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A mis espaldas por yaoiana

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Notas del capitulo:

Hola a todos y todas, esperamos que se encuentren muy bien.  De ante mano, excusarnos por si la próxima semana nos retrasamos, ambas escritoras hemos pasado por situaciones personales algo complejas que nos ha llevado a detener la escritura.

Esperamos retomar lo antes posible.

 

Muchas gracias a los y las que esperan con anhelo esta historia, son nuestra motivación.

 

Sin más, a leer¡¡

Capítulo 9: Linaje

 

–       Kaori… ¿lo sabe?

 

–       No Kaiba, como te dije, nunca pensé en rebelarte nada y por eso nunca me preocupé en decirle a Kaori su origen. Tal vez fue muy egoísta de mi parte con ella, pero al ver que mi hija no indagaba, opté por callarlo.

 

–       Ahora… ahora entiendo por qué mi afinidad con ella…

 

–       Si… supongo que la sangre llama - dijo escuetamente.

 

–       ¿Alguien más sabía de tu embarazo?

 

–       Mokuba… pero le pedí que no te dijera nada… supongo que por eso me buscó tanto tiempo, estaba preocupado por ambos.

 

–       Comprendo- espetó con recelo.

 

–       No debes enojarte con Mokuba, él hizo lo que pudo.

 

–       ¿Es por nuestra hija que debes tomar tantos medicamentos?

 

–       Si, la verdad, debo hacerme unos exámenes muy avanzados, pero no he tenido la mmm forma de hacérmelos, el tratamiento me mantiene estable.

 

El CEO aún intentaba procesar la información dada.  Estaba feliz pero abatido al mismo tiempo.  Tenía una hija, una heredera y no sólo eso, tenía una hija con la persona que amaba.  Si bien Joey le había ocultado todo, la mayor culpa era suya por ser un imbécil y no haber tratado a Katsuya como merecía.

Comprendía a la perfección la desconfianza y la prudencia de su cachorro para mantener protegida a Kaori.

Escucharon la puerta abrirse y “ hablando de Roma”, Kaori ingresaba a la estancia.

 

–       Señor Seto, creo que es algo clasista ponerles rosa a los monstruos femeninos y corbatines azules a los monstruos masculinos, porque a mí a veces me gusta jugar con los personajes varones, creo que puede cambiar eso y dejarlos neutros, que cada quien elija su personaje, de resto, me ha gustado todo.

 

–       Hija, estamos hablando… - le llamó la atención Joey.

 

–       Lo… lo lamento papi –  sonrojada por su falta de modales.

 

–       No importa, ven – exclamó el empresario quien abrazó a la niña con necesidad y ternura.  Ahora la veía de otra forma, era su hija.  Kaori era hermosa, tenía sus ojos azules, su cabello cenizo y la hermosa piel durazno de Joey.  No dudaba que había heredado su inteligencia y la ternura e ímpetu de su cachorro.  Era una combinación perfecta de ambos. Ante tantas cargas de emociones, el CEO dejó salir algunas lágrimas que humedecieron el vestido de la pequeña.

 

–       Señor Kaiba, ¿está llorando? - le dijo la menor mientras le acariciaba la cabeza– solo le hacía recomendación, pero si me gustó el juego – comentó preocupada.

 

Katsuya jamás había visto llorar a Seto y esto le conmovió demasiado.  Verlo apegado y abrazando con ahínco a  Kaori, le demostraron que había tomado la decisión correcta en decírselo.

 

–       Papi, ¿también estás llorando?

 

–       Cla… claro que no, a mi se me metió un sucio en el ojo.

 

La pequeña rio y dejó que el castaño la siguiera abrazando hasta que se calmara.  Le dio unas palmaditas en la espalda y luego vio como este se separaba más tranquilo.

 

–       Haré las modificaciones que me dijiste - comentó más tranquilo.

 

–       Está bien… ¿estás bien?– indagó preocupada.

 

–       Sí, estoy bien, lamento mojar tu vestido.

 

–       No importa, eso es lo de menos - dijo acariciándole el cabello al mayor- ¿puedo ir a la cocina? tengo hambre.

 

–       Jum, ¿a quién le habrás heredado eso? - exclamó divertido Kaiba mientras miraba al rubio, quien le sacó la lengua de forma divertida–  ve a cambiarte, saldremos a comer lo qué tú quieras…

 

–       ¿Podemos ir a Kaiba Land y comer hamburguesas?– dijo con emoción.

 

–       Podemos ir dónde tú quieras- exclamó con emoción de poder brindarle a su hija lo que ella requería.

 

–       Si¡¡ ya mismo voy  a organizarme –expresó Kaori para salir corriendo del cuarto.

 

–       Oye, sé qué estás orgulloso y contento de enterarte que tienes una fantástica hija, pero no puedes darle todo.

