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Weisser Schnee por Yakinori

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Notas del capitulo:

¡¡¡Laliho!!! Yakinori-chan está de vuelta y primero de todo ¡GOMEN NASAIII! He estado ausente… me disculpo por la larga espera, ¿razones?, bueno…el día a día me absorbe, espero no tardar tanto para el siguiente, así que espero que sigan conmigo.

Segundo, ¡¡mil mil gracias por mis primeros comentarios!! No saben como animan, les recuerdo que toda gasolina para un escritor son los comentarios de sus lectores! Sean positivos o negativos, todos ayudan, así que ¡arigatou mina!

Espero que sea de agrado el nuevo capitulo, sobre todo “èl” nuevo personaje hehe

Aquí ya no me queda nada por decir… ¡Ala! ¡A disfrutar de otro capítulo!
 

 
El brillo del sol entraba por cada rincón de los campos abiertos llenos de bellas flores, las mismas cayendo de los arboles junto con el sonido del viento, anunciando la plena primavera, haciendo sonreír corazones con la cálida estación. Los pastos verdes invitaban a pasear sobre él, llamando a toda persona a disfrutar del buen clima. El pequeño pueblo se llenaba de energía con la llegada de la esperada estación, aprovechando el cálido sol para hacer las compras del día, sembrar en los huertos, trabajar en los campos… había mucho movimiento en las pequeñas calles.
En una de las tiendas más queridas también había movimiento, los vecinos entraban y salían, comprando sus frutas y verduras para empezar el día.
-Buenos días Zero-kun- entraba una joven señorita en la tienda, saludando a uno de los hermanos Kiryuu más apreciados de todo el pueblo.
-Buenos días señorita Fuchida ¿Cómo está? ¿Se encuentra mejor Mi-chan?- preguntaba el apuesto chico.
-Ya sabes cómo es… la primavera lleva consigo alergias y cambio en los cuerpos de los pequeños, enseguida se ponen malos… Mi-chan se encuentra mucho mejor y hoy volvió a la escuela- sonreía la mujer.
-Sí, tiene razón, por eso no hay nada mejor que darles vitaminas para afrontar esta estación- sonreía también el peli plateado refiriéndose a las frutas y verduras, haciendo reír a la joven mujer.
-Por eso, ponme lo de siempre por favor- Zero asintió y empezó a preparar una bolsa con lo pedido –Pero hablando de pequeños, ¿dónde se encuentra el lindo Kiryuu?-
-Ya lo conoce… no para quieto ni un minuto y se aburre en la tienda… por eso se encuentra molestando a Hajima- Zero le paso la bolsa con el contenido a la mujer, sonriendo felizmente.
-Hajima-sensei sí que tiene paciencia, es nuestro salvador y niñero- reían ahora los dos adultos –Gracias Zero-kun,- agradecía la mujer por la bolsa -pasare más tarde con Miyuki para que puedan jugar un rato… saluda de mi parte a Ichiru-kun- la joven se despidió saliendo de la tienda, dejando al pelo plateado con una gran sonrisa en la boca.
Su vida era ahora mismo demasiada maravillosa para ser verdad, cada día estaba plagado de más y más alegría, tenía todo lo que deseaba, unos vecinos estupendos, un hogar precioso y lo más importante… su pequeña familia, que estaba compuesta por su querido hermano menor Kiryuu Ichiru y por su ángel de la vida, su sol que brillaba en esa primavera y la luz que iluminaba sus pasos…su hijo Kiryuu Eita, el niño era como una cascada, tan inquietamente cargada de fuerza y poder, respetable en todo su ser, pero a la vez relajante y tranquilizadora, dejando detrás una sensación de calma absoluta haciendo una combinación de lo más armónica, tan hermosa y transparente como una gota de agua, haciendo honor a su nombre Eita que significa joya cristalina.
Desde que nació no le pasaba desapercibido su grandes dotes y apariencia… pasando los años sobresalían cada día más, todo en él era como una réplica exacta, no cabía duda que el pequeño era hijo de Kuran Kaname… su pelo ligeramente ondulado le caía graciosamente en su linda cara de piel pálida, su cabello de un color castaño almendra y como todo Kiryuu que también era, había heredado los preciosos ojos color amatistas, un color tan peculiar que era muy poco visto, algo que lleva pasando de generación en generación entre los Kiryuu. Era una hermosura y todo el orgullo de Zero.
-Yoh Zero- una voz le saco de sus pensamientos haciéndolo mirar hacia la entrada –te traigo este pequeño torbellino que dice que ya tiene hambre, le ruge tanto el estómago que está apunto de comerme a mí- decía burlón el simpático medico Hajima.
-No es mi culpa si Oji-san solo tiene agua en la clínica- un lindo niño de unos 4 años estaba parado en la entrada, cruzando los brazos y haciendo un mohín.
-¡Te voy a dar Oji-san pequeñajo!- saltaba el medico atacado.
Una risa se escuchó de parte del pelo plateado, sacando a los dos de su pelea cotidiana –Se llevan tan bien como siempre- decía Zero acercándose a los presentes –De todas maneras ya iba a cerrar, Ichiru ya estará casi listo con el almuerzo… - Zero se agacho para subir a su pequeño en brazos –Gracias Hajima-kun por cuidar de Eita… ¿te podemos invitar al almuerzo para agradecerte?- sonreía el padre al médico.
-Descuida, mi mujer me matara si no aparezco en la comida…y sabes que siempre es un placer cuidar del monstruito- sonreía ahora el mayor y el pequeño le saco la lengua en respuesta.
-Vale, pero la próxima vez vienen a comer los dos a casa- el medico asintió.
-Se lo comentare a la señora, ya sabes que es ella la que lleva los pantalones puesto…dile a Ichiru que pase después por la clínica… hasta luego familia- se despedía el hombre con un saludo de mano.
El pequeño también se despedía agitando la mano -¡Adiós Oji-san!-
-Bueno Eita…tu y yo nos vamos a casa a comer… no quiero que tu estomago siga rugiendo como león enjaulado- Zero dejo a su hijo en el suelo -¿Papi… tengo un león en el estómago?- el niño lo miro curioso haciendo reír a su padre –como puedes oír, si lo tienes, por eso vamos rápido a darle de comer- decía Zero saliendo de la tienda y cerrándola con llaves. Tomo a su hijo por la mano y empezaron a caminar hacia la casa mientras el niño contaba ilusionado todo lo que había hecho en la mañana y Zero no paraba de sonreír a su pequeño sol.
 
