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Percepción por rmone77

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Notas del capitulo:

—Oblivion II—

Kim sabía que se había alejado, había construido una pequeña brecha reconociendo que no podía manejar los sentimientos de Do y, aunque no lo abandonó, priorizaba su trabajo por sobre todo. Aquello le generaba una punzada de culpa, pero había sido también uno de los consejos de SooJung: “dale un poco de tiempo, no lo fuerces”. Kim sentía que si se quedaba a su lado eso sería lo único que haría, exigirle estar bien cuando sabía que no podría estarlo. No había buscado ser cruel ni nada de eso, pero ninguno de esos pensamientos lo salvó cuando recibió esa infame llamada al terminar la jornada.

—   KyungSoo no asistió a la reunión con el profesor.

Inicialmente tuvo una especie de presentimiento, aunque quiso mantenerse optimista. Quizá estaba cansado, quizá había sido un mal día y no había salido de la cama, quizá sólo había ganado la pereza en su cuerpo. Eran excusas ridículas con las que se intentaba consolar mientras llegaba a casa, con la esperanza de verlo recostado y dormido, tal cual lo había dejado antes de irse al trabajo. Pero allí no había nadie, en ningún rincón de esa desdichada casa, el supuesto hogar que debía ser para ambos.
El sudor empezó a perlar su frente, enlenteciendo sus movimientos, porque a cada habitación que iba y cada vez que decía su nombre, un poco más alto, no había respuesta, no había nadie. Solamente encontró una copa en la terraza y la botella de whisky derramada en el piso, aunque estaba casi vacía. Recién allí Kim se dio cuenta de que había cometido un terrible error. ¿Qué pasaba por su cabeza cuando decidió darle espacio? Así nunca había resultado para ellos. Cada vez que se habían distanciado las cosas entre ambos no habían tomado buen rumbo, resultando dolor y angustia para cada uno. Notó también la cantidad de botellas que faltaban en la alacena de licores y lo perfecta que se encontraba la casa, casi como si no hubiese sido usada nunca por el muchacho.

Se mordió los labios llevándose las manos a la cabeza mientras que un grito ahogado nacía en su garganta. Lanzó la copa lejos y un desgarrador jadeo abandonó su boca. Gritó su nombre sólo una vez, incapaz de creer que algo malo había pasado de nuevo. Porqué. Qué había en los pies de KyungSoo que siempre le sucedían cosas malas, que siempre había algo allí, revoloteando para impedirle ser feliz. Apenas se habían recuperado emocionalmente al confesarse sus sentimientos cuando fue secuestrado y violado. Esa momento generaba un profundo odio en su corazón, un amargor que le arrancaba las lágrimas de golpe. Y que, aunque Do no lo recordara, él lo sabía. ¿Y qué con la muerte repentina de su abuelo? Ni siquiera había recuperado su peso cuando tuvo que, con ese pequeño cuerpo, recibir la peor noticia de su vida. Aunque ponía todo el esfuerzo de su parte, simplemente parecía maldecido desde su nacimiento, pagando consecuencias de una deuda desconocida.

Porqué lo arrebataban de sus manos…

La culpa lo carcomía y sin ser capaz de escuchar a SooJung o reconocer algún tipo de error fue en busca de Yeul. Bastaron un par de preguntas de la policía a los demás estudiantes para que apuntaran al universitario como principal sospechoso de la desaparición de Do. Era el único que tenía algo en contra de él, el único que aún lo hostigada y que buscaba cada pequeña instancia para meterse con él.

La primera vez que hablaron Kim había mantenido en todo momento su autocontrol, pero esta vez simplemente dejó que su puño se adelantara antes de decir siquiera una palabra. Todo el lugar estaba siendo investigado, incluso las cámaras de seguridad, por lo que había suficientes personas para detenerlo. Pero la ira contenida en sus manos y rostro era demasiada, casi se había vuelto loco y menos mal que el primer golpe había dejado inconsciente al muchacho o probablemente no se hubiese detenido.

—   Señor Kim, ¡¿qué está haciendo?! Él es sospechoso en la investigación y usted está interfiriendo justo ahora. ¿Qué sucede si es que él tiene algo que ver? Pero ahora el sospechoso está en el hospital y no puede declarar nada. Nos podría complicar todo. Sin duda todos los ojos apuntarán a usted también, como otro sospechoso.

SooJung tuvo que alzar la voz y obligarlo a que lo mirara, no había forma de calmarlo en ese momento, JongIn estaba seguro de que había sido él y aunque no lo hubiera estado, necesitaba descargar la rabia de alguna manera. Empero, a esa altura del día ya estaba agotado, habían pasado cuarenta y ocho horas y aún no tenían ninguna noticia. Oficialmente Do había desaparecido y la noticia en la televisión le sacó lágrimas amargas, un llanto apagado, desgarrador incluso para SooJung quien sólo pudo acompañarlo en silencio.