 

–       ¿Por qué no?, es mi hija y se merece todo….

 

Joey gruñó, ya veía un panorama no tan fácil en la crianza de Kaori, con un padre tan amplio y alcahuete  como Seto Kaiba.

 

–       ¿Cómo… se lo diremos? - soltó Kaiba en el aire.

 

–       Por lo menos, me ayudarás en esto, tampoco sé cómo hacerlo– dijo preocupado.

 

–       Joey… - lo llamó, pero fue interrumpido por el rubio.

 

–       Kaiba, como te dije, yo solo espero llevar las cosas bien contigo por nuestra hija, ella merece todo el amor, por lo menos llevémonos bien cuando estemos con ella.

 

–       ¿De qué estás hablando- expresó confusión el mayor.

 

–       ¿No me odias? o ¿estás molesto?– preguntó el rubio con intranquilidad.

 

–       La verdad, no. Sé que hiciste muchas cosas a mis espaldas, comprendo perfectamente y creo que hiciste bien.  Has pasado por muchas cosas solo y quiero que me dejes solucionar muchas cosas y estar a su lado… como una familia, como la familia que siempre anhelaste que fuéramos. 

 

–       No es tan fácil Kaiba… yo dejé de creer…

 

–       Lo entiendo, también te pido comprensión y que estés abierto, quiero enamorarte de la forma que mereces y si más adelante me aceptas, ser tu esposo - comentó mientras le tomaba del mentón y le daba un leve beso– por favor, no te cierres…

 

–       De… de acuerdo - comentó sonrojado-.

 

Un momento después, ya se encontraban  los tres en Kaiba Land. La pequeña dragona brincaba por todos lados llena de felicidad y asombro.

 

−       Papi, papi mira un dragón de ojos azules, es mi favorito.

 

−       Hasta en eso tenían que parecerse -susurró el blondo.

 

−       ¿Te molesta que se parezca más a mí? Deberías agradecer, quiere decir que heredó mi inteligencia.

 

−       ¡Cállate! Yo también tengo cerebro aunque te cueste creerlo.

 

−       Papi ¿Por qué peleas con Seto?

 

 

−       Porque no acepta que yo sea mejor.

 

La pequeña se limitó a reír mientras caminaban hasta el área de comida, los encargados de los restaurantes se acercaron rápidamente ofreciendo sus servicios a Kaiba.

 

−       Buen día señor Kaiba, ¿dónde prefiere comer?

 

−       Preparen una mesa para 3, deseamos comer hamburguesas.

 

De inmediato ordenaron una mesa privada para el castaño y sus acompañantes. Inevitablemente llamaron la atención y comenzaron algunos murmullos

 

−       "¿No es ese Seto Kaiba y el chico de la boda?"

 

−       " Tienes razón, eso quiere decir … ¿Que son pareja?"

 

−       " Se ven tan lindos y con esa niña parece toda una familia, ¿será hija de Kaiba?"

 

−       "Eso no es posible ella llamó papá al rubio, seguramente es solo hija de él"

 

 

El blondo no pudo evitar sonrojarse, la niña inevitablemente escuchó lo que las chicas decían, activando de inmediato su curiosidad.

 

−       ¿Papi…tengo mamá? Todos mis compañeros en el colegio me preguntan por mi mamá.

 

−       Él es tu mamá aunque te cueste creerlo - dijo sin pensarlo mucho el castaño.

 

−       Guarda silencio Seto, hija… y ¿si tuvieras dos padres en lugar de un padre y una madre?

 

−       Eso sería raro pero maravilloso, entonces quieres decir que ¿tú y Seto son novios?– preguntó y vio que tomó por sorpresa a ambos adultos – papá no soy tonta, sé que los adultos se besan cuando son novios.

 

Ambos aclararon su garganta sin saber cómo aclarar las dudas de la menor. En definitiva, ambos hombres  se dieron cuenta que su hija era una niña demasiado astuta e inteligente. Se miraron fijamente y Joey supo que ambos debían decirle la verdad.

 

−       Hija, te prometo contarte muchas cosas, pero este no es el espacio - dijo el rubio.

 

−       Comprendo papi, además, ya están trayendo las hamburguesas…

 

Los ojos ámbar y azules se cruzaron, aquella mirada fue de ternura y contemplación hacia la criatura que ambos habían creado.  Su hermosa hija comía y disfrutaba la hamburguesa con una amplia sonrisa.  La salsa se escurría por la comisura de sus labios y fue el empresario quien la limpió con una servilleta.

 

−       Hija, más despacio, nadie te la quitará– comentó con paternidad el empresario.

 

−       Si… - dijo sonrojada y apenada la menor.

