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Amor Propio por Iztaxochitl

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Notas del capitulo:

Bueno, por fin puedo actualizar de nuevo.

La verdad es que en este capítulo Duke puede caer mal.

No es mi intención ponerlo como el malo.

Tan solo es, como dije al principio, una manera de canalizar cosas que me han pasado, y por eso a veces son tan raras. A Duke le tocó ese personaje porque quería un Seto/Joey y a Duke le quedaba bien ese otro papel.

Así que, sea como sea, espero que lo disfruten mucho!

 

Amor para todos!!

Kuma estaba en su habitación. Era sábado por la mañana, pero no se estaba preparando para ir a la escuela porque no se sentía del todo bien, por lo que Joey le dio permiso de faltar siempre y cuando cumpliera con trabajos a lo largo de la semana.


 


Estaba absorto en su juego cuando Joey entró a su habitación. Volteó a verlo, y se dio cuenta de inmediato. Joey estaba muy alterado.


 


-¿Qué pasó?- la preocupación de Kuma era evidente, y Joey no pudo ni hablar. Estuvo a punto de romperse en llanto, pero entró Hoshi a la habitación, así que se contuvo. Le hizo una seña a Kuma para que esperara.


 


-¿Qué sucede hijo?- Hoshi tenía una mirada extraña, según Kuma pudo ver.


 


-Nada, me voy a lavar las manos. ¿Vas a bajar pronto?- Joey lo abrazó antes de que entrara al baño.


 


-Sí, dame un momento y voy- el niño se lavó las manos y salió, y entonces Kuma centró la atención en su papá.


 


-¿Entonces?- cuestionó el adolescente. Joey se sentó el la orilla de la cama para poder verlo, pero no pudo hablar. Llevó sus manos a su rostro y empezó a llorar. Kuma esperó paciente, y después de unos momentos se pudo de pie y lo jaló para que también se parara. Lo abrazó, tallando su espalda, mientras Joey seguía llorando. Momentos después se separaron y Joey se volvió a sentar.


 


-Es que ahí está tu padre abajo, y se puso a decir porquerías de mierda. Nunca lo había visto tan enfermo- la verdad era que Joey no se preocupaba por no decir groserías frente a sus hijos. Prefería enseñarles lo que implicaba decir algo así y que había que responsabilizarse de ello que negar que existía.


 


-¿Cómo que?- Joey volvió a llorar, esta vez con menos intensidad.


 


-Es que pasó una situación en que él estaba hablando con Hana, y me detuvo de avanzar porque me les iba a atravesar, pero yo necesitaba ver la estufa y al querer quitar su mano lo mojé sin querer. Te lo juro, fue sin querer, solo quería mover su mano. Y entonces me dijo que por que lo agredía y que ya dejara de agredirlo a cada rato, y que él podría dejarme inválido con facilidad, y cosas así. Que si me golpeaba no iba a ser 1 sola vez, serían 200 para que no me pueda mover- Joey volvió a cubrirse la cara con las manos.


 


Kuma se puso de pie y se sentó junto a su papá. Lo abrazó en silencio, no creía que hubiera nada que pudiera decir al respecto.


 


-Hana escuchó todo eso y empezó a temblar, se asustó mucho. Entonces subí a la sala y me senté para tranquilizarme, y tus hermanos me vieron que estaba llorando por todo lo que me dijo y se sentaron junto a mí y me abrazaron. Yo no los llamé, ellos vinieron. Y el salió de la cocina y les empezó a decir que yo era un manipulador, que los estaba chantajeando emocionalmente aunque ellos no supieran lo que eso significa. Le dije que ya no quiero que venga, y me dijo que no lo acepta, y que va a seguir viniendo mientras no tenga lugar donde comer- Joey volvió a llorar, y Kuma solo observaba en silencio.


 


-Es tan frustrante. Estoy tan enojado conmigo mismo. Me siento atrapado, sin salida... También me amenazó que si cambio la chapa de la puerta, va a ir con tu abuelo y le va a contar la verdad acerca de que seguíamos juntos aunque ya estábamos en esta casa- Joey escuchó a Kuma suspirar.