 
Cuatro años pasaron, el tiempo parecía correr sin detenerse ni un segundo, llevando consigo grandes cambios en la vida cotidiana. En la academia no parecía ser diferente, en los cuatro años han llegado cambios, no para mal sino todo para mejor. El cambio más grande ha sido la directiva en la prestigiosa escuela, el fundador y gran cazador Cross Kaien tenía demasiado que atender como presidente de la asociación de cazadores siendo demasiado duro mantener el orden en una asociación y a la vez llevar una academia con tal diversidad de razas, no le quedó otra que unir fuerzas con el presidente de la asociación de vampiros y compartir junto a él los mandos de la academia… sería la primera academia con dos directores diferentes, pero gracias a ese cambio llegaron muchos otros, haciendo de la academia la más valorada en todo el país. Kaname no dejo de innovar desde que se volvió director, fundando por ejemplo la escuela pre escolar y primaria justo al lado del edificio principal, con bonitos uniformes grises iguales que de los mayores, además había apostado por los deportes, construyendo una gran cancha como también una piscina para la natación o una zona para el tiro con arco, formando diferentes clubes y organizando competiciones una vez al año, para así animar a sus alumnos… pero aparte de la vida profesional, había construido algo para su vida privada… entre el camino de los dormitorios luna y el edificio principal se había construido su propia “pequeña” mansión…¡para que tener tanto dinero sino para darse un capricho de vez en cuando!…además que su verdadera intención al construir aquella casa no era otra que tener algo más de tranquilidad en su vida privada y avanzar en su vida amorosa… si se podía llamar así, ya que aunque vivía junto a Yuuki en la gran casa, parecía que todo había sido para nada y hasta ayer no sabía el porqué del rechazo constante de la chica. Su sangre hervía de solo recordarlo.
 