 

Compartieron un rato más y algo en el corazón de Joey se derritió.  Todo el frío, recelo y desconfianza que sentía  con el CEO, se iba menguando.  Es que ver al dueño de Kaiba Corp,  con un arma de tiro al blanco para obtener el peluche que pedía su hija, era algo muy conmovedor.  Él era el dueño del lugar, podía pedir el peluche si quería pero no, lo quería “ganar” para su hija, demostrarle a ella que podía darle todo… eso, le hizo pensar que debía empezar a perdonar y dejar sanar por el bienestar de los tres.

Finalmente, Kaori había quedado agotada y Kaiba la llevaba cargada.  La niña no soltaba su peluche y eso hacía más complejo llevarla a la limosina. 

Antes de subir, los paparazzis comenzaron a tomar fotos de los tres, fue Roland quien tuvo que apartar a los acechadores para que los tres se subieran al carro.

 

–       Malditos caníbales de noticias - gruñía molesto el empresario quien veía como su niña se iba despertando en sus brazos debido a la algarabía.

 

–       ¿Kaiba, qué vamos hacer? - preguntó preocupado el blondo.

 

–       Tranquilo cachorro, lo resolveremos - dijo armonizando su voz y tomándole la mano a su amado.  Todo siendo observado por una astuta dragona que fingía dormir.

 

 

Dentro de la mansión, subieron al cuarto de invitados donde Joey se estaba quedando con su hija.  El mayor la recostó y la niña se rascaba los ojos. 

 

–       Hija, sé que tienes sueño, pero los tres debemos hablar - expresó Joey con cierta preocupación.

 

–       Está bien papi, si es importante, lo escucharé todo.

 

Joey no sabía cómo empezar a abordar el tema, miraba a su hija, a Kaiba y luego a su hija… la pequeña estaba expectante y no sabía cómo abordar todo, hasta que la voz de Kaiba empezó.

 

–       Amo a tu padre - dijo Kaiba– desde hace muchos años, pero era un poco torpe en esa época y no me di cuenta hasta hace poco.

 

–       ¿Ustedes ya eran novios? – preguntó sorprendida la peli ceniza.

 

–       Sí, pero nos separamos por mi culpa - continuó el empresario- dejé ir a tu padre y me casé con alguien que no amaba.

 

–       ¿Entonces… volverán a ser novios? –indagó la niña confundida.

 

–       Solo si tu padre me acepta - expresó el empresario mirando a su cachorro.

 

–       ¿Lo aceptarás, papi?– preguntó.

 

–       Para eso, necesito tu opinión y por eso vamos a seguir conversando– aclaró para seguir– como Seto dice, hace mucho tiempo fuimos novios, antes de irme, yo quería tener un bebé que fuera de ambos. Hija, como ves, solo las mujeres se embarazan y yo quise ser parte de un experimento para saber si podía tenerte.

 

–       ¿Por eso estás enfermo papá, por mi culpa?– dijo triste.

 

–       Mi amor, no te sientas así - le dijo acariciándole la cabeza- yo sabía que eso podría pasar y jamás me he arrepentido. Sí estuve muy mal, pero tu abuelo me ayudó mucho.  En ese tiempo, yo jamás volví a tener contacto con Seto y por eso él no sabía nada de ti, ni tú de él.

 

–       Entonces… ¿Tú me tuviste y Seto es mi padre?– expresó la niña, la cual su mente trabajaba a toda revolución atando cabos.

 

–       Así es hija… yo - tomándole la mano- quiero que me perdones, por no habértelo dicho antes, sé que por mucho tiempo tuviste dudas pero no había encontrado el momento perfecto, hasta ahora.

 

–       No tengo nada que perdonarte papi - poniendo su mano en la mejilla del rubio-  tu estuviste enfermo y aun así me cuidaste muy bien y me diste mucho amor, estoy feliz por ser tu hija y por saber la verdad.

 

–       Gracias mi dragoncita

 

–       Y…. – mirando a Kaiba–  ¿tú si me quieres?

 

–       Yo siempre quise tener hijos, cuando Joey me lo dijo, no sabes lo feliz que estuve.  Sé que no nos conocemos muy bien, pero quiero que poco a poco compartamos y me veas como tu padre y lograr ser una familia - sonriéndole a la niña.

 

–       Solo no vuelvas a ser sufrir a mi papi– sentenció la niña.

 

–       Te lo prometo, jamás ocurrirá de nuevo. Tú y yo lo mimaremos mucho y lo sanaremos.

 

La niña asintió y les pidió a ambos que la arrullaran hasta dormir.  Seto se hizo en el lado izquierdo, Kaori en el centro y Joey en el lado derecho.  Por primera vez, el empresario sintió una calidez desbordante.... Mokuba era su hermano y lo amaba, pero las personas que estaban en la cama eran su familia...   SU FAMILIA y ese júbilo lo tenía instalado en su corazón como una armoniosa sensación.

Miró fijamente a Joey quien también lo observaba y susurrando le dijo a  su cachorro que lo amaba.