 


El adolescente sabía que su abuelo los mantenía al 100% porque su padre no aportaba absolutamente nada, y su papá no podía conseguir un trabajo como tal por cuidarlo a él y sus hermanos. Y también sabía que si supiera la verdad... bueno, no estaba seguro de que pasaría, pero seguro que no sería muy bueno. A fin de cuentas, dependían de él. Y aunque era la buena onda, su petición es que no quería ver a Duke ni en pintura. De hecho, las pocas veces que los visitaba, nadie mencionaba a Duke en lo más mínimo. Hasta los gemelos sabían que no debían de hacer eso.


 


-Perdóname Kuma, vine a tirar mi vómito emocional aquí contigo, y no debí de haber hecho eso- Kuma lo abrazó fuerte.


 


-Está bien papá, no te preocupes- Kuma siempre era así; estaba ahí para escucharlo. Procuraba no hablar mal de su padre, pero muchas veces era el único con quien podía hablar, el único que lo escuchaba.


 


-Voy a actuar de manera legal- Kuma lo observó y lo comprendió a la perfección. Duke podía ser en verdad amenazante, y él mismo lo había vivido. No quiso decir nada, solo puso una mirada casi de lástima.


 


-Perdón... en verdad, lo siento... Perdóname- más bien parecía, según Kuma, que Joey necesitaba perdonarse a si mismo.


 


Joey estuvo un rato más ahí con su hijo, que empezó a contarle chistes tontos, sacándole una que otra sonrisa. Cuando se sintió más estable bajó. Hana y Hoshi estaban comiendo en la sala. No querían estar con su padre.


 


Durante el rato que estuvo ahí Duke, Joey no le dirigió la palabra. Duke le pidió un par de cosas, y en su tono de voz notó que estaba bastante enojado. Joey dijo que sí más por compromiso que por querer hacerlo, y al final no lo hizo.


 


Y entonces Duke lo acusó de ser hipócrita y mentiroso. También le dijo que cuando agarrara lugar para vivir, se iba a llevar cosas que le correspondían. Joey le dijo que sí. Le daría casi lo que fuera con tal de que se fuera de ahí.


 


Comprendía que lo seguiría viendo por Hana y Hoshi, pero no era algo agradable para él. Si bien había días que parecían llevarse mejor, la verdad era que Joey no aguantaba su presencia.


 


En el pasado había aguantado abusos, tales como emocional y verbal. Además, más de una vez lo había golpeado. Nunca había sido grave, y Joey, cegado por el «amor» que le tenía, no hizo nada; se quedó a su lado. Duke se excusaba bajo 2 argumentos. El primero era que durante ese tiempo les habían echado brujería y magia negra encima, y por eso había sido el tiempo en el que se comportaba más agresivo. Si bien era cierto que después de esa etapa se había calmado muchísimo, Joey ya no estaba seguro de que esa cosa de la magia negra fuera real. No es que no le creyera a Duke, es que ya no le importaba.


 


De hecho, muchas veces se había recriminado a si mismo por haber aguantado malos tratos de la persona con quien se había juntado para construir algo y ser felices.


 


El otro argumento en el que Duke se escudaba era que los abusos ya eran parte del pasado y que en esa casa no le había hecho nada ni lo había insultado. A Joey le parecía estúpido que pensara que porque ya no lo hacía, lo otro ya no dolía. Joey se sabía herido, y en muchas ocasiones se lo había hecho saber. Y aunque Duke había sabido redimir errores a lo largo de los años, cuando Joey empezó a ver las cosas desde una perspectiva más objetiva, hubo cosas que simplemente ya no pudo pasar.


 


Y lo que más lo enojaba de todo era que Duke siempre le echaba la culpa.


 


Sí, Joey había terminado todo.


 


Sí, Joey había tambaleado sobre su decisión y se había echado para atrás, solo para después volver a querer separarse de él.


 


Sí, Joey lo había sacado de la casa.


 


Pero todo lo previo a eso no era solo Joey, y aunque él supiera la responsabilidad que tenía en el asunto, le hervía todo cuando Duke se ponía en plan de «víctima de Joey» y le echaba en cara que lo había echado a la calle. Mucho más cuando aún aceptaba que viniera a comer todos los días, aunque siguiera corriendo riesgo de que su papá se enterara y se le armara en grande.


 


Por todo eso, Joey se sentía absolutamente atrapado y frustrado, porque además Duke


estaba montado en su «no lo acepto», como si fuera algo a la ligera. Como si el hecho de que no lo aceptara lo volviera válido. Es decir, lo estaba apoyando, le estaba dando de comer... y Duke se ponía en plan de «hasta que yo pueda, aquí estaré».


