Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Encrucijada. por NNK

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Capitulo XV: Esteban.

 

Demian levanto la mirada ante el establecimiento escolar en el que trabajaba su amigo Esteban mientras silbaba sorprendido, tocó el timbre, sonó el citófono, dio a conocer su motivo de visita y le abrieron la puerta para que se dirigiera a la secretaria del colegio. Al entrar le sonrió a la secretaria y está le prestó atención.

—Vengo a ver al profesor de deporte, Esteban—repitió con una sonrisa alegre.

—Puedes esperarlo en el patio, está dando clases ahora, por favor no lo interrumpas—pidió con una sonrisa a pesar de su tono severo—Camino hasta el fondo del pasillo, dobla a la derecha y llegarás al patio—indicó, volviendo a su trabajo.

—Muchas gracias con permiso—habló en un susurró.

Camino por el lugar siguiendo las indicaciones, miró el estante de trofeos, sonrió al ver algunas fotos de Esteban de pequeño, su cara no había cambiado para nada. Siguió y dobló por el pasillo que le habían dicho, escuchando los gritos de ánimo de Esteban y el trote cansado de los adolescentes, conociendo a su amigo de seguro les había hecho dar cincuentas vueltas en la cancha. Llegó y se ocultó en uno de los pilares del edificio.

— ¡Demian, no te escondas. Ven aquí!—ordenó Esteban al verle.

Sonrió y camino hacia su amigo, observo a los chicos correr con la respiración agitada y con claros signos de cansancio, su sonrisa se borró al reconocer a Renato Aihara en persona, sus ojos se cruzaron y pudo ver en ellos a ese niño de ocho años que siempre cuidaba de su hermano menor. Lo vio dar la vuelta, mientras él conversaba con un chico. Su corazón se aceleró por unos segundos, había crecido y era aún más bonito que  antes, su mirada reflejaba madurez.

Pero ¿Por qué su padre había enviado a sus tres hijos a otra ciudad, completamente solos? Por lo que recordaba Guillermo era muy protector con sus hijos desde que su esposa fue secuestrada ¿Por qué vivían con Maximiliano y no con su madre? Concentró su mirada en Renato unos segundos, viendo como dos chicos se acercaban a él.

—Bebe un poco de agua, te ayudará a recuperar el aliento—pronunció Gabriel con una sonrisa alegre.

—Muchas Gracias—comentó Renato con una sonrisa, antes de beber el agua.

—Ya…no…puedo…más—balbuceó Camilo, sentándose en el suelo—Ese tipo va a matarme de un infarto—reclamó a sus dos amigos—Tienen que darme su secreto.

—Troto todas las noches una hora, debo mantenerme en forma si quiero entrar a las fuerzas militares—mencionó Gabriel con orgullo, abriendo la botella para que Camilo tomara un poco de agua—¿Cuál es el tuyo Renato?

—Mmm… No lo sé, creo que la costumbre de entrenar Karate—comentó con una sonrisa coqueta.

— ¿De qué hablan? No sabía que nos estábamos transformando en un centro de madres—habló Ricardo burlón.

—Me está dando su secreto para no terminar con el corazón en mis manos por correr tanto—contestó Camilo— ¿Dónde estabas tú?

—En el baño—respondió rápido con una sonrisa. Mirando hacia donde estaba Renato—¿Qué pasa Renato, es un conocido tuyo?

— ¡Chicos, ya pueden ir a ducharse para su siguiente clase!—exclamó Esteban al grupo, dando por terminada la clase.

Demian dejó de mirar al grupo y puso atención a su compañero, se quedó en el pilar que se había escondido con anterioridad, mientras Esteban le entregaba el libro de clases a un chico, después de firmarlo. Miró el lugar admirado, jamás pensó que el mundo era tan pequeño como para volver a encontrarse con Renato nuevamente.

— ¿En qué piensas?—preguntó Esteban al ver el rostro de su amigo.

