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Beautiful lies por RLangdon

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Afortunadamente era fin de semana. Y justamente ese día se completaba un mes desde que fuera transferido de la universidad de Osaka. 
 
Su labor actual no difería mucho del puesto que desempeñaba en otra ciudad. Y si había declinado a favor de la transferencia, se debía, ni más ni menos que a la cercanía de esa escuela elemental con su domicilio.
 
Terminada su actividad, abandonó el aula y se dirigió a su automóvil.
 
-Shisui.
 
La sorpresa fue grande cuando vio a su primo de pie, apoyado junto al cadillac y con una sonrisa de felicidad que traspasaba el buen humor del que su pariente era acreedor.
 
-Tiempo sin vernos, comadreja- el saludo de Shisui, logró arrebatarle una sonrisa.
**
 
Sintiéndose sumamente cansado, Naruto entró al vestidor del restaurante, colgó su mochila del ganchillo de la puerta, y se apresuró a vestirse. Llegaba tarde como de costumbre, y Teuchi le había advertido que lo despediría si no empezaba a mostrarse proactivo con sus deberes para con Ichiraku's.
 
Lo bueno de trabajar en un restaurante de ramen, era la comida gratis. Naruto amaba el ramen, y en cuánto supo que había una vacante disponible de mesero, no dudó un segundo en aplicar. Además la paga era buena. Solo había un ligero inconveniente con el empleo, pero Naruto ya se había habituado a el.
 
Al salir, se miró detenidamente en el espejo. Se plisó la falda y cepilló rápidamente la peluca rubia de coletas antes de ajustarsela junto a su gaffete de empleado...más bien, empleada.
 
Naruko. La vacante era para una chica, pero Naruto realmente necesitaba el empleo, y Teuchi se había resignado a hacerle pasar por una cuando vio el buen trato que tenía con los clientes y la excelente disposición al atenderles. 
 
Hasta el momento, nadie se había quejado, y tampoco parecían sospechar sobre su sexualidad. De vez en cuando se daba el flirteo, y Naruto seguía el juego hasta que el cliente en cuestión se retiraba. Su voz aguda le ayudaba a sobrellevar aquella treta bastante bien.
 
Se hizo con la charola y tras echar un último vistazo al espejo del mostrador, se decidió a salir.
 
Los viernes solían ser días ajetreados, al menos el turno de la noche lo era. Ese día no parecía ser la excepción. 
 
Varias mesas ya estaban ocupadas y los clientes a la espera de ser atendidos. Naruto sonrió a sus compañeros antes de encaminarse hacia una de las mesas a tomar la orden. 
 
Lo único que le aliviaba de todo el asunto que rodeaba el travestismo, era saberse acompañado. Haku, al igual que él, había llegado poco después. La condición para quedarse era la misma. Nadie sospecharía que esa chica tan linda era en realidad un apuesto jovencito, incluso Naruto había caído la primera vez que le vio vestir el uniforme.
 
Sonriente, fue a otra de las mesas a anotar el pedido. Iba a la mitad del trayecto, cuando lo vio. Su corazón se detuvo por unos instantes, sus piernas se paralizaron y algo se removió en su estómago.
 
Allí estaba él. Itachi Uchiha estaba sentado en una de las mesas con su expresión apacible. Pero no iba solo, junto a él se hallaba otro joven de cabello corto y algo desaliñado, su mirada era similar a la de Itachi, aunque parecía mucho menos serio. 
 
Naruto retrocedió unos pasos, cauteloso. Recordó cómo los dos días anteriores había tratado por todos los medios verter la pócima de Tsunade en la sala de maestros.
 
El resultado había sido desastroso, porque no solo no pudo ingresar, sino que tampoco sabía qué taza usaría su profesor o si bebería o no algo ese día.
 
Por ello, había desistido totalmente de aquella rídicula empresa.
 
Y sin embargo...
 
-Naruko, ¿A qué esperas?
 
Cuando Áyame llegó a su lado, Naruto no tuvo más remedio que hacer su trabajo. Daba igual si lo reconocían.
 