 


Hacía mucho tiempo que no sentía miedo de Duke, pero después de lo que le había dicho volvió a tenerlo. Y era más por sus hijos que por él. No porque Joey pensara que le iba a hacer algo a los niños, sino porque si a él le pasaba algo, no quería dejarlos en manos de Duke.


 


Podía entenderlo. Le costaba, pero podía hacerlo, porque Duke no tenía ni lugar donde vivir bien, ni un trabajo en forma, ni posibilidad de agarrar uno, porque su condición física no se lo permitía por las lesiones que tenía, y por que por la edad era difícil que lo contrataran en cualquier cosa.


 


Y Kuma estaba entre la espada y la pared. Claro que tenía su manera de pensar, sus convicciones y todo. Pero pues amaba a sus padres. Y aunque tuviera resentimiento con Duke, sabía que no era malo en si, solo demasiado estricto y exigente, además de muchas cosas más. Como todo ser humano, tenía heridas de niño que no había podido solventar, a pesar de trabajar muchos años en si mismo.


 


Y eso era lo que más le daba jaqueca a Joey, que Duke siempre hablaba de su gran trabajo personal y su enorme desarrollo espiritual, de que a pesar de ser alguien violento por naturaleza, prefería la paz, y cosas así.


 


Por más desarrollo espiritual que tuviera, hacer eso con el papá de sus hijos era totalmente incongruente.


 


Joey estaba agotado, física y sobre todo emocionalmente. Y se lo había hecho saber a Duke. Por eso ya no quería que fuera, porque el hecho de que estuviera ahí, aunque no le hablara, le generaba molestias y se ponía muy irritable. Ya no sabía que hacer, se sentía tan atrapado, tan perdido... en verdad se sentía en un callejón sin salida.


 


Kuma lo llamó a su propia habitación y Joey subió con agilidad.


 


-Papá, ¿por qué no le pides ayuda a Seto? Estoy seguro de que te ayudará si se lo pides- Joey ya había pensado en eso.


 


-Seto es un hombre importante y tiene mucho poder, pero no somos nada tal cual, y no quiero pedírselo. Si las cosas llegan a un punto donde se ponga todo feo y oscuro, si no me queda más remedio, lo haré. Por ahora hablaré con tu abuelo y le explicaré las cosas, diciéndole que es posible que lo busque para echarle mentiras, y que me está amenazando- Kuma asintió.


 


-Cuenta con mi apoyo, papá. Yo voy contigo cuando hables con él- a Joey se le llenaron los ojos de lágrimas. Odiaba tener que pedirle a Kuma que mintiera, pero las cosas estaban llegando a un extremo en el que tenía que hacer algo. Además de que sentía algo de miedo porque cuando Duke se lo proponía podía ser realmente aterrador.


 


-Muchas gracias hijo, disculpa por meterte en esto- Kuma negó y abrazó a su papá.


 


-No digas eso, eres mi papá y estoy dentro desde un principio. Sigo pensando que fuiste un tonto al no terminar con él antes, pero bueno, las cosas son como son y hay que salir adelante- el rubio asintió y se volvieron a abrazar.


 


-Muchas gracias- el rubio le acarició la cabeza como cuando era pequeño. Había habido un cambio en Kuma. Él le había manifestado su descontento de mentirle a su abuelo, incluso le había llegado a decir que no contara con él si tenía que mentir; que no estaba dispuesto a hacerlo después de todo el apoyo que les estaban dando. Joey lo había comprendido.


 


Kuma era el consentido del abuelo. El padre de Joey siempre le expresaba su orgullo por él, y su felicidad porque ya no estaban con Duke, y fuera como fuera nunca hablaba mal de él frente a los gemelos o Kuma porque comprendía que era su apdre y no tenía porque hacer eso. Eso había creado un vínculo fuerte entre el adolescente y su abuelo; muy fuerte. Tanto así que una vez Kuma le había dicho a Joey que si planeaba irse a vivir con su papá a otro lado, él prefería quedarse a vivir con su abuelo.


 


Entonces que ahora le estuviera diciendo que contaba con él para hablar con el abuelo, incluso si implicaba ocultar la verdad, le mostraba a Joey que de verdad estaba de su lado.


 


A Joey se le llenaron los ojos de lágrimas de nuevo, y cuando cruzó la mirada con Kuma, ambos se soltaron a reír. Se aligeró el ambiente, y se volvieron a abrazar.