 
Flashback
 
La linda Yuuki se encontraba sentada delante de uno de las tantas ventanas que se encontraban en el pasillo, contemplando el cambio de colores de aquel atardecer. Parecía que a aquella chica le preocupaba algo… y no era para menos, llevaba viviendo esta situación durante cinco años, siendo cada día más insostenible… no sabía que más hacer para que su hermano comprenda que ella solo lo quería como eso…como un hermano… no era capaz de decírselo directamente a la cara por miedo a dañar sus sentimientos, así que intentaba evitar lo mejor posible las intenciones de avance de su hermano… se alejaba cuando él se acercaba demasiado, lo llamaba siempre oni-san, cambiaba de tema cuando el insinuaba algo, le invitaba a bailar con otras chicas en las fiestas… pero el mayor no parecía comprender, al contrario… le regalaba flores, le compraba ropa cara, organizaba cenas románticas y ¡¡hasta había construido una mansión para ellos!! Esto se le estaba saliendo de las manos y no sabía cómo pararlo sin que el mayor se vuelva furioso y cometa alguna locura. Algunas lágrimas caían por su linda cara. No sabía cómo escapar de su destino, cargar con el deber de seguir con el linaje en contra de su voluntad era demasiado doloroso, pero era consciente de que era su obligación.
-¿Yuuki?... ¿Qué te pasa? ¿Porque lloras?- una suave voz la saco de sus penas, un joven con ojos azul cielo tan profundos como el mismo mar se le acerco a la joven dama.
-¡A-Aidou-sempai!...- Yuuki se sonrojo ligeramente secándose rápido las lágrimas con las mangas de su lindo vestido – E-Estoy bien…no te preocupes-
El chico con el pelo rubio se colocó al lado de ella–sabes que puedes hablar conmigo… si te preocupa algo, yo estoy aquí- decía tranquilizador.
Aidou era uno de los pocos a los que se les estaban permitidos entrar en la mansión, cuidaba de los quehaceres de la casa y eso le daba la oportunidad de vigilar a Yuuki. 
La joven seguía mirando por la gran ventana con sus tristes ojos, a Aidou se le partía el corazón al ver esa imagen, sabía desde mucho que la princesa sufría bajo la presión del rey.
-Yuuki, escúchame… no quiero verte así de triste… si solo te puedo ayudar en algo…yo…- 
La chica negaba gentilmente con la cabeza –Gracias Aidou-sempai… pero no es algo en lo que me puedas ayudar- decía tristemente.
Aidou la miraba algo desesperado y arto de todo esto se sentó junto a ella y junto sus manos con las suyas –Yuuki, ¡Esto no puede seguir así! ¡¡Esta no eres tú!! Yo… ¡quiero volver a ver tu verdadera sonrisa! Quiero…verte feliz- eran las palabras gentiles pero firmes del rubio.
Yuuki lo miro con sus grandes ojos y toda la tensión se le cayó encima cuando lágrimas desesperadas comenzaron a brotar –yo… lo se ¡¡Ya lo sé!! ¡¡No sé qué hacer!!...Aidou- la joven apoyo su cabeza en el cálido pecho del joven.
Aidou como todo hombre que ya era rodeo a la bella chica con sus brazos, contemplándola entre ellos. Llevaba demasiado tiempo con sentimientos ocultos y no le quedaban fuerzas suficientes para seguir guardándolos al ver como sufría la chica, inspiro profundamente y se armó de valor –Yuuki… quiero que vivas una vida feliz y… si me tengo que enfrentar ante Kaname para sacarte de aquí, lo hare… lo único que yo… veras… - Aidou se estaba poniendo cada vez más nervioso y un suave color rosa se le formo en sus mejillas. Yuuki no podía creer lo que estaba escuchando, alzo su mirada para ver esos mares azules  ¿podía ser que…?
-….no soy el hombre más fuerte del mundo, pero eso no significa que no pueda protegerte con cuerpo y alma….haría lo imposible por ti… siempre quise decirte… bueno yo-  suaves labios fueron los que lo interrumpieron, unos labios tan gentiles sobre los suyos que lo hicieron caer en un sueño de lo más dulce, obligando a entrecerrar sus ojos por la descarga llena de felicidad recibida, sin poder creerse lo vivido. La joven se separó del chico rubio mirándolo con un sonrojo de lo más bello y antes de que el rubio pudiera retomar las palabras poso un dedo encima de sus labios.
-Aidou… desde hace mucho tiempo… que mis sentimientos por ti han cambiado… pero nunca he tenido la esperanza de que fueran correspondidos-
Aidou no se podía creer su suerte, con una gran sonrisa acaricio la mejilla de la chica sacando finalmente las palabras que ya llevaba demasiado tiempo guardando en su corazón –Yuuki… te amo- le susurro suavemente haciendo que el sonrojo en la cara de la chica aumentara y lágrimas volvieron a caer, esta vez de felicidad, sellando el momento con otro beso cargado de amor.
-Suéltala Aidou ¡AHORA MISMO!- los recién encontrados se separaron del susto, una voz llena de odio los saco de su momento íntimo, las ventanas empezaron a temblar y un viento los sacudió, haciendo temblar el cuerpo de la chica por miedo.
Aidou la abrazo fuertemente, protegiéndola contra su pecho, retando con la mirada aquel hombre –Kaname… ¡no la dejare… ahora es mía!- tuvo que enseñar los colmillos en señal de duelo.
En los ojos de Kaname apareció una sombra roja, mirando al vampiro con superioridad – ¿me estas retando Aidou?... Sería una pena matarte después de todos estos años-
-Si tengo que pelear…que así sea- la tensión se podía cortar con un cuchillo y parecía que en cualquier momento se saltaban encima de otro como perros enloquecidos.
-no… ¡NO!- la chica se levantó corriendo y se puso delante de Aidou -¡por favor Kaname… oni-sama… no le hagas daño… te lo ruego!- lagrimas desesperadas cayeron.
Kaname se acercó despacio hacia su prometida, la agarro por la barbilla y la miro por primera vez en su vida con autoridad –escúchame bien Yuuki…llevaras en ti el sucesor de los Kuran…quieras o no…aunque te tenga que obligar- en la cara de Yuuki se podía ver cada vez más el miedo. El hombre se apartó y ella cayó al piso de rodillas sin poder creerse las palabras dichas por su hermano –y tu Aidou… no le vuelvas a poner un dedo encima… la próxima vez acabaras muerto- Kaname se fue, dejando detrás a una pareja con un amor prohibido.
 