Sin embargo, no contaban con que la situación se volviera aún peor. Según la investigación, la última persona que había visto a Do había sido Kim y, frente a tal situación, tuvo que confesar amargamente que ambos tenían una relación. Sin siquiera poder imaginarlo, los padres de Do apuntaron sus dardos a él también, declarando en la investigación que antes se había interpuesto en las visitas al hospital, obligándolos a mantenerse lejos de él. Pero su tristeza e ira mayor explotó cuando un llamativo titular de un periódico lo acusaba de seducir y secuestrar a un muchacho que tenía una enfermedad mental, lo acusaba de haberlo manipulado, de haberlo alejado de su querida familia. Fue despedido de inmediato de su trabajo, aunque aquello fue la menor de sus preocupaciones. Tampoco los cargos que presentaron los progenitores de Do cuando, al encontrarse con ellos, arremetió a golpes contra el padre. Incluso la policía eran testigos y SooJung ya no sabía qué hacer para poder ayudarlo.

A las noventa y seis horas de desaparecido Kim fue detenido como principal sospechoso de la desaparición de Do. Cada titular era más espantoso que el del día anterior. Los noticieros se habían llenado de morbo y todo lo que había sido un dulce encanto entre ambos, cada pequeño detalle que los hizo enamorarse más, fue transformado brutalmente en algo perverso.

“Era un universitario en rehabilitación…”

“Un chico de apenas 22 años…”

“Tenía un trastorno severo mental, prácticamente le permitían estar en la universidad como simple ayuda…”

“Él es un homosexual de 33 años…un hombre con dinero…”

“Sedujo a un joven indefenso…”

“Lo alejó de su familia…”

“La madre está devastada…”

“Lo llevó a vivir incluso lejos de su abuelo…”

“Le prohibió salir de casa…”

“Lo alcoholizaba en el lugar que lo mantuvo cautivo…”

“Apenas comía, el joven estaba muy delgado…”

“Algunas asistentes contaron que abusaba sexualmente de él casi a diario…”

“Lo mantenía en una deplorable condición…”

Kim mantenía un semblante inexpresivo, con la barba a medio crecer, la ropa del día anterior, con las mangas arremangadas, sucias y los zapatos cubiertos de polvo. Increíblemente mantenía su cabello acomodado a pesar de llevar más de veinticuatro horas detenido y era SooJung la que se encontraba mayormente destruida. Buscó a un buen abogado y era principalmente la que daba declaraciones a favor de su amigo, pero incluso se filtraron detalles de la vida privada de ambos que le quitaron toda credibilidad y hasta la hicieron parecer un tanto sospechosa. Haber sido su novia por tantos años no le fue nada favorable, menos que esa situación fuera conocida por los medios. La idea de que pudo haber estado involucrada era incluso reforzada por el hecho de que fue la psicóloga que inicialmente le dio terapia y porque tenía visitas registradas en el edificio en que antes vivía Kim. Si no fuese porque SooJung tenía una firme coartada asegurada por su asistente, con sus pacientes y sus familiares, todo habría resultado peor para Kim.

SooJung se mantenía siempre con unos gruesos lentes oscuros y un exquisito abrigo negro que se entallaba bien a su cintura. Tenía una presencia hermosa y la dulce forma en que se refería a Do les daba nueva credibilidad a sus declaraciones. Sin embargo, ella se encontraba en una situación de estrés extremo, no sabía qué hacer para sacar a Kim de la estación de policías y aunque, a pesar de los rumores morbosos no había más pruebas en su contra que la de ser la última persona que lo vio, tampoco había nuevos sospechosos. Le daba un terrible pavor el silencio constante de Kim, su rabia contenida, porque aquella explosión de energía que tuvo cuando se enteró de la desaparición del chiquillo no la volvió a tener más. Siquiera tomaba agua. Parecía estar encerrado en sí mismo, guardando cada gota de energía. Y aunque no lo reflejaba, Kim se torturaba pensando en quién se lo había llevado. Incluso cruzó por su mente la idea del suicidio, pero eran las pequeñas sonrisas que KyungSoo le había dedicado antes las que le borraban esa idea de la mente. No sentía hambre, ni sueño, ni frío, ningún tipo de dolor físico, sólo angustia y desespero de no poder estarlo buscando, en cambio estar allí, encerrado, perdiendo el tiempo. Aunque en algún punto lo sentía como un castigo por haberlo dejado solo. Si en vez de irse ridículamente tan temprano al trabajo se hubiera quedado en casa unos minutos más, si le hubiese preguntado cómo se sentía, cómo iban sus días, si le hubiese dicho que lo extrañaba, que lo amaba con todo su corazón las cosas podrían haber sido diferentes.

 


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