Mind Control por Helsic

-        - ¿Puedes… manipular los sentimientos de las personas? – Preguntó al fin Midoriya luego del largo e incómodo silencio, Shinso le miró con expresión confundida – Noté que hiciste que Cuervo Azul cambiara de humor luego de que se mostrara preocupado por llevar el maletín directamente a su jefe –

-        - El cerebro es el músculo más poderoso del cuerpo – Comenzó a decir Shinso – Cuando tomo el control una persona, puedo ordenarle que sienta cualquier cosa – Le explicó. Midoriya se quedó en silencio asimilando esa información, sabía que el Don de Shinso era poderoso, pero al parecer tras años de entrenar ahora podía inclusive manipular pensamientos y no solo dar órdenes.

-        - ¿Podrías hacer que… alguien se sienta atraído por ti? – Preguntó con voz dubitativa, Shinso se giró hacía él y le miró con sus ojos violetas temblando ligeramente con la molestia contenida.

-        - Nunca haría algo así – Respondió, su voz sonó tosca, estaba claramente molesto – No soy tan patético – Agregó frunciendo el entrecejo – Si crees que te he manipulado de alguna manera… estás equivocado, lo que pasó anoche… no fue por mi Don- Shinso pareció quedarse un momento más pensando lo que iba a decir a continuación, pero en vez de eso se acercó a Midoriya y colocó su rostro frente al de él, a pocos centímetros del otro, ¡Inclusive podía sentir su respiración contra su piel!

-        - ¿Te gusto o no? – Le preguntó directamente Shinso con la mirada desafiante, sus labios estaban tan cerca que Midoriya deseo besarlos pero se contuvo - Deja de jugar conmigo – Murmuró Shinso separándose un poco - ¿O acaso necesito usar mi Don para hacerte confesar la verdad? – Le preguntó con voz ronca.

Por unos instantes Midoriya pareció considerar esa propuesta, quizás si necesitaba que le controlara y le obligara a expresar sus verdaderos sentimientos.

-        - No… entiendo que me pasa… yo nunca me he fijado en otro hombre… - Logró decir Midoriya con la cara sonrojada a más no poder, Shinso sonrió, una sonrisa maliciosa que le envió otro escalofrío por la espalda.

-        - ¿Entonces te gusto? – Insistió Shinso acercando los labios de nuevo a los de Midoriya, apenas si rozándolos - ¿Quieres que te bese? –

Midoriya sintió que moriría de vergüenza de tener que responder a algo así, en primer lugar, la noche anterior había estado borracho, el vodka le había ayudado a sentirse desinhibido y a dejarse llevar, ahora estaba sobrio, no había forma de que pudiese aceptar lo que estaba sintiendo.

Shinso dejó escapar una risita suave y giró su rostro acercando sus labios al cuello de Midoriya y rozó levemente la piel, subiendo hasta su oreja, su aliento tibio le envió una deliciosa sensación de hormigueo y Midoriya descubrió lo sensible que era detrás de la oreja.

-        Quieres que te bese – Susurró Hitoshi, esta vez no fue una pregunta sino una afirmación, Midoriya cerró los ojos sintiendo que su cabeza le iba a explotar por la vergüenza, Shinso le empujó hacía atrás con sus manos haciéndole caer sobre el colchón y con un rápido movimiento se sentó sobre él, Izuku abrió los ojos y se encontró con que Shinso le miraba con algo que, sólo podría ser descrito como dominancia.

¡Shinso estaba en control y no estaba usando su Don!

-        - ¿Ohh? ¿Qué es esto? – Comentó con una sonrisa ladina, sus caderas encima de las suyas – Deseas que te vuelva a tocar ¿No es así? – Agregó, Midoriya negó con la cabeza casi inmediatamente pero la sonrisa de Shinso solo se hizo más ancha - ¿Entonces qué significa esto? – Comentó moviendo sus caderas contra la entrepierna de Midoriya que se encontraba ya dura y dispuesta. Los pantalones se sentían dolorosamente apretados en esa parte y Midoriya se cubrió la cara con las manos volviendo a negar con la cabeza frenéticamente.