Fin de Flashback
 
No era su intención hablarle de esa manera, pero al ver la escena no pudo contenerse, los celos lo cegaron  consiguiendo que la chica le tenga ahora miedo. Comenzaba a darse cuenta de que todo el esfuerzo empleado hasta ahora era en vano, su Yuuki no lo quería como él quisiera, había elegido a otro hombre…y no a cualquiera, sino uno de sus más fieles hombres ¿Cómo no se había dado cuenta antes? No sabía por cual se tenía que sentir más traicionado… por el amor no correspondido de Yuuki, por Aidou o por el hecho de que su descendencia estaba en peligro…. todo esto… era muy malo para su reputación, su trono estaba en serios problemas y si no se daba prisa en unos años correría el riesgo de ser atacado por los sangre puras, estos estaban empezado a tener ventaja, hasta su enemigo Hioshi Kuga había tenido un descendiente con una sangre pura, ganando cada vez más fuerza ¿pero que más podía hacer? ¿Al final tenía que obligar a Yuuki contra su voluntad? ¿Cómo lo había hecho con Zero?... cada vez que recordaba aquel suceso un escalofrió le recorría el cuerpo… aquella vez…no había sido él mismo y esperaba con todo corazón que nunca volviera a suceder. 
 
 
El sucesor de los Ichijou, se encontraba en el asiento trasero del coche familiar, conducido por su chofer personal. Iba de camino por asuntos políticos, teniendo que trasladarse de la academia para una junta directiva en nombre de Kuran Kaname, no era de tan gran importancia por lo que fue enviado en su lugar, pero la reunión era un poco lejana por lo que tenía que emprender un viaje de por lo menos unas cinco horas. Takuma ya estaba cansado y no era por el trabajo encomendado… sino por el viaje… lo cansaba de sobremanera, el hecho de estar mucho tiempo sentado lo incomodaba. Llevaban ya unas tres horas en carretera, había leído y releído los documentos del aburrimiento, repasando una y otra vez su discurso, había sacado todo tipo de conversaciones a su chofer, leyó un libro y ya al final de sus ideas de entretenerse empezó a mirar por la ventana del aburrimiento, esperando que con esto se relajaría un poco. Se dio cuenta de que en estos momentos estaban pasando por una zona preciosa, paisajes inmensos con todo tipo de colores vivos, campos abiertos con flores, arboles llenos de frutas frescas y se entraron en un pequeño pueblo de lo más lindo, daban ganas de quedarse unos días por aquí para relajarse.
-Pare aquí un momento… necesito algo de aire fresco…- le decía Takuma a su chofer para que parase en el pueblo. 
 
-Ichiru oni-san ¿te encuentras mejor?- el lindo niño de cuatro años caminaba de la mano de su tío por las calles del pueblo, mirándolo preocupado.
-Tranquilo Eita-chan… Hajima me dará medicinas y seguro que después me pondré mejor- Ichiru le sonreía a su sobrino para tranquilizarlo, pero él sabia mejor que nadie que su cuerpo era débil y cada vez que llegaba la estación del polen se volvía peor, necesitando más medicamentos para calmar sus dolencias, siempre había sido así, estaba acostumbrado… pero este año estaba peor que nunca… aun así no quería preocupar a su hermano y sobrino intentado fingir lo mejor posible su dolor. Esperaba que Hajima le diera una buena dosis.
 
Takuma miraba intrigado los escaparates de las tiendas, había comprado algo para comer en la pequeña panadería, comiendo tranquilamente uno de los dulces mientras miraba el pueblo, cuando casi se le cae la bolsa del susto… tuvo que mirar dos veces para cerciorarse ¿Era ese acaso Zero? No…no lo era…pero si ese no era Zero, entonces ¿podía ser posible que fuera su hermano Ichiru? No encontraron su cuerpo… así que era muy probable de que seguía con vida y ahora que lo miraba bien tenia algunas diferencias que solo alguien que había visto a los dos gemelos juntos podía diferenciar, como el largo de su pelo, no tenía los típicos complementos de Zero o su mirada cálida… siempre le había parecido que Ichiru era mucho más dulce que su hermano… pero claro, habían pasado más de cuatro años sin ver a Zero y podía haber cambiado… quería ir a saludarlo, pero algo lo hiso parar en seco y cambiar rápidamente de opinión… ese niño…el niño que caminaba de la mano del pelo plateado… ¡había jurado ver al mismo Kaname ahí!… ¡¡eran idénticos!! ¿Podía ser tanta coincidencia posible? Conocía el secreto de Kaname, ya que el mismo se lo había confiado, pero ¿podía ser? De repente una conclusión lo hiso dar un paso hacia atrás… sumo uno y uno… y aunque no haya visto a Zero con sus propios ojos, la coincidencia y el parecido era demasiado obvio. Se dio la vuelta y se marchó de ahí, tenía que calmarse debido a la sorpresa… parecía que tenía que mantener una conversación muy seria con Kaname.
 
