Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor Propio por Iztaxochitl

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Y aquí estoy de vuelta con un nuevo capítulo, siempre con la esperanza de que les guste mucho. 

 

Gracias por dedicarle un poquito de tiempo a leer esta locura que me está gustando cada vez más. Este Seto está resultando muy maduro y centrado, y verlo así me encanta.

 

Espero que lo sigan disfrutando.

 

Amora para todos!!

Era sábado por la tarde, y como de costumbre Joey no paraba quieto. Ese era el día que tenía destinado a hacer el aseo de su casa, y le tomaba horas terminar. No es que le molestara hacerlo; de hecho había puesto un solo día a la semana para eso porque no le gustaba estar limpiando.


 


Hana y Hoshi habían terminado de doblar y guardar su ropa, lavar los trastes que les correspondían y también barrer su parte. Ahora se encontraban viendo una película mientras Joey terminaba de limpiar. Kuma no estaba, pues era el día que asistía a la escuela, aunque Joey sabía que no tardaría mucho en llegar.


 


Mientras andaba de un lado a otro, escuchó la campana; alguien tocaba.


Se le hizo raro porque no era seguido que alguien lo visitara, mucho menos sin avisar.


 


Porque a pesar de su carisma y alegría nata, Joey no tenía muchos amigos. Podía pensar en 2 nada más.


 


Por un lado estaba Yugi, su amigo desde la secundaria. Habían compartido una infinidad de aventuras y locuras juntos. Incluso habían compartido un amorío pasajero, cosa que nadie en la vida del rubio sabía, y que tampoco pensaba contar a nadie. Habían compartido íntimamente de todo, menos la culminación del acto sexual, y por eso y muchas cosas más es que atesoraba a Yugi con su corazón. Además de que el tricolor siempre estaba ahí para él, en el momento que quisiera.


 


No tenía dudas, amaba a Yugi con todo su corazón. No era un amor de pareja, o un amor de amigos. No quería ni podía ni siquiera clasificarlo. Era solo un amor total que lo inundaba al pensar en él.


 


Por otro lado estaba Tristán, un chico al que había conocido también desde la secundaria. Era mayor que él por unos 7 años, pero siempre habían conectado a otro nivel; uno superior. Incluso se decían «hermano» por la calidad de relación que tenían, y sus hijos le decían tío Tristan. A diferencia de con Yugi, ellos no habían tenido nada que ver entre sí, pero el cariño que se tenían había perdurado a través de los años y sentía un profundo amor por su amigo, así como agradecimiento por ser quien había estado ahí en momentos difíciles, para escucharlo y apoyarlo.


 


A menudo veía a Tristan, pero él siempre le avisaba antes de venir. Y a Yugi lo veía cada varios años, ya que su contacto era más bien virtual.


 


Era por esas razones que se preguntaba, ¿quién sería?


 


Abrió la puerta de la entrada, pero como la reja de su casa estaba cubierta con lonas para que no se pudiera ver directamente hacia adentro, no pudo distinguir quien era.


 


-¿Quién?-


 


-Hola Joey, soy Seto- el alma se le fue a los tobillos de la impresión. Claro, Seto sabía donde vivía, pero no recordaba si tenía su teléfono.


No contestó, pero se apresuró a abrir la puerta del cancel.


 


-Seto, que sorpresa- y vaya que lo había sorprendido. El castaño le mostró la sonrisa que ya conocía y que tanto le gustaba.


 


-Disculpa por llegar sin avisar. Pensé en llamarte antes de venir, pero decidí no hacerlo; espero no importunar-el rubio se sonrojó y sonrió.


 


-No hay problema. Sí estaba un poco ocupado, pero también me alegra verte- estaban intercambiando sonrisas cuando Joey notó que Kuma daba vuelta a la esquina para llegar con él.


 


Y para agrandar las sorpresas de ese día, justo cuando el adolescente estaba a unos pasos, vio como Duke venía llegando en su motocicleta. No estaba seguro de como sentirse al respecto, pero la verdad es que no le debía explicaciones ni a él ni a nadie, así que decidió mantenerse lo más tranquilo posible.


 


-Hola papá, hola Seto- el adolescente se mostraba extrañado de ver al castaño ahí afuera de su casa. Cada vez que había ido salían, y no estaba seguro de que pasaba.


 


-Hola Kuma, buenas tardes- el castaño siempre era amable y cordial.


 


-Hijo, bienvenido. Ahorita me platicas como te fue. Saluda a tu padre antes de entrar- Kuma volteó y vio como Duke se estaba bajando de la moto.