Oh dios, iba a morir de vergüenza.

– Tu cuerpo habla por si solo – Susurró Shinso inclinado sobre él, su lengua húmeda lamió el lóbulo de su oreja enviándole un cosquilleo insoportable por todo el cuerpo y con sus manos desabotonó hábilmente la chaqueta y posteriormente levantó la camiseta, Midoriya a pesar de desear que le tocara, intentó oponer resistencia para que no le quitara la camiseta. Shinso le agarró las manos con fuerza y las colocó por encima de su cabeza, siendo realistas, Izuku Midoriya, siendo el poseedor de All Might, podría haberse zafado fácilmente del agarre, era obvio que físicamente era más fuerte que Shinso, pero no lo hizo, Izuku quería, no, deseaba ser besado por esos labios a pesar de todo.

Pero la parte consciente de su cerebro le pedía a gritos que se detuviera, que aquello estaba mal. Shinso era un hombre, además su amigo ¡Aquello era una locura!

Con la mano libre había subido la camisa de Midoriya hasta que esta quedó enredada en sus muñecas. Los labios de Shinso comenzaron a bajar por su cuello, dejando un camino de besos húmedos por su pecho hasta llegar a su ombligo. Deku dejó escapar un débil gemido sin darse cuenta y de inmediato buscó taparse la boca con las manos, Shinso levantó el rostro y pareció deleitado con el sonrojo de sus mejillas.

-        -¿Qué quieres que haga? – Le preguntó y como Midoriya seguía mordiéndose los labios sin responder, Shinso jugueteó con su lengua cerca del borde del pantalón – ¿No estás respondiendo a mis preguntas porque temes que te controle? – Inquirió y Deku movió frenéticamente la cabeza en una negativa.

-        - No… se trata de eso – Respondió Deku en una voz tímida.

-        - Porque anoche me pediste que te controlara ¿O estoy recordándolo mal? – Inquirió con una sonrisa y Deku pensó que en otro contexto, podría ser la sonrisa de un Vampiro hambriento - ¿Qué fue lo que dijiste? – Preguntó fingiendo no recordar mientras se llevaba una mano a los labios – Ah… si, me dijiste que te excitaba que te controle –

Deku deseó que literalmente se lo tragara la tierra. Por supuesto que recordaba haber dicho eso, Shinso le había ordenado que le dijera lo que estaba pensando y no había podido mentir estando bajo la influencia de su control mental. El muchacho giró el rostro hacía un lado evitando mirarle a los ojos, sentía que si lo miraba iba a morir de vergüenza.

-        - ¿Deseas que use mi Don otra vez? – Le preguntó Shinso y su mano se posó de nuevo sobre el bulto que se levantaba dolorosamente en su pantalón. Las caderas de Midoriya se levantaron hacía arriba en un intento por buscar contacto – Quizás así, tu mente sería tan honesta como tu cuerpo –

-        -¡Estás loco! – Exclamó Midoriya.

-        -Loco por ti – Respondió el joven de cabellos índigos, estaba claro que sabía lo que quería y lo obtendría a toda costa. Aquellas palabras le hicieron sentir extrañamente feliz, Midoriya se dio cuenta de que, deseaba escucharle decir eso. Qué se sentía bien el saber que, a pesar de todo ese tiempo, Shinso aún seguía sintiéndose así por él.

Las manos de Shinso desabrocharon sus pantalones de jean y pronto la hombría de Izuku se irguió dispuesta liberada de su prisión.

