaban por su cabeza, pero no se atrevía a formular ninguna.

Correspondió el beso luego de unos segundos de dubitación y atrajo la cabeza de Midoriya hacía él con fuerza, el muchacho perdió el equilibrio fácilmente y quedó sobre él en el sofá. Shinsou continuó besándolo sintiendo como su respiración se volvía cada vez más entrecortada y como Midoriya colocaba ambas piernas alrededor de su cadera para quedar sentado sobre él. De repente fue consciente de lo mucho que deseaba besar a Deku, de que aún a pesar de que hubiesen pasado 6 años, el sentimiento que había surgido en la academia seguía ahí ¿Pero Deku sentía lo mismo que él?.

- - ¿Qué más quieres que haga? – Preguntó Midoriya, su voz era un susurro, apenas si se había retirado un poco luego del beso, tenerlo tan cerca le producía escalofríos. La disposición de Midoriya y su deseo de que le diera órdenes, de repente le pareció increíblemente sexy. Nunca antes había estado en una situación en la que, una persona le pidiera que lo controlara, era extraño saber que Midoriya deseaba ser controlado por él. ¿Y cómo sabía eso? Bueno, Shinsou podía notar como el miembro del otro se encontraba duro dentro del pantalón.

¿Midoriya se estaba excitando ante la idea de perder el control?

Sonrió con malicia, descubrir aquello le hizo sentir diferente, pues cuando usaba su Don con villanos o para sacarle información a alguien, era parte de su trabajo y no era algo que 'disfrutara', pero en esas circunstancias, se encontró deseando controlar a Midoriya y hacer lo que quisiera con él.

- - Dime lo que estás pensando – Le ordenó colocando sus manos sobre las caderas del otro y notó como el color se le subía a las mejillas, Midoriya estaba tan avergonzado que había desviado la mirada hacía un lado y todo rasgo de liderazgo o seguridad que siempre acompañaba su semblante, desaparecieron por completo.

- - Qué eres muy atractivo... - Respondió sin poder luchar contra el control mental – Qué quise besarte desde que te vi en el balcón... - Ahora su cara competía contra el color del pocillo rojo que había al lado de su portátil – Que me excita... que me controles... - Se quedó callado, como si dentro de su cabeza estuviera tratando de batallar contra el Don.

- Evidentemente – Comentó Shinsou y colocó su mano sobre la entrepierna del otro, Midoriya contuvo la respiración por unos instantes – No tienes que decirlo para que lo note... - Lo acarició por encima del pantalón sintiendo lo duro que estaba. Hitoshi levantó el rostro y le miró a los ojos - Guía mi mano –

Hubo un momento más de silencio en el que Izuku pareció batallar internamente con lo que deseaba y luego con manos trémulas se bajó la cremallera del pantalón, tomó la mano de Shinsou y la guio hasta el borde de su ropa interior. Shinsou se dejó guiar con expresión expectante ¡No había activado su Don cuando le había dado esa última orden!, lo que significaba que Midoriya había hecho eso por voluntad propia.

- - Hazme olvidar de todo – Le pidió Midoriya y sumergió la mano de Shinsou dentro de su ropa interior.

Shinsou no se hizo rogar, inmediatamente envolvió la entrepierna con su mano y comenzó a moverla en un ritmo lento, observando la reacción del otro con cada movimiento. Deku cerró los ojos y comenzó a jadear suavemente conforme la excitación iba aumentando, Shinsou aceleró sus movimientos y con la otra mano rodeó el cuello de Midoriya apretándolo y atrayéndolo contra si para volver a besarlo. Le besó con pasión esta vez, no más besos inocentes o puros, en ese momento no podía contener el fuego que se había encendido dentro de él.

Le besó con fuerza conforme su mano aceleraba el ritmo dentro del pantalón, Midoriya le envolvió con sus brazos acariciándole la espalda con movimientos torpes y desesperados. Unos minutos más de dulce agonía y de repente, Midoriya estalló en su mano dejando escapar su semilla, el beso ahogó lo que habría sido un grito de placer.

Izuku se dejó caer hacía adelante, colocando su rostro en el ángulo del cuello del otro, su respiración agitada, intentando sobreponerse a la sensación que acababa de experimentar.

- - Oh dios... – Murmuró Midoriya cuando se hubo calmado, no se atrevía a mirar esos ojos violetas – Oh dios... me siento tan avergonzado... - Murmuró llevándose las manos a la cara, Shinsou rió suavemente ante esa reacción, esa sumisión de Midoriya, era realmente adorable.

Midoriya se puso de pie, tambaleando un poco, aún se sentía mareado por el alcohol y entonces fue cuando notó que no se encontraba bajo el efecto del Don de Shinsou, se llevó una mano a la cabeza como cayendo en cuenta de que lo que había dicho y hecho había sido por su propia voluntad y no porque lo hubiese controlado. Notó la sonrisa complacida del otro quien se había puesto de pie y volvía a rodearlo en un abrazo.

- - Es verdad... no he usado mi Don – Aceptó Shinsou sonriendo, había un aire de suficiencia en su mirada profunda, se sentía satisfecho de lo que había logrado sin tener que recurrir a controlar su mente.

- - Esto... no puede ser... - Murmuró Deku con expresión nerviosa, pero sin alejarse del abrazo.

- - Deseas que lo haga... ¿Verdad? – Inquirió Hitoshi, apretando las caderas de Midoriya contra las suyas, sintiendo como el miembro del muchacho volvía a erguirse inevitablemente – Deseas perder el control... - Esta vez se inclinó hacía él para susurrarle al oído – Quieres que te controle... -

Midoriya vaciló por unos momentos, el hecho de haberse dejado llevar así con otro hombre lo golpeó de repente ¡Él nunca había contemplado tan siquiera la idea de besar a otro hombre! No le gustaban los hombres, aquello simplemente era una locura ¿Era culpa del Vodka? ¡Había alcanzado el orgasmo en la mano de Shinsou! ¡Aquello era una locura!

- Yo... yo... - Comenzó a decir y haciendo un esfuerzo sobre natural, empujó levemente a Shinsou para separarse del abrazo – Esto no está bien... - Negó con la cabeza, su voz sonaba nerviosa y agitada – Lo siento... pero debo irme –

Y dicho esto Midoriya comenzó a buscar torpemente su camiseta y chaqueta mientras Shinsou lo observaba atónito ¿En realidad pensaba irse luego de lo que había pasado? No sabía que decir, creía que las cosas iban bien, estaba claro por los besos y la reacción de su cuerpo que Midoriya se sentía atraído por él, Shinsou no entendía por qué de repente tenía miedo y quería irse.

- ¿No confías en mí? – La pregunta fue más como una afirmación, porque Shinsou sabía que la respuesta era afirmativa, sus manos se cerraron en puños gracias a la frustración.

- No... no es eso... yo... - Respondió Deku con voz trémula, evitando la mirada de Shinsou, sus mejillas aún enrojecidas – Lo siento...-

Y dicho esto, Midoriya se había puesto la ropa torpemente y había salido de la habitación. Shinsou se quedó de pie sin poderse mover de donde estaba, un remolino de sentimientos lo agobiaba, volvía a quedarse solo, justo como esa vez en la que le había ordenado besarlo en la academia. El joven Midoriya, también había huido del salón atemorizado y Shinsou se había quedado solo de pie junto a la pizarra.

Se sintió como ese niño de 17 años otra vez, perdido y triste.

Había vuelto a cometer un grave error.