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Réquiem por RLangdon

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Estaba agotado, desesperado y angustiado. El camino se volvía cada vez más empinado, el entorno más confuso, y el suelo más lodoso. Asimismo, el ambiente en sí se respiraba mortífero, pesado. Una mezcla de peligro y la inminente sensación de alerta, lo mantenían con la guardia en alto.
 
-Sakura, más rápido- ordenó, en el tono más condescendiente que le fue posible usar en esos momentos. Y supo (por los hipidos de frustración detrás suyo), que había fracasado monumentalmente.
 
Se habían quedado muy atrás, eso era lógico, hasta predecible, teniendo en consideración los múltiples tropiezos que habían tenido desde el inicio.
 
-Papá...- el quedo susurro lo hizo frenarse en seco. De inmediato, se agachó para bajar el cuerpo del Uzumaki, el cual había transportado en su espalda por un corto lapso de tiempo.
 
Al principio, Sasuke creyó que había vuelto en sí, pero al verlo detenidamente, corroboró su desacierto. Las mejillas de Naruto estaban totalmente rojas, su frente se hallaba perlada en sudor, y le temblaban ligeramente los párpados. Estaba teniendo alucinaciones a causa de la fiebre.
 
-¿Sasuke kun?
 
Al oír la voz de la fémina, Sasuke reparó en que se había quedado estático y meditabundo. Sus propósitos por pasar la prueba habían quedado deshechos luego de que Naruto cayera inconsciente a causa del veneno. No, ya no pretendía llegar a la maldita torre central, sino todo lo contrario. Necesitaba encontrar una de las puertas más cercanas para llevar a Naruto. Evidentemente los descalificarían, pero...¿realmente valía la pena?
 
Estaría arriesgando la vida de alguien más a costa de su egoísmo, y definitivamente no quería estar en deuda con nadie.
 
-Esta hirviendo en fiebre- dijo Sakura, palpando con suavidad el rostro trigueño, sintiéndose repentinamente culpable por el estado actual del rubio. Entonces este se giró sobre la hierba, retorciéndose de dolor y articulando frases confusas, aparentes hilos de pensamientos inconexos que implicaban a sus padres.
 
-Dijiste que iríamos a pescar, papá.
 
-Naruto- se alarmó Sakura al notar la repentina palidez en la faz del susodicho.
 
-Lo...prometiste- jadeó el aludido, hundiendo los dedos en la húmeda tierra, atrapada su mente en el velo de lo irreal.
 
Sasuke decidió no perder más tiempo. Había anudado un jirón de tela sobre las mordidas a modo de torniquete para evitar que el veneno siguiera esparciéndose, pero eventualmente tendría que quitarlo, y para entonces, tendrían que hallarse afuera de ese sitio.
 
-Mamá, no me dejes- susurró Naruto, alargando el brazo hacia la chica. -No te vayas.
 
Cubriéndose la boca con ambas manos, Sakura se dio vuelta y rompió en ininterrumpidos sollozos. En medio de sus delirios febriles, Naruto la confundía con su madre, y ella no sabía qué hacer al respecto.
 
-Naruto- arrodillándose frente al interpelado, Sasuke intentó sacarlo de las tormentosas y falaces visiones. -Vamos, reacciona- le golpeó las mejillas reiteradas veces hasta que Naruto se sentó de golpe y aspiró una buena cantidad de aire.
 
-¿Qué pasa?- preguntó, entre desorientado y aturdido, tratando de enfocar el turbio paisaje en derredor, pese a estar envuelto en una neblina de incertidumbre y agotamiento, reparando poco después en el Uchiha que yacía ante él, con el entrecejo fruncido y un destello de preocupación danzando en sus pupilas oscuras.
 
-No vuelvas a cerrar los ojos de nuevo- le advirtió con severidad, no queriendo añadir lo último que tenía en mente.
 
-¿En dónde estamos?- poco a poco Naruto se fue levantando, sintiendo un molesto mareo azotandole las entrañas y un regusto amargo en el paladar. Un cosquilleo serpenteó bajo la piel de su muñeca antes de que el estallido de imágenes acudiera a su mente.
 
El examen, el bosque, las serpientes. Todo cobró sentido y nitidez de manera abrupta, haciéndole perder el equilibrio y caer con un golpe sordo sobre la pastosa tierra.
 
-Idiota.
 
Abrumado por la revelación, Naruto notó que Sakura tiritaba y se tironeaba constantemente lo que quedaba de su hermosa cabellera rosa.
 
-Sakura chan, tu cabello...- se lamentó de haberlo dicho cuando ella se dio vuelta y lo contempló con una sonrisa vacía. Tenía los ojos hinchados por el llanto.
 
-No importa- respondió ella con prontitud, intentando no evidenciar la fatalidad que la embargaba más allá de su físico. -Volverá a crecer.
 
Mecanicamente, Naruto asintió. Las ideas eran un tanto difusas, y por momentos, se le antojaba hallarse en otro lugar, con otras personas.
 
