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Beautiful lies por RLangdon

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Sintiéndose más incómodo que nunca, Naruto se miraba en el espejo de cuerpo completo, cerciorándose de que todo estuviera "en orden".
 
La peluca estaba bien acomodada y hasta la había ajustado con varios prendedores para que quedara fija. El intento de sosten seguía dando lástima, pero por nada del mundo Naruto accedería a rellenarlo. Suficiente se estaba rebajando ya como para que, encima de todo, tuviera que pisotear más el poco orgullo que le quedaba.
 
Días atrás se había emocionado con la noticia. El simple hecho de saber que conocería a los padres de Itachi le había provocado una inmensa felicidad, y una necesidad aun más latente por sentirse aceptado por ellos. Creía que la idea provenía de su novio, pero Naruto no se molestó al saber que en realidad era el padre de Itachi quien quería conocerle.
 
Todo había estado medianamente bien hasta que Itachi le hizo aquella ridícula y humillante petición de que asistiera a la cena familiar vestido de mujer. Lógicamente Naruto se había negado. Pero al conocer los detalles no pudo más que dar su aprobación, aún a sabiendas de que él no quería fingir, ni mucho menos ser un impostor. Porque claramente eso hacía al proyectar una identidad opuesta.
 
Cepillando una de las coletas, Naruto hizo un mohín frente al espejo. Itachi Uchiha era un idiota, el ser más despreciable en la faz de la tierra, y él un estúpido por hacerle caso.
 
Que si Fugaku Uchiha era homofobico, que si Mikoto lo apoyaba y además tenía problemas del corazón, que si su reputación...al demonio todo eso. El solo quería que ellos lo conocieran siendo él mismo, no Naruko.
 
Afligido, terminó por ponerse la falda, asegurandose de cubrir muy bien cierta parte de su anatomía que distaba mucho de parecerse al de una chica.
 
Indignado, Naruto infló las mejillas y pensó en hacerse el ofendido a mitad de la cena para poder darle un buen puñetazo a Itachi, alegando una mentira como que le había faltado al respeto o algo así. Esa sería la venganza perfecta, y ademas él se lo merecía por humillarlo de esa manera.
 
-¿Naruto kun?
 
Naruto entrecerró los ojos, dejó salir un suspiro de contradicción y se encaminó a la puerta, meditando las posibilidades de fingirse enfermo. Aunque dudaba que fuera a funcionar.
 
**
 
Los dos habían permanecido en silencio durante el corto trayecto. Naruto ya sabía que debía actuar como una "dama", y no hacía falta recordarle al altivo joven que se comportara como un caballero. La única diferencia era que Itachi cumplía muy bien con dichos requisitos, Naruto en cambio tenía que recordarse a sí mismo el mantener las piernas cerradas en todo momento y tratar que su torpeza no arruinara la velada. Tantas cosas podían salir mal que Naruto no había hecho más que pensar en ello.
 
Que la peluca se aflojara, que el timbre grave de su voz lo delatara...
 
Estaba tan nervioso que tenía que repetirse constantemente que solo lo hacía por Itachi. No era lo mismo estar desempeñando su papel en el restaurante de ramen que hacerlo delante de los padres de su novio.
 
-Tranquilo- cuando llegaron a su destino, Itachi se tomó su tiempo para acariciar con el dorso de la mano la mejilla izquierda de su acompañante. Naruto lucía tan arrebatadoramente bello que, en ocasiones, Itachi ni siquiera reparaba en el sexo. No le importaba que fuera hombre o mujer. Aunque increíblemente ahora se le apetecía más de chico. Tampoco negaba que Naruto se veía precioso tal como estaba en esos momentos, hasta le ponía verlo de ese modo, y de no ser porque su familia ya le esperaba con impaciencia y que Naruto estaba más que irritado, Itachi le haría el amor en ese mismo instante.
 
-Soy chica, ¿recuerdas?- Naruto frunció el ceño y apartó la mano que pretendía ejercer una caricia furtiva sobre sus piernas.
 
-Cierto- Itachi no pudo evitar sonreír, cada vez más divertido con los gestos de molestia que su pareja le dedicaba. Días atrás había tachado su propio plan como una locura. Inclusive se había molestado con Fugaku por haber contratado a un detective para que lo siguiera y rindiera cuentas de lo que hacía por las noches. Afortunadamente Naruto había estado disfrazado aquella vez. Ya solo le restaba fingir para convencer a su padre. De otro modo seguiría hostigandolo. Y lo último que Itachi necesitaba era enfrentarse a su padre estando cabreado. Asi que optó por la salida facil, mentir. Solo asi los dejarían tranquilos.
 
