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La balada de las estaciones por elenaa

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Cuando Menma descubrió que se escapó del palacio, no perdido tiempo en desplegar a los caballeros en su búsqueda y pagar a mercenarios para que le siguieran el rastro.

Afortunadamente logro tener una distancia considerable y vender un anillo, antes de que la búsqueda sobre él se intensificara. Cubría sus huellas y se desplazaba sigilosamente entre los pueblos, sin verse sospechoso evitando los lugares concurridos.

No obstante, el rostro de los príncipes gemelos y su rubio cabello, bañado por los rayos sol, no era una imagen ajena en el reino y con los dibujos que se habían puesto en circulación menos, así que se vio obligado en el último pueblo donde paro a comprar un poco de provisiones a buscar una poción mágica.

Los magos y hechiceros no eran muy comunes en el reino, así que el encontrar pociones y piedras mágicas no era una labor sencilla.

Por lo que le tomo cuatro largos días, visitar dos pueblos más y otro de sus anillos, el encontrar a alguien semi-confiable que le proporcionara una poción, para cambiar el color de su cabello. Con la cual tiño su rubio cabello por un rojizo intenso, casi del color del fuego.

Así logro avanzar cautelosamente rumbo al pueblo costero más cercano; su único inconveniente era que Menma muy seguramente, ya habría mandado a vigilar los puertos.

Su octavo día de viaje, mientras dormía en un bosque tuvo un extraño sueño. Corría entre los árboles de un bosque desconocido, mientras era perseguido. Sabía que los caballeros, mercenarios y quien quisiera dar su cabeza a cambio de una recompensa iban tras él. Sin embargo, la sensación de persecución tenía una vibra distinta, aunque no menos inquietante.

Despertó con sudor escurriendo por su frente, con la vivida impresión de haber recorrido un largo trayecto corriendo a gran velocidad, no obstante, debido a que prácticamente había muerto y regresado en el tiempo, aquel extraño sueño, no resulto tan alarmante, así que solo recogió sus cosas y siguió con su camino.

Durante los siguientes días, aquel sueño de alguien persiguiéndolo por el bosque, se volvió recurrente y mientras más lo tenía, más se acostumbraba, aunque no por eso bajo la guardia y se siguió desplazando con la intención de llegar por fin a un pueblo costero.

A dos días de cumplir su objetivo, mientras cabalgaba a toda prisa, se cruzó con unos bandidos, los cuales llevaban a la fuerza a una joven de largo cabello negro y ojos grises.

Y sin pensarlo mucho, se lanzó a ayudar a la joven, derroto fácilmente a los cuatro bandidos, quienes terminaron huyendo de la pelea.

Sin embargo, justo cuando iba a despedirse de la joven, se percató de que no podía dejarla sola ya que esta se tendría que desplazar caminando, quedaban pocas horas de luz y la chica ya llevaba tres días de viaje con aquellos bandidos.

Así que, aunque en realidad su intención era relacionarse lo menos posible con las personas hasta lograr llegar al reino de Beckgner, que se encontraba cruzando el mar; por su heroica acción no tuvo corazón para abandonar a la joven y se desvió de su camino.

Debido a que el pueblo donde vivía la chica, estaba a una larga distancia y desde que se había escapado de su palacio, las únicas veces que se comunicó fueron para vender su anillo, conseguir la poción mágica, obtener un poco de comida y él era una persona amable y conversadora por naturaleza, no pudo evitar conversar un poco con la chica.

Enterándose así de como había sido secuestrada de su pueblo a la fuerza por esos bandidos; Hinata le conto como esos malhechores llegaron al pueblo a buscar mujeres para venderlas a burdeles. Y ella al estar desprotegida por la avanzada edad de su padre y la ausencia de su primo, quien se encargaba de cuidarla a ella y su hermana menor, se volvió uno de sus objetivos.

Lo mencionado, le cayó como la mismísima guillotina que lo decapito, el enterarse que, en su reino, el cual era “pacifico” pasaran este tipo de cosas, lo hizo cuestionarse lo dormido que estuvo todo el tiempo.

Durante diecinueve años, solo se dedicó a desempeñar su papel de príncipe a medias, aprendió a utilizar la espada desde que pudo sostener bien una de madera y se desentendió por completo de la política y la economía del reino, creyendo que todo estaba bien en manos de su padre y seguiría estando bien en manos de su hermano.

Por lo que solo se destacó en combate durante las batallas que ocasionalmente se enfrentaban contra el reino del Norte Albrechter.

Nunca imagino que sus numerosos logros en batalla, el cariño del pueblo por estos y el hecho de que su padre no había nombrado aun a ninguno príncipe heredero, llevara a Menma a buscar el trono por medio de atrocidades.

Perdido en sus cavilaciones, noto que la chica se veía somnolienta, así que busco un lugar seguro para que ambos descansaran.