 


-Mmm... no, mejor adentro. Además tengo que pasar al baño. Con permiso- volteó a ver a Seto para despedirse, y el castaño hizo un gesto con la cabeza.


 


Ambos se quedaron en silencio mientras Joey veía como Duke se aproximaba.


 


-Hola, buenas noches- el pelinegro sonrió. Era cierto que su sonrisa era algo cautivadora, y durante muchos años le había encantado a Joey, pero en estos momentos la de Seto le parecía encantadora.


 


-Buenas noches- el castaño extendió la mano, y Duke la estrecho con firmeza.


 


-Hola Joey- saludó al rubio, quien casi hace una mueca.


 


-Hola Duke- el rubio quería evidenciar quien era, por eso lo saludó por su nombre.


 


-¿Los niños están adentro?- el rubio asintió.


-Terminaron sus labores y están jugando. Dales chance por favor- Joey no estaba en contra de pedirles ayuda o cosas que hacer a sus hijos; al contrario, por eso lo ayudaban los sábados en el aseo de la casa. Pero ya que habían terminado todo, le parecía justo que juagaran, y sabía que Duke siempre gustaba de tener a alguien que lo ayudara. Por eso sus palabras.


 


-Voy a pasar, con permiso- el castaño asintió sin decir nada, y Joey hizo lo mismo. Justo cuando estaba por entrar a la casa, el pelinegro volteó. -¿Por qué Kuma no me saludó? Me parece que sí me vio llegar- el rubio suspiró.


 


-Porque venía llegando de la escuela y tenía que pasar al baño. Me dijo que ahorita te saludaba- no se dijo más, y le pelinegro desapareció detrás de la puerta.


 


-Vaya, así que él es el padre de tus hijos- Seto volvió a darle toda su atención al rubio.


 


-Sí, él es Duke- había algo de pesaren su voz.


 


-No pareces muy contento de verlo. ¿Estas bien?- Joey sintió dentro de si que la preocupación del ojiazul era genuina.


 


-Sobreviviré. No me gusta mucho verlo, pero no es nada grave- Joey estaba consciente de que quizás no estaba dando buena impresión, pero a estás alturas ya había pasado y no había mucho que pudiera hacer. -Pero dime, ¿qué te trae por aquí? Me has sorprendido- el castaño le volvió a sonreír.


 


-Pues es que quería saber si podía invitarte a ti a desayunar en la próxima semana- al rubio le subieron los colores al rostro. Ya hasta parecía una costumbre cuando estaba con el ojiazul.


 


-Pues... yo pienso que sí. Solo es ponernos de acuerdo en que día, y que sea cuando Hana y Hoshi estén en la escuela- Joey le sonrió, le gustaba tener la atención del castaño.


 


-Me parece perfecto. Permíteme revisar que día tengo libre en la próxima semana, y mañana te veo en el mercado y nos coordinamos- ¿el mercado?


 


-¿Vas a ir mañana? Pudiste haber esperado y decirme mañana- el castaño sonrió aún más, y luego levantó su mano para acariciar sutilmente la mejilla del rubio con sus dedos.


 


-Es que tenía ganas de verte; no quería esperar a mañana- el rubio no supo que decir, solo sonrió apenado y se sonrojó como semáforo.


 


-Vaya, me halagas. Gracias. A mí también me gusta verte- el castaño amplió más su sonrisa.


 


-Entonces te veo mañana- el rubio asintió. Seto se acercó y besó la mejilla del rubio. Fue un beso suave, casi superficial, pero hizo que Joey sintiera fuegos artificiales en su panza.


 


Sin decir más, el castaño dio unos pasos hacia a atrás y se retiró hasta su camioneta. Se subió, y antes de arrancar volvió a hacer contacto visual con Joey, quien sonreír como idiota.


 


El rubio levantó la mano, diciendo adiós. Seto inclinó la cabeza, y desapareció al final de la calle. Joey se quedó ahí, flotando en una nube de ilusión durante algunos minutos. No quería entrar, pero sabía que tenía que terminar lo que tenía pendiente.


Tomó aire y entró a la casa. Esperaba no tener que lidiar con Duke, porque eso lo ponía de mal humor. Aunque la verdad era que difícilmente lo podría bajar de su nube en estos momentos.


 


-¿Todo bien?- cuestionó Duke cuando el rubio entró a la cocina, lugar que tenía que atravesar para llegar al lavadero en donde estaba el trapeador que necesitaba.


 


-Claro, todo bien- a Joey le costaba trabajo no sonreír como menso todo el tiempo.


 


-¿Quién era él?- Duke preparaba algo de comer para si mismo mientras interrogaba al rubio.