 
-…aquí tienes el informe- una carpeta apareció en la mesa del despacho, sacándolo de su trabajo y alzando la mirada para encontrarse con la de su amigo Takuma que se sentaba en la silla que tenía enfrente.
 -Gracias Takuma… ¿Qué tal ha ido todo?- preguntaba Kaname recostándose en el respaldo de su silla de oficina.
-Como siempre… cada año se vuelve más y más aburrido- Takuma era todo un hombre de negocios, sabía exactamente que palabras emplear  y por eso le mandaba justo a él cuando salía una que otra reunión donde no era necesaria su presencia.
-¿Y tú qué tal?... ¿Ha pasado algo durante mi ausencia?- Takuma le sonreía y Kaname lo miraba sorprendido. Como siempre al rubio no se le escapaba nada.
-Es una larga historia… - decía Kaname algo molesto – Pero volviendo a tu visita… parece que también me tienes algo más que contar- los dos se conocían tan bien que sabían exactamente cuando el otro tenía algo en mente.
-Bueno…  vamos a decir que me he topado con una presencia… algo perdida- empezaba el rubio tranquilo –pero antes de decirte quien era te tengo que preguntar algo…- Kaname lo miraba intrigado -¿tu sabias que existen hombres capaces de concebir?- preguntaba el rubio.
Kaname asintió –claro que lo sé… ¿a qué quieres llegar Takuma?- 
-Kaname- Takuma serio, apoyo los brazos en la mesa que tenía delante – ¿tú sabes la verdadera razón por la que huyo Zero?- preguntaba el rubio esperando que el mayor comprendiera.
Los ojos de Kaname se abrieron sorprendidos sin creerse la conclusión que había sacado de aquellas palabras… al rubio no le hacía falta decir más, ¡había comprendido perfectamente!... ¡nunca en su más profundo pensamiento se le habría pasado por la cabeza algo así! 
Se levantó furioso colocando sus manos en la mesa y mirando al rubio -¡¿Dónde está?!- preguntaba lo más calmado que podía.
-Te lo diré… pero solo si te relajas y piensas en lo que vas a hacer- el rubio tranquilo se hecho para detrás.
Kaname reconsiderando las palabras de Takuma se volvió a sentar, pasando su mano por los ojos sin creérselo –Como te distes cuenta-
-Era inconfundible Kaname… hasta un ciego se daría cuenta- 
 
 
-Oto-san ¿Puedo ir al rio a jugar?- el niño miraba sobre la mesa donde estaban sentados Zero e Ichiru.
-¿No has salido lo bastante por hoy?- preguntaba Zero, pero el niño lo miraba con esos ojos grandes suplicándole… haciendo suspirar a Zero –Bueno… vale, pero no más de media hora y no vayas donde no te pueda ver… ten cuidado con no caerte al rio- una sonrisa volvió aparecer rápidamente en los labios del padre.
-Gracias papi…- el niño todo contento salió corriendo de la casa y los mayores lo siguieron con la mirada, alegres de ver al niño feliz.
-Siempre esta tan lleno de energía… - decía Ichiru sonriendo –tu no eras así cuando pequeño, eras más introvertido y reservado-
-Puede que sea una cualidad de su padre… o de su familia, ya que Yuuki es así de impulsiva- decía pensativo Zero. Aunque había sentido en sus propias carnes lo impulsivo que podía ser Kaname, pero hablando de las cualidades del padre, por ahora no había señal de sangre pura en su hijo, puede que por eso no volvió aparecer aquel hombre de ojos color hielo y al final tenía el niño más de cazador que de vampiro… sería un alivio inmenso.
 
El pequeño Eita estaba jugando cerca del rio, intentando según él atrapar una rana… cuando unos zapatos aparecieron en su punto de vista y curioso los siguió con la mirada hasta toparse con los ojos de un hombre.
-Hola…- el hombre que tenía delante de él era muy alto, pelo castaño ligeramente ondulado y tenía unos ojos color vino. El lindo Eita no sabía quién era, nunca había visto ese hombre en el pueblo… pero una extraña sensación de confianza lo hiso permanecer tranquilo.
-¿Cuál es tu nombre pequeño?- preguntaba el hombre tranquilo, el niño se levantó ya que hace un momento estaba de cuclillas y su mirada curiosa se volvió ahora defensiva, siendo un reflejo de autoprotección.
-¿No me vas a contestar?- el hombre contemplaba curiosamente las reacciones del niño.
-Mi padre me ha dicho que no debo hablar con extraños- decía totalmente serio el niño, haciendo sonreír al mayor.
-Tu padre tiene toda la razón… así que para no ser un extraño me tendré que presentar….- sonreía el mayor -me llamo Kuran Kaname- 
Kaname estaba de lo más sorprendido, desde que había visto al niño correr hacia el rio, el físico y esa energía que desprendía… todo le recordaba a el mismo cuando era pequeño, aunque él no había tenido tanta libertad. Un sentimiento de protección se hiso presente enseguida con unas ganas inmensas de tenerlo en brazos, pero a la vez había rabia… no por el niño, sino por el hecho de haberle sido ocultado, haberse perdido los cuatro años de vida del pequeño, de ni siquiera saber su nombre… no podía culpar al niño de nada, si alguien tenía la culpa de esto, era él mismo y sobre todo Zero.
-Kuran-san... ¿Qué quiere de mí?- el niño por si acaso seguía en alerta, es algo que su padre le había enseñado.
Kaname no salía de su asombro… el pequeño hablaba como todo un adulto y la manera en la que lo miraba le recordaba muchísimo a Zero.
-Tengo algunas preguntas que hacerte pequeño… - El mayor le sonreía amablemente, no lo quería asustar y el niño volvió a mirarlo curiosamente.
 