Y a pesar de que en el fondo sentía cierta intranquilidad de que Naruto cometiera algun error, Itachi confiaba ciegamente en él.
 
¿Qué otra alternativa le quedaba? Prácticamente había obligado a su alumno a travestirse para presentarlo con sus padres. Había caído muy bajo, solo esperaba que Naruto lo perdonara cuando la cena hubiera finalizado.
 
-Andando.
 
Naruto refunfuñó por lo bajo, esperó a que Itachi abriera la puerta de su lado y despues bajó del auto con muy poca elegancia para demostrar su inconformidad. Itachi en cambio no le recriminó nada, más bien, le extendió el brazo que Naruto tuvo que aceptar muy a su pesar. En quince segundos ya estaban frente a la puerta, y en cinco más esta se abría, dejando entrever a una atractiva fémina de cabello oscuro y ojos de igual color. Naruto se sintió inmediatamente prendado de la belleza de la mujer. No tuvo que preguntar para saber que se trataba de la mamá de Itachi, el parecido era evidente. El silencio prevaleció por varios segundos más.
 
Naruto se quejó al recibir un suave codazo como incentivo. Miró a Itachi frunciendo los labios y luego se dirigió a la mujer.
 
-Na...Naruko, mucho gusto de ve...- otro codazo más. Naruto se mordió el interior de las mejillas. Odiaba que Itachi hiciera eso. -Naruko- se recompuso lo más rápido que le fue posible, mostrando una de sus sinceras sonrisas para agradar más.
 
-Naruko, eres preciosa- Mikoto abrió totalmente la puerta e inspeccionó de cerca a la bella damita que se había ganado el corazon de su retoño. No negaba la belleza de aquella joven, y el enamoramiento era más que obvio cuando se volvió para ver la expresión embelesada de su hijo. -Mikoto, y es un placer tenerte como invitada- extendió su mano para estrechar la de la joven y algo insólito ocurrió cuando Naruto decidió tomar su mano para besarla en el dorso.
 
Itachi carraspeó por semejante acto varonil pero Mikoto se limitó a reír con gracia por los modales tan extraños de la joven. Era, al igual que la belleza de Naruko, extravagante.
 
-Pasen y siententese- invitó. -Enseguida les serviré la cena.
 
Itachi forzó una sonrisa complaciente y esperó hasta que Mikoto se perdió en la cocina para espetarle a Naruto por su terrible equivocación.
 
-Lo siento, de veras. Me olvidé- encogiéndose de hombros, Naruto se encaminó al comedor con una gran sonrisa en los labios. Al menos se había desquitado un poco por el mal rato que Itachi le haría pasar.
 
-Me llamo Naruko.
 
Itachi se sintió aliviado al ver que Naruto si estrechaba la mano de su padre mientras le regalaba una de sus bellas sonrisas. Fugaku permaneció en un momentaneo estado de trance, contemplando a Naruto, hasta que un sonoro -y mal fingido- carraspeo, hizo acto de presencia.
 
Tras ellos, Itachi se aclaraba la garganta al dar por sentada la impresión de su propio padre. Aunque no lo culpaba del todo, Naruto era hermoso de por si.
 
-Primo...
 
Itachi cerró los ojos al reconocer la voz que le llamaba desde la entrada del comedor. Naruto se apartó de Fugaku y sonrió con renovado brío, a pesar de que las manos le sudaban en exceso y su estómago cosquilleaba a causa de los nervios. 
 
Decidido, Naruto esperó a que el joven se acercara, dispuesto a fingir que era la primera vez que lo veía. Y cuando Shisui estuvo delante de él, algo extraño ocurrió. Algo que nadie había premeditado. Los dos se quedaron viendo por tiempo indefinido, como encandilados el uno por el otro. 
 
Itachi fue el primero en actuar al ver lo incómodo de la situación. Incluso Fugaku lo había notado.
 
-Shisui, ella es Naruko...mi novia- resaltó Itachi cada palabra al tiempo que se interponía en medio de ambos y deslizaba su brazo por los hombros de Naruto en un gesto por demás sobreprotector.
 
Con media sonrisa tirante, Shisui reaccionó ante aquello. Tomó la mano de la rubia y la besó con mucho énfasis, vislumbrando los hermosos ojos azules que lo habían hipnotizado en un primer momento. Ciertamente estaba en deuda con Itachi desde que su padre lo contrató como contador en la empresa de la familia. No solo eso, Itachi y él eran como mejores amigos. Habían crecido prácticamente juntos, siempre veían por el bienestar del otro, siempre apoyandose y en mutuo acuerdo. 
 