Cuando Kaori se quedó completamente dormida, ambos salieron del cuarto.  El rubio sabía que debía escuchar lo que Seto tenía por decirle.

Se dirigieron a la habitación del mayor y  una vez adentro, el rubio se sentó en el sofá esperando a que el castaño iniciara la conversación.

 

−       Lo que le dije a Kaori es cierto, estoy muy arrepentido de haberte alejado, como resultado de mi estupidez no estuve en un momento tan crítico como el embarazo, pero ahora voy en serio.

 

−       Seto, no te culpo, las cosas solo… se dieron así y aunque me habría gustado que me cuidaras, que nos cuidaras durante ese tiempo, las cosas no fueron así, no vale llorar sobre la leche derramada.

 

−       Lo sé, por eso quiero que me des una oportunidad más, de recuperar a mi familia, de hacerlos felices, de que no les falte nada, durante ese tiempo me di cuenta de lo que por mucho tiempo quisiste hacerme ver.

 

−       Dices ser un genio y vaya que eres lento, seis años para darte cuenta– mencionó con burla.

 

−       Lo sé y lo siento, permíteme demostrarte que voy en serio.

 

−       ¿Y cómo harás eso? En este momento deben estar formulando miles de teorías los medios de comunicación.

 

−       Y eso lo usaremos a nuestro favor, en dos días tengo que ir al juzgado a firmar el divorcio y oficialmente estaré divorciado, podremos estar juntos y eso planeo decirlo en una rueda de prensa.

 

El blondo lo miró con sorpresa, en el pasado el que hiciera eso solo era un sueño remoto que jamás se cumpliría y ahora era una realidad.

 

−       ¿No temes que eso juegue en contra de la empresa?

 

−       Mucho tiempo sobrepuse a la empresa antes de lo que realmente importaba, no me importa que eso suceda, podré sacar a flote nuevamente la empresa, además, no sé si tengas problema con que revele lo del tratamiento.

 

−       ¿Por qué harías eso? No trae ningún beneficio.

 

−       Porque quiero presentar a Kaori como mi hija legítima, lo que realmente es, no planeo dejar que piensen que es mi hijastra y que lleguen a dudar de su derecho como heredera, claro eso implica revelar lo del tratamiento y sé que eso te expondría al mundo.

 

−       Déjame pensarlo, es mucho que procesar, además… hemos vivido una vida tranquila, el que reveles eso nos pondrá en el foco de atención, a ella por ser tu heredera y a mí por ser el primer hombre con un embarazo exitoso.

 

−       Lo sé, por eso te lo consulto, no quiero cometer más errores.

 

El castaño se acercó abrazándolo tiernamente tratando de demostrarle lo importante que era para él, aunque nunca había sido muy emocional, finalmente había entendido que debía esforzarse por demostrar la importancia que tenían en su vida.

 

 

–       Te amo, no dejaré que nada malo les pase ni a ti ni a Kaori. Para eso también me gustaría pedirte que se queden en Japón.

 

El blondo abrió los ojos con asombro sin saber qué responder.

 

–       Sé que es repentino, pero quiero que Kaori vaya a buenas escuelas, los mejores estudios y como heredera debe estar cerca de los negocios.

 

–       Espera, espera, ella es una niña aún como para que pongas tal peso sobre sus hombros.

 

–       Solo quiero lo mejor para ella, eso incluye estudios, una vida mejor y por supuesto ella algún día heredará todo.

 

–       ¿Y Mokuba? Él es tu hermano y el principal heredero, no pienso dejar que presiones a Kaori.

 

–       Lo entiendo, tienes razón, al menos permíteme darle los mejores estudios, si ella algún día desea hacerse cargo de Kaiba Corp, que sea por decisión propia ¿te parece?

 

–       Lo pensaré.

 

 

Eso desanimó un poco al castaño bajando la mirada, sintiendo que había hecho algo mal y eso lo demostró con su rostro decaído y pensativo, haciendo que el blondo también se sintiera un poco mal por hacerlo sentir así.

 

–       Perdón, solo tengo miedo, déjame procesar todo, además ella es una niña muy inteligente seguro si se lo decimos ella decidirá sabiamente, por eso no te apresures, todo a su tiempo.

 

–       Bien, me parece perfecto– el castaño abrazó al ojimiel quien correspondió, al notar que el rubio no se resistía lo recostó en la cama llenándolo de cariños y tiernas caricias.

 

–       Bueno, por ahora tenemos algo pendiente

 

El blondo le sonrió mientras le acariciaba los lisos cabellos.

 

 

–       No estoy tan seguro, debes convencerme, no sé si tengo ganas.

 

–       ¿Ah sí?, bueno, eso puede arreglarse– comentó Kaiba mientras esbozaba una sensual sonrisa.


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