<<<<<•>>>>> <<<<<•>>>>> <<<<<•>>>>> <<<<<•>>>>>
"Chupar"
-Adentro, afuera, adentro afuera... ¡Vamos, Goten! No es tan difícil como parece. - Le dije con desesperación. Llevábamos años intentando hacerlo y jamás lograba que terminara. - Ya no tienes ocho años.
- No, tengo dieciséis. Pero aun así es muy complicado. Después de tantas chupadas la boca se cansa. - Me dijo con verdadera pereza. - ¿Y por qué siempre tengo que intentarlo yo? Por una vez deberías ser tú el que la chupe. - Su expresión parecía la de un tierno niño, pero nunca había logrado convencerme.
- Lo siento, pero mi boca es más pequeña que la tuya. - Le dije sin prueba alguna. Pero como siempre era tan ingenuo, lo creyó. - Si tú te cansas, imagínate yo.
- A este paso jamás vamos a saber...
- ¿Que quieren saber? - Gohan interrumpió a su hermano menor. Me sonrojé en ese preciso instante. Con rapidez tomé una almohada y la cubrí. ¿Qué pensaría Gohan de que estuviéramos intentando descubrir eso? Intenté con la mirada advertirle a Goten que no dijera nada, pero como siempre es un distraído y no se dio cuenta.
- Hermano, ¿tú sabes cuantas chupadas se necesitan para llegar al centro chicloso? - Le dijo mientras sacaba la paleta de debajo de la almohada. Se había llenado de pelusa.
- Pues, según los científicos, - dijo con la voz de un experto - se necesitan aproximadamente 1,000 chupadas.
- ¿Tantas? - Preguntamos los dos. Gohan asintió con una sonrisa.
<<<<<•>>>>> <<<<<•>>>>> <<<<<•>>>>> <<<<<•>>>>>
"Comer"
- Hola, no nos han presentado, pero me llamo Vegeta. Príncipe Vegeta, para ser más exacto. No me conoces aún, pero, aunque vivas en este insignificante planeta, quiero decirte que tu también pertenecerás a la realeza. Dejarás de ser un vil terrícola para ser lo que siempre debiste ser. Algo de otro mundo. Porque te unirás a mí. Sin ninguna restricción, una fusión total con el príncipe más poderoso del universo. Permíteme llevarte por un sendero peligroso que solo los más grandes saiyajines podemos transitar. Disfrutaré de ti en mi paladar, con cada mordida que te dé. Pero no te preocupes, no te dolerá. Te prometo que cuando lo sientas te gustará. Quizá suena masoquista, pero no lo debes ver así. Será efímero, pero completamente delicioso y...
- Vegeta, te vas a comer ese emparedado ¿sí o no? - Parecía molesto.
- Por supuesto que sí, Kakarotto. - Le respondí con desdén. - Solo hago las debidas presentaciones.
- Llevas como diez minutos charlando con él. ¿En serio en tu planeta natal es una costumbre hablarle de esa manera a tu comida? - Asentí con la cabeza, el solo rodó los ojos y siguió comiendo sin preocupación."
<<<<<•>>>>> <<<<<•>>>>> <<<<<•>>>>> <<<<<•>>>>>
"Pinchar"
- ¡No quiero, Vegeta! - Comenzó a lloriquear. Era increíble que "el hombre más fuerte" de la tierra llorara por semejante tontería.
-No voy a discutir contigo, Kakarotto. Vas a dejar que la meta y se acabó. - Siempre había logrado hacer que saliera lo peor de mí.
- ¡Pero es que me va a doler mucho! - Gritó desesperado.
- Cómo todo, Kakarotto. Al principio duele bastante, tengo que admitirlo, pero una vez adentro te acostumbras rápidamente y el dolor inicial desaparece. - Comencé a preparar todo.
- ¿Y qué le voy a decir a Milk? - Me preguntó con verdadero terror. Si había alguien a quien Kakarotto temía era a ella.
- La sorprenderás. - Tomé un poco de alcohol y se lo di. Kakarotto ya sabía qué hacer. - Bueno, estamos listos. - Me acerqué con velocidad y entonces...
- ¡Ay! - Goku gritó con verdadero dolor. - ¡Sácala, sácala, Vegeta!
- ¡Solo un poco, maldito insecto llorón! - Le grité molesto. Después de unos instantes la retiré con muy poco cuidado.
- ¡Me dolió bastante! - Gritó con un chillido.
- ¡Solo era una maldita inyección, Kakarotto! No puedo creer que te pongas así. - Siempre había sido un verdadero misterio el porqué de su miedo a las agujas.