-…deberías ir a la cama temprano para cuidar esa tos- eran las palabras de Zero hacia su hermano al levantarse de la mesa para recogerla.
-descuida… ya me encuentro mejor gracias a las medicinas que me dio Hajima…te preocupas demasiado hermano- sonreía Ichiru tranquilizador, haciendo sonreír también a su hermano, pero la sonrisa en la cara de Zero desapareció de repente… cambiando a una de preocupación y miedo… ¡No podía ser!
-… ¿Te pasa algo hermano?- Ichiru se dio cuenta del cambio en Zero.
Zero dejo lo que tenía encima de la encimera y salió corriendo de ahí como perseguido… ¡No podía ser verdad! ¡Esa inconfundible aura! ¡Sera de…! 
Zero corrió hacia el porche de fuera, apoyo su cuerpo en la barandilla de ahí y miro hacia el rio donde se supone que debería estar su hijo. Sus ojos se abrieron del shock. 
Ichiru lo siguió hacia fuera y también se quedó sorprendido ante lo que veía. Aquella persona junto al niño ¡Era seriamente Kuran Kaname! ¿Qué hacía ahí? ¿Cómo se había dado cuenta?
Esto debería ser una pesadilla, no podía ser de otra manera. El cuerpo de Zero tembló pero su instinto materno era más fuerte y una gran rabia recorría sus poros.
-¡¡EITA!!…¡¡VEN AQUÍ AHORA MISMO!!- grito Zero rabioso ante lo que veía.
El niño se asustó ante el grito y miro preocupado hacia su padre ¿Había hecho algo mal?
A Kaname se le borro la sonrisa que había tenido minutos antes al hablar tranquilamente con el niño… parece ser que la hora de pelear había llegado.
Zero se bajó del porche caminando a gran paso hacia su hijo, al llegar a ellos agarro por el brazo al niño y lo empujo detrás de sí, colocándose delante del él en señal de protección, mirando al hombre que tenía delante desafiante.
-¡¿Qué haces aquí Kuran?!- gruñía Zero.
-¿Qué tal Kiryuu?… cuanto tiempo- las palabras de Kaname estaban llenas de ironía –Estaba disfrutando de una conversación con el pequeño Eita… pero nos tenías que interrumpir-  
-¡¡Tu aquí no tienes nada que disfrutar!! ¡¡LARGATE!!- Zero estaba desesperado y asustado ante lo que podía pasar. 
El niño se agarró de la camisa de su padre, mirando a los adultos con miedo, tenía la impresión que esto era culpa suya, por haber hablado con el desconocido, nunca había visto a su padre así de furioso.
-¡Eita vete con Ichiru!- Zero se dio cuenta del miedo del niño atreves de la mano temblorosa que agarraba su camisa. El niño asintió y salió corriendo de ahí a los brazos de su tío –¡¡Y tú vete de una vez!!- se volvió a dirigir hacia Kaname.
-No me iré… no hasta que me cuentes algunas cosas- decía Kaname de lo más relajado.
-¡¡Yo a ti no tengo porque contarte nada!!- seguía a la defensiva Zero.
-¿Ah no? ¿Entonces tenías pensado llevarte contigo el secreto a la tumba?- preguntaba Kaname algo más alterado.
-¡No sé a lo que te refieres!-
-¿Entonces tampoco me vas a contar que he sido padre?- decía lo mas tranquilo posible el sangre pura.
-¡¡Y tu como estas tan seguro de eso!!- Zero dio un ligero paso hacia atrás ¿Cómo había sido descubierto? ¿Se supone que ese hombre no se acordaba de nada? Estaba muy asustado, pero no podía enseñar flaqueza ante el vampiro.
-Oh vamos Kiryuu… tu y yo sabemos mejor que nadie como ha pasado- decía con sarcasmo Kaname - ¿O es que quieres que te refresque la memoria?- 
Zero lo miro con los ojos bien abiertos de la sorpresa… ¿Kaname lo sabía? ¿Lo sabía todo? Una furia inmensa recorrió sus venas y odio broto por sus ojos, agarro a Kaname por el cuello de la camisa.
-Pedazo mal nacido- gruñía entre dientes –lo sabias… ¡LO SABIAS TODO EL TIEMPO Y AUN ASI TE HACIAS EL INDIFERENTE! ¡¡Todo… TODO ES CULPA TUYA!!- juraría si tendría la bloody rose encima le soplaría la cabeza a ese cabron.