 


-Es solo un cliente del pan, y amigo mío- quizás si el tono de voz no hubiera sonado casi acaramelado, el pelinegro le habría creído.


 


-¿Ah sí? No se de donde, pero me parece familiar. Estoy seguro de que he visto su cara en algún lugar- al rubio le extrañó eso. Sabía por experiencia que Duke era muy perceptivo, más incluso de lo que expresaba a veces, pero que llegara a eso ya lo sorprendía.


 


-Pues no sé, tal vez te cruzaste con él en algún lado y no lo recuerdas- Duke se quedó pensando.


 


-No creo que sea eso. Pero bueno, si me acuerdo te lo comento- el rubio contestó con un simple «ajá» y se fue a terminar sus labores de aseo. Terminó cansado, pero feliz por su encuentro con Seto.


 


Al día siguiente estaba el rubio atendiendo con alegría a todo aquel que quisiera pan, cuando de repente llegó Mokuba.


 


-Hola Joey, me da gusto verte- el pelinegro siempre se mostraba alegre, y a Joey le dio mucho gusto verlo.


 


-Hola Mokuba, a mí también me da gusto verte. ¿Qué te trae por aquí?- Mokuba volteó a todos lados antes de contestar.


-Estoy buscando a Kuma, Hana y Hoshi pero no los veo. ¿Alguna idea?- al rubio le extrañó eso. Sacó su celular y le marcó a su hijo, que le indicó que estaba en uno de los jardines que Mokuba no había revisado.


 


-Bien, iremos con ellos. Noah también vino. Mi hermano estaba en una llamada, pero no debe de tardar. Apártanos una barra de pan por favor- el rubio asintió, y antes de que pudiera decir nada, Mokuba ya se había ido, dejándolo feliz porque Seto estaba por llegar.


 


Pero tuvo que esperar pacientemente, porque el castaño tardó más de media hora en aparecer. Joey estaba desesperado, y ni siquiera entendía por que.


 


-Hola Joey- lo saludó con su típica amabilidad.


 


-Hola Seto, bienvenido- por primera vez en todos los días que lo había ido a ver al mercado, Seto se tomó la libertad de pasarse por detrás de la mesa en donde el rubio exhibía el pan, para así estar frente a frente sin nada entre ellos.


 


-Disculpa que me tardara en venir; tenía que solucionar una situación por la cual me llamaron de la oficina- el rubio sonrió, restándole importancia al asunto. Pero hubo algo que le llamó la atención.


 


-¿Tú trabajas los domingos?- no era descabellado, pero tampoco era normal que alguien trabajara en una oficina los fines de semana, en especial los domingos.


 


-A veces, solo cuando se requiere de mi presencia o autorización- el rubio entendió que era alguien importante en la empresa donde trabajaba.


 


-¿Y en dónde trabajas?- Seto sonrió.


 


-En Kaiba Corp- a Joey le sorprendió esa respuesta.


 


-¿Kaiba Corp? ¿La empresa de videojuegos que nació aquí en Dominó y que ha ido creciendo hasta llegar a nivel mundial?- la emoción de Joey era evidente, e hizo que el castaño sonriera más.


 


-Así es, ahí trabajo yo- el rubio estaba más que sorprendido. En definitiva ese castaño era todo un estuche de monerías.


 


-Vaya, ha de ser un trabajo muy interesante. A Kuma y a mí nos encanta jugar. Un par de noches a la semana nos desvelamos jugando juntos, aunque trato de que sea cuando no hay que levantarse muy temprano- la respuesta del castaño fue interrumpida por una persona que llego a hacerle un pedido a Joey.


 


Mientras le rubio atendía, él se recargó en la pared de atrás para no estorbar. Se dedicó a observar al rubio que tanto le llamaba la atención. La manera en la que se desenvolvía al hablar con alguien era algo digno de verse, sobre todo porque era muy bromista y se reía de cualquier cosa, contagiando a la demás gente con su risa y buen humor.


 


-Listo ¿en qué estábamos?- el castaño le sonrió sin perder la posición que había adoptado en la pared.


 


-En que no sé cual día se te acomoda mejor a ti para que salgamos a desayunar- el rubio se sonrojo; el castaño lo había tomado por sorpresa.


 


-Bueno, tú dijiste que ibas a checar tu agenda- el castaño estuvo a punto de acariciar de nuevo la mejilla del rubio, pero se contuvo porque no sabía si eso le incomodaría por estar en donde estaban.


 


-Yo tengo libre cualquier día si es para salir contigo- el rubio se puso rojo de nuevo, pero a la vez sonrió.


