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Réquiem por RLangdon

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Estuvo caminando por espacio de una hora, sin detenerse a contemplar nada en concreto, simplemente quería meditar un poco sobre su desición por quedarse en ese sitio.
 
"No les des problemas a tus abuelos, ttebane"
 
No quería ser una carga para ellos, tenía que salir adelante por su cuenta, no rendirse. Podía lograrlo si se lo proponía y se esforzaba como nunca lo había hecho. Se graduaría, sin importar qué pasara.
 
-¡A un lado, idiota!
 
Al levantar la mirada y ver el semblante retador, se hizo a un lado. Un dolor punzante le quedó grabado en la piel, producto de aquel choque accidental. Era, en escencia, un golpe más para anexar junto al brutal derechazo que casi le rompe la mandíbula.
 
Naruto siguió su camino y pensó que tenía buena suerte de que Sakura fuera su compañera y además, decidiera quedarse. Hacía varios minutos que se habían separado, justo despues de haber finalizado el examen de admisión, al menos el primero. Sakura había alegado querer familiarizarse con las chicas y, de un momento a otro, se había ido por su cuenta, mientras que Naruto se dedicaba a explorar las inmensas instalaciones del internado.
 
El lugar era tétrico de por sí. Se respiraba una pesadez abrumadora en el ambiente, miraras a donde miraras, había alguien dispuesto a sostener una pelea. Ojos amenazantes, cuerpos fornidos y actitudes reticentes. Todos estaban con la guardia en alto, expectantes. Y Naruto había desistido muy rápido en su fallido intento por hacer algún amigo. Se sentía demasiado enajenado al resto, como si estuviera en un universo paralelo y no encajara en ningún sitio por el simple hecho de ser quien era.
 
Extrañaba a sus padres, añoraba que lo abrazaran de nuevo, que lo mimaran como solo ellos sabían, que lo llenaran de besos y promesas a futuro porque, ciertamente, necesitaba aferrarse a uno.
 
Al salir por la puerta trasera del edificio, Naruto vio algo que llamó su atención de inmediato. La fresca brisa que impactaba contra un sólido objeto metálico, tan solitario como él se sentía en esos instantes.
 
Se encaminó despacio hacia alli, temiendo que de pronto alguien se le adelantara y le escupiera mil y un recriminaciones por osar tocar esa derruida pieza de metal. Pero nadie más vino. Naruto se sentó lentamente en el columpio, se fijó brevemente en el frondoso ciprés que proyectaba una siniestra sombra a sus espaldas, despues se sujetó de las cadenas y se meció suavemente con ayuda de sus pies.
 
Hasta hace pocas semanas, sentía que podía cumplir lo que se propusiera, por más complicado que esto fuera. Poseía una confianza que rayaba en lo absurdo. Y sin embargo, con la muerte de sus padres, ya no creía en nada. Ni siquiera estaba seguro de poder pasar la segunda prueba. Solo había sido un golpe de suerte. Su examen estaba en blanco cuando se anunció la verdadera finalidad de la prueba. Sin embargo aun podía fracasar.
 
Y entonces regresaría a casa de sus abuelos como un perdedor. Un inútil que había dependido tanto de sus padres, que ahora no sabía cómo valerse por sí mismo.
 
Cuando regresó al comedor,  Naruto sintió un vuelco en el estómago. No había nadie...
 
Corrió hacia el patio delantero, el corazon le palpitaba rápidamente. Se había retrasado por aislarse del resto de estudiantes.
 
"Por favor, que no sea muy tarde"
 
Se acercó a la enorme hilera cuando logró ubicar la cabellera rosada que sobresalía de los demás.
 
-¡Sakura chan!
 
La aludida hizo un mohín al girarse. Naruto llegó hasta su lado de la fila, agitado y nervioso.
 
-¿En dónde estabas?- se quejó ella, haciendose a un lado para que se incorporara a la fila. Naruto asi lo hizo, sonrojandose ligeramente en el proceso. -Hace cinco minutos que mandaron llamar a todos.
 
Naruto volvió la vista al frente.
 