-        - No… no mires – Se quejó Midoriya intentando tapar su erección con sus manos, Shinso sonrió disfrutando de la adorable reacción del muchacho. – Espera… ¿¡Qué haces!? – Exclamó Midoriya, cuando Shinso había tomado las esposas que había en la cama y le había atrapado las manos fácilmente con ellas - ¡Q-Qué estás haciendo! – Casi gritó cuando se vio esposado a la cabecera de la cama.

-        - Shh… seguro esas esposas no son nada para el poder de ‘One for all’ – Comentó Shinso una vez Midoriya estuvo esposado debidamente a la cama – Podrías romperlas sin el menor esfuerzo… pero no lo harás – Continuó con voz juguetona – Porqué deseas continuar ¿No es así? –

Midoriya iba a protestar, pero se encontró mudo sin saber que decir, Shinso tenía razón, podría romper las esposas si quería, pero la sola idea de estar atado y a merced del otro le excitaba.

-        - Haré la pregunta de nuevo – Continuó Shinso y esta vez, su dedo índice tocó la punta del miembro de Midoriya enviándole un choque eléctrico por todo el cuerpo, la sensación del latex sobre su piel era suave y tentadora - ¿Quieres que use mi don? – Preguntó y su dedo enguantado comenzó a dibujar círculos lentos en la punta, haciendo que Izuku se estremeciera de pies a cabeza.

-        - ¿Uhh…? Estás temblando – Comentó Shinso sin dejar de torturar con sus dedos la punta, la vergüenza que sentía Deku estaba llegando a niveles insospechados y el deseo comenzó a nublarle el pensamiento ¿Era ese el poder de Shinso? ¿Le estaba manipulando?

-        - P-por… favor – Rogó Deku con la voz entrecortada.

-        - ¿Por favor… qué? – Preguntó Shinso recorriendo con el dedo índice el miembro desde la punta hasta la base.

-        - Hazlo por favor… – Rogó Deku tragando saliva avergonzado – Contrólame –

Entonces una niebla lo envolvió y la sensación ya familiar de estar bajo el control del Don le sobrecogió.

-        - Guíame – La voz de Shinso le ordenó. – Dime que deseas que haga -   

-        - Con tu… boca – Respondió Midoriya sin poder controlar sus palabras.

-        - Jmm… Así que este es el verdadero Deku – Comentó con su sonrisa torcida – Debajo de toda esa apariencia inocente y jovial… eres un pervertido –

Las mejillas de Deku ardían, pero bajo el control del Don, su rostro permanecía con la misma expresión, por dentro Deku no podía creer lo que acababa de decir.

Shinso engulló su entrepierna con gula, la aprisionó dentro de su boca arrancándole gritos de placer a Midoriya, mientras este cerraba las manos en puños con frenesí. Lo lamió una y otra vez alcanzando un ritmo enloquecedor, logrando que Deku se sonrojara cada vez más, una hermosa visión de su rostro pálido y puro.

- Ahhgg… - Gimoteó Midoriya - Más rápido… - Le suplicó con los ojos cerrados fuertemente y el sudor resbalado por su piel, perlándola bajo la luz de la luna que se filtraba por la ventana.

Shinso obedeció y aumentó su ritmo logrando que el cuerpo de Deku se tensionara hasta el punto en que su ambrosía agridulce se liberó alcanzando el intenso orgasmo, un grito de placer se escapó de los labios del peliverde y Shinso disfrutó observando como su cuerpo temblaba en espasmos.

-        Vaya, vaya te has corrido dos veces en menos de un día – Comentó Shinso mientras se relamía los labios – Para alguien que nunca se había fijado en otro hombre… te has corrido bastante rápido – Shinso parecía disfrutar tener el control completo de la situación y echarle en cara todas las palabras que había dicho antes. – Ahora dime ¿Te gusto o no? –

-        - Me encantas – Respondió Midoriya aún bajo su control mental, sus verdaderos sentimientos saliendo a flote libremente y sin restricción.

-        - ¿En que estabas pensando cuando viniste al hotel? – Preguntó Hitoshi con expresión divertida.