 


-¿Te parece bien el martes?- el castaño asintió.


 


-Podría ser diario, si es contigo- el rubio se sintió halagado, como casi siempre se sentía cuando Seto empezaba a decirle frases así. Joey iba a decir algo, pero fueron interrumpidos de nuevo por alguien que quería pan. Cuando se fue la persona, ya nada más le quedaba una barra.


 


-Bien, toma. Esta es para ti- el rubio le extendió la barra de pan, y el castaño aprovechó el momento para acariciar su mano al recibirla.


 


-¿Cuánto cuesta?- el rubio negó con la cabeza.


 


-Nada. Me has estado invitando a muchos lados los últimos días, no te voy a cobrar un pan. Y no te atrevas a decirme que aún así lo harás, porque no lo aceptaré- el castaño vio fuego en los ojos del rubio, y se dio cuenta de que podía ser alguien muy apasionado.


 


-Está bien, lo acepto solo porque es importante para ti- lo mismo le había dicho la otra vez cuando pagó las pizzas. Y una vez más, agradeció en su mente por gestos como esos, que demostraban que estaba pensando en él.


 


-Espero que la disfruten- Seto sonrió.


 


-Pero a cambio de esto, los invitaré a comer- vaya, Seto había conseguido sorprenderlo de nuevo.


 


-¿Sabes algo? Si sigues llevándome a tantos lados, me voy a sentir un aprovechado. Creo que es demasiado; vengo con los niños- el castaño lo miró directo a los ojos.


 


-Por supuesto que lo se, y estoy más que consciente de que eres todo menos aprovechado. Yo invito, no te preocupes. Te lo dije una vez; si fuera algo agraviante para mí, no lo haría. Pero me agrada pasar tiempo contigo y con tus hijos, y he notado que a ellos les gusta mucho estar con Mokuba, así que vamos todos- el rubio se sintió muy feliz.


 


Recogió todo con agilidad y en menos de 10 minutos ya había dado su cuota por poder vender ahí, y se estaban subiendo a la camioneta. Kuma y los gemelos, así como Mokuba y Noah, estaban contentos de salir juntos.


 


-¿A dónde iremos?- cuestionó Joey cuando estaban en el vehículo.


 


-¿Qué quieren comer?- preguntó alto para que todos lo escucharan. Y entonces se produjo una serie de gritos alegando diferentes comidas. Al final se decantaron por hamburguesas. No es que fuera lo más sano del mundo, pero como Joey no los sacaba a comer seguido, sus hijos estaban emocionados por ir.


 


Llegaron a uno de esos restaurantes donde hay una gran área de juegos. Seto y Joey fueron a ordenar por todos, mientras los muchachos fueron a sentarse cerca de los juegos para poder observar a los gemelos. Joey los veía a distancia, y la camaradería que tenían Kuma, Mokuba y Noah era evidente. Y le agradaba mucho verlos así.


 


Les dieron su orden y fueron a sentarse. Se sentaron en 2 mesas que estaban una junto a la otra, pero a la vez eso les permitió tener espacios propios. Los muchachos hablaban de videojuegos y películas, mientras Seto y Joey convivían con los gemelos, que casi ni comieron anda por irse a jugar.


 


Cuando terminaron de comer, Kuma le preguntó a su papá si lo dejaría salir con Mokuba y Noah al cine. El rubio no lo pensó mucho, sabía que eran buena compañía, además de que el cine estaba a una cuadra. Se pusieron de acuerdo entre todos.


 


El plan era que los muchachos irían al cine mientras Seto y Joey llevaban a los gemelos a un parque para que se divirtieran. Cuando los 3 salieran de la película los alcanzarían para convivir otro rato.


 


Así se fueron los tres mayores y los adultos se llevaron a los niños a un parque lleno de juegos.


 


-Vaya, no sabía que había un parque así de grande y con tantos juegos cerca de casa- el rubio estaba feliz por ver a sus pequeños jugar.


 


-La verdad es que me das la impresión de que no sales mucho- el castaño se sentó en una mesa de concreto que había cerca de los juegos, e invitó a Joey a acompañarlo. Se sentaron uno frente al otro.


 


-Pues sí, no soy de salir mucho. Generalmente el trabajo en la casa es bastante. Eso y no me encanta salir. Prefiero estar en casa- el rubio sonrió, mientras el castaño lo veía como examinándolo. Al darse cuenta, Joey se cohibió.


 


-¿Tengo algo en la cara?- Joey no era de los que se preocupaba por su aspecto. Todo lo contrario, era de la opinión de que quien no quisiera verlo como se vestía, mejor se volteara a otro lado.