Después de unos largos días de viaje y más extraños sueños de persecución, solo que con la ligera variación de que ahora escuchaba una voz que le susurraba—Va en tu busca; llego a un bosque muy similar al de sus sueños y justamente pasando aquel bosque vislumbro el pueblo donde vivía Hinata, pero esta se había dormido a su espalda, así que la despertó y pregunto la ubicación exacta de su hogar, al que la chica lo guio muy agradecida.

Y una vez que la dejo frente a la puerta de su casa y estaba a punto de retomar su camino, Hinata lo detuvo y con vergüenza mezclada con esperanza dijo—espera, porque no descansa un poco aquí, el sol esta por ocultarse, puedes cenar, dormir y mañana al medio día, después de una buena comida, puedes continuar con tu camino.

—Gracias, pero no puedo, tengo un lugar al cual debo llegar.

—No puedes descansar un poco, después de todo lo que hiciste por mí, esto es lo único que te puedo ofrecer si no me hubieras salvado, no quiero ni imaginar, en donde estaría en estos momentos.

Al final acepto la hospitalidad de Hinata y cuando entraron a la casa, encontraron a la hermana menor de esta que, en cuanto vio a su hermana corrió a sus brazos.

—¡Hermana! estaba tan preocupada, el hermano Neji, te rescato—exclamo la pequeña entre el llanto y la alegría.

—Estoy bien Hanabi, no te preocupes estoy de vuelta, Otarnu me salvo—dijo Hinata acariciando la cabeza de la menor consolándola.

—Otarnu… ¿y el hermano Neji?

—Hanabi, que paso después de que esos bandidos me secuestraran ¿dónde está padre?

—Padre está en cama, después de que te llevaron su salud empeoro, solo pudo pagarle a Genma para que fuera a buscar al hermano Neji—conto la chica mientras se limpiaba las lágrimas.

—Hanabi sírvele por favor un plato de estofado a Otarnu, voy a ver a padre—soltó Hinata corriendo preocupada en dirección a la habitación de su padre.

 

Unas cuantas cucharadas de estofado caliente, fueron suficientes para que se sintiera renovado y cálido y mientras mordía un trozo de pan, noto que la niña que lo veía comer con admiración y agradecimiento por haber salvado a su hermana era una copia idéntica de Hinata, solo que pequeña, así que no pudo evitar pensar que, sin su primo mayor con ellas y su padre ahora postrado en cama, estas chicas muy seguramente se seguirían encontrando con dificultades.

Aun comía cuando Hinata salió del cuarto de su padre y la pequeña corría nuevamente a los brazos de su hermana y sin darse cuenta pensó en Menma, en cómo, aunque eran hermanos gemelos, este no había dudado ni un segundo en incriminarlo por el envenenamiento de su padre y condenarlo a muerte. Cómo estas hermanas se mostraban tanto amor fraternal, cuando su gemelo, lo buscaba por todo el reino para cortarle otra vez la cabeza.

Así que, aunque permanecer mucho tiempo en un solo lugar, podría ser contraproducente para sus planes y se estaba jugando la vida, tomo una decisión silenciosa en su corazón, decidió que el cuidaría de este par de hermanas en lo que su primo regresaba.

Dos días estuvo cuidando tranquilamente a sus nuevas amigas, con el extraño sueño que tenía cada noche aun presente, con ahora la ligera variación de que la voz que susurraba ahora decía—pronto con él te vas a encontrar. Aunque se había acostumbrado tanto que ya estaba seguro de que lo raro seria dormir y no tenerlo, no obstante, la mañana del tercer día, despertó con la sensación de añoranza en el aire, casi como si todo su cuerpo estuviera en la espera de algo.

Y lo comprobó, cuando por la tarde, un grupo de veinte hombres rodearon la casa de Hinata con la intención de secuestrarla nuevamente, así que tomo su espada y se enfrentó muy confiado a ellos, eran un grupo numeroso, pero confiaba en sus habilidades y en su experiencia en el campo de batalla. Sin embargo, mientras se enfrentaba a estos, un suave viento soplo y justo cerca de su oreja escucho el susurro de una voz decir—está aquí.

La voz lo tomo por sorpresa y descuido su retaguardia y justo cuando uno de sus oponentes lo iba a atacar, este y dos más que estaban a sus costados, cayeron de la nada. Ignoro de donde venía la ayuda y siguió luchando y justo cuando estaba por derribar al último hombre, este fue atravesado por una flecha en el pecho y se desplomo.

Por instinto busco la dirección de donde salió la flecha y en el techo de una de las casas, vio a un hombre encapuchado con un arco. Y aunque lo normal sería que se pusiera en alerta, solo se quedó casi petrificado, viendo como un nuevo viento soplaba, quitándole la capucha al misterioso hombre, revelando un cabello y ojos del color del carbón.

Ambos se miraron fijamente a los ojos y por alguna inexplicable razón, sintió un ligero palpitar al mismo tiempo que un tenue calor emergía de su pecho, justo en el mismo lugar en el que se encontraba su collar.

Notas finales:

Espero que les gustara n_n


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