Recuerdos de ellos desfilaron por su memoria cuando inconscientemente se palpó la zona del pómulo, allí donde había quedado plasmado el notorio cardenal consecuente del golpe de su primo. 
 
-Naruko. 
 
-¿Ah?...Si- Naruto se espabiló una vez que Itachi lo guió hasta una de las sillas y lo instó a sentarse. Estaba estupidamemte sorprendido de su propia reacción delatoria. Si, le seguía gustando Shisui, pero era a Itachi a quien quería. Y sin embargo no dejaba de pensar en el otro Uchiha, en sus modales corteses y su proceder plagado de romanticismo. Pero Shisui no sabía que él era un chico. Shisui debía querer a Naruko. Y Naruto no había podido endurecer su corazón lo suficiente para desmentir su propio engaño. No soportaría lastimarlo más de lo que ya había hecho. 
 
-Me alegra mucho que aceptaras venir, Naruko- Fugaku observó fijamente los ojos azules, su expresión se tornó relajada al cabo de varios segundos.
 
Desde su lugar en la mesa, Naruto se permitió sonreír una vez más. Hasta el momento la familia de Itachi había demostrado ser muy amable con él.
 
-Muchas gracias por invitarme, de veras- un destello de ansiedad se vislumbró en las pupilas azules al sentir una caricia furtiva sobre su mano. nuevamente Itachi intentaba tranquilizarlo y hacerle saber que le estaba agradecido. Naruto pensó que era un mal chantaje, pero aun asi le gustaba que su pareja se mostrara afectuosa incluso en momentos incómodos como ese.
 
La cena transcurrió entre un silencio mayoritario y algunos comentarios triviales sobre el trabajo dentro de la empresa familiar, la alza en la bolsa de valores y la perpetua indecisión de Itachi por dejar su empleo como profesor para dedicarse de lleno a una labor que aparentemente demandaba su presencia. 
 
La cena había estado deliciosa. Estofado, patatas, arroz y un postre que Naruto repitió al menos tres veces. Estaba más relajado, pero seguía sintiendose culpable cada vez que sorprendía a Shisui mirándole, y el que Itachi estuviera tan serio no podia augurar nada bueno.
 
-Ita...
 
-Y dinos, querida- sonrió Mikoto, colocando un vaso de cristal al costado de Naruto. Este pestañeó aturdido al percatarse de la mirada insinuativa que Shisui le dirigía, como suplicandole sin palabras porque lo mirara. -¿Cuántos años tienes?
 
El interes que despertó la pregunta fue claramente palpable. Naruto boqueó un par de veces, inseguro. Si les decía la verdad, ellos sabrían que era estudiante de Itachi, pero si les mentía...
 
Cautelosamente, Naruto miró de soslayo a Itachi, quien a su vez le sostuvo el contacto visual, sin saber qué decir.
 
-Dies...
 
-Diesciocho. Naruko es mayor de edad- Itachi apresuró su vaso de refresco al decir aquello, sumamente nervioso con toda la situación. Se había olvidado poner de acuerdo a Naruto en la edad, pero tenía la confianza de que no sospecharían pese a lo joven que se veía Naruto. 
 
Fugaku resopló acalorado cuando la provocativa rubia se puso de pie para tomar una servilleta. Tenía que dejar de mirarla, y sin embargo no le era posible. Se sentía como un viejo pervertido. De suerte que su esposa estaba demasiado ocupada para descubrirlo, o de lo contrario, la cena se convertiría en un auténtico escándalo.
 
-Bien ¿y qué estudias?
 
Ante la nueva pregunta de Mikoto, Naruto se retorció las manos bajo el mantel. Aun no escogía una carrera, pero Itachi ya lo había declarado como mayor de edad.
 
-Ah, yo...- y entonces ocurrió lo inesperado. Naruto sintió un estremecimiento al sentir su tobillo siendo friccionado con suavidad bajo la mesa. Iba a golpear a Itachi, pero se dio cuenta que el responsable no era él. Shisui tenía las manos entrelazadas, todo el tiempo lo había estado mirando a los ojos, exigiéndole atención sin éxito. Y por fin la había conseguido.
 
-¿Naruko?- Itachi arqueó una ceja por lo duradero del silencio. Naruto tragó pesado. Las cosas ya se estaban saliendo de control y si no hacía algo, los primos terminarían en una nueva disputa.
 
-Te...tengo que ir al baño- la caricia en su tobillo se detuvo. Shisui lo contemplaba expectante, mientras que Itachi separó los labios para hablar. No obstante, fue Fugaku quien repuso:
 
-Al fondo del corredor, vuelta a la derecha.
 
-Te acompaño- se ofrecieron Itachi y Shisui al unísono, manteniendo una hostil contienda visual con el contrario.
 

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