-¿Van a seguir perdiendo el maldito tiempo o piensan moverse de una vez?
 
Y ese era Sasuke, el tipo frío, odioso y temperamental que había forjado una barrera impenetrable sobre sus sentimientos. Naruto lo observó una sola vez, aferrándose a la primera impresión que había tenido de él. Luego, al tratar de caminar, se tambaleó y percató de dos detalles relevantes. El primero, estaban en aquella enorme jaula eregida en una porción del bosque, cumpliendo con la segunda etapa del examen que los acreditaría como fisicamente aptos para continuar con la última prueba. La segunda, pero no menos importante: iban en la dirección contraria. A esa distancia, Naruto creía distinguir el enrejado, y eso significaba que habían estado avanzando hacia la salida.
 
-Esto...¿por qué?- y sin darle tiempo a preguntar nada mas, Sasuke lo tomó firmemente del brazo para mostrarle la razón de su desición.
 
-Como el veneno siga avanzando, vas a...
 
Horror. Estupefacción. Perplejidad.
 
Sakura gritó. Sasuke apenas si tuvo tiempo de boquear ante los hechos que se suscitaron a una velocidad extremadamente rápida e impredecible.
 
Primero Naruto había sacado un objeto del bolsillo de su pantalón, y al siguiente segundo se había enterrado más de la mitad del filo de la navaja en el dorso de la muñeca en que había sido anudado el trozo de tela.
 
Gotas del tamaño de pequeñas monedas descendieron hasta teñir el follaje, pero pronto el flujo carmesí se tornó en angustiosos hilillos zigzagueantes, un torrente sanguinolento que auguraba muerte por hemorragia.
 
**
 
-¡También esta cerrada!
 
La exclamación le produjo un repentino malestar en la boca del estómago, pero así y todo notó, al virarse para hacer contacto visual con el rubio, que este sonreía a duras penas.
 
-Grandisimo estúpido- farfulló, conteniendose de darle un bien merecido golpe para borrarle ese gesto burlón.
 
Naruto aspiraba aire con dificultad. Sakura había usado su lazo para detener la hemorragia antes de emprender la caminata. Habían recorrido kilómetro y medio en busca de la salida (a pesar de que Naruto se rehusaba rotundamente a abandonar el examen), y sin embargo no había escapatoria alguna. Todo estaba cerrado y ya había caído la noche, solo les restaba seguir adelante.
 
-Dejame ver- dijo Sasuke con severidad, sosteniendo la muñeca herida, causando que una fuerte punzada de dolor se disparara bajo la dermis trigueña.
 
-¡Duele!- Naruto se quejó y trató de apartar su mano, pero el Uchiha lo sujetó más fuerte todavía. -Duele mucho- su rostro zorruno se contrajo en una mueca de angustia, propia de un niño.
 
Sasuke bufó, irritado.
 
-Lloriqueas por esto, pero no te importa arriesgar tu vida por un maldito mapa. -lo observó con los ojos entrecerrados y despues desvió la mirada hacia la improvisada venda. -Realmente eres idiota.
 
-Y tu un insensible- susurró Naruto con el rostro desviado hacia el alambrado. Sakura, que observaba entre expectante e incrédula la escena, decidió oportuno sentarse. Estaba exhausta, sucia, deshecha. Solo quería salir de ahí cuánto antes y entonces tal vez...él la miraría de otra manera.
 
Poco a poco, se fue acurrucando en el tronco a sus espaldas y cedió al inminente sueño.
 
-Auch...
 
Relamiéndose los labios con desespero, Sasuke abandonó su labor. Era complicado tratar de revisar la herida con ese maldito alboroto que hacía Naruto a cada segundo.
 
-Si te callaras, terminaría más rápido.
 
-Nadie esta pidiendo tu ayuda, de-ve-ras- remarcó palabra por palabra, a sabiendas de lo mucho que le molestaba al Uchiha oír su muletilla.
 
-No me obligues a cerrarte la boca- le advirtió Sasuke, frunciendo un poco más el ceño, irritado con aquella conducta tan infantil e inmadura. Iba a perder por completo los estribos como las cosas siguieran igual.
 
-Intentalo si es que tienes agallas, de ve...mmh- el sonido metálico fue todo lo que Naruto percibió tras chocar su espalda en la fría reja. Parpadeó una, dos, tres veces mientras intentaba procesar ese cosquilleo repentino en los labios y esa tibia humedad que se abría paso entre ellos.
 
"N-No"- fue todo lo que formuló su mente segundos antes de que Sasuke dejara de sostenerlo de la playera para posteriormente apartarse del brusco beso que él había propiciado.
 
Con el rostro encendido en verguenza, y la rabia acumulandose en su sistema, Naruto abrió la boca para replicar, cuestionar, maldecir o cualquier cosa medianamente lógica que pudiera articular. No obstante, Sasuke se le adelantó, limpiándose los labios con el antebrazo para luego señalar su mano.
 
-He terminado.
 
-¿Hah?- y Naruto lo miró estupefacto.
 

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