 


-Tranquilo papá, vamos a hacer que salga esto bien. Y no seas bruto, piensa antes de actuar- Joey le sacó la lengua y se rió, aunque en realidad sabía que tenía razón. Si no quería que algo feo pasara, debía detenerse y calmarse cada vez que estuviera Duke por ahí.


 


Fueron interrumpidos por el sonido del celular del rubio; era un mensaje. Joey lo leyó y se puso rojito.


 


-Uy, ya sé quien es- Kuma se carcajeó, y Joey le golpeó el brazo.


 


-Bobo. Es Seto, dice que si salimos mañana por la tarde- Kuma lo pensó.


 


-Pero tendremos que ir al mercado por la mañana, y no podré jugar- Joey se le quedó viendo.


 


-¿Y? Juegas todos los días, por supuesto que puedes dejar de jugar una tarde. Además de seguro irá Mokuba, tal vez hasta Noah- el adolescente hizo como si lo pensara.


 


-Mmm, bueno... así sí lo puedo considerar- Joey le dio un sopapo, y Kuma rió. Joey lo abrazó una vez más antes de irse a la cocina. Estuvo ahí un rato y después se fue a recostar; su mañana había estado llena de emociones y se sentía con poca energía.


 


Como esperaba, durmió toda la tarde. Y con gusto vio que Duke no regresó en todo el día. Por la noche hicieron la masa, y Joey se sintió mejor al saber que vería a Seto al día siguiente.


 


Kuma le había insistido en hablar con Seto de la situación que había sucedido con Duke, pero el rubio no estaba seguro de eso. No se sentía con la confianza suficiente para ello. Sabía que Seto tenía influencias y poder en donde fuera, y podría ayudarlo en menos de un parpadeo, pero su carácter no le permitía ponerse de víctima; sentía que si lo hacía se aprovecharía del castaño, y no quería eso. Le gustaba demasiado como para meter la pata así.


 


Poco pudo dormir esa noche, y a la mañana siguiente se levantó solo por obligación. Se puso, con ayuda de Kuma, a hacer el pan y luego se fueron ellos con los gemelos al mercado.


 


Fue un día ajetreado. Todo el pan se le terminó antes de la 1 de la tarde, por lo que se sentó con sus hijos a esperar a que llegaran Seto y Mokuba. Se sentía con poca energía debido a lo sucedido con Duke el día anterior. Los gemelos corrían felices jugando con Kuma, quien pocas veces se tomaba el tiempo de convivir con ellos de esa manera. Joey los observaba jugar, sin poner atención a su alrededor; le hacían distraerse de su mente que no le dejaba en paz.


 


-Hola cachorro- fue un susurro detrás de él, pero lo hizo brincar de la sorpresa que se llevó. Volteó de inmediato, y junto a él estaba Seto Kaiba, en cuclillas, sonriéndole amablemente como siempre.


 


-¿Sabes que pude haber tenido un ataque cardiaco por tu culpa?- la voz del rubio salió alterada, y Seto empezó a reír. Claro que estaba viendo a sus hijos jugar, pero aparte de eso su mente no lo dejaba concentrarse en nada.


 


-No pensé que no estuvieras poniendo atención a lo que sucede a tu alrededor, cachorro distraído- la mirada de Seto brillaba, y al notarlo el rubio se cohibió y se sonrojó.


 


-Pues es que estaba viendo a los niños jugar- ambos voltearon su vista a ver a los gemelos, que correteaban sin cesar a un cansado Kuma. Castaño y rubio rieron cuando un acelerado Mokuba apareció para ayudarles a los gemelos. En cuestión de segundos ya estaba el adolescente en el suelo, siendo aplastado por sus dos hermanos mientras Mokuba reía a todo pulmón. Solo hasta que Noah llegó y quito a los niños fue que Kuma empezó a recuperar el aire.


 


-Me gusta verlos jugar así- dijo el castaño, llamando la atención del rubio que no se molestó en voltear.


 


-A mí también- Seto notó un algo en la voz de Joey que captó toda su atención.


 


-Joey, ¿qué sucedió?- el rubio lo volteó a ver, denotando muchas cosas con su mirada; en especial tristeza.