-Buenas tardes, de...- contuvo a tiempo la muletilla al morderse la lengua, esbozó una sonrisa tranquila y, sin despegar su mirada de la libreta, prosiguió. -¿Qué van a ordenar?
 
Itachi dejó el menú a un lado al releerlo por segunda ocasión. Había accedido ir a comer con su primo luego de que este se lo sugiriera, pero en realidad no le apetecía comer ramen, en especial porque ya había comido en la sala de profesores.
 
-Un té de hierbas para mi- miró a su primo. -¿Y tu, Shisui?
 
El aludido bajó el menú, indeciso.
 
-Ramen de mariscos esta bien. Y también un té de hierbas- cuando observó a la muchacha, notó que esta se cubría el rostro con la libreta. Una conducta que consideró extraña. -¿Naruko? Que nombre tan...lindo- añadió lo último ensimismado al ver que la susodicha por fin se decidía a bajar la libreta. 
 
Se trataba de una chica hermosa. De largo cabello rubio y bella mirada celeste. 
 
-Enseguida les traeré su orden- haciendo una sutil reverencia, Naruto se alejó casi corriendo hacia la cocina. Derrapó al entrar y dejar la nota sobre el hilo corredizo.
 
¿Se habría dado cuenta? 
 
Esperaba que no, pero no estaba seguro. El apuesto y enigmatico profesor ni siquiera se había dignado a dirigirle la mirada, y Naruto solo se sintió en peligro cuando su acompañante le nombró por su gaffete, pero ni siquiera en aquel momento, su profesor lo notó.
 
Se sentía contrariado al respecto. Nervioso de verse descubierto, pero triste de saberse ignorado por la persona que le gustaba.
 
¿Quién se creía ese estirado de Itachi Uchiha? 
 
Entonces recordó la pócima. Era su oportunidad. 
 
-¡Orden dos, lista!
 
A toda prisa, fue hasta el vestidor y tomó el frasquito de su mochila. Después fue hasta la bandeja y la llevó discretamente a la barra.
 
Confundido, miró las dos tazas. No sabía cual tomaría su profesor, pero ya no tenía tiempo para meditarlo. Asi que, velozmente, vació la mitad de la pócima en una y la mitad en otra. Cuando viera cual tomaba Itachi, pondría una excusa para retirar la otra, y le llevaría una nueva a su acompañante.
 
De nuevo, una cuestión lo inquietó. 
 
¿Qué relación tendría Itachi Uchiha con el otro joven? 
 
Su acompañante se notaba un poco mayor. Quizá fueran hermanos, había cierto parecido en los rasgos.
 
Más aliviado, se dispuso a llevar la orden a la mesa. 
 
Primero puso la taza de Itachi, después el ramen.
 
-¿Y el té?
 
Ante la pregunta de Shisui, Naruto se encogió de hombros, fingió su voz melosa para excusarse.
 
-No esta lo suficientemente caliente. Lo devolveré a la cocina y le traeré otro.
 
Lo que Naruto no anticipó fue que el joven se levantaría de la mesa para tomar la taza de la bandeja.
 
-A mi me parece que la temperatura esta perfecta.
 
-N...No es asi- intentó tomarla, pero desistió al notar que Haku tenía problemas para atender las otras mesas. Y es que el restaurante estaba casi lleno. 
 
Forzosamente, y con su semblante lleno de preocupación, Naruto se retiró a otra de las mesas.
 
Itachi tomó su humeante taza y dio un ligero sorbo. Shisui lo imitó poco después.
 
-Que chica tan extraña. Aun asi es muy guapa, ¿A que si, Itachi?
 
Itachi frunció el ceño cuando Shisui le golpeó en el hombro para atraer su atención hacia la rubia.
 
-Sabes mi orientación sexual, Shisui.
 
Este suspiró mientras dejaba a un lado la taza.
 
-A veces me olvido. ¿Ya se lo has dicho a mi tío? 
 
Shisui conocía de sobra al tirano malhumorado de Fugaku. Por ello no le sorprendió ver a Itachi negar terminantemente con la cabeza en su afán de aclarar sus dudas.
 
-Mejor que no lo sepa todavía.
 
De acuerdo con la afirmación, Shisui bebió en silencio su té.
 

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