-Lo siento. Estaba explorando el patio trasero.
 
-Torpe- suspiró Sakura, golpeándolo en el brazo con el puño. Naruto reprimió una mueca de dolor en el acto. Justo allí lo había golpeado el chico castaño con el que se estrelló media hora antes. -Están armando los equipos para la siguiente prueba. Serán de tres integrantes, me parece que los eligen al azar pero...no estoy muy segura.
 
-¿Entonces no estaremos juntos?- por algun extraño motivo, a Sakura le alegró inmensamente el tono alicaído que Naruto había usado para expresar su inconformidad en torno a que los separaran.
 
-No lo sé- respondió dubitativa. Y después analizó su escasa, prácticamente nula, posibilidad de que la emparejaran con aquel chico.
 
Transcurrieron veinte minutos antes de que lograran posicionarse hasta el frente. Para entonces Naruto se había olvidado del incidente, del examen escrito y de su vago temor al fracaso. Quería concentrarse en lo que sucedería a continuación, enfocarse en el próximo objetivo y superarlo de culquier manera.
 
-¡Sakura Haruno!
 
La aludida dio un paso al frente, conteniendo un involuntario temblor para exhibir una seguridad que no le pertenecía.
 
"Apariencia ante todo, Sakura"- darse ánimos en su fuero interno, parecía tener resultados. Y a pesar de todo, su animada voz interna estaba demasiado cohibida para poder escudarse con ella.
 
Iruka Umino entrecerró los ojos para leer el siguiente nombre en la papeleta.
 
-¡Sasuke Uchiha!
 
Sakura experimentó -si bien por un ínfimo segundo- un colapso nervioso. Se giró para mirar a Naruto y casi sintió pena por él al verle relegado y con la mirada extraviada. Esa era su suerte, y ella no pensaba desaprovecharla. Se había inscrito en ese colegio por él, y el destino parecía empeñarse en que estuvieran juntos.
 
En ningun momento Sasuke Uchiha se acercó. Estaba de pie en medio de la multitud de alumnos, se había limitado a alzar el brazo para anunciar su presencia. No obstante, en su fuero interno empezaba a liderar un debate que se cernía en el principal motivo de que lo pusieran con aquella mujer de extraño cabello rosa. Estaba tentado a protestar, tenía derecho de hacerlo, puesto que su coeficiente intelectual era elevado. No quería que lo rebajaran, y mucho menos que lo pusieran con estorbos como ella. Asi no alcanzaría su propósito de superar a su hermano.
 
Sus nudillos crujieron cuando reparó en la mirada extremadamente cariñosa que la chica le dirigía. No lo entendía del todo, pero sentía un ansía casi morbosa por infringirle algun tipo de daño, uno letal...
 
-¡Naruto Uzumaki!
 
La presión en sus puños se redujo a nada cuando el tercer nombre fue anunciado. Tenían que estar de broma.
 
-¡Naruto!- gritó Sakura al notar el ensimismamiento del rubio. Este apenas parpadeó, luego corrió hacia ella y sonrió fugazmente por la primicia de haber quedado en su equipo.
 
-Les recomiendo no festejar antes de tiempo- comentó Iruka, acomodando el gaffete de su camiseta. Naruto lo observó confundido. Ese hombre resaltaba por ser el menos hostil hasta ese momento. Tenía una expresión afable, pero una pronunciada cicatriz evidenciaba un duro secreto que solo él conocía. Era de mediana estatura, delgado y de cabello castaño. Poseía una mirada suave pero decidida. A Naruto le agradó casi de inmediato. Pretendía iniciar una conversación con él cuando la corrosiva voz de cierto bastardo resonó a sus espaldas.
 
-¿Por qué...?- Sasuke hizo una pausa y dio los últimos pasos con las manos enfundadas en los bolsillos de su pantalon blanco. -¿Por qué me emparejaron con estos idiotas?
 
Naruto y Sakura se miraron entre ellos. Iruka sonrió comprensivamente.
 
-El sistema...
 
-Al diablo con su sistema- lo interrumpió Sasuke, endureciendo la mirada. Naruto sintió una llamarada interna, manifestandose a través de una acidez estomacal.
 