 


-Nada, solo recordé algo- Seto estaba seguro de que era más que eso, pero no creía que fuera el lugar ideal para hablar; había mucha gente caminando por aquí y por allá, y no tenían la más mínima privacidad.


 


-Bien, ¿están listos para irnos?- el castaño levantó la voz para que los menores lo escucharan, y a pesar de ser su hermano, el primero que gritó «sí» fue Mokuba. Entonces todos se rieron de él.


 


Joey y Kuma recogieron las cosas que siempre llevaban y todos se fueron a la ya conocida camioneta del CEO.


 


-¿A dónde iremos hoy?- fue Hana quien por primera vez había tenido iniciativa propia para hablar.


 


-Es una sorpresa que seguro les gustará- Mokuba les sonrió mientras contestaba, y Hana se mostró emocionada. Hoshi también lo estaba, pero era más tímido. Y Kuma platicaba con Noah.


 


-Vamos a ir a un lugar y después iremos a comer- el castaño volteó a ver a Joey, quien le sonrió. Pero esa sonrisa estaba diferente; estaba plagada de tristeza. Claro que no por nada era el CEO de Kaiba Corp, y sabía que si indagaba un poco, esa tristeza se desbordaría y acabaría todo en una escena incómoda y tal vez inadecuada para los pequeños. Porque Seto sabía el vínculo que había entre Joey y Kuma, y estaba también seguro de que el adolescente sabía lo que estaba sucediendo; pero dudaba que los pequeños lo supieran.


 


Joey no dijo nada en todo el camino. Estaba como ido. Feliz de estar con Seto y los demás, pero no podía concentrarse en lo que estaba viviendo. Su mente le estaba jugando malas pasadas, y parecía que no tenía el más mínimo control sobre ella.


 


-Llegamos-la voz del castaño lo trajo a la realidad, dándose cuenta de que se encontraban en una especie de estacionamiento subterráneo. Se extrañó por eso, pero como no había prestado atención en nada, no quiso opinar. Bajaron todos del auto y se dirigieron a un elevador.


 


-Mokuba y Noah llevarán a Kuma, Hana y Hoshi a ver algo que tienen muchas ganas de mostrarles; Joey y yo iremos a otro lugar. Si necesitan cualquier cosa, díganle a Mokuba y su papá y yo llegaremos ahí de inmediato- Seto le lanzó una mirada ya conocida a Mokuba, quien asintió sin más. Sabía que Seto se los estaba encargando; él también había notado algo raro en el rubio y de seguro su hermano trataría de acercarse a él para ayudarlo.


 


-Bien, entonces nos vemos en un rato- Los pequeños abrazaron a su papá, quien les obsequió una sonrisa cariñosa. Mokuba subió a todos al elevador, mientras el castaño le indicó a Joey que lo siguiera.


 


Caminaron un poco ahí mismo, y llegaron a otro elevador; este estaba más escondido. Seto pulsó el boton y de inmediato se abrieron las puertas. Era evidente que el elevador no era común y corriente, pues su tamaño era pequeño. Joey volvió a perderse en su mente, y solo regresó cuando Seto le tomó la mano para subirse al elevador. Lo siguió y se sonrojó.


 


-¿A dónde vamos?- el rubio fue consciente una vez más de su alrededor, y no tenía ni idea de donde o por que estaban ahí.


 


-Quiero mostrarte un lugar que de seguro te gustara- el elevador se detuvo y las puertas se abrieron mostrando un estrecho pasillo. El castaño salió y guió a Joey de la mano. El pasillo era corto, y cuando salieron de él se encontraron con una oficina. Joey notó que todo estaba acomodado con una limpieza y orden que él no tenía. Todo se veía muy bien, pero lo que en realidad captó su atención fue un gran ventanal. Seto lo guió hasta ahí, y pudo ver una hermosa vista de Ciudad Dominó.


 


-Wow, se ve todo desde aquí- la sorpresa de Joey era muy evidente, y el castaño lo observó en silencio, enternecido por las reacciones del rubio.


 


-No toda, pero sí se ve buena parte de la ciudad- el rubio se le acercó al vidrio lo más que pudo para ver.


 


-Es tu oficina, ¿cierto?- el castaño le sonrió cuando volteó a verlo.


 


-Así es, estamos en Kaiba Corp. Aquí es donde trabajo y muevo todos los hilos- el rubio asintió y regresó su vista al ventanal. No decía nada, solo estaba ahí parado viendo todo y un poco perdido en sus pensamientos. Después de un par de minutos, el castaño decidió que era suficiente.