 


-No, solo te estoy observando porque eres hermoso- una vez más, y como pasaba cada vez que estaba a solas con el ojiazul, el rostro de Joey se puso rojo.


 


-Hem... gracias- el castaño rió con suavidad, y al rubio le gustó mucho como se escuchó.


 


-¿No tuviste problemas ayer?- el rubio se extrañó con la pregunta.


 


-¿Ayer? ¿Por qué los tendría?- el castaño no rompía contacto visual con el rubio.


 


-Pues cuando estábamos platicando fuera de tu casa llegó el padre de tus hijos- Joey pensó un momento antes de contestar. Seto no mostró ninguna emoción con su rostro.


 


-Bueno, fuese como fuese no tendría por que haber problemas. Él y yo ya no somos nada, no tengo ni que darle explicaciones- Seto agudizó su mirada.


 


-La verdad es que me da la impresión de que es de los tipos que al conocerlos parecen muy simpáticos, pero cuando profundizas con ellos, ya es otra cosa- Joey pensó que Seto era una persona muy perceptiva; lo que decía de Duke era real.


 


-Algo así. De todas maneras, solo estuvo un rato y ya se fue. Sí me preguntó quien eras, pero de ahí no pasó- el castaño rió divertido, y el rubio se preguntó por que.


 


-Le hubieras dicho que era tu novio- la sonrisa de satisfacción que asomó el castaño era como de fotografía, y el rubio se puso de mil colores.


 


-Pero... eso no es cierto- sin importar esas palabras, el castaño ensanchó aún más su sonrisa.


 


-¿Te gustaría que lo fuera?- el rubio se quedó sin aliento. ¿Era esta una declaración de parte del castaño? El rubio estaba mudo.


 


Por suerte Hana llegó a su rescate.


 


-Papá, mira como corro- los adultos voltearon a verla, y toda respuesta inmediata a esa pregunta se quedó en el aire al ver como Hana se tropezaba y empezaba a llorar escandalosamente.


 


El rubio se puso de pie de inmediato y corrió hacia ella, levantándola y regresando a su asiento frente a Seto con ella en brazos.


 


-¿Dónde te pegaste?- la niña le enseñó su rodilla. El delgado pants se había roto y su rodilla estaba raspada. El rubio la sobó con suavidad mientras ella seguía llorando. Tuvieron que pasar unos minutos para que se calmara y se fuera a jugar con su hermano.


 


-¿Estará bien?- el castaño evidenciaba preocupación.


 


-Sí, Hana es una chica fuerte. Es algo dramática y a veces es difícil lidiar con eso, pero fuerte; también es una chica dulce. En cuanto se le olvide, la verás correr como si nada- y efectivamente, en menos de 5 minutos ahí estaba corriendo de nuevo.


 


-Sabes, a veces me pregunto algo- el rubio rompió el silencio; se habían quedado observando a la niña jugar. Su sonrisa embelesaba.


 


-Dime- el castaño lo volteó a ver. Estaba relajado.


 


-No se por que te fijaste en mí. Ya sé que el otro día hablamos de esto, pero aún así sigo sin entender. No me siento menos que nadie, pero tampoco me creo especial en ningún sentido- el castaño lo observó con detenimiento, sin emitir palabra alguna.


 


-Especial o no especial no tiene que ver. Dime algo, ¿qué fue lo que te atrajo de Duke la primera vez que lo viste?- Joey pensó un poco antes de responder.


 


-Pues me gustó su cabello y sus brazos, eso fue lo primero que noté- el castaño sonrió.


 


-Es decir que fue algo físico. No lo conocías pero su físico te llamó la atención. Como se hayan dado las cosas después de eso es otra historia, pero lo primero fue así- el rubio asintió, Seto tenía razón.


 


-Pues sí, es cierto- el castaño volvió a sonreír.


 


-Es lo mismo. Aquel día, hace 2 o 3 semanas, que te vi por primera vez, lo primero que me llamó la atención de ti fue tu físico. Fuiste algo impactante para mí. Después hablamos un poco del pan que haces, y pude darme cuenta de que eres muy amable. Después de eso, todo se ha ido desenvolviendo a su ritmo. No tiene que ver si te consideras especial o no- Joey reflexionó un poco acerca de esas palabras, y pensó que tenía razón.


 


-Creo que tienes un punto, porque a mí me pasó algo parecido. Cuando llegaste por primera vez a mi puesto, me costó trabajo hasta hablar- el rubio se sonrojó. Admitir lo que sentía no le era difícil, solo le daba pena.