-Era mi idea que siguieras con ese pensamiento hasta el final… pero veo que tú tampoco tenías la intención de decirme nada… aunque no contaba con el hecho de que debido a aquella noche diera fruto un nacimiento- Kaname no sabía si guardarle rencor a ese cazador por haberle escondido el niño o si estar alegre por haber sido padre.
-¡¿Y cómo puedes estar tan seguro de que el niño es tuyo?!- 
-¿Aun quieres intentar guardar el secreto?… hasta un ciego se daría cuenta de que es mío, la edad, el físico, tu huida… todo encaja ¿O quieres que extorsione a la doctora para que me diga la verdad?, fue justo después de ese desmayo y el análisis que desapareciste… tus acciones te delatan…- Zero soltó a Kaname del agarre, ya no lo podía ocultar más… ¿qué argumento tenia contra eso? ¡Ninguno!
-¡Aunque sea tuyo no quiere decir que tengas derecho sobre el!- 
-Al contrario…tengo todos los derechos sobre el… ¿Acaso quieres pelear legalmente por la custodia? sabes que tienes todas a perder…- Kaname estaba muy seguro de sí mismo y más ahora que el cazador había confirmado que el niño era suyo.
Zero lo miro asustado ¿Es que su peor pesadilla se estaba haciendo realidad? El motivo por el que había huido…su hijo ¿Se lo iba a arrebatar?
Kaname se dio cuenta del miedo que recorría por el cuerpo del pelo plateado y sonrió –Parece que piensas lo mismo que yo… y si… he venido a llevarme al niño-
A Zero se le cayó el mundo encima y otra oleada de odio lo inundo - ¡SOBRE MI CADAVER KURAN! ¡ANTES ME TENDRAS QUE MATAR A MI!- gritaba desesperado.
-¿Estás seguro de eso? no llevas tu querida arma encima… ¿No crees que esas palabras son algo imprudentes?- Kaname se acercó un paso, mirándolo de cerca. Lo sintió temblar y no sabía porque, le gustaba ver esa debilidad en el cazador.
-¡ME DA IGUAL…PELEARE!…¡¡NO DEJARE QUE TE LLEVES A MI HIJO!!- Zero se sentía impotente ante la presencia de aquel vampiro y se reprimía mentalmente por no haber sido más precavido, no debería haberse relajado de tal manera, sabiendo que tarde o temprano alguien podría revelar su secreto y encontrarlos.
-No te queda otra que entregarlo- Kaname pudo ver como en la cara de Zero aparecía odio, tristeza, desesperación, todo en uno… no era la primera vez de ver tantas emociones juntas en el cazador, después de aquella noche lo había visto suplicar y si seguía así seguro que lo volvería hacer… mirándolo de cerca, hasta le daba pena y no era para menos… estaba a punto de hacer algo tan cruel como quitarle a su hijo.
-Escucha Kiryuu…quiero que vayas ahí dentro y recojas tus cosas y las del niño… los dos se vuelven conmigo a la academia… vivirán a partir de ahora conmigo en mi mansión… el pequeño acudirá a clases y cambiara su apellido por el mío… esa son las condiciones que te doy para que puedas seguir junto al él- Zero lo miro atónito y apunto de decir algo Kaname añadió –esto no es una súplica sino una orden Kiryuu- decía totalmente serio el vampiro.
Zero quiso gritar y matar al sangre pura, pero no tenía sentido ninguno, no tenía la fuerza suficiente como para tener una oportunidad contra él y tampoco podía escapar y volver a huir… ahora que el vampiro sabia la verdad lo perseguiría hasta último rincón de este planeta, sería como su sombra y tan solo ese pensamiento le daba escalofríos… además pelear por la custodia sería inútil… tenía ganas de llorar ante la impotencia, pero se había prometido no volver hacerlo delante del vampiro… apretó fuertemente las manos hasta que sus nudillos se volvieron blancos… parece ser que había acabado la paz en su vida. 
 