-¡¿Y qué contigo, imbecil?!- saltó enfadado, decidido a hacer que se tragara sus groseras palabras. -¡No te creas superior solo por ser inteligente!
 
Sakura boqueó, sin decidirse a decir nada en concreto. No comprendía por qué Sasuke había dicho aquello, pero no debía anticiparse a los hechos.
 
-Ya estuvo bueno- extendiendo ambos brazos, Iruka se interpuso entre ellos, previniendo la obvia pelea que se avecinaba. Sasuke resopló una maldición y torció el rostro hacia un lado, como si aquel rubio idiota no fuera merecedor de su mirada. Naruto rechinó los dientes, pero se quedó en su lugar. -Sasuke, al igual que Sakura Haruno, fuiste seleccionado por haber alcanzado la nota máxima.
 
Sasuke entornó la mirada hacia la chica, esceptico por lo que acababa de escuchar. Iruka inspiró profundamente.
 
-Naruto, me temo que tu calificación fue la más baja- Naruto bajó la mirada casi por inercia. - Para que los equipos fueran equitativos, se tomó la resolución de emparejar dos miembros sobresalientes por uno promedio o inferior. Esa es la razón de que pertenezcas a este equipo, Sasuke.
 
Sakura se emocionó al saberse observada por el Uchiha. Aun no daba credito a su buena suerte, aunque de pronto ya no le alegraba que Naruto tambien formara parte del equipo...
 
-Son el equipo número siete, tenganlo siempre en cuenta- advirtió Iruka, colocando su mano derecha sobre el hombro de Naruto, queriéndole transmitir ánimos de algun modo. Se sentía identificado con él por su bajo promedio. A simple vista, Naruto parecía un chico noble, quizá necesitado de atencion, pero era cuestión de comprenderle. Tal vez más adelante tuviera oportunidad de tratarlo. -Mucha suerte. Su profesor en turno les estara esperando en las inmediaciones del patio trasero...y Naruto- nombró al ver que se alejaban hacia el lugar señalado. El susodicho se volvió lentamente, como si estuviera sopesando algo importante y que había estado ignorando hasta esos momentos. -No seas impulsivo.
 
Naruto asintió, más por cortesía que por una promesa. Continúo su camino hacia las otras canchas y deseó con todas sus fuerzas que Sasuke no fuera el patán que aparentaba. Algo en el fondo le decía que solo era una coraza. Y sin embargo Naruto había visto a través de su mirada, pudo contemplar, por fracciones de segundo, un odio inmenso, tóxico e hiriente.
 
"¿Quién eres realmente, Sasuke?"
 
***
 
-¿Estás seguro de esto, renacuajo?
 
Naruto asintió enérgicamente. Tenía los dedos cruzados tras su espalda mientras imploraba mentalmente no ser descubierto en la mentira.
 
-A mi me parece bien- opinó Tsunade, terminó de beber su vaso a medias de sake y se limpió los labios con una servilleta. -Sakura estará con él, a Naruto le vendrá de maravilla y hará muchos amigos. Es lo que necesita, Jiraiya.
 
Jiraiya, sin embargo, no contestó. Odiaba la idea de que su nieto se hubiese inscrito en un internado. La disciplina estaba bien, pero el hecho de no verlo era lo que más le angustiaba.
 
-Solo una firma, ¿eh?
 
Naruto se balanceó sobre sus talones, apartó la mirada de la papeleta, nervioso. Tendría que falsificar las firmas en las actas originales. El talonario que le había dado a sus abuelos era auténtico, pero no exhibía la carta responsiva en la que se deslindaban totalmente de lo que le sucediera durante las pruebas. Si algún accidente llegaba a acontecer, el colegio no se haría responsable del daño. Naruto creía que era una exageración, pero no se arriesgaría a escandalizar a sus abuelos. De esa forma solo obtendría una contundente negativa.
 
-Muy bien- suspirando ruidosamente, Jiraiya garabateó la firma faltante. Tsunade sonrió sutilmente, pero la seriedad acudió a su semblante cuando Jiraiya extrajo el tubo plástico de sus bolsillos.
 