 


-Los seres humanos somos muy básicos. Nos atraemos primero por el físico. Si después de eso resulta que tenemos cosas en común, o que nos gustan del otro, entonces ya se puede dar algo más- el rubio asintió.


 


-Creo que te entiendo, aunque la verdad es que el tema me puede sobrepasar. Soy un chico simple, con necesidades simples. Gusto de estar solo, pasar tiempo con mis hijos, jugar videojuegos... cosas así. Me parece que tú eres alguien mucho más sofisticado, y no sé donde podemos congeniar- el castaño tomó una de las manos del rubio entre las suyas, El rubo pudo sentir una corriente eléctrica recorrerlo cuando Seto lo tocó.


 


-Más sentir, menos pensar-


 


-¿Huh?- fue lo único que articuló.


 


-¿Sientes eso? ¿En verdad puedes sentirlo? Esa calidez en el pecho que yo siento cada vez que estás cerca de mí o cada vez que rozo mi mano con la tuya- el rubio pudo entenderlo.


 


-Sí, siento algo así- el castaño no dejaba de sonreír.


 


-No importa si tú piensas que soy sofisticado y tú no, o si piensas que eres demasiado simple. Pensar a veces estorba, mejor siéntelo. Porque nuestros cuerpos vibran juntos, y eso no se puede fingir- el rubio sonrió. Esa pequeña plática con Seto le había dado confianza en si mismo. Además, si Seto lo estaba eligiendo, no tendría por que negarse o alejarse. Era decisión del propio castaño.


 


-Gracias Seto, disfruto mucho estar contigo- una de sus manos se quedó con la de Joey, mientras que la otra viajó a la mejilla del rubio para acariciarlo.


 


Se quedaron así varios minutos, hasta que el teléfono del castaño sonó para interrumpirlos. Recogió sus manos para contestar, pero no dejó de sonreírle a Joey, quien estaba algo cohibido.


 


-Era Mokuba. Al parecer, la película que escogieron apenas va a empezar, y me dijo que ellos llevarían a Kuma a su casa, por si quieres llevar a los gemelos a casa. Mañana es lunes- sí, mañana era día de escuela, y los gemelos no eran especialmente afectos a despertar temprano.


 


-¿Quieres tomar algo en mi casa? Podemos ir y estar un rato juntos ahí- la verdad era que el rubio quería compartir más tiempo con el castaño.


 


-Me encantaría- el castaño sonrió, y se pusieron de pie para llamar a los gemelos e irse a casa.


 


El trayecto fue corto. Llegaron y Joey mandó a los niños a bañarse para luego cenar. Renegaron un poco, pero al ver que Joey no les daba opción, no les quedó de otra que ir a lo que les mandaban. Joey y Seto pasaron a la cocina, en donde Joey empezó a ofrecerle de beber y cenar.


-Un vaso de agua está bien, gracias- Joey lo sirvió y se lo extendió.


 


La casa de Joey era un tanto peculiar. La cocina tenía dos mesas grandes de plástico, muy parecidas a la que usaba para vender pan en el mercado. En una estaba una computadora y muchas cosas aventadas y arrumbadas. La otra era la que usaban para comer, y fue donde pusieron sus vasos.


 


-Disculpa el desorden, no sabía que vendría nadie así que no recogí- el rubio se sonrojó un poco. No gustaba nada de limpiar, así que solo hacía lo necesario.


 


-No hay ningún problema. Me gusta verte así, en tu territorio y a tu manera- el rubio sonrió. Iba a decir algo más cuando su celular empezó a sonar. Volteó a ver la pantalla; era Duke.


 


-Es Duke. Es probable que quiera venir a comer algo- el rubio le dio esa explicación casi como preguntándole al castaño si estaría bien.


 


-Por mí no hay el más mínimo problema; pero tómate en cuenta a ti y toma tu decisión- el rubio asintió y luego contestó. Intercambió breves palabras con Duke y terminó la llamada sin siquiera decir adiós.


 


-Ahí viene- el castaño asintió y se puso de pie. Antes de que pudiera reaccionar, abrazó a Joey, poniendo su cabeza en su pecho y dándole un apretón reconfortante.


 


-Tranquilo. Se que es difícil para ti lidiar con él, pero no te tortures a ti mismo si él ni siquiera está aquí. Tuvieron su relación, tuvieron sus problemas, y lo que sea que haya pasado te trajo aquí. Disfruta de eso y deja de cargar el pasado. No vale la pena- Joey soltó aire, y sintió que al hacerlo su cuerpo se volvía un poco más ligero.