 


Con suavidad lo jaló hacia un suave y mullido sillón que tenía cerca de lo que parecía la entrada del lugar. Sentó a Joey y se puso junto a él; el rubio lo observaba con una expresión rara; como perdido.


 


-Cachorro, ahora sí dime, ¿qué es lo que sucede?- Joey cayó en cuenta de que estaba muy en su mente.


 


-No me pasa nada, estoy bien- una nada convincente sonrisa apareció en el rostro del rubio, y fue la confirmación de que algo sucedía.


 


-Algo te pasa cachorro, es demasiado evidente para mí. Aquí estoy para escucharte y ayudarte- el castaño demostró genuina preocupación a través de su mirada, y levantó su mano para acariciar el rostro del rubio. Joey cerró los ojos ante el contacto, y sin quererlo ni poder controlarlo, empezó a llorar en silencio.


 


El CEO no dijo nada, pero al ver la reacción del rubio se acercó hasta quedar junto a él y entonces lo abrazó, tratando de transmitirle que ahí estaba para ayudarlo, cuidarlo y escucharlo. Joey sintió calidez en ese abrazo, y eso hizo que se quebrara. Empezó a llorar con fuerza, abrazado de Seto quien lo sostenía y le tallaba la espalda.


 


No supo con exactitud cuanto tiempo estuvo así, pero cuando por fin pudo calmar su llanto, Joey se sentía mucho más ligero. Se limpió los ojos y volteó a ver al CEO, que lo observaba con curiosidad.


 


-¿Mejor?- podía casi palpar la preocupación del castaño.


 


-Sí, disculpa por esto. Han estado pasando situaciones con Duke, y me sobrepasaron- el ojiazul negó con la cabeza, e hizo que lo volteara a ver a los ojos.


 


-Escúchame con atención Joey, no tienes nada porque disculparte. Al contrario, quiero que sepas y entiendas que estoy aquí para ti, para hablar contigo y escucharte cada vez que lo necesites. Por favor quiero que veas en mí alguien quien confiar- las palabras del castaño conmovieron al rubio, quien sonrió con suavidad, y luego lo abrazó. El ojiazul se sorprendió un poco por esa repentina cercanía, pero de inmediato lo cubrió con sus brazos.


 


-Muchas gracias Seto- Joey no lo veía a los ojos porque estaba cohibido, pero en su rostro apareció un leve sonrojo.


 


-Cachorro tonto, no tienes nada que agradecer. Es un placer estar contigo- el rubio levantó la mirada y el castaño pegó sus frentes, cerrando sus ojos y sintiendo la respiración acompasada del otro.


 


Después de unos minutos así, el castaño se levantó un momento y regresó con un vaso de agua que Joey recibió con gusto. Entonces el castaño se sentó en el extremo del sillón, recargado en el descansabrazos, y con una pierna encima del mueble. Jaló a Joey para que se recostara en su espalda, y pudiera abrazarlo y chiquearlo en esa posición. El rubio se dejó abrazar, sintiéndose cohibido y feliz.


 


Mientras estaba entre sus piernas, el castaño empezó a acariciar su cabello, obsequiándole un rico masaje relajante en el cuero cabelludo.


 


-¿Quieres hablar sobre ello?- el castaño no dejó de mover sus manos, y Joey suspiró. Tenía los ojos cerrados, pero no podía escapar de la realidad.


 


-Duke se ha estado portando como un patán. Me amenazó con golpearme y más cosas feas, que me implicarían muchas complicaciones con mi padre, que es quien nos ayuda, y además nos llevaríamos a los niños de corbata. Era demasiada tensión acumulada por tantos días- Joey no abrió los ojos, pero escuchó al castaño suspirar.


 


-¿Quieres hacer algo al respecto?- el rubio se quedó un rato en silencio, solo respirando con tranquilidad.


 


-No lo sé. Al principio estaba muy afectado; asustado. Ahora me encuentro más tranquilo- Seto no dejaba de acariciar a Joey.


 


-Lo primero es que estés tranquilo. Se pueden hacer muchas cosas, incluso a nivel legal. Pero me da la impresión de que no es algo que quieras- el rubio suspiró.