Naruto tomó la papeleta y la guardó cuidadosamente en su mochila. Ya había hecho sus maletas y sabía que no había vuelta atrás. Kakashi Hatake se los había advertido el día anterior en las canchas. Ese engreído sujeto de cabellos grisáceos sería su profesor, si es que lograban pasar la siguiente prueba.
 
-Naruto, hay...algo que debo decirte.
 
Naruto se volvió hacia Jiraiya con una expresión de temor y desconcierto. Rara vez su abuelo le llamaba por su nombre, y el hecho de que lo hiciera en tono penoso, no auguraba nada bueno.
 
-Sientate unos minutos- pidió el adulto, palpando la silla junto a él. Naruto asi lo hizo.
 
**
 
Lágrimas. Calientes y saladas lágrimas.
 
Molestas y dolorosas lágrimas...
 
Naruto se encargó de limpiarlas muy bien cuando, despues de haber forzado una sonrisa durante toda la charla, estas salieron en un momento inesperado, pero igualmente adecuado. Fue después de abandonar la casa de sus abuelos, que la mirada se le empañó inevitablemente. Lo peor de todo es que nada tenían que ver con la sensible despedida.
 
Pastillas. Tenía que tomar medicamento controlado por tiempo indefinido. Si en algún momento Naruto conservó la vaga esperanza de poder encajar en un grupo, su idealismo se evaporaba en esos instantes. No estaba bien, más que nunca se sentía terriblemente. Y es que, puede que Ero sennin tuviera la sutileza de ocultarselo, pero en el fondo, Naruto sabía que aquel medicamento era de por vida.
 
Trastorno de hiperactividad.
 
Déficit de atención.
 
¿Por qué el oscuro tunel mental se estaba agrandando?
 
Naruto optó por no tomarle importancia. Se hacía tarde y ya solo tenía un destino en mente, el mismo que lo ayudaría a superar esos ínfimos obstáculos.
 
Konohagakure no sato.
 
***
 
Cruzado de brazos, Sasuke le observó llegar a la multitud congregada. Había pensado por un mísero segundo que no llegaría, que se daría cuenta de la realidad y cedería con su fútil intento de pertenecer a ese colegio. Sin embargo allí estaba, con el semblante alícaido y casi arrastrando los pies. Su rostro lucía apagado en comparación al día anterior.
 
"Extraño" pensó Sasuke con la mirada entornada en su dirección. Despues reparó en que era una idiotez que hubiera pensado todo el tiempo en si vendría o no.
 
¿Qué más daba?
 
-Naruto...- Sakura bajó el brazo y dejó de sonreír al notar el estado en el que se hallaba el chico. Había decidido irse por su cuenta esta vez para llegar temprano y ver a Sasuke, pero no lo consideraba una falta. Naruto había podido llegar por su cuenta, aunque tal vez estaría molesto con ella.
 
Dejando las maletas a un lado, Naruto llegó al inmenso alambrado, y se sintió mareado al observar el tétrico paisaje que se dibujaba del otro lado.
 
-¿Qué ocurre?, ¿Estás asustado, miedosito?
 
A Naruto le tomó relativamente poco reconocer la voz soberbia a sus espaldas. Apretó los labios y retuvo un insulto. En efecto, estaba asustado. No sabía que la prueba de supervivencia se llevaría a cabo en un bosque, sin embargo, había conseguido falsificar éxitosamente las firmas.
 
-Ya verás como te hago morder el polvo. Serás tú quien tenga tanto miedo que desearas salir corriendo de alli.
 
No supo por qué, pero la expresión de Sasuke, le causó un inmenso regocijo.
 
-Lo que digas, dobe...
 
-Sasuke kun- mordiendose los labios, Sakura decidió acercarse.
 
Anko Mitarashi sonrió ampliamente al ver a los ahí reunidos. Llevaba un traje oscuro de red que se cernía ajustadamente sobre sus curvas, realzandolas aun más. Siempre se vanagloriaba de lo bien que le sentaba ese tipo de ropa, y se sintió aun mas satisfecha al notar las miradas en derredor.
 