 


Lo que decía Seto era verdad. No valía la pena torturarse él mismo; suficientes roces y situaciones tenía con Duke como para que él solito alimentara todo eso cuando él no estaba. Joey correspondió el abrazo con fuerza, y sintió como el castaño depositó un suave beso en su cabello.


 


Se separaron sonriéndose, y Seto volvió a sentarse en donde estaba.


 


-¿Seguro que no quieres comer nada?- el castaño negó con la cabeza.


 


-La verdad no soy de cenar mucho. Casi siempre me como un plato de fruta y es todo. Me gusta dormir ligero- el rubio pensó en eso.


 


-Vaya, si yo cenara un plato de fruta... de seguro me despertaba a media noche con un hambre terrible- ambos rieron, y entonces se escuchó una moto afuera. Ambos sabían que significaba eso.


 


-Joey, no tengo problema si en verdad quieres decirle que soy tu novio. No para generar una situación desagradable o una discusión, sino si es necesario- el rubio se puso rojo otra vez y asintió.


 


-Hola Joey- el pelinegro había entrado y fue directo a la cocina. Después de saludar a Joey fue que notó que alguien más estaba ahí. -Buenas noches- el pelinegro se veía sorprendido, y Seto inclinó la cabeza.


 


-Buenas noches- Joey estaba un poco nervioso.


 


-No sabía que tenías visitas- la voz de Duke sonó... rara. Joey no sabría como describirla, pero en definitiva salió diferente a lo normal.


 


-Sí, pues Seto vino un rato y aquí estamos- no tenía las más mínimas ganas de entrar en detalles. Justo entonces bajó Hoshi recién bañado y con el cabello muy mojado. Duke le habló para saludarlo y después de eso le llamó la atención por no haberse secado bien el cabello, y lo mandó arriba a hacerlo de nuevo. Hoshi subió al borde de las lágrimas.


 


La verdad era que Hoshi era un niño emocionalmente frágil. Era un niño que manifestaba mucha ansiedad cuando tenía un poco de presión encima, y que no le era fácil comunicar sus emociones. Era casi imposible que dijera que NO a algo, aunque no quisiera o no le gustara. Y además era miedoso.


 


Y todo eso era lo opuesto a lo que Duke quería en un hijo. Por eso hablaba con constancia con él al respecto. Eso le parecía bien a Joey, el problema era cuando acababa casi regañándolo, como hoy, y eso era la mayoría de las veces. Joey se había dado cuenta de que Duke no comprendía bien al niño, más allá de que sabía que lo amaba. Y le daba la impresión de que eso lo dañaba bastante.


 


-Se más amable, Hoshi está cansado- Duke no dijo nada. El rubio sabía que en otras circunstancias le habría contestado, pero de seguro por la presencia de Seto ahí se había contenido. Se hizo un momento incómodo en la cocina, un silencio algo pesado estaba en el ambiente. Pero con todo eso encima, Joey pudo notar que el castaño no le quitaba la vista de encima.


 


El sonido de un celular rompió el silencio; era el de Seto.


Contestó y en menos de 1 minuto ya había colgado.


 


-Era Mokuba. Ya salieron y vienen para acá- Duke no decía nada, pero estaba atento.


 


-Que bien, así no se desvelan mucho- el castaño asintió.


 


-¿Cuándo es que vuelves a hacer pan?- Joey se sentó frente a Seto, quien estaba dándole la espalda a Duke, no por ser grosero, sino por el acomodo de la cocina.


 


-Pues de seguro el próximo domingo, pero pues entre semana hago si me encargan- el rubio sonrió.


 


-¿Y te ha funcionado el mercado? Me refiero en cuestión de ventas- el rubio asintió.


 


-Pues sí, porque antes casi ni vendía. Ahora vendo casi todo lo que llevo, y a veces me piden entre semana, aunque aún es muy poco- Seto sonrió, y el ambiente fue interrumpido una vez más por la puerta que se abría, mostrando a unos alegres muchachos llegar.


 


Pasaron a la cocina, y Kuma saludó a su padre y a su papá. Le presentó a Duke a sus amigos, y cada quien agarró una silla para sentarse.


 


-¿Les sirvo algo chicos?- Joey alcanzaba a darse cuenta de las miradas que echaba Duke al grupo, como examinándolos a todos, pero nadie le prestaba atención a él.


 


-Yo paso, estoy lleno a reventar- Mokuba siempre era expresivo, y siempre hacía reír a Kuma.