 


-La verdad no. A pesar de que Duke y yo ya no estamos juntos, no quiero que nada le suceda. Kuma tiene sus muchos traumas, y aunque a veces pienso que exagera, también es cierto que su padre sembró todo eso. Pero también están Hana y Hoshi, y no quiero quitarles a su padre. No tengo el derecho a hacerlo- el castaño se quedó en silencio unos momentos, como dejando que Joey se escuchara a si mismo para seguir reflexionando.


 


-Pienso que si hicieras algo, no les estarías quitando a su padre; tan solo te estarías protegiendo, que es importante. Eso por un lado, por el otro quizás quieras tomarlo con calma y hablar con Duke- el castaño escuchó otro suspiro de los labios del rubio.


 


-No sé ni siquiera si sirva de algo, pero la verdad es que yo también he lastimado a Duke, y en el momento en que pasó todo eso, yo lo alteré. Si no me hago tonto a mí mismo, puedo decir que yo también soy responsable de todo esto. Porque si Duke está en casa y yo estoy tranquilo, las cosas están tranquilas; si yo me altero o le reclamo mucho, las cosas se tensan bastante. Es complicado- el rubio cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones que le proporcionaba el CEO.


 


-La vida humana es complicada. Entenderse a uno mismo es bastante complicado, ya no digamos a alguien más. Tú estuviste muchos años con él, y puedo entenderte a la perfección cuando me dices que no quieres hacer algo en su contra. Nada más reflexiónalo bien. No creo que Duke sea un hombre malo nomás por serlo. Creo que es un hombre dolido al que le hacen falta sus hijos, y de seguro tú también a cierto nivel. Por supuesto que eso no justifica lo que hizo; sigue estando mal. Pero si llegas a ese entendimiento, puedes llegar a perdonarlo y seguir adelante- el rubio derramó un par de lágrimas en silencio.


 


-Sí, no soy ningún pan dulce y estoy seguro de que le he hecho daño. Y eso me pesa bastante, porque muchas veces es algo involuntario para mí- el CEO dio un suave beso en la cabeza del rubio, mostrándole así su apoyo.


 


-No es que seas malo o algo así. Es que estás lastimado a otro nivel, a un nivel tan profundo que tú solo no puedes salir. Necesitas ayuda; necesitas terapia. Viviste muchas cosas con Duke. No conozco nada de su historia juntos, pero es evidente para mí que vivieron muchos años y muchas cosas juntos. El hecho de que tú hayas tenido el valor para romper con esa relación por lo que sea que haya sido tu razón en ese momento, a mí me habla de muchas cosas. Y por supuesto que si decidiste eso fue porque había razones de peso, sobre todo tomando en cuenta a tus hijos. También es obvio para mí que al padecer todo ese proceso, saliste lastimado. No se que tan problemático fue todo el proceso, o incluso traumático, pero se que no ha de haber sido fácil. También debemos tomar en cuenta si lo pasaste solo o hubo alguien contigo; algún amigo o familiar apoyándote- el castaño detuvo su voz para dar chance de que el rubio pensara en todo eso.


 


-Pues el que siempre me ha acompañado ha sido Kuma. Se volvió mi mejor amigo, quien me escucha y acompaña. Sigue siendo mi hijo y yo su papá, pero hay una complicidad muy profunda entre él y yo. Más allá de Kuma, mi papá me apoyó cuando me separé de Duke, pero no sabe que él sigue yendo a comer, porque si se entera me deja de apoyar- no es que Seto buscara chisme o detalles, simplemente era una invitación al rubio a expresarse y sacar, a la vez que Seto le decía lo que pensaba tratando de que le sirviera.


 


-También estoy seguro que hay cosas que Kuma no sabe porque has decidido no decirle para no hacerle daño. Entonces has pasado por todo esto casi solo, porque no te puedes abrir bien con tu papá, y no tienes a alguien más con quien cobijarte- el rubio asintió sin decir más, solo se quedó entre los brazos de Seto, quien lo seguía abrazando.


 


-Cachorro, has pasado por tanto. Eres un chico muy fuerte, y sé que sabrás salir adelante. Está bien si no quieres hacer nada al respecto de lo de Duke, porque lo conoces y solo tú sabes el tipo de relación que quieres con él. Claro que quieres algo sano; hay niños de por medio y eso no se puede desaparecer. Además, para mí es claro que eres una persona noble, y lo que más te interesa es llevarte bien con él, el padre de tus hijos- el rubio asintió. Estaba llorando de nuevo. Eran muchas emociones que estaba cargando, y explorar su interior en ese momento, y junto a Seto que le estaba demostrando lo mucho que le importaba, hacía que todo el emocional le desbordara, y tuviera un llanto inconsolable.