-¡Esta valla circular tiene un radio de ocho kilometros!- informó, extendiendo los brazos para afianzar sus palabras. -Se les otorgara solamente un mapa por equipo. Hay cuarenta puertas alrededor del perímetro, cada equipo entrara por una de ellas- recorrió a los estudiantes con la mirada, deseosa de encontrar algún incauto. Al no hallarlo, decidió buscar a un chico lindo, apuesto.
 
Metros atrás unos ojos azules le devolvieron la mirada. Anko se maravilló del tono claro y puro de esa mirada.
 
"Es perfecto" y lo fue aun más cuando se aproximó a su presa. Era el mismo chico que le había descrito Morino. El rubio tontuelo al que casi le parte la mandíbula, el mismo que lo engañó al no responder una sola pregunta del exámen. Y ahora estaba allí, mirándola con un dejo de ingenuidad que resultaba a todas luces adorable.
 
"Si fuera diez años mayor. No, cinco"
 
Siguió hablando.
 
-Su prioridad consiste en llegar a la base central. Se les proporcionará además un mapa y una mochila con una brújula y provisiones para dos días, no más. De ustedes depende llegar a la infraestructura ilesos...- silencio absoluto. Tal como a ella le gustaba. Casi podía oler su miedo. -No se trata de un juego, hay peligros auténticos dentro, las serpientes son uno de ellos...
 
Y avanzó hacia el inocente chico rubio que, de pronto, se empeñaba en esquivarle la mirada.
 
-¿Por qué apartas la mirada? - preguntó, curiosa y a la vez deseosa de la respuesta. Naruto no supo qué responder a ello, supuso que no sería correcto decir que había sido ella quien lo observaba a él de una forma extraña y que le incomodaba, asi que se limitó a quedarse callado. -Alguien tan lindo como tú no durará mucho tiempo en el bosque de la muerte.
 
Naruto frunció el ceño con la clara intención de alegar, pero lo siguiente que aconteció, le arrebató totalmente el habla. Un fuerte escalofrío le erizó la piel cuando Anko Mitarashi se inclinó junto a él para lamerle la mejilla en una obvia insinuación sexual.
 
-Has estado llorando- dijo ella con una sonrisa escabrosa al degustar el dejo salino impregnado sobre la piel trigueña.
 
Todos los estudiantes miraban boquiabiertos la escena. Sin embargo solo uno evidenció molestia ante aquel acto.
 
"¿Pero qué demonios...?"- las cejas de Sasuke se contrajeron en un rictus de estupefacción. Tan enfrascado se hallaba en lo que acontecía junto a él, que no se percató del momento en el que Sakura se prendaba firmemente de su brazo.
 
-Yo...- Naruto cerró los ojos y esperó a que la mujer se apartara para limpiarse el rastro de saliva en su mejilla. Todavía no procesaba el motivo de la insinuación, pero tampoco quería averiguarlo.
 
-Buena suerte, cielo- lo interrumpió Anko en tanto se dirigía de nueva cuenta al alambrado, sus estrechas caderas se contonearon al ritmo de sus pasos. -¡Quien quiera renunciar, será mejor que lo diga ahora!- nadie protestó. -En ese caso, dirijanse hacia una de las puertas y esperen nuevas instrucciones.
 
Naruto sintió que el corazon le latía más deprisa que nunca. Sasuke llevaba la razon, estaba asustado, quizá demasiado.
 
"Pero no voy a rendirme, dattebayo. No retrocederé en mis palabras..."
 
-Ustedes- Sasuke vociferó en tono hostil, volviéndose hacia Naruto y Sakura. -Más les vale no estorbar.
 
Los labios de Naruto formaron una sonrisa de lo más brillante y retadora.
 
-Iba a decir lo mismo de ti...
 
Sakura, que hasta entonces seguía
 
contemplando al apuesto Uchiha, alternó su mirada entre ambos. Había algo en el ambiente, que de pronto, no le gustaba...
 

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