—Lo pequeño que es el mundo, nunca pensé que me volvería a encontrar con niños que cuide en un hogar de menores—dijo con una sonrisa alegre—Me sentí aliviado al ver que Renato, sociabilizaba de la manera que lo hacía.

—Desde que entré a trabajar desde hace casi tres semanas, he notado que él es muy sociable, se adapta fácil al cambio y es popular entre los chicos—habló con una sonrisa, mientras salía fuera del establecimiento—Aunque él solo los trata como buenos amigos.

— ¿Por qué me llamaste a tu trabajo?—preguntó Esteban, al verse solos en la calle.

—Estoy preocupado por mi hermano y me sorprendió mucho que supieran sobre los Aihara, quiero que me cuentes cómo eran ellos y a que debo atenerme con ellos, para que mi hermano no salga lastimado—comentó Esteban preocupado.

—Oye relájate un poco, que estoy seguro que tu hermano sabe defenderse solo. Por otro lado, esa familia no es peligrosa ni nada—defendió Demian un poco alarmado—Aquella vez, solo hable de manera genera de ellos, porque en realidad a mi me causaron una sensación de misterio, al darme cuenta de que no hablaban de su pasado.

—Por eso, como amigo te pido, que me cuentes lo que sabes de ellos, no es para ocuparlo en su contra ni nada, es solo para saber ¿Qué tipo de personas son?—comentó con preocupación.

Demian observo a su compañero y sonrió, era mejor contar lo poco que sabía de ellos y así mantener a su amigo tranquilo, se sentó en el pasto, mientras Esteban iba por unos refrescos, cerró sus ojos y disfruto de la brisa helada que daba a principios de otoño. Vio su entorno en silencio, los autos pasaban rápidamente y había poca gente en las calles y el parque estaba completamente vació, exceptuando la presencia del vendedor, Esteban y la suya.

—Llevaba una o dos semanas trabajando en el hogar cuando los vi llegar por primera vez, en esa época la directora el lugar me dijo que ellos tres se iban a quedar una semana cada mes, se rumoreaba que era porque su madre estaba enferma y cada mes debía viajar una semana a otra ciudad y ellos no tenían más familia. Fue así por un periodo de seis meses y no los volví a ver hasta dos años más tarde. Pero cuando Guillermo llegó, solo traía a Renato y Felipe y ellos se quedaban dos semanas en el hogar y dos volvían a casa—dijo con una sonrisa apenada— La directora me dijo que cuidara de esos dos porque extrañaban a Maximiliano, que para esa fecha ya estaba en esta ciudad estudiando.

— ¿Pasaron mucho tiempo en el hogar de menores, luego de que Maximiliano viniera a esta ciudad?—preguntó algo apenado.

—Yo trabaje solo siete años en el hogar y hasta al menos dos o tres de años, era muy normal verlos en el hogar de menores al menos dos o tres veces al mes—comentó con una sonrisa—Pero creo que la decisión de traer a Renato y Felipe comenzo luego de que me fui, un compañero que aún trabaja allí, me dijo que Renato y Felipe habían perdido a su madre en un secuestro, pero no sé si su madre está viva o muerta. Y siendo sincero creo que su padre quiere darle una vida lo más normal posible.

—Entiendo, creo que con una vida así, es normal no hablar de tu pasado—habló Esteban más relajado—Creo que solo estaba exagerando con mi preocupación.

—No te preocupes, es normal que actúes así, tu hermano no habló de Maximiliano en dos años y de un momento a otro comenzo a relacionarse nuevamente con él, es normal sentirse preocupado y desconfiado—dijo Demian con una sonrisa.

—Gracias por comprender—habló Esteban sincero.

Demian sonrió, le había gustado volver a ver que su amigo se animaba nuevamente, pero más le había gustado saber que los hermanos Aihara estaban tranquilos viviendo sus vidas.

Notas finales:

Gracias a todos por llegar hasta aqui. Nos vemos en la siguiente publicación.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).