Su turno había terminado hacía varios minutos, pero Naruto se negaba a salir de los vestidores por una presencia en particular.
Y es que cada vez que abría un poco la puerta para verificar si Shisui se había ido, se llevaba la amarga decepción de que no era el caso. Itachi le estaría esperando afuera de su departamento para ayudarle con las guías de estudio, pero Naruto se veía actualmente imposibilitado para cambiar su atuendo femenino. Además, si salía en presencia de Shisui, era un hecho que este le seguiría hasta su departamento, lo que implicaba nuevos problemas si llegaba a encontrarse con su primo.
¿Por qué era tan fácil decir mentiras y tan difícil decir la verdad?
Lo cierto era que él no quería herir a Shisui, y todo se estaba volcando en su contra.
Tuvo que esperar otra media hora oculto en el vestidor antes de que Haku le avisara que ya era hora de cerrar.
Naruto había sonreído forzosamente ante el contundente ademán negativo de Haku que le revelaba que estaba al tanto de todo. Acababa de convertirse en una persona sin palabra. Y justo cuando Naruto pretendía armarse de valor para desmentir sus propias mentiras delante de Shisui, este ya se había marchado del restaurante.
Golpe de suerte o terrible infortunio.
Naruto pensó que se trataba de una mezcla de ambas. Cuando el comedor se quedó vacío, y ya sin ánimos para vestirse su uniforme escolar, revisó por última vez su celular. Había enviado un mensaje a Itachi para pedirle que no le esperara porque debía ayudar en el restaurante.
Tal como supuso, no había obtenido repuesta. Ahora Itachi estaría molesto y le preguntaría sobre el verdadero motivo de su ausencia. Y si se enteraba que la causa era Shisui, todo desencadenaría en otro malentendido.
Frustrado, ayudó a Haku a bajar las cortinas para cerrar. Ya era muy tarde para regresar a cambiarse, así que decidió irse así. La vergüenza le había orillado a alejarse casi corriendo de Ichiraku cuando leyó la lástima plasmada en los oscuros ojos de Haku.
Dobló a la esquina, deseoso de hacerse de cualquier atajo para poder llegar rápido a su departamento. Se tomaría un largo baño y pensaría en una buena excusa que contar a Itachi cuando lo viera en clases.
Recién llegaba a mitad del callejón cuando fue alertado por el ruido metálico del cubo metálico a sus espaldas. Naruto descruzó los brazos cuando el miedo reemplazó al frío que había experimentado al salir del restaurante vistiendo el atuendo que correspondía a su contraparte femenina.
Las palabras se desvanecieron de sus labios tan pronto se giró para ver el arma siendo empuñada por un sujeto de gabardina negra y desgarbada cabellera oscura. La máscara naranja quedó a pocos centímetros del rostro asustado de Naruto.
Lo primero que el Uzumaki notó era que se le secaba la boca. El miedo ante el peligro inminente atenazó sus articulaciones, al grado de no saber ni entender nada de lo que ocurría. Todo lo que Naruto sabía era que había cometido un error terrible por haber tomado un atajo vestido de chica.
-Tu mochila.
Separó los labios para responder, todavía incapaz de procesar nada. Se había quitado una correa del hombro cuando un nuevo chasquido resonó detrás suyo.
Petrificado, Naruto alcanzó a mirar a la figura por encima de su hombro.
Asombro, confusión y pánico desfilaron por su expresión al ver a Shisui sosteniendo un arma y apuntando hacia el extraño que le amenazaba.
-Será mejor que te vayas- indicó Shisui, haciendo la seña respectiva con el arma, cuál director de orquesta valiéndose del objeto a su alcance.
Por largos segundos Naruto no supo si se dirigía a él o al hombre. Pero lo dió por sentado cuando el ladrón echó a correr en la dirección contraria.
El miedo y la tensión habían hecho que Naruto bajara la guardia hasta el punto de mostrar una vacilación poco propia en él.
No.
Negó la cabeza enérgicamente al recobrar el sentido común. Era ella. Era Naruko.
-Yo...- no sabía por dónde empezar, pero espabiló al oír a Shisui murmurar sarcásticamente un "de nada" antes de comenzar a alejarse. -¡Espera!
Shisui obedeció en el acto, pero sin intención alguna de volverse. Naruto hizo acopio de toda su voluntad para acercarse. De nuevo liaba las cosas. Mientras Shisui le había esperado por horas en el restaurante y ahora prácticamente le acababa de salvar la vida. Lo menos que podía hacer era agradecerselo correctamente.
-¿Por qué llevas un arma contigo?- pero sus dudas se vertieron en otra dirección cuando Shisui se dió la vuelta, evidenciando una sonrisa más relajada.
-Cualquiera con sentido común sabe lo peligrosas que son estas calles.
Naruto asintió, pero un nuevo temor lo invadió al pensar que Shisui le había estado siguiendo. Si hubiera llegado a su departamento...¿Qué habría hecho?
¿Habría reñido con Itachi en caso de que esté se hallara todavía allí?
¿Y él? ¿Qué habría pasado con él si Shisui no lo hubiera seguido?
Un escalofrío trepó por su espalda cuando Shisui Uchiha se devolvió los pasos dados para atraerlo hacia él en un posesivo abrazo.
-Si insistes en alejarme- susurró en su oído a modo de confidencia. -Me alejaré.
Naruto supo, desde antes de pronunciarlo, que su petición era en extremo egoísta, pero nada evitó que lo dijera.
-Solo no quiero que Itachi se entere.
Un apasionado beso fue lo que obtuvo a cambio.
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