 


-Sí, el problema de eso es que el único que parece entender todo esto eres tú. Ni mi papá, ni Kuma, ni nadie me entiende. Porque me siento lastimado, y lo lastimo en el proceso, pero me siento mal de hacerlo. Y luego trato de calmarme a mí mismo, y no puedo. Lo logro cuando estoy solo, pero cuando está él, no me puedo contener. Me convierto en un energúmeno que se queja por todo, que reclama por todo, y que nada le gusta o le cae bien. Me siento un asco de persona- Seto no dejaba de acariciar su cabello en ningún momento. Sabía que era una manera de hacerle saber a Joey que ahí estaba con él.


 


-Bueno, todos somos un asco de persona en ciertas circunstancias. Yo también lo soy. Me puedes ver muy amable, cordial, atento contigo. Pero si alguien se atraviesa en un mal día, o en un mal momento, no sabes con la que se encuentra. Puedo ser peor que un asco. Y está bien, lo acepto porque soy humano. Me equivoco, me tropiezo, me caigo, me lastimo y lastimo a veces a quien está conmigo o a mi alrededor. Pero siempre, siempre me vuelvo a levantar. No me quedo abajo porque se que tengo la fuerza para salir adelante, porque tengo que sacar a mi hermano adelante, y hay mucha gente que depende de mí en esta empresa; hay muchísimas familias que se mantienen de trabajar aquí en KC. Entonces tu caso es muy diferente, pero es similar. Tú en este momento estás roto, te acabas de caer a pedazos por todo lo que estás cargando. Pero sé que te vas a levantar. Porque de ti no dependen familias, pero sí 3 pequeños que te necesitan casi como el aire que respiran- el castaño ayudó a que Joey se enderezara y se levantó al baño. Regresó con un rollo de papel que entregó a Joey para que pudiera limpiarse la cara.


 


-Vaya, creo que puedo entender lo que dices. Me cuesta mucho sentirme así, y aunque sé que así es, me cuesta trabajo admitirlo y más trabajar para que eso cambie- el castaño volvió a su posición anterior, y volvió a jalar a Joey para que descansara en su pecho.


 


-Lo primero que tienes que entender cachorro, es que está bien que te sientas así. Está bien que te sientas triste, enojado, sobrepasado. Como sea que tú te sientas, está bien. Vívelo, porque si lo niegas, llegará el punto en donde te va a pesar demasiado. Negarlo no va a hacer que eso desaparezca; lo seguirás cargando. Una vez que entiendas eso, tienes que preguntarte a ti mismo, ¿qué quieres hacer al respecto? Si eso implica sacar a Duke totalmente de tu vida, hazlo. No creo que sea eso lo que quieres; al contrario, me parece que lo quieres, aunque por lo que ha pasado te cuentas el cuento de que no es cierto. Piensa y reflexiona con calma. Mueve tus piezas hasta que lo logres. Si hay otra cosa que quieras hacer, pues trabaja por ello. Solo tú entiendes bien como estás y como te sientes, y solo tú puedes saber qué es lo mejor para ti. Por supuesto, y espero que lo sepas, cuentas conmigo siempre para lo que quieras, requieras o necesites- el castaño pasó las manos por el cabello de Joey, peinándolo hacia atrás, para poder darle un beso en la frente.


 


El rubio tenía los ojos cerrados; estaba más tranquilo, y la cercanía de Seto le caía muy bien.


 


-Muchas gracias- la voz de Joey fue muy suave, y al castaño le dio la impresión de que se estaba quedando dormido. Siguió con su labor de acariciar su rubia cabellera, y al poco tiempo vio que ya estaba dormido profundamente.


 


Con mucho cuidado y suavidad, lo recostó en en sillón para poder levantarse. Fue a su escritorio e hizo una llamada rápida. Después se sentó en su silla y se dedicó a observar al chico durmiendo. Era tan hermoso, y tan frágil a la vez.


 


No supo cuanto tiempo estuvo ahí, admirándolo en silencio. Pero de que lo disfruto, vaya que lo hizo.


 

Notas finales:

Bonito día!

Hermosa noche!

 

Amor para todos!!


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