Después de eso Zero le había pedido a Kaname de darle unos días para organizarlo todo, Kaname accedió pero solo bajo vigilancia por uno de sus tantos fieles, no quería que el pelo plateado se vuelva a fugar. Habían discutido unas horas más al enterarse Ichiru de la petición del castaño, pero Kaname era muy duro de roer y no desistía ante su decisión. Kaname había sido introducido oficialmente ante Eita como su padre, dejando al niño sorprendido y sin entender nada. Cuando se calmaron un poco los humos, se fue el vampiro del pueblo para volver dentro de unos días. Al tercer día volvió y Zero como prometido o forzado, no sabía cuál de las dos palabras eran más indicadas para esta situación, tenía el equipaje listo, no solo el suyo y el del niño, sino también el de su hermano que después de la disputa con el vampiro decidió no separarse de su hermano aunque tenía que dejar detrás todo su orgullo y felicidad en el pueblo, Zero había intentado cambiar de opinión a su hermano, pero sin éxito ninguno. Se despidieron del pueblo y sobre todo de Hajima que tanto les había ayudado, los habitantes estaban desolados ante su partida, derramando más de una lágrimas, los gemelos habían prometido de volver pronto, esperando que esto sea solo temporal.
 
Eita no había pronunciado palabra durante los tres días, ni durante el trayecto, parecía estar bastante afectado con la situación. Zero no sabía qué hacer para animarlo, pero siendo sincero el mismo estaba desolado con lo que estaba pasando. Ichiru mientras tanto no paraba de reprimir al vampiro con la mirada durante todo el viaje, pero parecía que a este no le afectaba en absoluto. Después de cinco horas conduciendo habían llegado por fin a la cuidad de Mushima y por lo tanto a la academia. Zero se dio cuenta enseguida de los cambios, habían algunos bloques demás cerca del gran edificio principal y siguiendo el camino hacia los dormitorios luna entraron por un portal que antes no estaba ahí y una gran casa salto a la vista ¡¡Ese rico de las narices tenia tanto dinero que hasta se había construido una mansión!! Era uno de los pensamientos de Zero.
Los presentes se bajaron del coche “personal” de Kaname y se dirigieron a la entrada, pasando por la gran puerta principal que daba con un recibidor que era más grande que la pequeña casita de Ichiru ¿Para qué quería Kaname tanto espacio?  Se quedaron algo boquiabierto al contemplar la entrada, pero una voz hiso sacarlos de su inicial impresión.
-¡ZERO…!- una chica de pelo castaño vino corriendo abrazándose desesperadamente contra el pecho del pelo plateado derramando cálidas lágrimas.
El chico no se esperaba un recibimiento así, miro a la chica que se agarraba a su camisa sin saber que decir -…Yuuki-
 
 
Mini historia del pasado
 
Un lindo bebe de unos 9 meses se encontraba acostado en la pequeña cuna, balbuceando palabras incomprensibles mientras se babeaba la mano. Su padre y tío se encontraban sentados en la mesa de la pequeña casita disfrutando de una tarde junto al médico Hajima y su mujer, que estaban de visita.
-Y fue así como Ichiru se decidió por hacerse frutero jajaja no le pega para nada jajaja- reía el loco medico a carcajadas.
-Al menos supe cómo aprovechar los árboles y huertos que tengo en mi parcela- decía Ichiru inflando los cachetes y cruzando los brazos.
Zero le pellizco en uno de los cachetes riendo –Yo creo que te queda genial el puesto-
-Si tienes razón, al menos tengo algo que comer… no como Hajima-sensei que me viene llorando por comida cada vez que su mujer sale de viaje-
-¡Ven aquí criajo!- el medico se levantó colocando la cabeza de Ichiru bajo el brazo para remover su pelo con el puño –¡se más agradecido con tus sensei pedazo de imbécil… la próxima vez te pinchare con una aguja tan dolorosa que correrás por tu vida!- los presentes se rieron con la escena… parecían padre e hijo.
-¡Esperen!… ¿escuchan eso?- todos se quedaron cayados con las palabras de la mujer, intentando escuchar algo… parecía que provenía de…
Se acercaron a la pequeña cuna donde el lindo niño se seguía babeando el puño y jugando con sus piernas. Todos lo miraron con expectación…  –Bu boh um… In decil- Todos abrieron los ojos de la sorpresa. Zero cruzo los brazos reprimiendo con la mirada al médico – Gracias Hajima-sensei… acabas de echar a perder la primera palabra de mi hijo- 
El medico se empezó a reír y levanto al pequeño niño por los aires -¡Eres un genio Eita… ¿Cómo supiste diferenciar una palabra así entre todas las otras? jajaja!-
Y así fue como pronuncio el lindo Eita su primera palabra, Zero tardo unos días en volver a hablar con el médico y juro guardar ese secreto bajo llave
 

Notas finales:

Vaya…muchas cosas han pasado en el capítulo ¿Se esperaban que el amor prohibido de Yuuki era Aidou? ¿Podrán ser felices al final?... ¿Matarían a Takuma por haberle chivado el secreto a Kaname? Yo de mi parte si lo haría.  

Lo más esperado de todo era seguro el físico y el nombre del pequeño… estaba muy decidida de escoger otros nombres como Hikaru o Yue pero al final cambie de opinión porque parece que en otros fanfics ya existe, hay tantos nombres bonitos que todavía no se han escogido, así que al final me decidí por Eita que significa cristalino, joya, transparente o respeto entre otros, espero que el nombre sea dé su agrado y puedan llegar a tenerle cariño como yo.

  Y al final de todo mi sorpresa… para que tengan una imagen más clara del pequeño Eita me he puesto manos a la obra. El que tenga las dos imágenes originales se dará cuenta enseguida de los cambios que he hecho, como el color de los ojos de niño, su corte de pelo como también el color… Zero aparece como por arte de magia, con una sonrisa y facciones mas suaves.  

La imagen de esta pequeña familia la encuentran en Wattpad, busquen a Yakinori, Weisser schnee y al final del capitulo 5 “Die Wahrheit” esta la imagen, les dejo el link aquí  

https://www.wattpad.com/user/Yakinori  

Las imágenes originales le pertenecen a sus respectivos artistas, los cambios en la imagen son puramente fanmade, hechos por mí :P no cobro, ni vendo, ni hare ninguna otra cosa con ella, ¡así que disfrútenla!

¡¡Y viva el photoshop!! Haha ¡hasta el siguiente capitulo! Muak  


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