 


-Gracias Joey, yo también estoy lleno. Cenamos antes de entrar al cine- el rubio iba a preguntar que película habían visto, cuando el celular de Mokuba empezó a sonar. Se levantó y salió de la cocina para contestar.


 


-¿Cómo les terminó de ir a ustedes?- el rubio sonrió.


 


-Bien, los niños jugaron un rato y luego vinimos. Creo que les habría gustado ir con ustedes, pero tienen escuela mañana- Noah asintió.


 


-¿Por qué no organizamos una salida al cine en la semana?- la sugerencia de Seto le causó emociones encontradas a Joey. Por un lado le emocionaba estar más como ese castaño que empezaba a gustarle cada vez más; por otro lado ahí estaba Duke escuchando, y eso lo ponía un poco nervioso.


 


-Pues si se hace nada más avísenme y los acompaño; seguro será divertido- Noah se veía como un chico serio, pero la verdad es que Joey ya lo había observado jugar como niño junto a Mokuba y Kuma.


 


-Eso me gustaría. Solo que sea temprano para no interferir con la escuela de los gemelos- Seto sonrió, y todo fue interrumpido por Mokuba y Kuma, quienes regresaban a la cocina.


 


-Hermano, hablaron del trabajo. Al parecer hay un problema y te necesitan- a Joey le extrañó eso, porque era domingo por la noche. Pero bueno, igual no sabía en donde trabajaba, así que no le dio vueltas al asunto.


 


-Bien, entonces es hora de irnos. Con permiso- esas palabras iban para Duke, quien se había quedado a comer parado junto a la estufa, y que se despidió cordialmente también. Noah y Mokuba también fueron atentos con él.


 


-Kuma, ¿podrías checar a Hana y Hoshi arriba? Y que bajen y saquen su cena. Ahorita vengo, voy a acompañarlos- Kuma accedió y se fue para arriba. Los demás salieron. AL llegar a la camioneta, Noah y Mokuba se despidieron y se subieron al auto, mientras Seto se despedía.


 


-Fue un lindo día, muchas gracias. Espero no haberte causado problemas en el trabajo, con eso de que te están llamando, quizás te quité mucho tiempo- el castaño le sonrió al rubio, y levantó su mano para acariciar su mejilla. Joey se sonrojó.


 


-Tú nunca puedes quitarme el tiempo, porque estar contigo es una gran inversión; no podría ser una pérdida en ingún sentido- se notaba que a Seto le gustaba su trabajo. Y esas palabras que le dedicaba, lo hacían flotar.


 


-Gracias por todo. Disculpa si al final fue un poco incómodo- el castaño siguió con su sonrisa y su caricia.


 


-No fue incómodo para mí, y espero que pronto deje de ser incómodo para ti, ya que esta no será la última vez que me toparé con Duke- la voz de Seto era como un susurro, pero aún así venía cargada con una gran seguridad, y eso siempre le daba valor al rubio.


 


-Bueno, si seguimos viéndonos, será lo más seguro. Al menos mientras siga viniendo todos los días- la voz y el rostro del rubio denotaron que no era algo que le gustara.


 


-Joey, yo entiendo que es el padre de tus hijos, pero pregúntate si tú estás bien con que esté viniendo como lo hace. No me refiero a que lo corras, pero sí es importante que tú estés a gusto con tu decisión- Joey suspiró y asintió.


 


-Sí, pues tengo mis momentos. A veces no me importa, en otras no lo soporto. Pero se supone que es temporal, espero que pronto pase- el castaño asintió.


 


-Asegúrate de priorizarte, eres importante y no debes dejar eso de lado, ni siquiera por tus hijos. Si tú no estás bien, ¿qué será de esos niños? No lo olvides- a Joey le estremecieron esas palabras, que a pesar de ser duras, eran verdaderas.


 


-Lo haré. Además, quiero seguir viéndote- el rubio se cohibió, y el castaño se acercó y lo abrazó. Fue correspondido por el rubio de inmediato.


 


-Cuídate Joey, nos vemos pronto- depositó un suave beso en la mejilla del rubio, luego acarició la otra con su mano, y finalmente se subió a su auto, dejando a un rojo Joey despedirse con la mano con cara de baboso embelesado.


 


Sabía que debía entrar y lidiar con su realidad; Duke, Hana, Hoshi y Kuma, y todo lo que eso conllevaba. Pero estar ahí afuera en estos momentos lo hizo sentirse pleno.


 


Ese abrazo que le había dado el castaño le había llegado profundo, quizás más de lo que se alcanzaba a dar cuenta.


 


 


 

Notas finales:

Bonito día!

Hermosa noche!

 

Amor para todos!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).