-        - En que te vez increíblemente sexy con ese pantalón negro ceñido a tu trasero – Las palabras salieron de la boca de Midoriya sin dubitación y hasta Hitoshi se sorprendió con tal revelación pues no esperaba que le dijera algo así, definitivamente su Don estaba desinhibiendo por completo a Midoriya. – En que quería besar tus manos y chupar tus dedos, morder tu cuello, hacerte mío… -

-        -  Oye… - Lo interrumpió Shinso y fue su turno de sonrojarse.

Entonces Deku sintió como la neblina que lo rodeaba se disipaba y como volvía a tomar control sobre su mente y su cuerpo. Aplicando un poco de su fuerza, (Un 1% de su verdadero poder para ser exactos) rompió la cadena de metal que conectaba las esposas a la cama con un audible ‘clang’ y rodeó con sus brazos a Shinso para atraerlo contra si mismo. Shinso se dejó abrazar y quedó sobre él, las narices rozándose apenas.

-        - Me gustas – Repitió Midoriya, de repente sentía como si el Don de Shinso no solo le hubiese obligado a decir la verdad, sino como si, hubiese despejado su mente por completo, además para ser francos, acababa de alcanzar un intenso orgasmo por segunda vez a manos de él, no había forma de que se siguiera mintiendo así mismo – Me gustas, me gustas, ¡me gustas! – Exclamó una y otra vez sintiendo como un enorme peso lo abandonaba. Shinso se iba colocando más colorado conforme hablaba, todo rastro de la dominancia de antes había desaparecido y solo una sonrisita tonta adornaba su rostro.

Deku lo besó lento y sin prisas, por primera vez disfrutando de sus labios sin miedo, Shinso correspondió el beso acariciando el cabello verde con delicadeza. Y justo en ese momento el teléfono móvil de Midoriya comenzó a sonar en el bolsillo trasero de su pantalón, reconoció el ring tone, la llamaba venía directamente de la jefe de la agencia.

-        -Debo contestar – Murmuró separándose del beso y Shinso se hizo a un lado con expresión desilusionada - ¿Tokonawa-san? – Una voz femenina se escuchó al otro lado – Estoy cerca de Roppopngi… si – Deku se sentó y se pasó una mano por su cabello desordenado en un intento de peinarlo – Estaré allá en cuanto antes… 10 minutos… no 5… si, si, estoy en camino –

-        - ¿Trabajo? – Preguntó Shinso quien se había puesto de pie, Midoriya asintió colgando el teléfono y apresurándose a subirse los pantalones.

-        - Es una escena de crimen – Respondió mientras se abotonaba la chaqueta - ¿Quieres venir conmigo? –

-        -Mmm no creo que sea buena idea – Respondió Shinso con expresión resignada – Solo me interpondría en tu trabajo… -  Midoriya se acercó a él y lo rodeo con sus brazos en un nuevo abrazo.

-        Hey… no digas eso – Se quejó, Shinso era mucho más alto que él así que se empinó para volver a besarle – Volveré cuando termine – Shinso asintió y disolvió el abrazo, se veía claramente desilusionado por la inesperada interrupción.

Deku caminó hasta la puerta y antes de abrirla se detuvo, sentía como si el corazón se le fuera a salir del pecho, estaba emocionado, estaba feliz y por primera vez en años, sentía anticipación por descubrir algo nuevo, como si estuviese a punto de abrir un enorme regalo, ya no sentía miedo, en su mente todo estaba claro, Shinso había regresado a su vida para quedarse.

-        Este ha sido el mejor regalo de cumpleaños – Comentó abriendo la puerta, Shinso le sonrió de devuelta. De repente fue como ver a ese chico de 17 años sonreír en medio del salón en la academia, Midoriya sintió como si, esos 6 años no hubiesen pasado nunca y las mismas mariposas le revoloteaban en el estómago al ver esa sonrisa.